miércoles, 31 de diciembre de 2014

MAÑANA



el dispensador dice:
si eres rico de alma,
sabes que no hay mañana,
si eres rico de espíritu,
sabes que jamás estarás perdido,
si eres rico de valores,
nunca te envolverán los temores,
si eres rico de enseñanzas,
sabes que tu huella será tu alabanza...

pero si eres rico de bienes,
pero si eres rico de bienestares,
pero si eres rico de monedas,
pronto no tendrás reino,
y el peso que llevas... ése será tu condena...

abre tu mano antes que llegue mañana,
cuando el destino suena,
ésa será tu campana,
y ya no habrá tiempo,
para salvar el alma.
DICIEMBRE 31, 2014.-
ENERO 01, 2015.-

recuerda que el tiempo es un hecho humano,
no existe el salto,
cuando la ecuación es un dado,
hazte un favor,
concéntrate en la esfera,
allí es donde residen los hechos,
y antes de ellos... las ideas...

2015, a la LUZ del ESPÍRITU SANTO


Como orar - www.la-oracion.com
el dispensador dice:
en 2015,
el Espíritu Santo te demostrará,
te enseñará,
cómo la luz es universal,
y cómo el tiempo es un lapso irreal...

en 2015,
una cuenta larga comenzará,
será distinta a la que pudo terminar,
no es lo mismo andar,
que volver a empezar,
cuando el Sol se torna angular,
una esfera habrá de sonar,
y siendo otro el eje,
otra será la humanidad...

no te dejes llevar,
no te dejes arrear,
ya no habrá ovejas para esquilar...
sigue la luz de ángel,
al que deberás atender,
sigue la voz de tu consciencia,
a la que deberás escuchar...
donde esté la luz,
allí deberás estar...
donde esté el tiempo,
intenta ni siquiera pasar...
cuando las ecuaciones se quiebran,
los portales se abren,
habilitando a dejar atrás la Tierra...
para vivir,
sin que sea necesario respirar...

nunca regreses... donde el amor no reina...
no permanezcas donde no more la paz de los espíritus...
no ensucies tus plantas con el polvo del odio y del olvido...
no llenes tu alma de hipocresías y cinismos...
no te adhieras al imperio de las ausencias...
no pierdas tu espíritu cultivando la soberbia del engreído...
cuando la luz tenga entidad,
cuando el tiempo ya no sea,
comprenderás el valor del alma,
de la gracia y de la huella...
asegúrate que al irte,
ella permanezca.
DICIEMBRE 31, 2014.-

los que nos siguen,
merecen una oportunidad mejor que la nuestra,
el comprender que la vida no es lo que nos han vendido,
que se necesitan muchas manos,
para construir un solo tejido,
que se necesitan abrazos,
para terminar con los afligidos...
es necesario hablar poco,
y hacer del silencio... un abrigo.

HIMNOS TARDÍOS ► Jaime Siles: «Las humanidades nos enseñan a no confundir precio y valor» - ABC.es

Jaime Siles: «Las humanidades nos enseñan a no confundir precio y valor» - ABC.es

Jaime Siles: «Las humanidades nos enseñan a no confundir precio y valor»

Día 27/12/2014 - 12.31h

Poeta y profesor de latín y griego, este crítico 

de la cultura observa con inquietud desde 

Valencia el vaivén del mundo





ROBERTO SOLSONA



Nacido en Valencia en 1951, Jaime Siles ha encontrado una rara armonía. Por una parte es desempeña como profesor de latín y griego (es catedrático de Filología Clásica en Valencia) y por otra como poeta y crítico de poesía. Colaborador del Cultural de ABC, es autor de poemarios como «Música de agua» (Premio de la Crítica en 1983), «Semáforos, semáforos» (Premio Loewe 1989) o «Himnos tardíos» (Premio Internacional Generación del 27, 1998). Traductor de poetas claves del siglo XX, como Paul Celan, su mirada crítica y curiosa se extiende al teatro, al cine y a la vida en general. La entrevista la libramos vía correo electrónico, en un viaje de ida y vuelta entre Valencia y Madrid que se reanuda hasta que las palabras encajan en su molde de barro.
—¿Cuál es el estado general de su ánimo en este momento?
—Sereno en mi escepticismo y con cierta preocupación en lo emotivo y en lo racional.
—¿Cómo vive un catedrático de Filología Clásica la constante deriva del latín y el griego a los márgenes de la educación secundaria y superior?
—La falta de la debida atención en los planes de estudio a las lenguas clásicas, que son y han sido la base de toda la cultura occidental hasta hoy existente, es un claro indicio de la deriva emprendida por nuestra sociedad en ese erróneo camino hacia el olvido de sí misma y hacia un peligroso adanismo político y social.
—¿Cómo se lucha a favor de las humanidades cuando todo parece conspirar a favor de los resultados, el sentido práctico de la vida, el beneficio constante y sonante, la cantidad sobre la cualidad, el dinero como medida de todas las cosas?
—Los clásicos son los únicos que nos hacen contemporáneos de nosotros mismos precisamente por su inagotabilidad: algo que descubrió Schlegel y ha repetido con frecuencia Borges. Las humanidades nos enseñan el sentido del tiempo y el valor de la vida, el significado y función del lenguaje y lo que supone el acto y el hecho de pensar. Constituyen, pues, lo que los griegos llamaron una «paideia»: esto es, un sistema educativo completo para la formación integral del ciudadano, que, a través de ellas, accedía tanto al conocimiento de sí mismo como al de las relaciones con el resto de la ciudadanía y, con ello, a sentirse partícipe tanto de la cultura como de la ciudad. Las humanidades enseñan a no confundir precio y valor, y desde Eurípides sabemos a qué puede conducir una sociedad que lo fíe todo al dinero y a los intereses materiales, que importan, pero que, claro está, no lo son ni pueden ser los únicos. Hay principios superiores que son precisamente aquellos que las humanidades nos hacen comprender y respetar.
—¿Cuántos buenos lectores cree que hay en España?
—Menos de los que me gustaría, porque el lector es quien hace posible la realidad de toda obra, al realizarla: el lector es un coautor y, si se me permite la expresión, un cómplice porque colabora con el autor añadiéndole su propia realidad a aquella que la obra en sí misma tenía. La lectura es una operación en la que todos se enriquecen: la obra, el autor y el lector. Todos. Y, en la misma medida, cuando no se lee, toda la realidad y toda la sociedad se empobrecen.
—¿Cómo se persuade a los niños y adolescentes de que la lectura es una experiencia que les transformará y enriquecerá y lo hacemos compatible con el fervor y el triunfo al parecer ineluctable de las nuevas tecnologías?
—La lectura y la escritura son dos actividades que deberían potenciarse en las clases, y desde muy pronto, porque nuestra representación de la realidad depende de nuestro conocimiento del lenguaje. Las nuevas tecnologías son un instrumento de gran ayuda para todo, pero no pueden suplir nunca a la memoria ni a la red de relaciones de todo tipo que ésta es capaz de crear. La escritura –como dice W. J. Ong– es «diairética»: crea una distancia entre el objeto y el sujeto, y esa distancia –que es incapaz de crear el habla coloquial– facilita la profundización del pensamiento. La lectura, además y como dicen Roland Barthes y Rosa Navarro Durán, es un placer: una fuente de conocimiento y de placer, si es que ambas cosas no son lo mismo.
—¿Ofrecen la prensa y los medios de comunicación en general un relato ajustado de la realidad de nuestro mundo o hemos perdido nuestra capacidad de influir a causa del sectarismo, la superficialidad, la prisa?
—La prensa está demasiado polarizada y ello le resta objetividad. Pero también es cierto que la prensa no se lee como si fuera un artículo científico: buscamos en ella un punto de vista, una interpretación que, por más objetiva que se quiera, nunca lo puede ser del todo. La superficialidad, más que la prisa, es su riego y defecto mayor. Pero de ello tan responsables son los medios como los periodistas, que no siempre tienen un alto grado de formación. Y entre formación e información hay un íntimo vínculo.
—¿Le sigue pareciendo pertinente la división entre apocalípticos e integrados que diagnosticó Umberto Eco, y si es así dónde se sitúa usted?
—Es un diagnóstico como hay otros muchos. Puede aplicarse a nuestra época, aunque, como siempre sucede, no a todos los que viven en la misma época. Yo no me identifico con ninguno de los grupos definidos en esa división. Octavio Paz nos enseñó que el verdadero intelectual es crítico. Yo no sé si lo soy, pero desde luego lo intento.
—¿Como lector y amante de la cultura, conviven felizmente en su papila gustativa Bach con Bob Dylan, la Victoria de Samotracia con Joe Sacco, la Fura dels Baus con Mies van der Rohe, «The Wire» con Buñuel, Beckett con Sófocles, el arte pop con el expresionismo abstracto, Simone Weil con Janis Joplin?
—Esa es una característica de nuestro tiempo: la feliz convivencia de la alta cultura y la cultura popular. Pero no es algo nuevo: en Góngora y en Quevedo conviven ambas, como convivían ya en Catulo y Horacio, donde también se presentan juntas.
—¿Quién determina lo que es valioso después de Marcel Duchamp, desde que el canon de lo bello y estético ha saltado por los aires?
—No hay una poética ni un criterio general que sean hoy por completo aplicables. El intenso proceso de subjetivización, iniciado en el Romanticismo y que es un rasgo distintivo de la modernidad, hace difícil la existencia de un criterio único y universalmente válido porque la estética es un hecho histórico y cultural que varía según las circunstancias y los tiempos. Pero no deja de ser chocante que esto sea así cuando vivimos en una globalización cada vez más uniforme y uniformizada en la que cada vez son menores las diferencias –no me refiero a las diferencias sociales o religiosas sino a las opciones estéticas–. Lo único que varía es la elección porque vivimos en una sociedad de multielección y de constante sincretismo, en el que las tendencias se neutralizan y los estilos también, generando una especie de sincronía tal que todo parece simultáneo.
—¿De qué es epítome que un programa como «Gran Hermano» llegue a su decimoquinta edición, que la ex prestigiosa periodista Mercedes Milá se haya prestado a ello, y que espacios como «Sálvame» llenen horas y horas de telebasura?
—Se ha llegado a una absoluta pérdida de lo que antes se llamaba «pudor» y los anglosajones llaman «privacidad». La telebasura es un espectáculo comparable al del circo romano: quienes intervienen allí y se prestan a ello atentan contra su propia dignidad. Constituyen un ejemplo de lo que no se debe ser y de lo que no hay que hacer, pero, por desgracia, son representativos de una parte de la sociedad actual.
—¿De qué hablamos cuando hablamos de cultura española contemporánea?
—Hablamos de lo que los distintos creadores y agentes de la misma producen y hacen, sea esto cine, música, literatura, filosofía, arte, etcétera. Hablamos de un conjunto de creaciones coetáneas, hechas por españoles y que reflejan e interpretan nuestra realidad.
—¿Fue una buena idea fusionar en uno los ministerios de Educación y Cultura? ¿Hace falta recuperar un verdadero Ministerio de Cultura y qué misiones tendría que acometer de inmediato?
—Creo que debe haber dos ministerios: uno, centrado en la educación, y otro dedicado a articular la cultura. El primero debería conseguir consensuar un sistema educativo que no variara con cada gobierno sino que se mantuviera el tiempo suficiente como para formar a más de una generación y que propusiera unos planes de estudio como los hay en el resto de Europa, en los que hubiera un alto grado de exigencia en la transmisión de los conocimientos y se impulsara aquellas materias de estudio realmente significativas para una sólida formación –pienso en las ciencias puras y en las lenguas clásicas y modernas, además de la historia, la filosofía, el arte y la música–. Todo ello –claro– unido a un apoyo de la investigación en los distintos campos. El segundo debería potenciar actividades ya existentes, encauzar iniciativas interesantes, y acercar a la ciudadanía las manifestaciones más significativas de nuestro amplio patrimonio cultural.
—¿Deberían dejar de litigar los ministerios de Exteriores y Cultura por la gestión del Cervantes y aunar esfuerzos en epoca de vacas flacas?
—Evidentemente. Y en alguna de nuestras embajada me consta que esa necesaria y fructífera sinergia y colaboración se dan.
—¿Qué clase de español es usted y cómo vive las pasiones identitarias que amenazan con fragmentar España por razones que parecen más sentimientos y sueños que otra cosa?
—Yo soy y me siento un ciudadano europeo. He vivido casi la mitad de mi vida en Alemania, Austria, Suiza, Estados Unidos, Italia y Francia. Soy «civis hispanus valentinusque», pero, como San Pablo, «civis romanus sum»: creo en una criatura mental llamada Europa, a la que, por historia propia, pertenece también nuestro país. El nacionalismo se cura viajando.
—¿Qué reforma considera más urgente para la sociedad española?
—Una regeneración mental y moral inmediata que suponga una reeducación de toda la clase política, pero también de toda la ciudadanía que no parece asentada sobre principios muy sólidos ni muy válidos.
—La educación es un latiguillo en boca de políticos, tertulianos y moralistas, ¿pero cómo devolvemos la educación al lugar qué merece y cómo la arrancamos de la trinchera ideológica que ha fabricado casi tantas leyes educativas como gobiernos se han alternado en el gobierno de la nación?
—Creo haber contestado a esta pregunta antes. Pero me gustaría añadir algo: la historiadora Carmen Iglesias ha dicho –y estoy por completo de acuerdo con ella– que la educación es la asignatura pendiente de nuestra democracia. Por eso es necesario llegar a consensuar una ley como en los estados de nuestro entorno existen. Los alumnos no pueden ser conejillos de Indias con los que cada cuatro años se hacen experimentos. El futuro del país depende de su sistema educativo: no se puede, pues, jugar con algo tan serio y aplicarle peregrinas ocurrencias.
—¿Puede convertirse la cultura en la revolución ejemplar que desde El Quijote a Unamuno, pasando por Santa Teresa y Valle-Inclán, los cineastas y los pintores, los poetas y los músicos podrían ilusionarnos sin adormecernos ni atontarnos?
—No sé si la cultura puede ser una revolución. Lo que sí sé es que nuestra cultura debe reflejarnos, criticarnos, mejorarnos. Cervantes y Valle-Inclán, a su modo, lo hicieron. Ortega y Juan Ramón también. La crítica, si es verdadera, suele ser más ilusionante que destructiva, cuando no ambas cosas a la vez.
—¿Cómo se maneja en la vorágine de las redes sociales y de internet?
—No tengo móvil, pero me sirvo de internet.
—Con la irrupción de internet el papel del crítico, de la voz de autoridad, parece haberse diluido. ¿Cómo establecer los nuevos patrones culturales, el nuevo canon?
—Gracias a internet la crítica –como la creación– se ha democratizado. El criterio de autoridad casi ha desaparecido, pero aparecen otros nuevos, que no siempre resultan fiables. Como en la lírica antigua, es tarea difícil definir el nuevo canon: hoy todo es materia literaria y, por lo mismo, nada lo es.
—¿Le parece ajustado a nuestra degradación paisajística y moral lo que hace Rafael Chirbes de nuestra costa y nuestra alma?
—Sí: admiro mucho a Rafael Chirbes. Lo considero un excelente novelista. La primera persona que me habló de él fue –ya hace años de esto– Carmina Martín Gaite en un encuentro en Basilea.
—¿Qué autores han dejado una huella más honda en su formación intelectual y sentimental?
Homero, Platón, Cicerón, Catulo, Propercio. Horacio, Virgilio, Cervantes y el Siglo de Oro, los metafísicos ingleses, los románticos alemanes e ingleses, Darío, Unamuno, Juan Ramón, Azorín, Ortega y Gasset, Carles Riba, Espríu, Alberti, Aleixandre, Cernuda... y un muy largo etcétera que llega hasta los autores de hoy.
—¿En qué medida el dibujo que va conformando su vida se parece al que soñó cuando empezó a tomar conciencia de que la vida iba en serio?
—Se parece bastante a la que imaginé que iba a vivir y creo no haberme separado mucho del quise haber sido.
—¿Hasta qué punto comparte el dictum presocrático de que «carácter es destino»?
—Es una máxima extendida por Fichte y que Cernuda hizo luego suya, y que goza de cierta verosimilitud porque es bastante exacta.
—¿Qué han hecho, han dejado de hacer y deberían hacer los periódicos para elevar el tono intelectual y moral de España?
—Aumentar su grado de exigencia verbal, mental y moral; prestar más atención a la cultura; y mantener los suplementos culturales, que cumplen una muy importante función.
—¿Qué le saca de quicio?
—La injusticia siempre; y yo mismo a veces.
—¿Le fatiga España?
—No: sólo me preocupa.
—¿Sigue siendo España un enigma histórico?
—Como el resto de los países, nunca lo ha dejado de ser.
—¿Para qué le sirve la poesía como lector y como poeta?
—Para volver a vivir partes de nosotros que desconocíamos y revivir otras en las que querríamos siempre permanecer.
—¿Es posible compaginar la democracia y la igualdad con la excelencia y la virtud?
—La democracia griega mantuvo los valores de la moral aristocrática, aplicados a la convivencia en sociedad. Y, cuando esos valores se perdieron, la democracia griega desapareció. Hay cosas que se deben repartir según el número y otras que han de repartirse según el mérito.
—¿Quién es Jaime Siles?
—Un aprendiz de poeta, que quisiera ser filólogo también.

el dispensador dice:
himnos en pentagramas,
himnos en hilos,
himnos en silencios,
coros sin notas...

himnos en tempranillo,
himnos tardíos,
cuando sobra el precio,
lo que suena es vacío...

himnos que amanecen,
coros que estremecen,
si no sabes de playas,
los ángeles no aparecen...

himnos que al atardecer,
convocan conciertos eternos,
algunos suenan en otoño,
otros llegan en invierno,
cuando los ángeles no cantan,
aparecen los fuegos...

¿dónde están las consciencias?,
¿por qué haces el culto al precio?,
¿no comprendes que el alma se agobia por el peso?,
el lastre es arrastre... y te entierra hasta el cuello...
cuando el espíritu pesa,
ya no importa ser obeso...
te domina la inercia,
de ser incapaz de salir de lo quieto...

¿traes tus valores?,
¿vives sin ellos?,
si no reconoces a tu ángel,
tu consciencia permanece en silencio...
cuidado con las voces,
que se dejar oir detrás del infierno,
algunos son alaridos,
otros lamentos,
de allí no se sale... cuando de la esperanza sale humo negro...

¿sabes de señales?,
¿atiendes lo eterno?,
¿sigues creyendo que en la vida todo tiene un precio?,
si no reconoces los valores,
tu sombra domina al cencerro,
no dejarás huella... porque el abismo te atrae a lo hueco...

nada que sirva tiene precio,
nos has nacido para andar juntando soberbias,
mientras la ignorancia es tu propio desierto...
cuida el valor,
oasis y fuente del hecho...
intenciones y palabras no generan vientos,
son sólo vacíos... de un destino incierto.
DICIEMBRE 31, 2014.-


LADERAS ► El origen de los geoglifos del desierto de Atacama - ABC.es

El origen de los geoglifos del desierto de Atacama - ABC.es



CULTURA

El origen de los geoglifos del desierto de Atacama

Día 27/12/2014 - 01.17h


El arqueólogo Gonzalo Pimentel asegura que es 

«un tipo de arte rupestre vinculado a las antiguas 

rutas caravaneras que los viajeros dejaban como 

impronta de su paso y su identidad»





EFE
Geoglifos en el desierto de Atacama, en el norte de Chile

En las laderas del desierto de Atacama, en el norte de Chile, se halla uno de los grandes misterios de la humanidad: gigantescas figuras grabadas en el suelo representan formas abstractas e inquietantes siluetas humanas que encierran las claves de un mundo aún por desvelar.
Indescifrables códigos extraterrestres y épicos viajes fenicios son algunas de las múltiples conjeturas que se han hecho en torno a más de 500 figuras del norte de Chile, unos mitos que pueden ser derribados por el arqueólogo chileno Gonzalo Pimentel, quien lleva años estudiando esas inquietantes formaciones.
Lejos de las explicaciones marcianas, el origen de esas grandes proezas» se encuentra «mucho más relacionado con la naturaleza del hombre que lo que muchos otros quieren creer», dijo el experto en geoglifosy movilidad andina precolombina. Se trata, según Pimentel, «de un tipo de arte rupestre vinculado a las antiguas rutas caravaneras que los viajeros dejaban como impronta de su paso y su identidad».
Las figuras, realizadas principalmente en el primer milenio de nuestra era, miden entre 10 y 300 metros y se encuentran en medio millar de puntos entre las ciudades de Antofagasta y Arica, en pleno desierto de Atacama. Las creaciones se obtenían «dibujando sobre el suelo, ya sea sacando las piedras superficiales oscuras para dejar a la vista la arena más clara o amontonándolas con el objetivo de generar un contraste que permite distinguir la figura del fondo», explicó el experto.
Ellos son el testimonio de la odisea que debió vivir el hombre en esos áridos parajes y del comportamiento de los grupos especializados de lassociedades andinas, vinculados al tráfico regional e internacional. Más allá de las improntas identitarias, «es posible que las figuras respondan también a sistemas de marcas o señaléticas alusivas a las rutas y desplazamientos», pues su ubicación se encuentra siempre lejos de cualquier antigua localidad.
Nada que ver, pues, con creaciones marcianas o de la Civilización Fenicia -quienes según algunos reportajes habrían dejado Oriente Medio para asentarse en el desierto de Atacama hace más de 3.000 años-, el origen de los geoglifos estaría relacionado con la misma motivación que empuja a «los jóvenes de hoy día a hacer grafitis en las paredes».

El imaginario colectivo de los andinos

«Las figuras -apuntó el experto- son obra y gracia del Mundo Andino Precolombino, de los ancestros locales que, en su afán de domesticar el desierto, de dotarlo de contenido y cultura, nos pintaron las laderas de los cerros con enormes figuras como si quisieran competir con el infinito desierto». Rombos escalados, cruces andinas y figuras humanas ataviadas con túnicas y herramientas representan la visión del mundo, cosmovisión, cosmogonía e imaginarios colectivos de varios miles de años y decenas de generaciones de andinos.
«Fue hecho por el mundo andino para el mundo andino», remarcó Pimentel, quien subrayó la gran relevancia de estas figuras para elconocimiento de las culturas prehispánicas. Pues, según el experto, a través de los dibujos se «representa la diversidad social y cultural de grupos humanos como los atacameños, tarapaqueños, aimaras y algunos grupos quechuas».
No obstante, el arqueólogo descartó que otras de las figuras geométricas encontradas en la planicie alta de Lasana, a 40 kilómetros al noreste de la ciudad de Calama, fueran realmente geoglifos. Pimentel, que estudió concretamente estas figuras en 2008 para National Geographic, determinó que «la mayor parte de ellas fueron realizadas a mediados del siglo XX, al sacar áridos de forma artesanal mientras se construían caminos mineros y tuberías».
«En términos formales -señaló- se podría decir que están realizados con la misma técnica que los geoglifos pero en realidad, aquí no hay intención de transmitir nada». En la zona de Lasana abundan, pues, las figuras resultantes de la actividad productiva; sin embargo, según el experto sí se han encontrado otras figuras de grandes dimensiones que se pueden asociar a los geoglifos.
El caso más paradigmático corresponde a una compleja figura abstracta de trazado ortogonal, de 300 metros de largo por ochenta de ancho, construida entre el año 900 y 1550 de nuestra era, que es observable por completo desde el aire.
Estos estudios derriban los incontables mitos que rodean las enigmáticas líneas que parecen esfumarse en el horizonte; aun así, existe un misterio que siempre quedará en el aire: cuando fueron creadas, el hombre aún no había podido alzar el vuelo, así pues, ¿para quién fueron trazados los dibujos?
Como ya ocurriera con las legendarias líneas de Nazca, en el sur de Perú, bajo la arena del inconmensurable desierto chileno las claves de este mundo arcaico permanecen encerradas como improntas de una civilización aún por desvelar.

el dispensador dice:
no todas las montañas se escalan hacia arriba,
no todas las caravanas se dirigen hacia el poniente,
no todas las palabras que se pronuncian mienten,
no todo lo que se oye... se entiende...

no todas las oraciones suenan sinceras,
no todas las excusas sirven de ayuda,
no todas las traiciones resuelven las contradicciones,
no todos los silencios son pentagramas,
las gentes soberbias se consumen en llamas...

no todas las pendientes son trepables,
a veces descender... es razonable...
las laderas te llevan,
según la voluntad te señale,
a veces el esfuerzo no lleva a desvelarse...

Atacama no es un lugar probable,
todo lo posible se consumió en alguna tarde,
lo que vino después es un simple cuento,
cada uno saca de él... lo que le viene a "cierto"...
más allá de la duna no hay nada,
nada visible para los que no portan alas,
cuando se les concede la cuna,
si cuando naces no traes un sello,
exhibirás cabeza pero no enseñarás cuello...

hay mucho más debajo,
que en cualquier arriba,
si te conformas tan fácil,
es porque lo fácil te cautiva...
cuando la paradoja se instala en tu vida,
todo lo que sigue es una verdad vacía...

los abrazos andinos no son quimeras,
no son para el turista ni para cualquiera,
es preferible navegar al silencio de las velas,
siempre hay una playa... donde el que la alcanza no juega...
busca tu ángel,
escucha tu consciencia,
el año que viene, florecerán las quimeras.
DICIEMBRE 31, 2014.-

martes, 30 de diciembre de 2014

DOMINGO ÍNTIMO ► Susan Sontag: retrato íntimo a los diez años de su muerte - ABC.es

Susan Sontag: retrato íntimo a los diez años de su muerte - ABC.es

CULTURA

Susan Sontag: retrato íntimo a los diez años de su muerte



Día 29/12/2014 - 10.41h


Un documental de la HBO dirigido por la cineasta 

Nancy Kates recupera la figura de la voz más 

crítica de Estados Unidos







El 28 de diciembre de 2004 fallecía, en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, Susan Sontag. La voz de la conciencia crítica de Estados Unidos se apagó tras una larga batalla contra la leucemia, enfermedad que combatió con la entereza e inteligencia que definieron toda su vida. Desde entonces, muchos han sido los esfuerzos editoriales destinados a recordar su figura.
Su hijo, David Rieff, escribió «Un mar de muerte», libro en el que rememoraba la muerte de su progenitora; el propio Rieff editó los dos primeros volúmenes de los diarios de Sontag (hay un tercero pendiente de publicación), «Renacida» (1947-1964) y «La conciencia uncida a la sangre» (1964-1980); la estadounidense Sigrid Nunez (que fue pareja de Rieff) evocó en «Siempre Susan» la parte más humana y menos complaciente de la intelectual; y hace apenas unos meses la editorial chilena UDP publicó «La entrevista completa de Rolling Stone», que recoge las doce horas de charla que la autora mantuvo con Jonathan Cott en 1978.
El cine sólo la había retratado, muy de pasada, en el documental «Una vida a través de la cámara», sobre la fotógrafa Annie Leibovitz, pareja de Sontag hasta el final de su vida. Pero, al cumplirse diez años de su muerte, se ha estrenado «Recordando a Susan Sontag», documental dirigido por la cineasta Nancy Kates para la HBO (en España puede verse en Canal Plus hasta el 3 de enero) que ofrece un retrato íntimo de la autora.
«Me encanta estar viva. Me despierto cada mañana agradecida de estarlo». Con esta confesión de Sontag arranca el filme, de 95 minutos, que reproduce evocadoras imágenes experimentales, material de archivo y declaraciones de quienes más la conocieron. LaactrizPatricia Clarkson es la encargada de poner voz a las palabras que la autora dejó escritas, testimonio crítico y muy lúcido de la historia de la segunda mitad del siglo XX.
Desde su precoz amor por los libros a su temprano y fallido matrimonio con Philip Rieff (profesor en la Universidad de Chicago y padre de su único hijo), su postura política (de Sarajevo a Irak), su lucha contra el cáncer, su fuerte personalidad, pasando por su reconocidabisexualidad o sus romances con María Irene FornésJasper Johns, Nicole Stéphane o la mencionada Leibovitz, el documental de Kates se detiene, sin miedo, en vivencias de Sontag hasta ahora poco conocidas.
Para ello cuenta con los testimonios de su hijo (estremece al contar cómo su madre se puso a gritar cuando los médicos la dijeron que había rechazado el último transplante de médula en Seattle), su hermana Judith, la modelo Harriet Sohmers Zwerling (ella la introdujo en el ambiente gay de San Francisco), el poeta Wayne Koestenbaum, la escritora alemana Eva Kollisch o la coreógrafa Lucinda Childs. Todos ellos dejan constancia de que Susan Sontag fue, sin duda, una de las mentes más clarividentes del mundo que la tocó vivir. Un mundo complejo, fascinante, a veces terrible, pero lleno de matices. Como ella.

el dispensador dice:
no mires hacia atrás,
mientras has de caminar,
pero no omitas el poder de la memoria,
para darle sentido a tu andar...

se necesita "consciencia",
para navegar en la vida,
no se puede vivir de recuerdos,
pero tampoco de omitir lo que se olvida...

los hechos siempre regresan,
a marcar lo que no se ha visto,
porque así se dan los sentidos,
de la gracia y del destino...

no vienes aquí a jugar,
ni a esquivar tu destino,
sólo tienes la posibilidad,
de honrar los motivos,
por los cuales te fue concedido,
el nacer... para luego saberte nacido...
si no aprendes a vivir,
regresarás indefectiblemente,
hasta que honres la gracia,
razón universal por la cual respiraste,
sin agradecer lo suficiente,
todo lo recibido.
DICIEMBRE 30, 2014.-

PAPELES ► Cynthia Ozick: «Europa debería afrontar de nuevo su despiadada historia» - ABC.es

Cynthia Ozick: «Europa debería afrontar de nuevo su despiadada historia» - ABC.es



Cynthia Ozick: «Europa debería afrontar de nuevo su despiadada historia»

Día 29/12/2014 - 12.06h
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La poeta, pensadora y novelista 

judía publica en nuestro país 

«Los papeles de Puttermesser», inédita en español





ABC




Los caprichos de la industria editorial española han hecho que Cynthia Ozick (Nueva York, 1928), una de las grandes de la literatura anglosajona del siglo XX, haya pasado más o menos desapercibida en nuestro país. «Los papeles de Puttermesser» (Mardulce), novela inédita hasta ahora en español, es una espléndida oportunidad para reivindicar la figura de esta «Emily Dickinson del Bronx».
Su obra, crecida al amparo de Henry James (su héroe literario), ha definido como pocas las sombras de la inmigración, las cicatrices delHolocausto (ella es judía) y la construcción de la identidad cuando todo, salvo uno mismo, está perdido. A sus 86 años, Ozick sigue escribiendo sin premura ni descanso y respondió, vía e-mail, la llamada de ABC Cultural. Lo hizo a su manera, tomándose «la libertad de abordar muchas» de las preguntas que recibió «como un todo puntillista, en lugar de tratar de responderlas una a una».
«Para empezar -asegura la escritora-, su pregunta más intrigante: sí, creo en la verdadera existencia de la musa; conozco bien su carácter y la puedo describir. Es implacable. Acecha siempre en segundo plano, suspendida del techo o agazapada bajo una silla. Si intentas asustarla, permanece obstinadamente presente, molestando, reprendiendo, exigiendo. Interrumpe las comidas, no te deja dormir, y si echas una cabezadita, te persigue en sueños.»
«A mí me invadió por primera vez -añade Ozick- cuando era muy joven, y nunca desde entonces me ha concedido un momento de paz. La reconocí de inmediato, incluso de niña. Así que cuando me preguntan, como usted ahora, qué me lleva a escribir una novela y si he nacido para ser novelista, sólo puedo decir que yo no he tenido nada que ver, me ha sido impuesto; nunca ha sido una cuestión de personalidad.»
«En cualquier caso -concluye la autora-, pasaron años antes de que me sintiese capaz de afirmar que era escritora. Aunque escribía constantemente, no me permití dicha afirmación hasta que dispuse de un número adecuado de publicaciones. Para entonces, por supuesto, me había convertido en una especie de fanática, ‘‘normal’’ en apariencia, pero una anomalía en la sociedad (como lo es, por naturaleza, todo escritor obsesionado con las palabras), y prefería las ideas a la cháchara, y respirar libre en soledad y en el silencio de la noche. Es entonces cuando uno se libera de la musa y de sus incesantes arengas: viendo que ya no es útil (¡como si alguna vez lo hubiese sido, esa bribona!), huye al fin.»
- ¿Alguna vez ha pensado en el alivio que supondría decir basta, ya no escribo más?
- Me pregunto si esta cuestión está relacionada con la famosa confesión de Philip Roth: «Se acabó la lucha». Esto da a entender que el escritor ha estado, casi en todo momento, libre de la abrumadora interrupción externa. Un escritor que está sometido a interrupciones constantes no encontrará alivio en que se le permita parar, sino en que se le permita seguir, seguir y seguir.
- Ha escrito poesía, novelas, relatos cortos, ensayos...
- Escribí poesía de manera obsesiva en la adolescencia y hasta mediada la treintena. Alguien -¿T. S. Eliot o Goethe?- comentó que todo autor es poeta hasta los 35, pero sólo los verdaderos poetas lo siguen siendo; los demás pasan a ser meros escritores. La atracción de los relatos era, supongo, mayor. Un relato corto, construido como está sobre un solo destello revelador, su «epifanía», se acerca más en esencia a un poema. Pero una novela permite muchos de esos destellos, porque teje y teje su complejidad con múltiples hilos.
- ¿Cree usted en la literatura?
- Ah (suspira), sí. Por eso no acepto ningún enfoque, aparentemente literario, sobre la edad de un escritor. La palabra y la obra son intemporales. De modo que cuando me pregunta si el sentimiento que experimenté con mi primera publicación es distinto al que siento ahora, me siento sencillamente perpleja. La publicación (¡impresión, semiobsoleta impresión!) produce un sentimiento de culminación del que ningún escritor, novato o veterano, puede prescindir.
- ¿Tiene una noción platónica del escritor?
- Sí. La palabra disuelve el tiempo. Con ella podemos asociarnos con los antiguos, y penetrar en todos los credos y mensajes del mundo, y atisbar indicios del conocimiento y la sabiduría y, en último término, del amor y la mortalidad.
- ¿Puede un escritor evitar la ambición? ¿Qué opina del reconocimiento? ¿Piensa que sus libros la sobrevivirán?
- La ambición no tiene importancia literaria; es ansia de poder y fama. Aun así, puede ir, y a menudo ha ido, asociada con la escritura. Pero el de escritor es en esencia un trabajo humilde, plagado de hirientes dudas sobre uno mismo; aunque escribir sin reconocimiento significa un eclipse demoledor y doloroso. Estoy segura de que mis libros no me sobrevivirán: ¿con qué frecuencia lo hemos visto entre nuestros contemporáneos, aquellos que en otro tiempo estuvieron en boca de todos (y yo no lo estoy) y, al morir, mueren dos veces?
- El Holocausto figura en muchos de sus relatos. ¿Siente que es un tema que debe afrontar en su obra?
- Es un «tema» (qué palabra tan anodina para una matanza tan masiva y brutal) que me busca y me atrapa, incluso contra mi voluntad. Pero es Europa en particular, a pesar de las beaterías de sus múltiples monumentos, la que debería afrontar de nuevo su despiadada historia. En especial en este momento, cuando el «nunca más» se ha transformado en el «hagámoslo otra vez» de Hamás. Un sentimiento cordialmente, a veces alegremente, acompañado por un aterrador resurgimiento del antisemitismo en las grandes capitales de Europa.
- ¿Cuáles son las razones de ese antisemitismo?
- Siguen dando viejas «razones» como el libelo de sangre, nuevas «razones» como las mentiras, los engaños y los bulos demonizadores del antisemitismo, que hoy lleva la máscara fraudulenta del antisionismo. No faltan las falsedades derogatorias que adoptan la apariencia de una «razón». Quizá todo antijudío mantenga oculto un retrato de su propia alma y, al reflejarse en él, le revele la verdadera razón para odiar a los judíos: la depravación hasta la médula del que odia.

Mujer para archivar

.-.-

el dispensador dice: 
piedra, papel, tijera,
si no aprendes de la historia,
ésta te atropella,
te devora,
y luego te regresa a la tragedia...
a la espera,
aguardando que aprendas,
que no apeles a la discriminación,
a negar la realidad que te rodea...

Europa está detenida en la inquisición,
también en sus hogueras,
oscurantismos que anidan en ellas,
permanece en sus conflictos,
tanto como en sus guerras,
demasiados cinismos,
en un imperio que navega sin vela,
que no sabe dónde va,
a pesar del brillo de las estrellas,
demasiados espejismos,
ninguna playa serena...

separatismos marcados,
que arrasan inocencias,
fabricando pobres para pocas conveniencias...
occidente no entiende,
que si esta historia se quiebra,
la humanidad toda se irá con ella,
e imperarán los silencios,
las soledades sin tiempos,
lo necesario para que la Tierra vuelva a ser "tierra"...

las denuncias abundan,
las puede señalar cualquiera,
porque ellas son evidencias,
que se avecina una tragedia,
propia de xenofobias,
que no son otra cosa que miserias,
de avaricias,
de condicias,
de angurrias,
de violencias,
voracidades por monedas,
que no se podrán gastar,
jamás en una sola vida,
pero que tampoco perdurarán,
cuando la ignorancia se disemine,
atropellando a las soberbias,
imponiendo las inquinas...

cuando la cultura no regresa a sus fuentes,
cuando se prescinde de la claridad de las mentes,
el papel se torna inerte,
entonces no se lee,
tampoco se aprende...
y todo se desliza barranca abajo,
tomando velocidad en la pendiente,
hasta que encuentra la piedra,
donde golpea y perece,
quedando los cinismos... flotando en el ambiente.
DICIEMBRE 30, 2014.-