miércoles, 28 de enero de 2015

ROCA



RINCON DEL TIBET

el dispensador dice:
la vida me obligó a creer en mi mismo,
me enseñó a confiar en mi mismo,
a no traicionar mis pensamientos,
a no traicionar mis ideas,
pero por sobre todo,
a ser fiel a mis convicciones...

la vida me enseñó mediante sus artes,
a ser sin necesidad de alas... un ángel,
a ser pradera de almas que no encuentran sus partes,
a ser selva,
a ser roca empinada... para que nadie te escale...
para que seas el único,
en descubrirte cuando es prudente,
en seguir cualquier camino hasta encontrarte...

no he necesitado la fuerza,
llevo paz eterna en el signo de mi roca...

a la distancia,
ya viejo... 
soy consciente que no me ha hecho falta otra cosa...
que quedan cuestiones pendientes,
que se resolverán cuando regrese a ser el espíritu de mi rosa...
he decidido no ser parte de aquello que te denigra,
he decidido no ser parte de la alianza que te acosa,
hay demasiada mentira suelta,
hay demasiado desprecio entre almas que se justifican a sí mismas,
sin haber hecho, ciertamente, ninguna otra cosa...

la palabra no es una rosa,
ni un jazmín ni ninguna otra cosa...
la palabra no es nada,
si lo que contiene se revela como segunda intención,
que avanza mientras traiciona...
ningún alma puede portar nada,
desde esta vida hacia la otra zona...

aquí puedes estar en la lona,
y del otro lado en un lecho de rosas...

sucede que lo de aquí es ilusorio,
el universo en sí mismo es "eclorio",
donde comienza... el sueño parece ser otro...
la verdadera vida es la que no se respira,
es donde el espíritu impera,
donde la paz es un infinito que nunca se termina...

me regreso a mis praderas,
valles entre montañas,
que no pueden ser descubiertas,
salvo por aquello elegidos,
a los que se les habilita a abrir una puerta...
no sé si lo comprendes,
tal vez ni siquiera lo entiedas,
por ello es bueno que me siga,
sólo aquel que su alma lo impulse,
a sentirse parte... de lo que quiera.
ENERO 28, 2015.-



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