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Se nos ocurren unas cuantas cosas que decir sobre Rubén Lardín. Si no la más importante sí la más urgente es que hoy pasa la tarde con nosotros, conversando sobre su nuevo libro, Las ocasiones, a las 19:30h, con Antonio Marcos.
Él suele decir que un escritor es un tío que tiene un pozo. Un pozo de cuento, con cubo de madera, un pozo en el que mirarse, con piedras centenarias, musgos y ranas, y al que hay que ir extrayéndole el jugo un poco cada vez. Eso exige un ritmo cercano a la falta de prisa, saberse irremediablemente fragmentario en la relación con el caudal. Y así es su escritura: trozos de una vida que busca decirse en una determinada respiración, en unas palabras concretas que conforman un estilo y un libro para el camino.
“Sinopsis: Una persona de Barcelona se muda a Madrid. Fin”.
Hay en Las ocasiones y en el resto de su dispersa obra –La hora atómica, también en Fulgencio Pimentel, la más accesible– un sentido de la formulación: algo que funciona como invocación de algo, casi como un hechizo, una cadencia que se revela por su sonido y su continua búsqueda de algún tipo de verdad inmanente a todo eso que nos pasa y que a falta de otra palabra mejor vamos llamando vida.
A veces su escritura toma esa forma en la que funcionan los desagües de los lavabos: el agua va girando en espiral hasta concretarse su desaparición con un ligero sonido de vacío, un remate. He ahí la estructura de un párrafo Lardín. Se cuentan en este libro detalles –porque el diablo está en los detalle–, a porrillo, idas y venidas, toda clase de aconteceres, pero parece que el jaleo siempre está un poco más arriba, a la altura de la idea: consigue que las cosas evaporen y con ese magma, esa nube negra de palabras, va amasando imágenes que se precipitan maduras, espectaculares en su plenitud y redondez.
Bueno, esto viene hoy abundante en lo metafórico, rico en alusiones. Tampoco encontramos otra forma para referirnos a esta literatura: el libro va alimentándose del propio libro, es a la vez meta y combustible. Un camino tendido para el descubrimiento de una escritura asombrosa en su precisión, riquísima en imaginación para lo poco que se despega del sujeto, descreída y abominante de todo lo que no sea trazar su propio camino y marcar las reglas del juego.
Funcionan en este libro el extrañamiento como mecanismo para llegar a la verdad de las cosas por encima del ruido, el devaneo, el humor siempre, la provocación afrancesada, la idea de la cultura como expansión y a la vez obstáculo para la vida. Se sostiene todo sobre una contradicción permanente, un movimiento entre las ideas y el cuerpo (“la risa, el sexo y la digestión”), un odio visceral a la voz media. Y hasta trae una receta de cocina.
Podríamos decir unas cuantas cosas más y no es descartable que las digamos, pero para eso te tienes que venir a vernos esta tarde. Y si no estás, también te puedes pillar por aquí Las ocasiones, libro de la semana.
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Lo que pasa en Corsarias
Mañana, a las 19h, llega Marcos Jiménez González, coautor junto a Jaime Romero Leo del libro El totalitarismo en las artes. Juntos han investigado la huella de las estéticas totalitarias del siglo XX en ámbitos artísticos contemporáneos como la pintura, la literatura, el cine o los videojuegos. Le acompañan Teresa I. Tejeda y Alejandro Lozano.
El martes 21 viene Javier Sáez de Ibarra con un nuevo libro de cuentos, Un réquiem europeo. Entre lo documental, lo filosófico, la interpretación religiosa y las tensiones de la vida cotidiana, este libro es un ejemplo de cómo entroncar la estructura, el detalle, lo perturbador y el no quitarle la cara al presente. Le acompaña Paqui Noguerol.
El miércoles, Daniel Ruiz. Mosturito fue libro de la semana aquí: un festival de lenguaje articulado como novela barriobajista, un ejercicio de recoger con sumo cuidado todas las flores bellas y crueles que crecen en esos lugares donde nadie mira, un puñetazo en la nariz de la nostalgia entendida como narcótico. Conversa con Antonio Marcos.
Jueves, Montse Bizarro. Mañana ya no hablaremos de nada es su primera novela, un viaje al interior de una pareja sumergida en dinámicas contemporáneas: inestabilidad emocional, conductas autodestructivas, la dificulta de encontrar equilibro afectivo y un lugar en el mundo. La acompaña Marta Pascua.
El próximo fin de semana: más cuentos con La vida por delante, el libro que le ha valido a Magalí Etchebarne la última edición del Premio Ribera del Duero, y el sábado recibimos a uno de nuestros libreros de referencia, Joan Flores Constans, para conversar con él sobre libros y otras criaturas fantásticas.
Y con eso casi estaría mayo: ya sólo nos quedarían Eduardo Ruíz Sosa, Sabina Urraca, Miqui Otero y Mauricio Wiesenthal, de una tacada, pero eso ya la te lo contamos la próxima semana.
Más lecturas
En los recortes de esta semana hemos leído sobre tenis. Un libro singular de Luis Torres de la Osa titulado Nocturno de tenis, una mezcla de recuerdos provenientes de la práctica del deporte –buena práctica, campeón alevín de la Comunidad Valenciana a finales de los ochenta– y de la lectura de la sagrada trilogía literaria de la raqueta (Foster Wallace, Návokov, McPhee). Pero no solo recuerdos: ideas sobre la teoría, la práctica, la física y la química del juego de la pelota amarilla. Echa un vistazo.
También nos hemos empezado a leer a Richard Ford y A. M. Homes, escritor y escritora totalmente norteamericanos. Estamos disfrutando de ellos, la semana que viene se vienen conclusiones.
Se nos han muerto por el camino Roger Corman –el cineasta que hizo de la necesidad virtud y de la virtud maravilla– y Alice Munro, con más de noventa años cada uno y una obra que sigue siendo tan fértil como siempre.
Hasta aquí por hoy. Te enviamos un abrazo fuerte hasta la próxima semana.