sábado, 15 de junio de 2024

Literatura infantil Alejandro Zambra Diario de paternidad, «carta al hijo» y ficción pura conviven en extraordinaria armonía a lo largo de este libro.

https://www.anagrama-ed.es/libro/narrativas-hispanicas/literatura-infantil/9788433905161/NH_715 Alejandro Zambra dedica uno de los textos que conforman Literatura infantil –una suerte de diario de paternidad que da cuentas de cómo el nacimiento de un hijo modifica no solo nuestro presente y futuro, sino también nuestras ideas del pasado– a relatar su experiencia con el teonanácatl, un hongo alucinógeno al que el escritor recurre para mitigar una migraña y que le permitirá, a través de la experiencia lisérgica, redescubrir el arte de gatear. La casualidad, o quizás el inasible componente mágico de estos hongos, hace que el mismo Zambra haga un cameo en Ñu, el último libro de Pau Luque, justo antes de que el autor describa un episodio de hongos con sus amigos en una casa del Prepirineo catalán. En este caso, la ingesta no responde a ninguna intención terapéutica («no teníamos ninguna pretensión mística: solo queríamos estar drogados un buen rato»), pero le permitirá a Luque, años más tarde, reflexionar sobre las formas de narrar: a través de la experiencia psicodélica de ver a los personajes de Los Simpson de color azul, el autor establece una teoría sobre las formas de escritura en base a distintos tipos de estupefacientes. Bien sea por razones recreativas, medicinales, terapéuticas o creativas, el ser humano ha recurrido a la ingesta de hongos alucinógenos desde tiempos ancestrales. Lo relata Naief Yehya en El planeta de los hongos, ensayo en el que el ingeniero y escritor analiza nuestra relación con este grupo de «seres formidables de una aparente simpleza morfológica y una complejidad ecológica inquietante», desde la Edad de Piedra hasta Silicon Valley.

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