domingo, 28 de diciembre de 2014

CONFORMISMOS, DE FRENTE ► “Una idea que nos lleve a destruir no vale la pena” | Cultura | EL PAÍS

“Una idea que nos lleve a destruir no vale la pena” | Cultura | EL PAÍS



DE FRENTE: BLANCA PORTILLO

“Una idea que nos lleve a destruir no vale la pena”

La actriz madrileña ríe para contrarrestar los dramas que sube al escenario



AMPLIAR FOTO

La actriz Blanca Portillo. / BERNARDO PÉREZ




¿Cómo se siente representando en ‘El testamento de María’ (del escritor irlandés Colm Tóibín) ese sufrimiento? Nunca me lo planteé como la madre de Cristo, sino como mujer, como madre. No tengo hijos, pero sí vi el sufrimiento de mi abuela por sus nietos o por su hija. Esa fortaleza para aguantar con un dolor tan grande. María es un personaje mucho más cercano que si la hubiera entendido como la madre de Dios. Es un dolor común.
Es que es una madre... Absolutamente. Su hijo tiene derecho a hacer lo que quiere, pero no sabe cuánto daño está haciéndole a esa mujer. Más allá de que lo que diga, llega tanto porque es la madre de todas las madres, lo que dice es muy reconocible; hablaría con ella para contarle mis penas.
¿Qué le diría? Todos tenemos algo que debimos hacer o que creemos que debimos hacer y no hicimos. Ella tiene esa culpa enorme, pero al fin puede sacarlo a la luz y morirse tranquila. Le diría que no se angustiara, que hacemos las cosas porque toca hacerlas y que luego no te puedes arrepentir.
Uno no se hubiera imaginado a María cabreada. Y con todo el derecho. Tiene rabia, no entiende qué pasó. Tiene esa pregunta: “¿Qué hice mal para que mi hijo saliera así?”. Es una rabia que arrastra con ella y contra el resto porque ve que la gente sigue inventando una historia que no es cierta, y que lo que pasó no se va a contar nunca.

A María le diría que no se angustie: que hacemos las cosas porque toca y no te puedes arrepentir”
Ella considera fanáticos a los que se llevaron a su hijo a salvar el mundo. Los llama fanáticos, histéricos, excitados, inadaptados y dice que ninguno de ellos es normal; algo muy de madre también, porque a las madres todos los amigos de los hijos les parecen raros y malos. Si lo analizas es a la vez muy bonito, tiene cierta ternura.
Le caen mal los amigos de su hijo. Llevamos 2000 años oyendo la historia de Cristo, pero cuando a ella le ocurre esa historia es cierto que los amigos de Jesús no son más que una panda de descerebrados que proclaman una religión monoteísta y que el hijo de María dice que es el hijo de Dios. Es como para pensar que están completamente locos y que no van a llegar a ningún lado. Me parece lógico que la madre no les crea.
¿Qué reflexión le produce esa denuncia del fanatismo? La entiendo perfectamente. Dice al final de la obra: “No valió la pena”. Creo que cualquier religión, cualquier idea que nos lleve a destruir (los fanatismos, en el fondo, plantean una destrucción) nunca merece la pena; nada es tan importante como para poner en riesgo tu vida y la de los demás. Me parece peligroso porque dejas de tener en cuenta el valor de la vida. No entiendo que nadie se llene de explosivos y vuele un mercado. Ninguna idea puede justificarlo.
Tiene que interpretar el grito de María. En silencio. Es un grito real. Existe desde el más profundo dolor. Se mezcla con la rabia, la impotencia, la ira. Si ella pudiera, en ese momento lo destruiría todo. Teatralmente es muy importante que no se produzca el grito, que cada uno lo escuche en su mente o en su corazón. Es el grito que una mujer daría desde el centro de su corazón ante la muerte del hijo.
Ella ironiza: si vino a salvar al mundo, no valió la pena… Yo me pregunto lo mismo hoy: ¿El cristianismo ha hecho un mundo mejor? Si realmente murió para que el mundo fuera mejor, tiene razón: creo que no ha construido un mundo mejor, no ha salvado al mundo.

el dispensador dice: frase trillada, "no vale la pena"... sello y signo de los conformismos que atrasan a la cultura a la humana exterminándole las iniciativas propias de la necesidad de crear, de hacer aún cuando luego dicha obra se vea envuelta en un supuesto fracaso... a veces el tiempo o las circunstancias juegan contra de la "obra", de una determinada "obra", de cualquiera de ellas, porque no recibe el reconocimiento de su tiempo, pero sí de los posteriores... por siglos... o por miles de años... dichos vaivenes son habituales en el mundo cultural humano, y hace a la inteligencia social tanto como a la consciencia pública, lugares donde el conjunto prima sobre las individualidades y los personalismos.

en verdad, cualquier iniciativa que nos empuja por mera intuición, vale la pena... aún cuando no logre o no alcance resultados "económicos", que en realidad son los menos importantes, cuando de ángulos se trata... una vez que los reconocimientos llegan se tornan irreversibles, y se enraízan hasta puntos impensados, y así debe ser, porque ello es lo confiere valor a aquellos "hechos" que la sociedad asume como importantes para el conjunto, para el grupo, para la tribu... y ellos conforman un tejido sostenido por los siglos de los siglos...

María, tal vez y sólo tal vez, no fue consciente de la importancia de su hijo, porque ella estaba imbuida de vida y circunstancia, una mezcla que nubla la vista y los sentidos de los sentimientos... algo que se va despejando cuando uno ya no está aquí... distinto es para el enviado consciente a ser sacrificado, él trae consigo su propia realidad y su convicción necesaria para trasponer el destino que se le ha endilgado... dos realidades distintas para un mismo momento... ella espectadora... él víctima propiciatoria... en el instante en que sucedía, pocos reconocían y muchos negaban... los siglos han invertido la realidad y hoy, la FE envuelve a las gentes más allá de los preceptos dogmáticos de la Iglesia, una institución que atrasa en bienestares y comodidades asaltadas a otros, pobres de bienes, ricos de alma... desbordantes de inocencias necesarias para sostener en el alto el valor esencial del espíritu humano y sus humanismos necesarios...

María se evaporó de la historia consciente que de su vientre había salido el "reversor"... del mismo modo que María de Magdala, también fue consciente de que de su vientre, había salido el ADN de las continuidades cíclicas y adecuadas que alguna vez se deberían revelar a la humanidad como raza, como inteligencia cíclica, como consciencia de estirpes y linajes que devienen de una única fuente... ¿y ahora?... todo, absolutamente todo lo que sientas en tu alma... vale la pena. DICIEMBRE 28, 2014.-

No hay comentarios: