domingo, 31 de enero de 2010

SEÑALES...


Evangelio: Lucas 4, 21-30
"Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado sólo a los judíos"


En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír."

Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Y decían: "¿No es éste el hijo de José?"

Y Jesús les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún."

Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, mas que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, mas que Naamán, el sirio."

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

el dispensador dice:
las evidencias están a la vista,
de quienes las quieran ver...

las señales están delante,
de quienes estén atentos a ellas...

los mensajes son explícitos,
para aquellos sensibles a asumirlos como tales...

¿son apocalípticos?, pueden serlo

¿son reveladores?, pueden serlo

¿dónde residen las esencias?

en que nada debe ser dicho, si no lo sientes...

en que si lo sientes y lo dices, sabrás que no habrá regreso...

en que si lo piensas, sin pronunciarlo, habrá daños irreparables...

en que si no atiendes los sentimientos esenciales, se desatarán fuerzas ininteligibles...

y así sucede, por lo tanto así pasará...

el alma que no sea parte del otro lado del horizonte, sencillamente pasará.

cuando no encuentres tu hueco, sencillamente no serás...

si eres parte de la materia negra, serás consumido, tu fuerza será inapelable...

si eres parte de la materia blanca, deberás dispensar, tu fuerza será expansiva...

así es, así debe ser, así será por siempre...

el dispensador: levantando párpados, en las cercanías de la luz. Enero 31, 2010.-
DEDICADO A: los que llevo en alma (¿muchos?... se verá).

viernes, 29 de enero de 2010

respirando fragancias de eternidad


Evangelio: Marcos 4,26-34
"Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo"


En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega."

Dijo también: "¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

el dispensador dice:
miras a tu alrededor y todo está,
desde antes que estuvieses tu...

los árboles fueron semillas difundidas,
los admiras y te cobijas en su sombra,
pero no sabes cómo son lo que son,
sin embargo respiras de sus esfuerzos...

la brisa te envuelve con sus caricias,
refresca tu jornada o la hace más densa,
pero no sabes ni de dónde procede,
tampoco dónde va,
no obstante deambulas tus días junto a ella...

crecen los pastos en la pradera,
se peinan según las fuerzas naturales,
no sabes cómo están ahí,
apenas les prestas atención por segundos,
pero han estado allí siempre, creciendo y renovándose...

tus padres te han precedido, junto con tus abuelos,
pero hubo otros antes que ellos,
a quienes no has conocido,
tan lejos van que no sabes dónde comienza tu estirpe,
pero tu transitas tu hoy sin conocer la esencia de tu pasado,
de quiénes te dispararon a la vida,
pero tu, tu mismo,
te fundirás en tu propio pasado,
a la vista de quienes te sucedan y tampoco conozcas...

qué hay en la semilla que se hace árbol por sí sola?...,
qué hay en el agua que calma tu sed por un instante?...,
qué hay en la noche que te sorprende?...,
qué harías sin el Sol para caminar tu día?...,
qué harías sin los afectos para prescindir de tu soledad?...,

todo aparece como armónico,
pero muchas son las fuerzas que se mueven sin que tu lo sepas,
confluyen para que tu vivas...
pero tu las ignoras ensimismado en tu rutina,
sin embargo tienen entidad más allá de ti...
ni siquiera te necesitan para ser ellas mismas

observa el ave y aprende,
todo lo que existió, existe y existirá,
no necesita de ti para ser y estar...
aprende, observa y aprende...
el dispensador: todo lo que está cuando llegas, simplemente estuvo siempre. Enero 29, 2010.-
DEDICADO A: los descubridores de las esencias esenciales.

jueves, 28 de enero de 2010

34-innovación [el báculo del allá]


el dispensador dice:
los antiguos sabían de esencias,
los antiguos sabían de ventanas,
los antiguos sabían de espacios,
los antiguos sabían de tiempos,
los antiguos sabían de los factores atemporales...,

todo su legado, mudo y diezmado,
expresa sabidurías que fundadas
en los momentos filosóficos y éticos,
preservaban la naturaleza por sobre la condición humana,
pero además protegían a la condición humana
insertándola como esencia de la filosofía de las ciencias...

al perder el hombre la visión de las esencias,
ha perdido el acceso a las ventanas,
desconoce los espacios y se ha sometido a los tiempos,
perdiendo la visión de los factores atemporales...

la mediatez de los apuros humanos de estas horas,
no permiten ver el horizonte,
y distintas culturas antiguas
asumen la responsabilidad de haber anunciado,
sin atenuantes,
el mentado apocalipsis...

pero la revelación está mal interpretada,
el apocalipsis (revelación),
reside en el hombre mismo...
los ciclos determinan
que aquello que comienza,
debe necesariamente concluir...

la profecía está clara y es, además, precisa...
este quinto SOL concluirá por hambre,
no será el fuego, ni tampoco el agua,
no será el viento, ni tampoco la piedra tezontle,
revelaciones que ya sucedieron,
ahora se da paso al hambre...

ciertamente, las manipulaciones organizadas,
han adecuado el terreno para que la humanidad no halle alimentos,
y estamos demasiado cerca de dicha premonición...

¿son los Mayas las inteligencias de la aseveración?, sí
pero no las únicas...
casi todas las culturas antiguas,
fundándose en visiones filosóficas,
han visto hacia dónde lleva esta senda...

"cuando la huella revele la densidad de los cuerpos,
en ese instante se producirá el cambio"...

este SOL, desembocará en una nueva realidad terrena,
4-ESPÍRITU su signo, donde todo será diferente...

pero para que sea distinto,
los ángeles deben modificar el sentido de los vientos,
cambiar los polos, someter al tiempo.

la condición humana será el eje de este nuevo SOL,
el sexto de la era humana en la Tierra,
y será el mismo que antes fue,
pero que los espíritus no conocen.

recuerda, 4-ESPÍRITU su signo,
lo que no esté inscripto en el espíritu,
no tendrá espacio para existir...
el dispensador: mensajes desde el SOL... no son mensajes solares. Enero 28, 2010.-
DEDICADO A: los que priorizan las cosas del espíritu.

miércoles, 27 de enero de 2010

plumas perdidas


el dispensador dice:
los ángeles están aunque tú no los veas,
han estado antes que el humano viniera,
ordenan el caos, transforman en orden,
aquellos remolinos que va dejando el hombre...

los cuerpos son imanes,
energías ciertas,
emanan luz y otras fuerzas,
desconocidas muchas de ellas,
también emanan sombras densas
que sobre las vidas pesan...

cuando sientas que el cielo,
has tocado con tus manos,
por favor, mira tus pies,
no sea que te encuentres penando...

asegúrate de estar a la tierra aferrado,
mira dentro tuyo,
busca tu alma,
hurga hasta el fondo,
no pierdas la calma...
si logras hallarla y que te reconozca,
te sonría y te mire,
sin percibir tu sorpresa,
habrás pasado el examen,
no tengas vergüenza...

extiende tus manos,
busca a tu ángel,
siente tu estirpe,
es ventana de aires,
no tiene marco, no tiene vidrio,
pero por ella te engendran,
pero por ella naces...

no lo desmerezcas,
tampoco lo niegues,
nunca lo desprecies,
ni olvides que está,
cuando la muerte llega,
es él quien te va a llevar...

los ángeles están aunque tú no los oigas,
han estado hablando antes que el humano viniera,
ordenan las aguas, nutren las fuentes,
abren las sendas para que el hombre beba...

vamos humano, despliega tus alas,
ha llegado el tiempo,
que se terminen las palabras,
veras torbellinos,
pesarán en tu espalda,
te empujarán hacia los tiempos,
donde no hay espalda...

energías inciertas,
andan dispersas,
esperando el instante,
para alentar las velas...

acudirán las almas,
hacia aguas inquietas,
no sueltes tu ángel,
te mirarás en ellas.
el dispensador: orando por el mañana necesario. Enero 27, 2010.-
DEDICADO A: los que entienden las diferencias sutiles de los mensajes gentiles.

martes, 26 de enero de 2010

Isis, sin velos


Evangelio: Lucas 10,1-9
"La mies es abundante y los obreros pocos"

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Miras que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y, si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, por que el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed los que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios.""

el dispensador dice:
para que tu mirada vea hoy,
hubo otras miradas que se cruzaron antes...
pero para que ellas te miraran a ti,
hubo otras más que las precedieron...
si no fuese así, tu no estarías mirando.

para que tu oído escuche hoy,
hubo otros oídos que escucharon antes,
percibieron sonidos que les parecieron armónicos...
pero para que ellos te escucharan a ti,
hubo otros más que los precedieron...
si no fuera así, tu no estarías escuchando.

mirar no significa ver,
puedes mirar sin entender lo que ves,
es más, puedes ver sí,
pero puedes no interpretar el mensaje que se te envía...
debes entonces, pedir la gracia que te habilite a ver,
ya que de lo contrario,
verás muchas cosas,
pero no hallarás el sentido de las mismas,
y si ves sin interpretar,
es lo mismo que no ver nada...

escuchar no significa oír,
puedes oír sin comprender lo que escuchas,
tu crees descifrar el mensaje,
sin embargo el mismo permanece flotando,
no ingresa a ti, por ende no oyes...
apenas percibes sonidos con formas,
pero puede que las palabras sean huecas,
o bien puede que tu alma esté hueca...

se expresa el alma con miradas,
se expresa el alma con gestos,
se expresa el alma con lágrimas,
se expresa el alma con pasos...
cuando las palabras golpean el alma,
se producen agujeros en el espíritu,
heridas que no se ven, pero duelen
traspasan el cuerpo y duelen sin tiempos...

si tu alma está hueca,
no entenderás las palabras que pronuncies...
no escucharás los lamentos de quien las recibe,
o el daño será de ida y vuelta...
ello cerrará los espíritus,
y no habrá espacio para las almas.

lanza una oración,
pide la gracia...
abran tus ojos y abran tus oídos,
se abra tu mente ante en el prado florido,
ya que si no tienes la gracia,
que el viento ha traído,
pasará la vida, soplará el viento,
pero te habrás ido sin comprender tus tiempos.
el dispensador: para que Isis corra su velo. Enero 26, 2010.-
DEDICADO A: ISIS.

lunes, 25 de enero de 2010

silenciosas arenas


el dispensador dice:
admiro el desierto,
sus soledades e imponencia,
realidades que nadie transita,
que se mueven con vida propia,
siguiendo los vaivenes de los vientos...

admiro el desierto,
sus arenas aullantes,
sus visitantes inciertos,
arenas cambiantes,
voluntades sin tiempo...

calores intensos,
fríos tremendos,
vida oculta
bajo los médanos eternos...

las arenas traen a veces pensamientos,
dolores ajenos, pesares austeros,
qué pasaría si cada grano de arena,
fuera un acto de bondad del hombre?,
seguramente otra sería la historia,
distinto sería el mañana...

el mundo estaría pleno de voluntades,
misericordia y verdades,
dispuestas a ofrecer luz,
a los espíritus sedientos,
y alumbrándose los cuerpos,
midiendo las palabras,
se hallarían nuevas sendas,
para despejar los infiernos.
el dispensador: mensajes desde las arenas. Enero 25, 2010.-
DEDICADO A: los que miran sin tiempos.

domingo, 24 de enero de 2010

miradas de BUHO


el dispensador dice: si bien cuando era niño la oscuridad me inspiraba cierto temor, poco a poco, en los campos abiertos de Hinojos le fui ganando confianza hasta alcanzar el punto de amar el caminar en la noche cerrada... a lo largo de los años, cambiando los paisajes según los designios de la vida, tuve oportunidad de seguir experimentando las sensaciones que imprime el acostumbrar los ojos a la oscuridad amplia, muy distinto a la eventual que proporcionan los contraluces de las ciudades. He caminado a campo abierto en muchos lugares del mundo y seguramente, no faltará quien observándome haya pensado que estaba loco y... nada más cierto... pero he aprendido a disfrutar los sonidos de la noche y descubrir, miradas atentas mediante, las cosas trascendentes que nos perdemos lo humanos. Esa experiencia te enseña a pisar y a sentir los pies, aspecto en el que usualmente no reparamos... por otra parte, no es lo mismo transitar bajo la luz de las estrellas por un camino asfaltado que hacerlo a campo traviesa... los sentimientos caen en cascada y las sensaciones te atropellan el alma. Ver dormir a las aves, es para mí una gracia... y encontrarme con la mirada sabia de un buho, que me habla con sonidos inteligibles, más aún. Hoy, con la vida caminada, sucede que muchas veces me tildo contemplando el vuelo de las águilas en la Cordillera de los Andes... y sigo atentamente sus juegos con las térmicas, capacidades desconocidas para los humanos. A veces pasan haciendo círculos por el lugar donde vivo y me quedo en el jardín con la vista clavada en sus piruetas... Otras veces, aves se acercan a la ventana de la habitación que ocupo como mi estudio o bien se detienen en las ramas de la Santa Rita (contigua a la ventana) para mirarme y hasta acercarse al vidrio... en alguna ocasión han entrado al estudio para buscar vaya a saber qué y luego irse dejándome su canto o al menos un silbido de complacencia. Hemos establecido un pacto. Cuando estoy, les proporciono migas de pan por la mañana y por la tarde... y ellos se han acostumbrado al rito... pero cuando no salgo a cumplir con mi parte, me llaman. Salvo a las palomas, no los identifico... pero ya van varias generaciones aladas que se llegan a mi alma para traerme la paz que les he pedido. Enero 24, 2010.-
DEDICADO A: mis pájaros de los jardines en altura del Santuario de Schoenstatt... a quienes me acompañan en mis atrevidos vuelos.

sábado, 23 de enero de 2010

convergencias


fotografia de Marcela Viarengo [MISIONES - ARGENTINA]
asoc.mg.misiones@gmail.com

el dispensador dice: existen almas que aparecen ante los otros como fuentes oportunas, a las que puedes acceder cada vez que lo necesitas, a beber de sus aguas, también a refrescarte la mente, puedes acercarte a sus orillas y tomarte un descanso, simplemente mirar o sentarte en sus arenas a reflexionar... las almas fuente proveen energías para que el visitante recobre fuerzas para continuar con su camino... suele suceder también que el encuentro genere nuevas visiones, otras sendas y hasta un eventual regreso. Almas bendecidas aquellas que son fuentes... y almas bendecidas las que llegan ella sin estar movidas de segundas intenciones. Cuando ello sucede el alma que derrama se nutre de la energía positiva de quien ha alcanzado la gracia de la fuente, esto es reflejarse por un instante en sus aguas, aún en torbellinos...

existen otras almas que actúan como esponjas, y al modo de un agujero negro en el espacio se devoran las energías de aquellos que se le acercan, agobiándolos y sumiéndolos en la zozobra de sus penas endosadas... dichas almas se comen las escasas energías de las almas penantes, cargándolos padeceres en sus mochilas a efectos de obligarlos a volver a llorar en sus hombros, creando un círculo vicioso de sufrimientos crecientes que van consumiendo a la víctima como la araña hace con sus depredados.

existen almas neutras que no derraman ni tampoco absorben... sus vidas se debaten entre la nada y el hastío de pretender que ellas se encaraman por sobre la vida, asumiendo la potestad sobre las vidas de los otros para usarlas a discreción.

los tiempos respirables enseñan calidades espirituales que se muestran como paraísos, purgatorios o infiernos ocasionales que signan los destinos de una manera cuasi inmodificable, salvo por decisión propia de migrar hacia uno u otro extremos.

se tejen redes desde uno y otro reductos para atrapar energías o para diseminarlas libremente, sin condicionamientos... los que chupan energías niegan la vida de los otros... los que derraman electrones crean nichos de masa positiva que nutren redes invisibles de creación, pensamiento e integración de los espíritus en este curioso tránsito breve que nos propone la vida.

¿en cual de los grupos te sitúas?...
¿sabes cuánta gente pasa por la vida destruyendo las de otros, para sentirse ellos conformes consigo mismos y sus realidades?...
¿pero sabes cuánta gente anda por la vida sembrando oasis para nutrir a los espíritus peregrinos?...
si no das, no recibirás y si recibes sin dar, debes reflexionar.
el dispensador: abriendo ventanas a las fuentes. Enero 23, 2010.-
DEDICADO A: los que beben.

"¿Quién dice que la poesía es inútil?"


"¿Quién dice que la poesía es inútil?"
Juan Gelman, premio Cervantes, es considerado uno de los más importantes poetas en lengua española. Aquí habla de su vida, su infancia, su juventud, su familia, su nieta y el oficio de escribir maravillas en forma de verso

Noticias de ADN Cultura: Sábado 23 de enero de 2010 | Publicado en edición impresa
Por Rodolfo Braceli
Para LA NACION - Buenos Aires, 2010

La conversación, esta conversación, empezó en 1965. Entretanto, media vida. O un pestañeo de tiempo, si es el sol el que mira. Gelman llega a Las Violetas diez minutos después de lo acordado. Ya por el modo de disculparse advierto que, por más que sea argentino y Premio Cervantes, sigue siendo Juan. Este hombre sin corbata, campera liviana, no podría tener otro nombre que el de esa sola sílaba arrojada. En la confitería están armando dos mesas de temer, una para veinte varones y otra para cincuenta mujeres. Será difícil conversar en esta babel. El mozo, pícaro, avisa: "Serán sólo cuarenta y nueve". "Ah no, si no son cincuenta, nos vamos." Cruzamos de vereda y encontramos más sosiego en el café-pizzería Tuñín. Me quedé tildado con una pregunta huevona, que no hago: ¿Alguien al que sólo le resta el premio Nobel puede ser tan uno más? Pensé encontrarme con un tipo con ojeras de melancólico, gruñendo falta de tiempo. Pero no. Se disculpa otra vez por la tardanza. Viene de almorzar con un nieto y me muestra, como si fueran trofeos, una longaniza y un par de vidrios con vino de Luján de Cuyo adentro.

"Un espresso con espuma de leche", pide este hombre que supo encontrar a su nieta robada en los años de limbo y de infierno, cuando no sólo se violaba a la vida, también se violaba a la muerte; y se robaban criaturas. Su dolor de padre y de abuelo pudo haber estrangulado a su poesía metiéndola en el callejón del puro desgarramiento y del furioso reclamo. Pero Gelman no abdicó; sin arriar el insomnio de su conciencia, no le dio tregua a la espiral sedienta de su poesía. Vadeó las eternas preguntas eternas y afrontó las de un tiempo inclemente en el que el surrealismo se volvió canción de cuna porque en la palpable realidad la condición humana se desfondó. Este hombre, ¿qué viene haciendo con su poesía? A las cansadas palabras, tan deshilachadas, tan desteñidas, él directamente les mete tajo, hondo, las raja por la costura o por donde venga, las hace crujir, alarir. Destripando palabras, al sustantivo lo muta verbo; al otoño lo hace otoñar; al pan, panar; ¿y al mundo? Mundar. No le alcanza a Gelman con llevarse bien con la sintaxis, él necesita ir por más, tajo mediante, buscando, como Girondo, "la másmedula", y después.

Traigo yo un par de fotos del encuentro de hace 44 años. Se las mostraré más tarde. Empiezo con una pregunta grave:

-¿Cómo te llevás, Juan, con eso que llamamos "el tiempo"?

-El único consuelo es que envejece con uno.

-Los años vienen más cortos, ¿nos están afanando? A vos, ¿cuántos meses te duró este año?

-Esto depende de lo que pase, viejo, a mí me resultó muy largo. Es lo que llaman el tiempo psicológico. Pero si pienso que voy a cumplir 80, digo ¡pucha, qué rápido pasó!

-¿Cómo es eso de tener 80?

-Lo estoy averiguando.

-¿Te jode si hablamos lo menos posible de literatura?

-De lo que quieras. Vos preguntá.

-Contame de tu parto. ¿Colaboraste o te sentaste en la retranca?

-Colaboré. Cuando mi madre me dio a luz, yo quería estar al lado de ella, es lo menos que puede hacer un caballero.

-¿Te recordás naciendo?

-¡Por supuesto! Lo que me costó. Parece que mi madre estaba bien conmigo y no me dejaba afuera. Estuvo veintiséis horas en lo que se llamaba la cama dura, hasta que yo, peleando un poco, pude salir, con cinco kilos y medio. Me llamaban el torito de la sala y según mi mamá, me quiso robar una monja.

-Una monja, casualmente.

-Creo que esto pertenece a la leyenda familiar.

-Por ahí no es leyenda. Alguna vez Bradbury me contó que chequeó con su madre cosas que él recordaba de su cuarto día. Por ejemplo, al doctor que se inclinaba sobre él con el bisturí para la circuncisión.

-No sé, no sé...

-¿Te suena a mentira?

-Más bien me resulta no cierto.

-Volvamos a tu nacimiento.

-Fue a las once de la mañana, creo. Había luz de día. Yo fui el último hijo. Los otros eran uno ucraniano y la hermana, moscovita. Yo, porteño. Nací en el hospital Durand. Había una cancha por ahí, a la que después íbamos los del barrio a jugar a la pelota.

-Para muchos no de carne, de fútbol somos. ¿El fútbol te interesa?

-Sí, claro, por supuesto.

-Seguro hincha de Atlanta.

-Sí, hombre, no me lo recuerdes. Siempre de Atlanta, ¡aunque ganara!

-Cuando se ronda, intenso, los 80, ¿se siente la presencia de los padres?

-Sí, es curioso, porque más bien lo que he sentido es la presencia de mi madre y últimamente estoy sintiendo la de mi padre. Lo veo por los poemas que escribo. Gestos cariñosos de él recuerdo uno o dos, a lo mejor hubo más. Una vez que estuve enfermo a los 12 años, se sentó al lado de mi cama y me leía cuentos de Scholem Aleijem en idish. Me acuerdo de eso, pero era un hombre silencio; para mí, distante. Y sin embargo cuando muere, en 1964, me costó mucho admitirlo, mucho. Yo llegué a casa, ya le habían puesto la tapa al cajón y exigí que la levantaran porque no podía creer que se hubiera muerto. Yo tenía 34 y él 74. Y bueno, después la vida y las cosas... Sí, en los últimos años aparece mi padre. No sé por qué se produce porque ya... mis hijos, bueno, a uno lo mató la dictadura, la otra vive aquí, ya tiene más de 50; hace años que no convivo con hijos. A lo mejor ésa es la razón, no sé.

-¿Alguna otra imagen de tu papá?

-Pocas palabras... después fui entendiendo su pasado. En las familias se hablaba poco de ciertas cosas importantes. Lo que pasó durante la inmigración quedaba atrás; cortina y a otra cosa. Recién a los 70 descubrí que había tenido otro hermano, que murió en Rusia. Y era hermano de mi hermano mayor; ni siquiera él me habló de eso. No hijo de mi mamá, sino del primer matrimonio de mi papá. Mirá, nunca supe el nombre. Quien me habló de él y me mostró una foto fue la viuda de mi hermano Boris. Así que recuperé un hermano, muerto, mil años después de que se fuera. Historias que pasan en la mayoría de las familias, zonas que no se tocan... No sé, el secreto familiar siempre anda por ahí. Que si una tía fue borracha, que si otra se escapó con un tipo...

-Con tu padre no se hablaba de mujeres.

-No. Por Dios. Cómo ibas a hacer eso.

-La palabra sexo...

-... nunca la escuché en mi casa. Sí en la calle, en el colegio, ja, pero en la casa... Mi papá era carpintero, después fue poniendo una pequeña fábrica de camisas. Una empresa familiar, años de crisis, hasta yo ayudé un poco lavando lo que llamaban esqueletos de los pedidos. Bueno, después de la Guerra Mundial la cosa mejoró, pude estudiar, mi hermana también. Y ya me vine grande, me casé, me fui de casa.

-¿Y tu mamá?

-Ella apoyó esta pequeña empresa. Mi padre enfermó, años padeció lo que supongo que era un cáncer, porque lo tuvieron que operar, y ella sostuvo la casa. Por otra parte, era una mujer culta, leía mucho. No sé cómo hacía, pero a mi hermana y a mí nos llevaba una vez por año al Colón, al paraíso. No sé, juntaría los centavitos. Ahí escuché a lo mejor de la época. Un acontecimiento para los hijos era. Cuando las cosas mejoraron, nos puso a estudiar piano y demás... me llevaba al cine...

-Siempre hay una película iniciática.

-Sí, me acuerdo que me llevó a ver... esa película del panadero que quiere suicidarse porque lo engaña la mujer... También me llevaba al teatro. En su juventud estudiaba medicina; se produce la revolución rusa y cambia todo. Y mi papá también era un hombre culto, participó en la revolución rusa de 1905. Cosa que nunca me dijeron en casa pero que yo averigüé con la familia en Moscú, cuando fui. Él era uno de esos obreros activistas del centro de Europa y del Este, que sabían de todo: política, economía, historia, literatura, lingüística... Dirigentes obreros así raro que haya.

-En tu casa libros no faltaban.

-Siempre había libros. Boris era un lector voraz, yo le saqueaba la biblioteca; se hacía el que no se daba cuenta él. Tuvimos una relación muy buena. Me enseñó a jugar al ajedrez, me recitaba poemas de Pushkin en ruso... Todavía me acuerdo de algún verso aunque sigo sin saber qué significa.

-Si recordás, es que algo rescatabas.

-Sí, la música y el ritmo. Yo creo que eso influyó en mi relación con la poesía, que el que me despertó algo fue mi hermano. Me recitaba esos poemas a los 5 o 6 años míos, y yo no entendía un pito. Alguna vez me tradujo qué era, pero nunca los retuve, lo que me encantaba era el ritmo y el sonido del ruso. Yo lo acosaba, le pedía que me los volviera a decir. Y eso me creaba una sensación como de estar en otra parte, en el sentido de sentir algo no habitual.

-¿Te recordás aprendiendo a leer?

-Me enseñó Teodora, mi hermana, que falleció cerca de Jerusalén. El tema de la dispersión de la familia es una constante, porque mi hermano falleció en Brasil y tengo cuatro nietos en cuatro países.

-No te queda otra que ser ciudadano del mundo.

-Vos sabés que eso no existe, porque, mirá, yo no creo que exista tampoco el amor a la humanidad.

-¿Y aquello del amor universal?

-Uno no puede querer a la humanidad entera, no existe el amor universal; no puedo querer a los militares que mataron a mi hijo. Entonces mi amor es bastante selectivo.

-Volvamos sobre Juan aprendiendo a leer.

-Mi hermana dijo públicamente que yo aprendí a los 3 años; lo dudo. Esa cosa de embellecer, ¿no? Aprendí antes de ir a la escuela, eso sí.

-¿Cuál fue el libro que primero te sacudió?

-Mirá, leía las cosas escolares, pero a los 8 o 9 años empecé con los clásicos españoles, no Quevedo sino los poetas del siglo XIX. El primer libro que me produjo una emoción muy grande fue Humillados y ofendidos, de Dostoievski, que tenía mi hermano... Él tenía una habitación arriba, con una escalera de hierro. Un domingo se fue y subí y le saqué ese libro. Me senté en la escalera y me lo leí de arriba a abajo. Después estuve en cama dos días con fiebre. Tenía 14 años. Y no era que estuviera resfriado ni nada por el estilo. Eso fue una conmoción tremenda. Seguramente tuve lecturas superiores, pero ésa fue la que... no sé, me impresionó de un modo muy particular.

-¿En qué momento te das cuenta de tu vínculo con la poesía?

-Vos sabés que eso no es fácil, ¿no? En el Colegio Nacional de Buenos Aires conocí al que después se convirtió en una especie de hermano, Marcelo Ravoni, un poeta italiano que ya falleció. Nos mostrábamos las cosas, pero, bueno, uno entonces no pensaba que iba a ser poeta ni nada por el estilo.

-¿Y a la hora de la vocación?

-En la universidad elegí doctorado en Química. Abandoné el primer año, intenté al siguiente y volví a abandonar. Me puse a trabajar en distintas cosas para ganarme la vida. Seguía viviendo en casa de mis padres, pero, claro, ya tenía 19 años...

-Se te cruzó algo...

-Sí, ahora recuerdo que a los 15 años tuve un sueño maravilloso, ¡eso sí que fue extraordinario! Mis hermanos se habían casado, yo había heredado la pieza de arriba con algunos libros, pero ya tenía los míos... De ese sueño todavía me acuerdo, ¡pero mirá vos!

-¿Cuál era ese sueño?

-Entonces yo soñé, día tras día y no me acuerdo por cuánto tiempo, que yo era un paje en una corte y que me enamoraba de no sé quién, y le escribía un poema extraordinario. Yo me dormía con un papel en blanco y un lápiz al lado de la cama porque, me decía, cuando lo escuche me despierto y lo escribo. Bueno, nunca ocurrió.

-Te querías afanar el poema.

-Me quería afanar el poema del sueño, sí... pero nunca me desperté. Otro sueño estoy recordando... ya tenía más de 30, soñaba con que me tocaba de nuevo el servicio militar. ¡Y eso era una pesadilla! Bue, menos mal que pasó. Y que ya no hay servicio militar.

-¿Vos lo hiciste completo o eras "apto relativo"?

-Sí, sí, claro: trece meses en un regimiento de caballería. Ahí se produjo el golpe de Menéndez, contra Perón. Y lo que pasó alrededor del golpe, la vida ahí en el regimiento, todo eso vuelve a cachos, porque es una larga interrupción. Fue muy largo eso.

-Aparte del emprendimiento familiar, ¿por dónde se te dio?

-Mirá, cuando tenía 19, trabajé para una revista de las aseguradoras. Iba adonde pasaba algo, a ver si tenían seguro o no. En general tenían. Pero una vez me tocó ir al puerto porque se había incendiado una lancha que era de dos hermanos; llego y estaban de lo más alicaídos. Ahí les digo: "Ustedes tenían seguro, ¿no?" "Se venció ayer", me dicen. Volví con esa historia, agobiado, y el director se restregó las manos y "¡Fantástico, escribila ya!". La escribí y me fui. Terrible.

-Más que amarillo, periodismo sádico.

-Sí, crónicas sádicas... Voy a pedir otro café... (Hace una seña, "Cortado con espuma de leche, por favor. Y agua".) Bueno, después trabajé de camionero.

-¿Tenés auto?

-No.

-Nunca te imaginé manejando, y menos camionero.

-Y dentro de la ciudad no es fácil, eh. Trabajé en una fábrica de muebles también y después en una casa de repuestos de automóviles, hasta que entré en el periodismo. Al mismo tiempo publicaba mi primer libro. Yo tenía 26... Cuando se lo llevé a mi mamá, me dijo: "¡De esto nunca vas a poder vivir!". Y tuvo razón, pero lo recibió con una ancha sonrisa.

-¿Cuándo te das cuenta de que lo tuyo es la poesía?

-Con este amigo Marcelo, a los 17, merodeaba por revistas literarias. Había un grupo de poetas que andaban por los 23, incluso habían publicado; se reunían en un café, les presentábamos poemas ¡y siempre desaprobaban los míos! Entonces un día dije esto no puede ser, tan malo no soy. Escribí uno y se lo atribuí a un poeta hebreo del siglo XII. Llegué al café y les dije "Miiiren, traje este poema; no sé si lo quieren leer..." "Sí, sí, cómo no." Se deshicieron en elogios. Ahí me di cuenta de varias cosas y de la más importante: lo único que vale es la escritura. Nada más. Me di cuenta de la vanidad que rodea a toda esta historia.

-Hablando de la utilidad de la poesía se dice que sirve para "levantar mujeres". ¿Vos le diste ese uso alguna vez?

-Cuando tenía 9 años. Quería enganchar a una vecinita de 11 y yo le mandaba poemas de Almafuerte como si fueran míos.

-¿Y?

-No pasaba nada, entonces dije bueno voy a escribir yo.

-¿Y?

-Nada, pero yo seguí. Me consta que hay gente que ha usado mi poesía. Yo escribí un poema que se llama "Ofelia" y que empieza diciendo "Esta Ofelia no es la prisionera de su propia voluntad...". Un día me invita un cubano, en México, a una fiesta, y voy con mi mujer. Se acercan dos mujeres a saludarla y me dice una: "Le quiero presentar a mi esposo, porque después va a contarle algo". Y viene el tipo y me cuenta: que él primero había conocido a la amiga de su mujer, la que estaba ahí con ella, y le había enchufado el poema con su nombre, suponete, Patricia: "Esta Patricia no es la prisionera...". La cosa no caminó. Después conoció a la que fue su mujer, no sabía que eran amigas, y le enchufa el poema: "Esta Carolina no es la prisionera...". Ja, otra que me pasó fue una vez que justo salió un libro de Benedetti y uno mío, entonces nos hicieron una entrevista radial, pero en un café. Nos piden que cada uno lea un poema. Él leyó el suyo; yo, el mío, de amor. Termina la entrevista. Se me acerca una chica y me dice: "¿Ese poema es suyo?". Digo sí. "¡Hijo de puta!" "Mire, disculpe, el poema no será muy bueno pero yo soy un hombre decente." "No -me dice-, hijo de puta el novio que tuve, que me lo mandó como que era de él."

-A veces uno no puede usar ni su propio poema.

-Pero a mí eso me alegra, porque ¿quién dice que la poesía no sirve, que la poesía es inútil? Además, en el siglo II un filósofo chino, no me acuerdo el nombre, decía que todo el mundo habla de la utilidad de lo útil, pero nadie repara en la utilidad de lo inútil.

-Volvamos al eterno "para qué sirve la poesía".

-Ésa es una pregunta que se hizo, sobre todo, Hölderlin: ¿para qué poetas en estos tiempos mezquinos y miserables?

-Justamente.

-Sí, justamente.

-La abundancia de poetas abonará la teoría de las compensaciones.

-Mirá, los poemas son botellas al mar que por ahí llegan a la playa de un alma.

-Un alma, nada menos.

(Viene el café. Es el momento de mostrarle a Gelman aquellas dos fotos. "Te las traigo sin ánimo de andar nostalgiando." Las mira y cabecea: "¿Pero esto es pa´ reprocharme la vejez?". Las fotos tienen pulso. Mediados de los años 60: la escena sucede en Mendoza, al oeste del paraíso. Alberto Patiño Correa (galerista, casado con Pampa Mercado, cuñado de Tununa) invita a Mendoza a Juan Gelman, Paco Urondo, Tata Cedrón y dos músicos más. Para presentar Madrugada, un disco con poemas de Gelman y tangos de Cedrón. En aquel encuentro apunté para una crónica palabras de Urondo: "Nos guste o nos reviente, no hay poesía regular o pasable; ser buenos muchachos no alcanza, no sirve para esto".

Pero volvamos a las fotos: fue el día anterior al recital, vivimos horas de ésas que la memoria no suelta. Gelman recuerda enseguida: "Chivito. Comimos un chivito en la montaña". Habíamos ido en dos autos, camino adentro de la precordillera. En Puesto Lima almorzamos y bebimos luminoso vino oscuro, sin miramientos. De vuelta, desandando la montaña, nos encontramos con unas nubes tan gordas que reventaban; muy bajas, lamían el camino pedregoso. Alguien dijo: "¡Paremos un rato!" El auto hizo caso. Enseguida Cedrón y los otros dos músicos, guitarra, violín y bandoneón, se pusieron a tocar. Parece soñado, parece mentira, pero las fotos atraparon aquel pestañeo de eternidad: ahí está Gelman bailando a la intemperie con Zulema Katz (entonces compañera de Urondo). Ahí estamos, en racimo. Al decir de Patiño Correa, "entonces bailábamos valses y estábamos todos..." Cosas que pasan cuando colisionan música, poesía y vino. Sumado a corazones en estado de vida. No imaginábamos lo que nos esperaba a la vuelta de la década. Soñábamos a raja cincha, sin tiempo para presagios.)

-Ahí estás, Juan, bailando el valsecito en la montaña... Te emocionaste.

-Que no se enteren en el barrio.

-Mirá, quiero preguntarte algo pero no sé cómo... Tu hijo y tu nuera y tu nieta desaparecidos... ¿Cómo se hace para soportar tanto dolor, cómo el corazón no estalla en pedazos?

-Hay gente que no lo aguantó, por supuesto; yo creo que eso se resuelve de una manera muy individual. En mi caso yo ya me había convertido en exiliado y pedía a las fuerzas políticas de Europa Occidental solidaridad con el pueblo argentino. Primero fue contra Isabel Perón, cuando empezó el pregolpe. Porque la verdad es que el golpe tuvo dos etapas: una fue la Triple A y después vino la directamente militar. Una de las cosas que me sostuvo fue la poesía, pero no el hecho de escribirla sino el hecho de leerla.

-¿Cuáles fueron esas lecturas?

-San Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús, la Cábala, los profetas, los Rollos del Mar Muerto, en fin, todas esas cuestiones que tienen que ver con el misticismo. Encontré una especie de coincidencia con lo que yo mismo sentía que era, o es, lo que llamé la presencia ausente de lo amado. Para ellos, Dios; para mí, el país, el hijo, los amigos y compañeros desaparecidos. Eso me ayudó mucho. También el Quijote me ayudó, en la medida que podés leer pasajes que te hacen morir de risa... Un consuelo. Además tiene una característica muy importante: Cervantes no sólo inventa palabras sino que también aconseja inventarlas. Esto es interesante porque hace unos años había varios poetas, españoles sobre todo, que decían que no había que lastimar el lenguaje; y es al revés... Porque desde que la gente empezó a hablar lo lastima cada día. Eso es así. Entre comillas lo lastima.

-Porque lo lastiman vive.

-Claro, si no, está muerto. Aunque yo ya venía inventando palabras por necesidad expresiva. Aparte de las lecturas, me ayudaron en esos tiempos amigos, amores, desamores y todo eso.

-En la búsqueda de tu nieta no estuviste solo.

-Quien hizo realmente la investigación para encontrarla fue Mara La Madrid, mi segunda mujer, que no es la madre de mis hijos. Ella, como ciudadana, se interesó mucho y con rigor; archivos, documentos, todas las noches nos reuníamos, desechábamos información, incorporábamos otra, porque cada vez que yo venía a la Argentina no faltaban personas que me venían a ver con fotos y me decían: "Mire, qué parecida a su nuera", o "qué parecido a su hijo". No sabíamos si era niña o niño. Entonces una noche con mi mujer decidimos que no era ésa la forma de buscar, que lo que teníamos que buscar era el destino de mi nuera, María Claudia García Iruretagoyena. Por ese camino sí pudimos dar con ella, después de más de tres años de investigación y de una campaña internacional que yo hice con la ayuda de un poeta alemán y uno colombiano.

-¿El desenlace cómo fue?

-Ubicamos a mi posible nieta. Yo le pedí a un obispo uruguayo que intermediara con la supuesta madre de la chica, el supuesto padre ya había fallecido. En realidad era la única madre que había conocido en su vida. Porque a los dos meses de nacer la separaron de María Claudia, a quien raptaron en Uruguay. A Macarena la pusieron en una canastita y la dejaron en el umbral de la casa de esta familia; él era jefe de policía en un departamento de Uruguay y muy amigo del presidente Sanguinetti. Le di todos los datos al obispo; le digo: "Mire, nosotros tenemos noventa y tanto por ciento de seguridad de que esta persona es mi nieta, vive en tal lado con la señora que la crió y lo que le ruego es que usted hable con ella". Porque la habían anotado como propia, sabés, y a una edad en la que en aquel entonces no era posible que ese matrimonio pudiera concebir un hijo. Bueno, el obispo habló. Mientras tanto, la campaña internacional estaba a pleno. Ahí Sanguinetti cometió una serie de faltas imperdonables. Por ejemplo, Günter Grass escribió una carta y él prácticamente lo calificó de idiota útil y de ignorante. Eso provocó más indignación todavía. La carta por mi nieta fue firmada por más de cien mil personas de cien países, doce premios Nobel, escritores, gente de a pie... A mí siempre me pareció una cosa extraordinaria, porque ¿cómo hacés después de veintitrés años para recuperar a alguien cuya madre fue secuestrada, su padre secuestrado y asesinado y ella... vaya a saber en manos de quién?

-¿Qué resultados obtuvo la gestión del obispo?

-Unos quince días después de que él hablara con esta señora, ella le dijo a Macarena que no era la madre y que probablemente fuera mi nieta. Macarena quiso saber. Vos sabés que hay hijos de desaparecidos que no quieren saber; yo no los critico, no quieren saber y punto. Mi nieta quiso. El obispo sirvió de nexo hasta que mi mujer y yo fuimos a Montevideo. Concertó una reunión y apareció mi nieta en la habitación. Fue una impresión muy fuerte. Ella decía que no tenía abuelo. Después me contó que al entrar me vio y dijo: "Sí, éste es mi abuelo"... Mi mujer la encontró parecida a mi hijo y yo la encontré parecida a mi nuera. En realidad se parece a mi hijo.

-Ahí empieza la relación entre abuelo y nieta.

-Relación que no fue fácil, por supuesto, muchos años de vacío y además, ella vive en Uruguay y yo en México. Pero cuando podemos, nos vemos y entonces la nuestra es una relación afectuosa, cordial, ella no tenía la menor idea de quién era yo, y ahora leyó casi todo lo que escribí... Espero que lo que escribí no la enoje conmigo. Se trata de construir una relación que no es la normal... Yo sé que la búsqueda fue como un deber que yo tenía con mi hijo, la única herencia.

-En esta porción de mapa se desnucaron todos los colmos, se violó la vida y se violó la muerte, hasta se robaron criaturas. La pregunta nos cae sobre la mollera: ¿el promedio de nuestra sociedad aprendió algo?

-Decímelo vos. Yo no estoy seguro. Creo que buena parte de la sociedad se enteró de los horrores de la represión desatada por la Junta Militar. De ahí a desear firmemente que no vuelva algo parecido... Creo que hay diferentes terrenos donde puede haber un aprendizaje. Parece que hay sectores que no tienen el menor deseo de aprender. De un lado y de otro, eh. A lo mejor tiene que pasar más tiempo. No tengo idea. No tengo idea. Pero también depende de los casos individuales; vos podés hacer una apreciación general como la que acabo de hacer, pero tampoco ese patrón se aplica a todo el mundo... Yo creo que además de indiferencia activa, hubo apoyo activo. En la Argentina nunca un golpe militar tuvo éxito sin apoyo civil. En ese sentido, pareciera que la historia argentina está congelada. En ese sentido.

-Según pasan los años, ¿tus obsesiones se han ido modificando?

-Mirá, no se han modificado. Yo creo que todos los artistas pueden cambiar la expresión de sus obsesiones, pero por lo menos en mi caso, las obsesiones no cambian. Siempre tengo la imagen de sor Juana Inés de la Cruz de la espiral como definición de la belleza. Es decir, como si desde el punto donde esa espiral se inicia, también una obsesión se inicia en ese punto y da lugar a la espiral. Después, como si se mirara desde sus distintos puntos, cada vez más alto, cada vez más lejos, a la derecha, a la izquierda y todo lo demás... Mis obsesiones siguen siendo la niñez, el otoño, la muerte, el amor, la justicia social, la revolución. Pero además los hechos hacen que la calidad de la obsesión, su intensidad, se modifique; una cosa era cuando yo creía que estaba haciendo la revolución y otra cosa es lo que veo que pasó y está pasando. Entonces, en mi libro más reciente hay un poema que dice: "la revolución se paró en algún lado".

-¿Se paró o se bajó del mundo?

-Yo no he dicho eso, he dicho que se paró en algún lado... Yo ya sé que yo no la voy a vivir ni la voy a hacer.

-Pero sentís que alguna vez va a suceder.

-Después de tantos fracasos y errores, lo único que puedo decir es que es imposible mutilar en los seres humanos la capacidad de sueños, el deseo de cambio... Hay épocas muy grises, como la actual, que vivimos desde hace años y que viviremos unos años más todavía. Pero la historia enseña que al final algo cambia. Yo creo que en cada caso se cambia de una manera diferente y eso no lo puedo predecir. A pesar de todo el esfuerzo que este mundo globalizado, entre comillas, hace para manufacturar nuestra subjetividad a nivel mundial, para amansarnos, para convertirnos en tierra fértil para los autoritarismos... a pesar de todo yo creo que hay momentos en los que la gente dice basta. La historia muestra eso. ¿Cuándo, cómo, dónde va a ocurrir? No lo sé.

-Eso que llamamos condición humana, ¿ha avanzado al menos un centímetro? Hay hasta genocidios preventivos...

-Yo también digo ¿cómo es posible? Eso no creo que haya cambiado mucho, han cambiado sistemas sociales, pero no sé, no sé... He leído a Freud que habla del instinto de muerte y una cantidad de cosas como componente de la subjetividad humana. No lo veo ese cambio. Desde el comienzo de la historia que conocemos, esto viene ocurriendo. Si es posible que deje de ocurrir, no lo sé.

-En lo personal, la muerte te ha pegado más que de cerca. ¿Qué sentís por ella: furia, asco?

-Asco no, porque es un proceso natural. En De atrásalante en su porfía, yo me enojo con la muerte, pero son momentos... Uno se rebela porque muere la madre, el padre, el hermano, un amigo. Uno siente dolor pero también siente odio. Es inevitable eso. Que uno no se acostumbre es un asunto, pero enojarse por eso es otro asunto.

-¿La suposición del después de la muerte te sirve de algún consuelo?

-Bueno, yo no creo en la otra vida.

-¿Y si la hubiese?

-Bienvenida, no me voy a negar.

-Con Dios, ¿cómo te llevás?

-Hay una creencia que respeto, de mucha gente. Pero yo no creo en Dios, creo que es la creación de los hombres y no al revés... Soy ateo.

-Ateo, ¿nunca agnóstico?

-No, ateo. Lo que no quita que los místicos que te mencioné o toda esa indagación, empezando por la Biblia, siempre me ha interesado. Es un tema serio, más allá de la creencia o no creencia.

-Te propongo ahora jugar un rato.

-Pero no a eso de responder con una palabra.

-No tengás miedo. Vamos a imaginar visitas. Por ejemplo, han entrado César Vallejo y Juanele Ortiz. Se sientan en esas sillas.

-¿Acá, al lado?

-Sí, ya están en esta mesa. Aprovechá para preguntarles.

-A Juanele lo conocí. A Vallejo, no. Yo le preguntaría varias cosas a él. Por ejemplo, cómo empezó a escribir, qué piensa de la poesía actual... una conversación de colegas. No porque yo me considere tan grande ni mucho menos sino porque qué gran poeta fue, es, y yo creo que se puede seguir aprendiendo mucho de él. En cuanto a Juanele, cada tanto me iba a Paraná para verlo. Era un hombre excepcional. Estaba al tanto de todo lo que pasaba en el mundo, dormía cuatro horas, escuchaba la radio... y al mismo tiempo es el poeta que es. Una vez estaba escribiendo un poema sobre el río Gualeguaychú y me dice: "Estoy con un problema". ¿Por qué? "Y bueno, porque hablo de mariposas... Mariposa es una cosa y mainumbí, en guaraní, es otra. Mainumbí, Juan, vuela mucho mejor." Ahí Juanele estaba planteando un tema muy importante, el de la música, el sonido y todo lo demás.

-¿A Oliverio Girondo lo conociste?

-A Oliverio no.

-También él anda por aquí.

-¡Ah, no!... Creo que lo invitaría a al hipódromo, jaaa... Simplemente para ir, tomar unas copas, hablar de lo que venga. Es otro absolutamente extraordinario.

-En los años 70 se solía elegir entre Neruda y Vallejo. Vos ibas por Vallejo.

-Mirá, yo creo que Neruda es, evidentemente, un gran poeta. Pero hay poesía más afín a uno o menos afín. Hay grandes poetas que yo leo y no me tocan nada; no es culpa de ellos, es culpa mía. No hay que hablar de culpas en esto. Es una cuestión de afinidad espiritual, experiencia y todo eso.

-Ya Adán y Eva, parece, discutían qué es poesía. Para algunos, la palabra menos pensada. Para otros, la más pensada.

-Yo te hablo de mí: la escritura de un poema empieza por el primer verso, y hay que poder encontrarlo. Y después ya sigue sigue, sigue, sigue y cuando estás en un poema no es lo mismo que cuando lo terminaste o lo dejaste y lo ves desde otro lugar.

-¿Te das cuenta cuando te sucede el poema?

-Cuando estás en el poema, no sabés bien qué estás diciendo... simplemente me doy cuenta de que lo escribo, pero no de lo que escribo. Y después, cuando uno lo lee, dice bueno, esto está más o menos, esto suena mal, o este poema no se logró y va a la basura.

-¿El trabajo de corrección sobre el texto puede llegar a ser otra etapa de la inspiración?

-En mí no. Corrijo poco; es decir, tiro aquello que me parece que no salió. El poema está o no está. Y después soy consciente de que tiene imperfecciones pero no me pongo a componerlo.

-Entrarías así en la fabricación del poema.

-Claro, pero, te hablo de mí, hay otros poetas que no, y no es que sean malos poetas, todo lo contrario, son muy buenos y es probable que si yo me dedicara a corregir, mis cosas saldrían mejor. Pero a mí lo que me interesa es el acto de la poesía, y siento que lo traiciono si me pongo a corregir mucho... Como el que escribe es otro, cuando yo corrijo siento que estoy corrigiendo a otro. Y eso no se hace.

-Hay escritores para los que el acto de la escritura resulta tortuoso. Simenon, que tanto escribió, declaró que "escribir no es una profesión, sino una vocación de infelicidad". Otros hay que confiesan gozar como un animal que encuentra su ojal cuando está en celo.

-El mejor momento del poema es para mí su escritura. La infelicidad llega después, cuando lo leo.

-Faulkner decía que era novelista, pero como poeta fracasado. ¿Te acordás de Víctor Hugo Cúneo, el poeta? Tenía un quiosquito de libros al que lo prendieron fuego y después, para redondear, se prendió fuego él, en una plaza de Mendoza. Aquel Cúneo chuceaba a Di Benedetto diciéndole poeta fracasado, y a Tejada Gómez, diciéndole novelista fracasado. ¿Vos alguna vez intentaste una novela?

-Lo intenté una vez.

-¿Y?

-Y llegué a la página 30. Cómo cansa.

-A propósito de Faulkner, escribió: "Porque si en Norteamérica hemos llegado en nuestra cultura desesperada al punto en que debemos asesinar niños, no importa por qué razón o de qué color, no merecemos sobrevivir, y probablemente no sobrevivamos". Esta sociedad, la Argentina, siguiendo este razonamiento, ¿merece sobrevivir?

-Sobrevive, en todo caso. La altisonante afirmación de Faulkner tiene una ligera falla: usa la primera persona del plural y se incluye entre los asesinos. ¿Acaso fue así?

-Graham Greene insistía en que la naturaleza humana no es blanca y negra, sino negra y gris. Para Gelman, ¿cómo es?

-Negra, gris y de todos los colores, hasta los que no existen en la naturaleza.

-Cuando te nombran como un "poeta político", ¿cómo te suena?

-¿Dirías que Arquíloco fue un poeta político? Y sin embargo, escribió poemas pacifistas. ¿Dirías que Shakespeare fue un poeta político? Y sin embargo, nadie como él indagó las crueldades y las infamias de la lucha por el poder. No me estoy comparando, desde luego, no hay que hacer comparaciones, como decía Gardel. Creo que la poesía es palabra calcinada, que su único tema es la poesía.

-Entonces se puede hablar de todo en la poesía.

-Se puede hablar de todo. Hasta de amor.

-¿Cómo imaginás la literatura argentina si Borges no hubiera nacido?

-No me la puedo imaginar. Como no me la puedo imaginar sin Cortázar y tantos otros. La literatura es un tejido. Si alguno falta, queda un agujero.

-Sigamos con la patria: ¿qué extrañas? Si es que extrañás.

-A ver... no es una situación de extrañar, pero por ejemplo cuando llego a Buenos Aires me alegra muchísimo. Buenos Aires me alegra.

-Serías la excepción a la regla de la melancolía. ¿Te llega eso que se ha dado en llamar crispación?

-Yo sé lo que está pasando, pero el tema es que vengo de otro país. Todos los mexicanos que conozco vienen a Buenos Aires y vuelven encantados. Yo siento la vitalidad o crispación de esta ciudad. Crispación que también existe en México, pero se manifiesta de manera diferente... Pero me da alegría estar aquí. No es que necesite esa alegría para vivir, te estoy diciendo lo que Buenos Aires me produce. De pronto reconozco calles vinculadas a mi infancia; me despiertan recuerdos.

-¿Qué olores, colores, palabras te vienen si buscás en el fondo de tu niñez?

-Muchas. Las plantas del patio de mi casa, la cocina a carbón, el sótano en el que mi mamá dejaba fermentar guindas para un vino, los partidos de fútbol en la calle esquivando tranvías y otras y otras.

-Juan, cerrá los ojos para mirar más lejos: a ver, ¿cuál es tu imagen más lejana, la primera?

-Yo sé cuál es, yo sé, a lo mejor es un recuerdo reconstituido, a esta altura ya no estoy seguro, porque me lo recordó mi madre treinta años después de haber sucedido: yo tenía un perro que se llamaba el Negrito, al que por supuesto quería mucho. Yo tenía año y medio... y un día el perro no estaba en la casa, entonces salí a buscarlo, y al rato mi mamá descubrió que yo no estaba y salió a buscarme. Me encontró sentado en el empedrado al lado de un perro que había pisado uno de los raros coches que por aquel entonces pasaban por la ciudad y por esa calle. Entonces mi mamá dice que me encontró llorando. Y cuando ella me lo contó, yo me acordé, pero no estoy seguro de si es un recuerdo o es algo que ella despertó con sus palabras, y entonces ya es otra cosa. Pero digamos que desde el punto de vista de la edad, salvo mi nacimiento, es lo primero que recuerdo.

-Hay preguntas que son tercas, Juan. Para decirlo urgente: ¿Qué es poesía? Decime, ¿con cuál de estas preguntas-respuestas te identificás más? ¿Es la sed hasta las últimas primeras consecuencias? ¿Es el verbo sin retorno, arrojándose sin red? ¿Es el marinero que quiebra adrede el eje de la brújula? ¿Será la desesperación entusiasmada?

-Tiene algo de todo esto y para resumir: es un árbol sin hojas que da sombra.

-Otra pregunta porfiada, la última, y nos vamos a caminar un rato. En este minuto, en éste, ¿cómo es tu relación con la muerte?

-Me molesta.

Ya en la vereda, caminamos por Castro Barros. Una cuadra y doblamos por Don Bosco, paredes sembradas con escrituras en aerosol. Su semblante lo dice: a Gelman esta ciudad le produce alegría. Mientras el fotógrafo hace, me pongo a conversar con hebras entresacadas de un libro suyo. Gelman se retrata en una línea:

-"Miro mi corazón hinchado de desgracias..."

-Pese a todo, pese a tanto, Juan, con nosotros el amor.

-"Somos los que encendimos el amor para que dure, para que sobreviva a toda soledad. Hemos quemado el miedo, hemos mirado frente a frente al dolor antes de merecer esta esperanza."

-La esperanza, ¿derecho o deber? ¿Podemos elegir?

-"Si me dieran a elegir, yo elegiría esta salud de saber que estamos muy enfermos, esta dicha de andar tan infelices."

-¿Sólo eso?

-"Si me dieran a elegir, yo elegiría esta inocencia de no ser inocente, esta pureza en que ando por impuro... este amor con que odio, esta esperanza que come panes desesperados."

Caminamos otra media cuadra, lenta y, creer o reventar, en una pared descascarada, con letra infantil, enorme, alguien escribió: "El poeta". ¿Habrá leído alguna vez a Gelman quien escribió eso? ¿Imaginaría que él lo leería riendo y dichoso? Gelman me pasa la mano por encima del hombro. Pienso pero no se lo digo: "Gelman, cómo no te ibas a llamar Juan".

La música de una sola sílaba, arrojada.

¿Podría ser ahora, Juan, que suspendiéramos toda palabra dicha en voz alta, dicha en grito o dicha en escritura?

¿Podría ser que nos diéramos aquí mismo un abrazo a pleno sol en la plena noche?

A este encuentro le queda todavía media hora. Luego nos llevará un viejo Peugeot 404 modelo 69. La ciudad atorada, espesa de autos y bocinazos. Pero la alegría del poeta no amaina. Imperdonable lo mío, empecé con pregunta grave, concluyo con otra semejante:

-Hace un rato, Juan, me dijiste que la muerte te molestaba. No me dijiste por qué.

-Porque no me va a permitir que siga queriendo a los que quiero.
© LA NACION

abrir aquí:
"¿Quién dice que la poesía es inútil?"

Juan Gelman, premio Cervantes, es considerado uno de los más importantes poetas en lengua española. Aquí habla de su vida, su infancia, su juventud, su familia, su nieta y el oficio de escribir maravillas en forma de verso

lanacion.com | ADN Cultura | S?do 23 de enero de 2010


el dispensador dice: cuando te falta la poesía... cuando no eres capaz de admirar la naturaleza en versos íntimos ocultos en las neuronas... cuando no tienes el don de reírte de ti mismo, en prosa o en verso... cuando no sientes la vida en estrofas, entonces el alma está seca. Enero 23, 2010.-

viernes, 22 de enero de 2010

cuando te tocan con la varita mágica


el dispensador dice: a lo largo de la vida, nuestros sentidos van acumulando información que se traduce en sensaciones placenteras, visiones fantasmales, interpretaciones, sueños, ilusiones, dolores, penas y voluntades. La mayoría de las veces no somos conscientes de estas experiencias, pero las mismas quedan grabadas en alguna parte y renacen cuando la circunstancia confluye y se encuentra con el recuerdo, creando una convergencia prodigiosa.
Me ha sucedido con las comidas de mi abuela adoptiva, la libanesa Santina Cheade... y sabores irrepetibles...
Me ha sucedido con momentos que me estampan ante un espejo para alertarme de algo que se me puede haber pasado de largo, sin quererlo... regresándome a la esencia del mensaje que me tomó distraído, ocupándome de cosas intrascendentes que nos escupe la rutina...
Me ha sucedido con fragancias captadas en mi niñez y repetidas en momentos y lugares considerados especiales, distantes, dispares, pero que se ven unidos por un hilo de plata invisible, ese que nutre los espíritus y los conjuga en eternidades de silencios...
Ayer, sí ayer mismo, una paciente que se ha visto sorprendida por una apreciación oportuna (iluminación divina que le dicen), en la creencia o en el convencimiento que era de mi mérito, se acercó humildemente a entregarme un presente singular, esto es una "sagrada familia"... prolijamente embalada, brindándome el regreso de un instante olvidado por considerarlo intrascendente, no porque no guarde importancia sino porque es parte de mi compromiso y convicción con la vida, con la mía y con la del prójimo. No sabe esta paciente que su obsequio me trajo a la mente otra que había en la casa de mis padres, hace más de cincuenta años... y el momento en que me entregaba la caja, con ojos bañados en lágrimas iban ahogando los míos que revivían un pasado intenso de vaya a saber qué año de la década de los cincuenta.
Sensaciones distintas confluían hacia un mismo sentimiento, el de escuchar y atender, proponiendo verdades pero sin agredir, sin lastimar, facilitando que el que padece comprenda que el destino está allí y debemos aceptarlo... ya que las resoluciones siempre emanan de la fuente de la vida.
Hice con ella un pacto. Cuando se termine el tratamiento, vendrá a Salta a ascender al cerro de la Virgen de los Tres Cerritos. Para agradecer ella el haber recibido la gracia de continuar con su vida de abogada y de familia, de esposa y de madre... con apenas veinte y pico de años. Para agradecer yo, la gracia de haberme iluminado para alertarla y guiarla hacia su destino.
Ella no sabía qué decirme... no hacía falta decir nada.
Tampoco sabía qué decirle... estaba todo dicho, expresado en silencios "expresivos".
Hemos cambiado miradas y un abrazo. Otro amigo médico ha sido el artífice de llevarla de la mano hacia el mañana necesario.
Todos los actores de esta sinfonía de circunstancias, nos hemos entregado a nuestras convicciones de vida estableciendo una red de afectos que se traduce en esos hilos invisibles que duran para la eternidad...
Importa que cuando nos cruzamos, cuando la vida nos impuso su oportunidad y sus reglas, estábamos en la armonía de las palabras justas y de los espíritus sanos, factores suficientes para sentirnos satisfechos con nosotros mismos e imbuidos de la paz que nutre a las almas humildes... nunca olvidaré su mirada y ella se llevará grabada la mía...
Curiosamente, por los extraños hados del destino, ayer mismo esta circunstancia se replicó en tres ocasiones distintas por ende tres pacientes distintas.
Hoy, estoy agotado por el cansancio de viajes interminables, pero mis células se han impregnado de sonrisas que han brotado de rostros iluminados por las esencias del más allá, ellas creyendo que uno es diferente al resto, yo asumiendo que la vida me ha dado la oportunidad de dar bien mi examen, el de saber que no me he defraudado. Enero 22, 2010.-
el dispensador: mensaje de mi abuela adoptiva...
DEDICADO A: Carolina, Alejandra y...

jueves, 21 de enero de 2010

a la vista


todo está allí, a la vista,
pero las interpretaciones de la piedra difieren,
aquello que vieron unos,
fue desconocido por otros,
siempre con argumentos suficientes
para conservar las razones...

aquello que figura en los libros,
no representa la vida de los que pasaron,
los cielos eran otros,
los aires también,
aquellos ojos veían lejos,
los actuales ven sin relieves...

una historia sin relieve,
no guarda estirpe,
al no tener estirpe, no guarda tradiciones,
al no tener referencia, adapta los valores,
al adaptar las circunstancias,
fabrica una historia a su comodidad,
la cual no se ajusta al pasado,
por ende desconoce las esencias...

quién talló la roca?...
cómo o quién hizo esto o lo otro?...
eran paganos politeistas,
ignorantes y salvajes...
quizás, pero respetaban los ritmos de la Tierra,
es más, los conocían a la perfección,
sabiduría perdida para esta civilización...

descalificar el pasado,
para sostener la soberbia
y escudarse en el falso conocimiento,
aparece como una actitud deplorable,
pero reiterada... por ello más pobre aún

la Tierra llama cada día a sus hijos,
llama para ser amada,
bendiciendo el amanecer de cada uno de nosotros,
pobres, ricos, marginados o excluidos,
pero el hombre en su locura,
le da vuelta el rostro
y se niega a escuchar sus lamentos,
tampoco atiende sus mensajes...

hubo otras humanidades, sí,
las gentes no dudan, lo sienten...
algunos llevan en sus genes,
otros en sus almas,
esos ecos son los que indican que la Tierra,
este suelo,
está molesto con sus hijos,
no con todos, sino con los "negadores"
y los otros los "soberbios"...

pero la lluvia cae sobre todos,
sin distinción de ancestros...

en la hora del despertar de los espíritus,
las gentes buenas superan largamente a las opuestas,
las primeras buscan el cielo cada día,
para sumergirse en la vida...
los opuestos miran el cielo cada día,
para ahogarse en sus desidias
y devorar al prójimo, sin misericordia...

para el mañana que sigue,
toma una piedra blanca,
colócala en arena,
y hazla relucir con la calidad de tu alma...
ella te avisará de los tiempos,
cuando se torne opaca...
ella te anunciará el ángulo,
cuando se torne deslucida...
toma una piedra blanca,
cobíjala con tu alma.
el dispensador: ordenadores del pasado, teclas de piedra, monitores de vida a cielo abierto. Enero 21, 2010.-
DEDICADO A: hoy, sólo a María Constanza... la del Bodensee. Por todo lo que no pudo ser.

miércoles, 20 de enero de 2010

Lecciones entre las ruinas


Lecciones entre las ruinas

Olfateamos con sus perros, arañamos con sus uñas el polvo de la destrucción, clamamos al mismo y limpio Cielo. Somos muchos a pie de las ruinas en Puerto Príncipe y alrededores. Las voces se van apagando bajo el peso inmenso de los escombros, voces llamadas a despertar en otros mundos, en otros firmes más seguros que no destartalan tsunamis, ni terremotos; en otras dimensiones donde los techos no crujen y el cemento es más liviano. Muchas voces bajo las toneladas de ruinas se han ido extinguiendo, pero a nosotros nos queda su eco, su recuerdo. A ese eco, que ya no es de este mundo, contestamos y prometemos que la tragedia no será en balde, que venceremos la distancia y el olvido, que venceremos el propio y hundido egoísmo.

Tras esos hilos de voz estamos buena parte de la humanidad. El peso de las ruinas, la magnitud de la destrucción nos han vuelto a unir, esta vez en un grado hasta el presente no conocido. La tragedia de Haití nos ha permitido sentirnos corazón con corazón en el socorro de los hermanos del país caribeño. Toca sacudir más que nunca nuestros bolsillos. Sólo cada quien sabe el techo máximo de su desembolso, a qué cifra puede aspirar, cuántos euros podrá poner en el volante bancario, dinero vital que será auxilio, agua, comida… para quienes han sufrido todos los azotes imaginables.

Siempre habrá quien sentencie el adverbio “tarde” desde cómodos micrófonos. En realidad nunca es pronto cuando hay corazones que aún laten bajo los escombros, pero hay obstáculos insalvables hasta que la excavadora se puede poner delante de la edificación en ruinas. Palés de ayuda internacional estaban ya sobre el terreno, cuando sólo habían pasado unas horas de la tragedia. No es tampoco la hora de la desconfianza. Olvidemos segundas intenciones con tanto dolor aún estallando. Obama no va a la isla a quedarse y sin embargo que expliquen quienes vierten sospechas poco fundadas, cómo se mantiene un orden imprescindible, cómo se garantiza la seguridad, cómo se reparte una ingente ayuda humanitaria sin presencia de soldados.

Pese a la dureza y la magnitud del golpe, no convendrá olvidar que hay un aeropuerto desvencijado sobre el que no paran de aterrizar, aún con el riesgo de la maniobra, aviones de todas las naciones. Las más diversas banderas ondean en la gran explanada donde se ordenan los campamentos improvisados. El dolor por la devastación general ha traído ya su recompensa en forma de fortalecimiento de la unidad humana.

Naves solidarias de todo el mundo ponen rumbo a Puerto Príncipe. Aviones con sus panzas cargadas de esperanza aterrizan masivamente en el epicentro de la desgracia. Nuevamente es el sufrimiento lo que nos hace sentirnos humanidad. Son catástrofes de uno u otro signo las que nos hacen constatar en alguna medida el “somos uno”, el “juntos podemos”. ¿Así por cuánto...? ¿Hasta cuándo el aprendizaje entre las ruinas de desastres o batallas? Quizás es llegado ya el momento de ser proactivos en favor de la unidad humana y no sólo reactivos.

¿Y si por fin tomáramos la delantera al dolor? ¿Y si nos atreviéramos a sentirnos humanidad sin que ningún cataclismo azote ninguna costa, y si nos atreviéramos a hermanarnos sin que tristes titulares asalten las cabeceras de los medios…? ¿Y si nos atreviéramos a ser una huma-unidad sin sorteo de calamidades, sin que los cadáveres se agolpen en ninguna arena, en ningún asfalto...?

Mañana no sean tantos ecos acallados, tantos escombros para por fin hermanarnos. El mayor reto humano no es el cambio climático, por gravísimo que se manifieste este problema, el superior desafío lo sigue constituyendo la conquista de mayores cotas de unidad y armonía en la diversidad. A partir de una más permanente y estable colaboración será posible encarar nuestros retos globales más fácilmente. Es preciso atreverse. Se nos han dado todos los medios para empezar a fraguar el más elevado de todos los sueños, la fraternidad humana. Ya no es necesario pasar tantos trances para poder abrazar por fin el supremo ideal.

Las lecciones se desparraman entre los cascotes. Toda terrible experiencia colectiva otorga, cuanto menos, su aprendizaje. Ya aprendimos a arañar juntos los escombros, arañemos ahora también juntos el futuro para que los techos no se desmoronen y la miseria tampoco cunda bajo ellos. Arañemos juntos la aurora de una humanidad unida en el desastre, pero sobre todo unida en medio de la vida; juntos en las ruinas, juntos levantando las ciudades desplomadas, juntos testimoniando una nueva era de justicia y solidaridad por siempre en la tierra.
Koldo Aldai
* Pintura de arte popular haitiano

el dispensador dice: tengo un nudo en la garganta, el mismo que tenía en la década de los ochenta cuando caminaba el África, el mismo que tuve en 1989 cuando cayó el Muro de Berlín delante de mis narices, para nada distinto del sentimiento que me produjo el tsunami de 2004... llevo en mis fibras imágenes de las gentes deambulando, padeciendo, no en catástrofes sino en los pasillos de un hospital, de dos, de tres o más, no importa... en un país donde todo sobra, pero nadie entiende (Argentina). He sido testigo de mi tiempo y me duele el sufrimiento ajeno, aún a pesar de estar curtido por la muerte... me duele la inocencia expuesta a su destino. Acepto los designios divinos. Me resigno a ellos en la consigna que nosotros estamos de paso, bendecidos por la gracia de vivir y respirar por un instante, de ver a los ojos a nuestros hijos o de perdernos los de los nietos. Nadie sabe cuándo nace. Tampoco cuando muere. Pero el dolor ajeno me ha dolido siempre. He transitado mi vida entre pacientes, en silencio, escuchando y dando mi mano, siempre abierta. Llevo impresas historias de vida, legados silenciosos de personas que habían asumido sus muertes antes de que éstas se los llevaran. Para mí no hay nada más importante que el ser humano, en su condición humana con sus cualidades y miserias... Hoy percibo que la tierra, esta que nos acuna y nos sostiene, está enojada. Muy enojada con nuestras soberbias y permanentes desatinos. Bombas, desprecios, olvidos y omisiones dominan la tierra por doquier. Me duele el desprecio tanto como la culpa impropia... Sólo me alienta el ahogarme en la convicción de que hay razones superiores para arrasar la tierra con nosotros dentro. Hemos aprendido mucho, sí, pero no sabemos de esencias y tampoco damos importancia a lo esencial, al foco de las cosas. El ogro del apocalipsis sólo reside en las almas vacías de un hombre que no tiene brújula y aún pretende creer que es dueño del universo y que éste debe sometérsele. Cada día que pasa, cada segundo que pasa, veo a la humanidad más lejos de la Tierra, por ende mucho más lejos de su espíritu... perdón a todos, por esta humilde confesión de hombre que ha transitado su vida y que asiste azorado a cómo la naturaleza nos está dando sus últimas lecciones. Perdón, comparto con Ustedes mis lágrimas ciertas. Gracias Koldo por tus reflexiones... ¿qué decirte? Enero 20, 2010.-



http://www.imcworldwide.org/haiti

ECOS INMEMORIALES


el dispensador dice:
existe la historia que pretenden los hombres,
existe otra historia que interpretan los individuos,
existe aquella que escriben los buscadores,
pero más allá de todas ellas,
existe una historia real, que nadie conoce...

una historia que es patrimonio,
propio e indiviso,
de aquellos que la transitaron,
extinguiéndose con ellos,
confundiéndose con sus vivencias,
ahogándose en sus sentimientos...

el hoy contiene vestigios del ayer,
pero apenas proporciona distintas realidades,
que formarán parte de otros pasados,
más nuevos, al mismo tiempo más lejanos...

se van tejiendo las humanidades,
entre soles diferentes,
ecos que reciben pocos elegidos,
entre sueños y visiones,
de espíritus vagantes,
en busca de sus tiempos...

serpientes emplumadas,
espíritu del águila,
hechizo del venado,
sabidurías distantes,
de pieles de tierra,
huellas sin tiempo,
caminos de piedras...

jeroglíficos mudos,
ideogramas perdidos,
simbologías de ideas,
de mundos olvidados,
jamás conocidos, nunca recordados...

cada generación humana,
se lleva consigo,
sueños y esperanzas,
ilusiones cimentadas,
en pergaminos estampadas,
en papiros quemados,
recuerdos sin vida,
por todos ignorados...

llegan los ecos,
de energías pasadas,
buscan asentarse
en las mentes del mañana,
para dejar sus valores,
como intensos legados,
de aquellos otros tiempos,
por los vientos disipados...
el dispensador: ecos del mundo de las ideas. Enero 20, 2010.-
DEDICADO A: los que saben percibir los ecos de los tiempos a través de la piel...

ECOS DE ALEJANDRÍA


Arqueólogos egipcios
Hallan un templo de más de 2000 años en Alejandría
Alberga una colección de estatuas de Bastet, diosa de la maternidad

Noticias de Ciencia/Salud: Miércoles 20 de enero de 2010 | Publicado en edición impresa

La diosa egipcia Bastet era representada con el rostro de una gata
Foto: AP
EL CAIRO.- Las reliquias encontradas en un templo griego recientemente descubierto en Alejandría y dedicado a una diosa demuestran cómo las deidades egipcias eran aún veneradas por los conquistadores griegos posteriores, según dijeron ayer los arqueólogos.

El templo de la reina Berenice, esposa de Tolomeo III, que data del tercer siglo a.C., fue descubierto junto a 600 estatuas en la zona de Kom el-dikka de la ciudad mediterránea, según informó el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.

Además de esos hallazgos de la era griega, una gran colección de estatuas de Bastet, la antigua diosa egipcia de protección de la maternidad, fue localizada junto a otras en bronce y cerámica de deidades egipcias, como Harpócrates y Ptah, lo que indica que las creencias religiosas egipcias continuaban siendo influyentes.

Las ruinas de ciudades, palacios y barcos de la era faraónica y grecorromana yacen conservados en los alrededores de Alejandría, uno de los lugares de excavación más ricos del Mediterráneo.

Los restos del templo, de 60 metros de altura y 15 de ancho, son la primera muestra de la ubicación del barrio real de Alejandría, dijo Mohamed Abdel Maqsud, que dirigió la excavación arqueológica.

También se descubrió una base de una estatua de granito de un alto cargo durante el gobierno del rey Tolomeo IV (205-222 a.C.), que se cree que se erigió para celebrar la victoria de Egipto sobre los griegos durante la batalla de Rafia, en el 217 a.C.

Berenice (269-221 a.C.) fue una hija del rey macedonio Magas de Cirene, en la actual Libia. Su padre quería casarla con Ptolomeo III, pero tras la muerte de su padre, su madre, la reina Apama, decidió que se casara con el príncipe macedonio Demetrio. Sin embargo, Demetrio fue víctima de una intriga palaciega antes de tener hijos con Berenice, que fue la que lo mandó matar. Finalmente, Berenice se casó con Ptolomeo III, durante cuyo reinado se erigieron varios templos en Egipto.

Zahi Hawas, arqueólogo en jefe de Egipto, dijo que el templo podría haber sido usado más tarde como cantera, dado el gran número de bloques de piedra faltantes. Vasijas de arcilla y cisternas de agua romanas también fueron localizadas en diversas áreas de la excavación. La conquista romana se produjo en el 30 a.C.

La Alejandría moderna se construyó directamente encima de las ruinas de la ciudad clásica y muchos de sus grandes templos, palacios y bibliotecas siguen enterrados.

Agencias AP, Reuters y DPA


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Arqueólogos egipciosHallan un templo de más de 2000 años en Alejandría

Alberga una colección de estatuas de Bastet, diosa de la maternidad

lanacion.com | Ciencia/Salud | Mi?oles 20 de enero de 2010



el dispensador dice: poco a poco, tramo a tramo, los tesoros ocultos del Egipto van asomando a la luz de esta era. Lentamente se va arribando al conocimiento de aquello que realmente fueron aquellas otras culturas cuyas historias fueron prolijamente tergiversadas por las conveniencias de unos y las avaricias de otros. Egipto y América pre-hispánica coinciden en un factor común, la depredación a la que fueron sometidos sus vestigios culturales para luego contar una "historia a medida". Indudablemente no son las únicas víctimas del oscurantismo, tampoco de la inquisición. Ahora, cuando el Sol ya vibra de distinta forma y su luz nos llega con más violencia, aquello otrora oculto está regresando a la luz. Enero 20, 2010.-

martes, 19 de enero de 2010

ocres, pasteles, esencias de arena


cómo se sube el hombre a la visión del águila,
cómo se introduce el hombre al sentimiento del venado,
como se une el hombre al impulso del búfalo,
cómo se consubstancia el hombre a la esencia del oso,
cómo el hombre se hace fibra de árbol,
cómo el hombre se integra al viento...

sabidurías pasadas, conocimientos vencidos,
eras surcadas, por diferentes destinos,
estirpes vegetales, esencias de piedra,
sabían de equilibrios perdidos,
ante naturalezas muertas...

respetar la tierra,
somos parte de ella,
la vida no es sólo dejar una huella,
la llave está en estamparla en el viento,
para que la respiren otros,
haciéndola suya, creciendo el ancestro
que ama a la tierra...

ha olvidado el hombre,
someterse a su esencia,
se ha llenado de soberbias,
desprecios inciertos,
se lastiman las almas,
se pierde la tierra,
se burla la estirpe
de las anteriores presencias...

se agita la tierra,
se mueven los suelos,
el sol implacable resquebraja los cueros,
noches pesadas, aires densos,
el agua que bebes ya no es alimento...

dignidad ante la vida,
es respetar el pasado,
tradiciones legadas,
cielos estampados,
no vuelvas tu rostro,
tu pasado, es el mañana del otro.
el dispensador: estirpes olvidadas en altillos perdidos de rocas y arenas. Enero 19, 2010.-
DEDICADO A: los nativos que cimentaron la presencia del hombre en la Tierra.

lunes, 18 de enero de 2010

esfuerzo supremo


fotografia de Marcela Viarengo [MISIONES - ARGENTINA]
asoc.mg.misiones@gmail.com
Evangelio: Marcos 2, 18-22
"El novio está con ellos"

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán".

Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".
file414

el dispensador dice:
me acerqué al remanso buscando hallarme,
ansiaba la paz del entorno acuoso,
escucho las aves, sonidos extraños,
todo está vivo, espero encontrarme...

casi sin orilla, frente a la fuente,
busco mi mente, neuronas calladas,
siento presencias, almas peregrinas,
busco refugio, en aguas tranquilas...

oasis presente, busco mi rostro,
he perdido mi imagen, no encuentro mi sombra,
ya no recuerdo mi nombre,
ni tampoco quien lo nombre,
he olvidado mi sombra en algún pasado,
ya no recuerdo mi rostro, por el tiempo atrapado...

me habla el silencio,
susurra a mi oído,
"no te vayas de aquí",
"el tiempo se ha ido",
"debes permanecer aquí",
"estarás al margen del olvido"...

me rodea el monte,
me envuelve el silencio,
escucho a las aves departir en sus tiempos,
me indican la senda,
señalan el cielo,
regalo una lágrima,
al perdido recuerdo...

me asomo al pasado,
no quiero mirarlo,
aquello pasado, ha perdido vigencia,
me encuentro a mí mismo,
amando a la tierra.
el dispensador: evitando los remiendos. Enero 18, 2010.-
DEDICADO A: los ángeles que me llevan de la mano, cada día...

domingo, 17 de enero de 2010

SILENCIOS EXPRESIVOS


el dispensador dice:
la naturaleza enseña a través de sus silencios,
imágenes mudas llenas de contenidos esenciales,
que cursan mostrándose a buscadores y profanos,
exponiéndose a profanadores y mezquinos,
hablando mediante sutilezas,
pasados de gloria, también de tristezas,
siempre recreando, para que hoy, este instante,
sea diferente al de ayer,
aún cuando no lo haya apreciado nadie...

los óxidos se diseminan y alcanzan a las almas,
algunas se oxidan rápidamente,
se mimetizan con el paisaje...

otras incorporan los óxidos,
los transforman en aprendizaje,
y luego los convierten en mensaje...

otras se integran al óxido,
desintegrándose en elementos corrosivos,
para los otros...

algunas toman sus tonos,
los traducen en pinturas,
hacen arte del mensaje...

otras toman el silencio,
procesan la esencia,
guardan la imagen,
y regresan a la vida...

la naturaleza está allí,
a disposición de los ojos humildes,
de los soberbios y los necios...
de aquellos que compran y venden,
de aquellos que aprecian aquello que no tiene precio...

cada cual toma aquello que le sienta,
para luego retomar sus pasos,
y regresar a sus destinos,
libres de contenidos,
o llevando consigo las imágenes ofrecidas...
sabiendo que cada instante,
que aquello que ha sido visto,
puede ser un mensaje que debe ser traducido,
en silencio, sin remiendos,
atendiendo a los contenidos.
el dispensador: ríos de azufre, mensajes corrosivos. Enero 17, 2010.-
DEDICADO A: los que atienden los contenidos mudos que les regala la vida.

LA VIDA A TRAVÉS DE LA LENTE


LA GACETA LITERARIA [TUCUMÁN]
Aldo Sessa, 50 años en la fotografía

Domingo 17 de Enero de 2010 | Recientemente se publicó Aldo Sessa. Pasión por la imagen (Sessa editores), libro que selecciona algunas de las mejores muestras del medio siglo de trabajo del fotógrafo más destacado de la Argentina. En esta edición reunimos algunas de las fotos más representativas de Sessa, otras que se vinculan con Tucumán y estas páginas, y apreciaciones sobre su obra.

Aldo Sessa inició su carrera artística en el Taller De Ridder a los diez años. En 1958 se producen sus primeras colaboraciones fotográficas con el diario La Nación (Buenos Aires) y en 1964 comienza a colaborar como ilustrador en las páginas de LA GACETA Literaria. En 1976 ilustra el libro Cosmogonías con poemas de Jorge Luis Borges. Este fue el primero de sus 44 libros publicados hasta 2010, en los que participaron autores como Ray Bradbury, Silvina Ocampo, Manuel Mujica Láinez, Silvina Bullrich y Enríque Cadícamo. Algunos títulos célebres de Sessa son Letra e imagen de Buenos Aires, Fantasmas para siempre, Vida y gloria del Teatro Colón, Gauchos y Tango. En 1976 su tríptico Antes del Principio fue obsequiado por el gobierno argentino al norteamericano con motivo del Bicentenario de la Independencia de ese país; la obra se exhibe permanentemente en el Centro Espacial Lyndon Johnson de la NASA (Houston). En 1980 su cuadro Humorum fue seleccionado para integrar la colección del National Air and Space Museum Smithsonian Institution (Washington). Dos años después se publicó Tucumán, con fotos de Sessa y selección de textos de Carlos Páez de la Torre. Sus exposiciones El Arte de la Fotografía (1989), Los Argentinos (1994) y Los Gauchos (1998) fueron visitadas por más de 650.000 personas. Su obra fue expuesta en más de 200 exhibiciones. A fines de 2009, inauguró su exhibición retrospectiva itinerante Aldo Sessa, Cincuenta Años de Fotografía, en el Centro Cultural Recoleta; y se edita Aldo Sessa. Pasión por la imagen, libro que reúne el trabajo de Sessa del último medio siglo. Aldo Sessa es miembro de Honor por la Federación Argentina de Fotografía y Académico de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes. Recibió la mención de honor del Senado de la Nación en 2005 y, en 2007, fue nombrado ciudadano ilustre por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
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ALDO SESSA
Ars vitae

Domingo 17 de Enero de 2010 | Por Jorge Taverna Irigoyen.

Como un Jano bifronte, la imagen de Aldo Sessa integra una contraimagen posible que, más que trasfondo, sugiere perceptualmente una suerte de ahondamiento de la mirada.
No es el suyo un juego de espejos, como tampoco un aprendido artilugio técnico. En cambio -y en qué medida- es la madurez conceptiva de registrar y develar, de concebir y proyectar, de dar otra dimensión y generar otro espacio a cada motivo, a todo planteo fotográfico.
Su arte está más allá de la medida del tiempo. Sin ser intemporal, goza de una memoria intransferible y clara: la de la obra en su verticalidad exacta. Sin buscar sentidos contrapuestos, alcanza una universalidad de los sentidos tanto sensoriales como sensitivos. Sin usufructuar de los efectos, logra otra luz cuando la intensidad de otra luz es necesaria. Y sobrevolando el tema y sin caer jamás en sus trampas, lo jerarquiza y le da su preciso significado simbólico.
Sessa es un trabajador incansable y su obra es el más claro testimonio de ello. Nunca ha abandonado un proyecto a mitad de camino, como tampoco ha permitido que cierta cantidad de improntas satisfaga, aleatoriamente, su insaciable búsqueda de perfectio. Su arte es una suma de imponderables que conoce de raíz; y sin embargo, como una noria infinita, continúa en la búsqueda que no cesa, en la concepción internalizada, en los enfoques innumerables que suman rostros, que ahondan mundos trasponiendo distancias.
En tiempos de vuelcos conceptuales, tras revoluciones en que la postfotografía pareciera marcar otros territorios, el artista profundiza su mirada. La globalización y el pensamiento planetario no inquietan su lente: más bien la maduran, le generan otra sabiduría interior para no ceder por conceder. Su pensamiento estético es claro, rotundo, exigido. Y el universo de sus imágenes se concentra y define cada vez con mayor agudeza, como si el medio siglo transcurrido desde los primeros escarceos no hubiera hecho sino incentivar un amor intransferible. Propio como huella digital.
Jorge Taverna Irigoyen - Crítico de arte.
Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.
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ALDO SESSA
El cazador de escenas perpetuas
Domingo 17 de Enero de 2010 | Grabado en el agua.


En un cuento de Historias de cronopios y de famas, Julio Cortázar describe las metamorfosis que sufre un diario. Después de que su comprador lo lee, deja de ser el mismo diario y se convierte en un conjunto de hojas impresas abandonadas en el banco de una plaza; hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y así vuelve a convertirse en diario. Cuando termina de leerlo, se lo lleva a su casa y lo usa para empaquetar verduras, que suele ser el destino final de todo diario. Ese final vulgar es el que aguarda a casi todo lo que producimos quienes ejercemos el periodismo. Se trata, normalmente, de un justo destino porque nuestros textos suelen estar atados a la actualidad y a su periódica muerte.
En los 60 años que llevo dirigiendo el suplemento literario del diario LA GACETA, de Tucumán, he encontrado excepciones a la regla. Una de ellas la han conformado los aportes de Aldo Sessa al periodismo cultural.
Su primera colaboración en las columnas que dirijo es del año 76. Un hombre desnudo contempla en soledad una luna emergiendo sobre la superficie de un planeta virgen. La ilustración acompaña unos versos de Borges y narra lo que estos dicen y lo que omiten. Describen la historia del primer Adán (y también la del último), desolado, desorientado, mirando al espacio, buscando su auténtica imagen.
La última participación de Aldo es de 2008. Se trata de una serie de fotos que bordean a una entrevista a Tomás Eloy Martínez. Su conjunto revela los matices, los picos y mesetas del reportaje; las pasiones, las dudas, las convicciones del entrevistado; nos dicen quién fue, quién es.
Entre estas dos fechas recuerdo versos de Ray Bradbury, Romualdo Brughetti, Basilio Uribe y Gyula Kosice, entre otros, convertidos en imágenes por Aldo y dibujos, collages y fotografías suyas transformados en poesía. No se trata de simples traducciones sino de complementaciones, de una fusión de ángulos diversos que enfocan un mismo objeto y obtienen verdades distintas pero igualmente válidas, igualmente valiosas. Verdades que se cruzan engendrando una nueva verdad.
Hay un trasfondo filosófico en sus trabajos; busca las primeras y las últimas causas, las primeras y las últimas cosas. También lo que no fue, lo que podría ser, lo que merece ser, persistir. Esferas primigenias flotando sobre un océano, una lluvia de cometas que pinta el cielo, cuerpos girando alrededor de un núcleo (que pueden ser planetas o partículas subatómicas), una nebulosa que esconde las respuestas a los grandes misterios, un universo que se extingue, un ojo que todo lo mira.
La huella de Aldo se extiende en el terreno del periodismo, transformando a ese primer borrador de la historia en imágenes que condensan lo que las palabras no consiguen explicar. El final del más popular líder político de los argentinos, el dolor y la furia de las madres que reciclan la tragedia de Antígona, la inminencia de una guerra que el sucesor de Pedro busca conjurar, la crisis parricida del país de las oportunidades desperdiciadas. Todo ello está impreso en diarios y en papel de fotos pero también está más allá. Está impreso en mi mente y en la de muchos, está impreso fuera del tiempo.
Aldo grabó en el agua, en el inconstante río del papel. Pero su marca permanece. Como una estrella extinguida hace un millón de años y a un millón de años luz de la Tierra; la huella de Aldo no está, pero la seguimos viendo.
Daniel Alberto Dessein - Periodista.
Director de LA GACETA Literaria.
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ALDO SESSA
El lado oculto de las cosas

Domingo 17 de Enero de 2010 | Por Ray Bradbury.

La tarea de Sessa es mucho más difícil que la de un pintor. ¿Por qué? El pintor envuelve el mundo real con sus ojos y allí hace sus propios cambios y reacciones, transmitiéndolos a su muñeca, las manos y los dedos. Puede hacer lo que quiera con el mundo, hacerlo irreal o terriblemente real. Los fotógrafos como Sessa no tienen esta opción. Deben trabajar con lo que hay allí, en tres dimensiones y convertirlo en dos, y aun así encontrar una cuarta detrás de la mirada obvia. Lo que está debe ser descubierto en un instante de genio y encerrado en la cámara antes de que pueda escapar o gritar. El cuarto oscuro es el momento de exaltación o desesperación. Mientras mezcla sus sustancias, el pensamiento del fotógrafo es lo atrapé vivo o lo maté. Lo que llega a la superficie luego de aquel baño ácido asegura su futuro, o automatiza su vida en estaciones de subterráneo a seis poses por sesenta centavos.
Ray Bradbury - Escritor. Autor de "Crónicas Marcianas" y "Farenheit 451", dos de los mayores clásicos de la ciencia ficción de todos los tiempos.
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ALDO SESSA
Pliegues del tiempo
Domingo 17 de Enero de 2010 | Por Tomás Eloy Martínez.

Aldo Sessa es un artista completo y complejo. Como los mejores narradores, logra que sus fotografías detengan los pliegues del tiempo y descubran que el espacio está lleno de luces y sombras inexploradas. En cada imagen de Sessa cabe todo el conocimiento. Sus fotografías son a la vez relato, música, viajes al interior de la realidad. Su retrato de Mujica Láinez contiene la obra entera de Mujica Láinez. En sus misteriosos mates se siente el esencial sabor del mate, la brisa del campo abierto, las mañanas alrededor del fogón. Sessa habla un lenguaje que es sólo de él pero en el que están todas las palabras del mundo.
Tomás Eloy Martínez - Escritor y periodista.
Finalista del Man International Booker Prize, el galardón literario más prestigioso del mundo después del Nobel. Su último libro es Purgatorio (editorial Alfaguara).
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ALDO SESSA
Las caras de la eternidad

Domingo 17 de Enero de 2010 | Por Carlos Páez de la Torre.

El retrato debe ser el género artístico más perspicaz y alarmante. El origen de la palabra es de sobra expresivo: el prefijo re y la voz latina tractus, que es tirar de algo, arrastrarlo. Es decir, sacarlo hacia afuera. Cuando lo toma un creador como Aldo Sessa, el retrato va mucho más allá de la imagen exterior. Arrastra lo que hay adentro, entrega -explícito unas veces, las más semivelado- el rasgo íntimo y oculto.
Los retratos de Aldo inquietan porque sugieren historias que no conocemos. El examen de ese tipo de fotografía provoca un tumulto de preguntas sin respuesta posible. Uno inquiere qué habrá detrás de esa mirada, de ese gesto, de esas manos, de esa apostura. La imagen parece que disfruta al desconcertarnos con señales contradictorias. La pose puede significar exactamente lo contrario de lo que aparenta. En la cara más triste, el escudriño atento puede sorprender un atisbo de picardía; en medio de una red de arrugas, puede abrirse paso cierta lozanía claramente juvenil. La larga mirada a un retrato de Aldo es perturbadora. La mayoría de las veces notamos que la primera impresión no hace más que modificarse a cada rato.
Casi no vale la pena recordar que esa imagen tiene vida propia. Nadie puede evitar que "la trágica erosión de los años" la despegue del sujeto real. Basta que transcurra un poco de tiempo para que el retratado, al mirar la sombra de su ayer, sienta que es otra persona la que registró la cámara. Por fiel que sea una memoria, jamás podrá reconstruir una porción razonable de lo que entonces formaba su mundo interior, su recóndita entretela. Ese que lo mira no es más que un extraño.
El arte de Aldo Sessa convierte a cada rostro en microcosmos de misterios, de evasivas, de preguntas que nadie puede responder. Vistas así, sus maravillosas fotografías, todas ellas únicas, portan una infinita carga de historias ocultas. Armar conjeturas sobre ellas es uno de los placeres que depara contemplarlas, una y otra vez.
Carlos Páez de la Torre - Historiador y periodista. Miembro de número de la Academia Nacional de la Historia.
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