viernes, 31 de octubre de 2014

SENTIMIENTO DE ALDEA ▲ El cine llega a las aldeas >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

El cine llega a las aldeas >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS




CINE PARA ÁFRICA - Trailer from Ivan Roiz on Vimeo.

ALDEA ▲ El cine llega a las aldeas >> África no es un país >> Blogs Internacional EL PAÍS

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Lola Huete Machado

África no es un país

"Salvo por el nombre geográfico, África no existe", decía Ryszard Kapucinski. Y sí, desde Europa, acostumbramos a simplificar su realidad hasta hacerla una y pobre, catastrófica y dependiente. Pero África es un continente: 55 países, mil millones de personas, multiplicidad de mundos, etnias, voces, culturas... África heterogénea y rica contada desde allí y desde aquí. Un blog coral creado y coordinado por Lola Huete Machado.

SOBRE LOS AUTORES

Lola Huete MachadoRedactora de El País y El País Semanal desde 1993, ha publicado reportajes sobre los cinco continentes. Psicóloga y viajera empedernida, aterrizó en Alemania al caer el muro de Berlín y aún así, fue capaz de regresar a España y contarlo. Compartiendo aquello se hizo periodista. Veinte años lleva. Un buen día miró hacia África, y descubrió que lo ignoraba todo. Por la necesidad de saber fundó este blog. Ahora coordina la sección Planeta Futuro.
Chema CaballeroChema Caballero. Llegó a África en 1992 y desde entonces su vida giró en torno a sus gentes, su color y olor, sus alegrías y angustias, sus esperanzas y ganas de vivir. Fue misionero javeriano y llevó a cabo programas de educación y recuperación de niñ@s soldado en Sierra Leona durante dos décadas, que fueron modelo.
José NaranjoJosé Naranjo. Freelance residente en Dakar desde 2011. Viajó al continente para profundizar en el fenómeno de las migraciones, del que ha escrito dos libros, 'Cayucos' (2006) y 'Los Invisibles de Kolda' (2009), que le llevaron a Marruecos, Malí, Mauritania, Argelia, Gambia, Cabo Verde y Senegal, donde aterrizó finalmente. Le apasiona la energía que desprende África.
Ángeles JuradoÁngeles JuradoPeriodista y escritora. Trabaja en el equipo de comunicación de Casa África desde 2007. Le interesa la cultura, la cooperación, la geopolítica o la mirada femenina del mundo. De África prefiere su literatura, los medios, Internet y los movimientos sociales, pero ante todo ama a Ben Okri, Véronique Tadjo y Boubacar Boris Diop, por citar solo tres plumas imprescindibles.
Chido OnumahChido Onumah. Reputado escritor y periodista nigeriano. Trabaja como tal en su país y en Ghana, Canadá e India. Está involucrado desde hace una década en formar a periodistas en África. Es coordinador del centro panafricano AFRICMIl (en Abuja), enfocado en la educación mediática de los jóvenes. Prepara su doctorado en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su último libro se titula 'Time to Reclaim Nigeria'.
Akua DjanieAkua Djanie. Así se hace llamar como escritora. Pero en televisión o en radio es Blakofe. Con más de tres lustros de carrera profesional, Akua es uno de los nombres sonados en los medios de su país. Residente en Reino Unido, fue en 1995, en uno de sus viajes a Ghana, cuando llegó su triunfo televisivo. Hoy vive y trabaja entre ambos países. La puedes encontrar en su página, Blakofe; en la revista New African, en Youtube aquí o aquí...
mapa de África

El cine llega a las aldeas

Por:  29 de octubre de 2014
Autora invitada: Aurora Moreno Alcojor (*)
Cineafrica


















Un proyector, una lona de 3x3, un minúsculo generador de gasolina y 40 películas de todas las épocas y estilos: desde TitanicIntocableMamuk el esquimalpasando por Le Havre o Avatar. Ése ha sido todo el material que ha necesitado Rafael Cabanillas para hacer realidad su proyecto ‘Cine para África’, un viaje para llevar el séptimo arte a las zonas rurales del continente, pero también un viaje a su propia infancia. Una regresión a aquella época en la que cada cierto tiempo llegaba una película nueva a la plaza de su pueblo, Torrijos (Toledo).Y un homenaje a lo que fueron las Misiones Pedagógicas, esa iniciativa de la Segunda República que llevó el cine a las zonas más remotas de España.
Cabanillas, profesor de Lengua y Literatura y autor del libro ‘Hojas de baobab’, y su compañero Francisco Matas han hecho lo propio en pueblos y ciudades de dos pequeños países africanos, Togo y Benín, situados en el África occidental. “La clave es la itinerancia, llegar a rincones donde el cine nunca había llegado, explica Rafael en el documental en el que dan a conocer la iniciativa. Lugares como Gambié -una ciudad lacustre de 30.000 habitantes sobre las aguas del lagoNokuéen Benín, Samarago, en Togo, la zona del pueblo Tamberma, que recorre los dos países, o los barrios más pobres de Lomé, la capital togolesa.

Fueron en total más de cuarenta proyecciones, a las que asistieron jóvenes y mayores, muchos de los cuales disfrutaban por primera vez del cine en mayúsculas. Porque aunque los móviles y la televisión se han extendido enormemente por todo el continente, y por lo tanto todos han tenido acceso al mundo audiovisual, no ha sucedido lo mismo con el cine en pantalla grande. Al contrario, en toda África existen menos de 1.000 cines -lo que supone uno por cada millón de personas- y son muchas las ciudades que no cuentan con ninguna sala.
Cineafrica2


















Proyecciones en la playa, en una calle poco transitada, a las afueras de un poblado o dentro de la escuela. Siempre al caer la noche y siempre contando con el visto bueno de los responsables del lugar: ya fueran los profesores o los jefes del poblado. Un visto bueno que, en varias ocasiones,llegó a necesitar de la reunión del Consejo antes de decidir que “sí, que el cine era bueno para su pueblo”.
En ocasiones, los espectadores llegaban hasta tres horas antes del comienzo de la proyección, expectantes, cuchicheando entre ellos y nerviosos por la que era la primera sesión de cine de sus vidas. Otros, sin embargo, llegaban ya comenzada la proyección, a su aire, pero no por ello parecían menos interesados. Tras la película, tiempo para la charla, para comentar lo que habían visto y compartir sensaciones. Me ha gustado sobre todo por el placer de reír y olvidar los malos pensamientos”, explica uno de los espectadores. Otros, en cambio, confiesan no haber entendido la película, aunque les hayan gustado las imágenes.
Cineafrica3


















Un documental, en definitiva, que recoge todo eviaje de Rafael y Francisco, pero que es mucho más que la historia del proyecto y se convierte en un retrato costumbrista del África rural y urbana, a través del cual conocemos sus formasde vida, su trabajo en el campo, sus formas de transportarse…Y es también un repaso a la historia más triste del continente, la de la esclavitud, debido a que su viaje discurre por la llamada ‘Costa de los esclavos’, la zona de la que partieron miles de hombres y mujeres hacia el nuevo mundo para ser vendidos como esclavos. Todo ello a través de 3.000 kilómetros siguiendo el recorrido de los responsables del proyecto, que viajan en autobuses de línea, moto-taxis, coches compartidos, bicicletas o incluso canoa. Una forma de minimizar gastos, que corrieron de su propio bolsillo.
Pero es sobre todo un proyecto que tiene vocación de permanencia: los materiales quedan en manos de los jóvenes universitarios de la Maison Baobab, en Lomé, que se comprometen a llevar el cine por los barrios y pueblos de su país.
El documental se estrenará el 31 de octubre, a las 19.00 horas en el Centro Cultural La Corrala (calle Carlos Arniches, Madrid) y contará con la presencia del ex ministro de Educación, Ángel Gabilondo. 
(*) Aurora Moreno Alcojor es autora del blog  Por fin en África


el dispensador dice:
me quedo con la aldea,
caminos de tierras,
caminos de arenas,
caminos de piedras,
donde el agua escurre,
hacia fuentes eternas...

me quedo con la tribu,
miradas serenas,
gentes simples,
pura inocencias,
rutinas leves,
horizontes que acercan...

me quedo con el silencio,
palabra que viaja,
de aldea en aldea,
pasos lentos,
hornos a leña,
harinas puras,
masas que no enferman...

campos abiertos,
escasas tranqueras,
ningún alambrado,
pocas pertenencias,
sólo lo puesto,
aprender de la gracia,
única que enseña,
a transitar la vida,
según la oración,
donde la escala ilumina...

nada es de nadie,
todo es de todos,
espíritus juntos,
ecuaciones en nodos,
presencias,
ausencias,
todo se siente,
cuando el sentimiento... acerca.
OCTUBRE 31, 2014.-

MEMORIAS ► Y… ¿dónde queda el Sáhara? >> Blogs EL PAÍS

Y… ¿dónde queda el Sáhara? >> Blogs EL PAÍS



Lapices
En el Sahara, desde hace mucho tiempo, hay grandes poetas que lanzan al mundo un par de versos con la intención de que otro gran poeta los continúe. Hasta que no aparece alguien a la altura de la calidad de los primeros versos, el poema queda incompleto. Y así, poco a poco, se va construyendo un poema con muchas voces. De manera paradójica, comenzamos con una Despedida, el título del poema que inaugura la sección de la mano del poeta Larosi Haidar. Dice así…

Cuán dulce es amar
y sentirse a la vez amado
pero amargo es el dejar
a quien tanto se ha esperado.

¡Poetas! os animamos a participar y así completar, esperamos, un gran poema coral.


Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb


SOBRE LOS AUTORES

Sukina Aali-TalebHija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.
Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.
Bahia Mahmud AwahBahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.
Willy VeletaWilly Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.
Liman BoichaLiman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.
Larosi HaidarLarosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.








Memoria de arena [05]

Por:  29 de octubre de 2014

Poem05                                                                                Ilustración de Roberto Maján
 UNA FLOR- Zahra Hasnaui
Tras años
de asfalto,
cabalgaba
las arenas
rescatando
estrofas infantiles
y muñecas de marfil.

Una flor,
sobre una tumba anónima,
derramaba sombra en la yerma claridad.  

Condecoraba
la tierra
al soldado civil.

La sencilla ofrenda
enmudeció 
mis pensamientos,
la pompa y el clamor.

Y me inundó la lluvia.
Y no supe qué decir. 

Decidí sentir.


el dispensador dice:
hay memorias,
que sólo sirven a sus glorias,
hay otras memorias,
que sientan raíces en desiertos,
mientras las hay que enraizan,
en los océanos,
algunas sólo ganan tiempo,
mientras que muchas se disipan como los vientos...

hay memorias verdes,
hay memorias amarillas,
hay memorias rojas,
algunas caen como hojas,
otras son azules,
tanto, que hasta son silenciosas,
algunas se nutren de las cosas,
otras se alimentan de las rosas,
muchas se esfuman,
sin dejar huella,
ni sombra...

hay memorias que son como árboles,
anidan las aves,
sabios gorjeando en las tardes...

hay memorias que son como pinturas,
verdaderas obras de arte,
coros de pentagramas donde las notas son ángeles...

hay memorias escritas,
algunas nutren el alma,
mientras otras reclaman y gritan...

pero la mejor de ellas,
memorias,
son las eternas,
esas que permanecen,
alcanzando espíritus,
universos donde todo se expresa en verso,
de milenio a milenio,
haciendo de la creación,
puro verbo...

cuando descifras la memoria del karma,
alcanzas tu propio árbol,
obtienes tu propia rama,
un paraíso... donde no existe el tiempo,
tampoco el espacio.
OCTUBRE 31, 2014.-

PRENSA DE TERCEROS ► URUGUAY ▲ HOTEL BLANCO

Teatro del Umbral en su 16a. temporada 2014 presenta
HOTEL BLANCO
de Sandra Massera

Texto reconocido con el Premio Onetti 2013

Un viejo hotel abandonado de comienzos del siglo XX. 
Un solo huésped en el hotel, y ni siquiera está vivo.
El espectro de un escritor vaga todavía por el lugar
donde se encerraba a escribir y a soñar, y donde se quitó la vida hace más 
de ochenta años. 
Se queja de no poder dormir y convoca obsesivamente a los personajes
 más seductores y terribles de sus cuentos.

Trece actores en escena en una historia de amor, intriga y suspenso.

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Hotel blanco se inspira en la vida de Ryunosuke Akutagawa (Tokio, 1892-1927)
célebre autor de inquietantes relatos clásicos y conocido en Occidente 
por la película Rashomon, de Akira Kurosawa.

 
Elenco  |  Alain Blanco •Fabricio Galbarini • Jonathan Zugnoni• 
Laura Almirón • Nadia Bobadilla • Laureano Cánepa •
Daniel Uturburu • Roberto Foliatti • Ximena Echevarría • 
Lucía Calisto • Mariella Chiossoni • Marcel Sawchik
• Silvio Flores


Producción • Natalia Méndez | Vestuario • Laura Lockhart y Paula Martell | Escenografía y selección musical
• Sandra Massera | Iluminación • Alvaro Domínguez | Maquillaje • Paula Martell | Edición
de sonido y diseño gráfico • Carlos Rehermann | Fotografía • Alejandro Persichetti | Música • León Biriotti,
Luigi Nono, Jaap Blonk, Giacinto Scelsi, John Cage, Tomas Ondrusek


Dirección general
Fabricio Galbarini y Sandra Massera


Casa de Cultura del Prado


Lucas Obes 897 frente al Liceo Bauzá
a partir del sábado 18 de octubre
Sábados 21 hs. y Domingos 20 hs.


Reservas: 099547-322  - 099299455
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Notable texto de Sandra Massera que bucea entre la vida de un creador y sus criaturas, entre el mundo onírico y lo efímero de la existencia terrenal.
Con un sólido trabajo de sus trece actores, Hotel blanco se posiciona como una de las obras del 2014.

Nelson Díaz- Caras&Caretas


Elogiable unidad de estilo y excelente trabajo del elenco de trece actores, gracias a la esmerada dirección de Fabricio Galbarini y de la propia autora. Massera logra con su evocación de Akutagawa un atrayente esquema argumental con un resultado muy sugestivo e interesante.
Todos los detalles de la puesta cuidadosamente trabajados subrayan el clima de alienación y misterio en que se desarrolla la obra.

Egon Friedler- Semanario Hebreo

Ambos directores logran un detallado trabajo de movimientos escénicos donde la expresión corporal adquiere protagonismo. Es destacada la actuación de Alain Blanco en el rol del autor, ese escritor que piensa mientras muere y no puede evitar la eternidad ya impresa en sus personajes y en la belleza de sus diálogos.

Ana Laura Barrios- Semanario Brecha

Un espectáculo que aviva los sentidos, que nos deja inmersos en ese universo de luces y de sombras y nos transporta a un mundo donde el mañana no existe.
Los movimientos casi coreográficos, nos muestran más que escenas de teatro, de ópera montada a una escala de gran exquisitez.
Todo el elenco luce parejo, armonioso, y todos encajan en este puzzle con precisión.
La dirección compartida de Sandra Massera y Fabricio Galbarini, asegura la solvencia del espectáculo, el cual está cuidado hasta en el menor detalle. Los rubros técnicos todos a muy buen nivel, completan y dan marco a esta obra que dará que hablar. Lo recomiendo especialmente.


María Rosa Carbajal

HABÍA UNA VEZ ► interruptor_Negativo, por favor || [Henciclo] interruptor - Negativo, por favor - la columna de H enciclopedia

Confucio en URUGUAY ► para todos vosotros ►
interruptor_Negativo, por favor



 DE LOS COMICIOS COMO PAPELÓN

Negativo, por favor

Amir Hamed

1Nada como el centro



Una periodista canadiense, que vivió
un par de años en Uruguay, regresó furtiva para cubrir la primera vuelta de los comicios y me preguntaba al día siguiente cómo podía ser que algunas agencias internacionales escribieran que el candidato colorado, Pedro Bordaberry, fuera de “centro”. Eso, claro está, resultaba tan paradojal como percibir, mientas charlábamos, que el Frente Amplio, según el conteo de 
la Corte Electoral, acababa de obtener, en ese mediodía de lunes, la mayoría absoluta en la cámara de diputados, contradiciendo todas las predicciones. Y por supuesto, también tan paradojal como escribir, como hacen esas mismas agencias internacionales, que el Frente Amplio, cuyo candidato presidencial, Tabaré Vázquez, repite se trata de un partido de centro, o en el mejor de los casos de centro-izquierda (y que él mismo se considera tan “conservador” como la ciudadanía) sea partido de izquierda. 

En rigor, la única forma de contestar a la periodista era articulando una nueva pregunta: ¿cómo es posible hacer uso de categorías ideológicas (como centro, derecha o izquierda) en una competencia electoral como ésta, el mayor intento que haya conocido Uruguay de evaporar lo político en favor de una supuesta excelencia administrativa? Las campañas se centraron en temas de gestión; en la presentación de “equipos”; en el combate administrativo a padecimientos sociales como la inseguridad ante la criminalidad o el lamentable estado de la enseñanza, en particular la secundaria; en si disminuir o dejar de disminuir la edad de imputabilidad; en si la economía traerá o dejará de traer “viento de cola”; en fin, en cualquier tópica que alejara la vieja discusión por la ideología, sustituyéndola por una desesperada carrera “hacia el centro”, instancia neutra, agujero negro, atractor en el que gana, y habrá de ganar siempre, el Frente Amplio, partido que sostiene, de alguna manera, el impulso social demócrata que hiciera el Uruguay moderno, aunque en el esquema del actual consenso posneoliberal, al servicio de los intereses del capital internacional.

Y sin embargo, hasta el comienzo del escrutinio, las encuestadoras insistían en que algo había cambiado en el mapa electoral del país, error que convirtió la cobertura de las elecciones en un inmitigado papelón del que participaron periodistas, politólogos, encuestadores, incluso algún político, todos declarando o explicando, en la noche del domingo, realidades volatilizadas, porque, mientras ellos dictaminaban una cosa, debajo de ellos, en la pantalla, la tozudez de los votos iba revelando una muy otra: que el Frente Amplio, lento, inexorable, marchaba rumbo a la mayoría parlamentaria y a ganar de antemano, aunque forzado a presentarse a una segunda vuelta, las elecciones.

La dificultad para predecir el escrutinio tiene razones análogas a la de asignar un lugar en el viejo espectro político, ése que se descorre de izquierda a derecha, a candidatos (los tres que provienen de los partidos mayoritarios) que se proclaman centristas, si bien proceden de lugares que, al menos hasta hace un tiempo, estaban obviamente volcados a los extremos. Porque, a fin de cuentas, cómo definir quién gana si la gente ya no se define por ideología, siquiera por marcas de pertenencia, y está dispuesta a sostener aquello que conoce mejor, máxime si eso le ha traído cierta bonanza económica, como sucede con el Frente Amplio. ¿Quién andará mejor en el centro, para decirlo de otro modo, que aquel que ya está gobernando desde el centro? ¿Quién andará mejor en el centro que quien está probando que le defiende sus pesos al votante?

Y este pequeño truco, viejo como la modernidad, que la gente vota según ideología o interés, escapó a politólogos, encuestadores, periodistas e incluso a muchos políticos, hipnotizados por el diorama del centro. Así, cuando las agencias internacionales pronuncian de centro al herrerista Lacalle Pou, es decir, a alguien perteneciente a un sector derechista por disciplina y abolengo, ya que es el sector de su bisabuelo Luis Alberto de Herrera, es porque eligen olvidar su procedencia. Lo mismo ocurre con Bordaberry, candidato, como saben los uruguayos, al menos los uruguayos viejos, legatario de la sección más derechista que conociera el partido colorado en el siglo XX.  Pero si ellos deciden olvidarlo, no así los votantes: no se vota al advenedizo; y si los candidatos de la derecha tradicional se quieren mimetizar con los frenteamplistas, abandonando el traje y la corbata, nunca dejarán de ser eso, advenedizos, copiones, subidos al carro.


2. Sistema de adherencias
Para las pasadas elecciones, las de 2009, Bordaberry había sabido enunciarse desde una instancia neutra, en la cual su apellido quedaba provisoriamente secuestrado a favor de“Pedro”, el nom de guerre que asumió para desmarcarse de su padre dictador y convicto; el nuevo líder colorado, por entonces ya lanzado hacia el futuro, a la recolección de los “coloraditos”, es decir, los colorados del futuro, decidió olvidar por entonces discutir temas de agenda. Ni entonces ni ahora, cuando sí discute un par de tópicas de agenda, se proclamó  hombre de derecha. Eso sí, se declaró hombre de paz: el jingle de Bordaberry martilló, con ominosas reminiscencias de John Lennon, con soñar con vivir en paz, algo que en un país antibelicista como Uruguay debe ser leído con el término militar de  “pacificar”, es decir, someter por la fuerza aquello que se oponga (como “pacificaba” las Galias Julio César en sus memorias, o como iba pacificando Mesoamérica, en su camino a Tenochtitlán, Hernán Cortés, según explicaba su carta a Carlos V).

Por su parte, ni Vázquez ni el Frente sueñan ya con establecer posibles luchas de clases, ni nacionalizaciones, como en los días de la fundación del partido, allá por 1971, sino que solo piensan en atraer la mayor cantidad de inversión extranjera, es decir, en vender lo más posible los recursos minerales, forestales, animales e incluso cerebrales del país. Mientras Vázquez se presenta como “progresista”, Bordaberry lo hace como pacifista y Lacalle Pou “por la positiva”, un esquema surgido de modelos de autoayuda estadounidense que reducen el universo a una ley de atracciones, por lo cual pensar positivamente, es decir, pensarnos alcanzando lo que deseamos, nos permitirá, por una suerte de magia homeopática, conseguirlo. Este pensamiento nos permitirá hacernos finalmente con ese automóvil que anhelamos, que habrá de venir por sí solo a nosotros si desde ya vamos cuidando su espacio de estacionamiento; o ser presidentes, si lo deseamos mucho pero mucho, mucho.

Ni derecha, ni centro ni izquierda, por tanto, sino paz, positividad y progresismo, tres variantes que, de por sí, inhiben la categorización ideológica, precisamente porque inhiben toda posibilidad de crítica o negatividad, comenzando por el progresismo, noción acumulativa que se encuentra imbricada con el positivismo desde el siglo XIX. A este fundamentalismo de la positividad se adhirieron (no adhirieron: en este entramado, nada se suma, todo se pegotea como una gran baba de marketing) los talking heads de la elección, los politólogos, pero sobre todo las empresas encuestadoras, que proyectan categorías anti-ideológicas para realizar sus predicciones. "Pensamos que Uruguay era más moderno", se excusa una analista de la empresa Cifra, por haber errado desaforadamente el diagnóstico, sin darse cuenta de que su excusa explica, no el error de cálculo, sino cuán fatal es el error. Según la analista (así la llaman las agencias), si le asignaron mayor votación a la campaña "fresca y joven" de Luis Lacalle Pou fue porque competía con un candidato poco “novedoso”, como Vázquez, al que por anticuado odemodé su agencia le restó entre cinco o seis puntos. Dejemos de lado el hecho de que la empleada de Cifra se pronuncie, no como debería expedirse un analista neutro sino de forma más cercana a una asesora de imagen de Lacaller Pou: que una analista de encuestadora se pronuncie como quien está estableciendo las reglas de mercadeo de una gaseosa emaciada de cafeína devela, a todas luces, de qué se trata, hoy día, la política uruguaya, o al menos en qué quieren convertir lo que debiera ser política quienes terminan resultando elegidos por la ciudadanía y el aparato creado alrededor de ellos.


3. Pero sí, cómo no
Durante todo el actual gobierno de José Mujica, como ha señalado recientemente Soledad Platero, como viene marcando de manera insistente Sandino Núñez y como ha dicho más de una vez interruptor (ver aquí, aquí aquí), la política ha sido despolitizada, cayéndose como cae repetidamente el saliente presidente Mujica, en argumentos hipotéticamente morales, de pobreza o riqueza de espíritu, de generosidad o tacañería, de alma grande o alma podrida, para dar cuenta de los asuntos de Estado, tratando decisiones de política internacional como si se estuviera hablando de comer o no comer panchos del carrito, explicando repetidas inacciones en términos de dimensiones de país y no de deber ser, o de deber hacer, dándose por vencido de antemano, en nombre de un pragmatismo a todas luces descorazonador, atajándose, así, de emprender ninguna acción de fondo, etc. En  este marco de despolitización, el progresismo del Frente Amplio, que rebautizó al oligarca de ayer como productor, que al empresario de hace poco hoy lo dice innovador, que ha pasado a entender el mundo como un proyecto corporativo, por el cual se esfuma el bien común y en su lugar comparecen, además del cabildeo corporativo infinito, las tiránicas reglas del éxito, se vio momentáneamente asaltado por quien, a fin de cuentas, es el dueño de ese juego y de su nomenclator, el oligarca de ayer, la gaseosa refrescante de hoy día, es decir alguien como Lacalle Pou.

Dicho de otro modo, la positiva de Lacalle Pou no es sino una consecuencia natural, un enquistamiento discursivo de la arrogancia anti-intelectual y descalificadora del progresismo, especialmente en su variante mujiquista, movimiento negado al debate, a la oposición de ideas. Claro que se necesitan varios para bailar el tango, y la desideologización, la estampida hacia el agujero negro del centro (“el centro es la moneda asignificante que todos luchan por conquistar, como en una partida de ajedrez", afina Sandino en su último libro”), había sido inaugurada, por la derecha, por “Pedro”, desentendido mágicamente de cualquier vinculación con el pasado a través de la recolección de coloraditos sin apellido; lo mismo quiso hacer creer Lacalle Pou: en esa neutralidad, ni de derecha ni de izquierda, hijos de nadie, podría entenderse que Pedro y Luis eran recién llegados al mundo de la política, desposeídos de carga ideológica, cuando no lo son, salvo que comparecen como esporulaciones de un sistema que hace lo posible para evitar que se discutan contenidos.


Ningún analista, según el no explicitado pero vigente vademécum del actual análisis de campañas (se discute la campaña, no las propuestas, como avisara tempranamente interruptor) debe prestar atención a qué se dice, sino a la entonación; más importante resulta, para los talking heads, el envase que el contenido, una tardo-semiotización de lo que por mucho tiempo, allá por los tiempos en que todavía existía la política, se creyó debía ser un debate de ideas y proyectos. En esa dormidera crítica nadie parecía reparar, por ejemplo, en que el afán de paz de Bordaberry, su determinación por hacer plebiscitar una norma que castigara con mayor severidad a los menores infractores, que hiciera de ellos, lisa y llanamente criminales, ubicaría su agenda, velozmente abrazada por Lacalle Pou, como crasamente derechista, incluso para los parámetros desideologizados de hoy día. Si el clisé entiende que lo que divide a unos y a otros es su relación con el Contrato Social, siendo los de derecha aquellos (hobessianos) que creen que el hombre es peor de lo que es, mientras los izquierdistas (roussonianos) son aquellos optimistas incurables que creen al hombre (al niño, a la mujer, al transexual) mejor de lo que en rigor es, aquellos que promovieron el Sí a la baja son los derechistas y deberían ser señalados como derechistas.

Claro, este Sí (a la baja, a la criminalización) fue votado en todos los partidos, y entre los votantes del Frente Amplio compareció a raudales. Y, claro también, este Sí no deja de ser indicador de que el Frente Amplio, en especial a través de la administración Mujica, ha ayudado muchísimo a la desideologización del país, y a la entronización de la positiva. Si el progresismo es por defecto positivista, acumulador, renuente a la discusión, ya que pasa por arriba de cualquier disenso (como el eslogan actual del Frente Amplio en campaña, “Uruguay no se detiene”), lo cierto es que, por un momento, la positiva de Lacalle lo tuvo jaqueado. A positivo, positivo y medio, se ve que afirmaron los directores del marketing del candidato nacionalista, quien por un rato logró llamar la atención sobre la práctica, muy mujiquista, y muy progresista, de confundir discrepancia con descalificación, proponiendo un modelo anti-descalificación, y en extremo tiránico, porque al afirmarse renuente a desacreditar rehuía y tácitamente descalificaba toda confrontación, o negatividad.

De todos modos, ese positivismo casi teologal  de Lacalle Pou no logró acallar consideraciones tan derogatorias como previsibles, de parte del siempre vocinglero Frente Amplio, cuya capacidad de repetición es semi infinita. No mirar atrás, plantearse el mundo como algo que está delante de uno, algo que se va a alcanzar si se mantiene la “positiva”, comporta olvidar que la renovación, esa modernización que predicaba la analista de Cifra desatiende lo más obvio: el Partido Nacional estaba candidateando a Lacalle para tomar las riendas del gobierno, es decir, al mismo apellido que había presentado apenas cinco años atrás, en la elección previa, cuando su padre, el ex presidente Luis Alberto Lacalle Herrera, político de raza perseguido por feas acusaciones de todo tipo y calaña, incluso propinadas por correligionarios, fuera electoralmente barrido por José Mujica. Y si aquel vencido Lacalle Herrera dijo entonces que, o él no entendía más al país, o el país ya no lo entendía a él, la intelligentsia marketinera del Partido Nacional, y también la red de comentadores o adherencias politológas, llegó a entender que esta falta de sintonía había quedado subsanada en este hijo que ahora arremetía sostenido en su positividad acrítica, pero que se hundía penoso ante la primera mínimamente desafiante que tuviera que enfrentar, mostrando allí ni siquiera saber de qué estaba hablando respecto a los temas centrales de su agenda, educación y seguridad.

Hasta el domingo, entendieron todos, analistas y políticos nacionalistas y colorados, periodistas de agencias y de canales de televisión, fue como si uno no hubiera precisado, como no precisaba Lacalle Pou, saber nada; lo que importaba es el equipo y mantenerse bien pero bien positivo. Ahora bien, el pasado domingo, los intereses del ciudadano por un lado, celoso de su bolsillo, y por la ideología, incluso la desencantadísima de los izquierdistas cuyo sufragio sigue secuestrado en el Frente Amplio, se hicieron oír, y contradiciendo todo el muy manufacturado pronóstico de encuestadores y medios masivos, los partidos que otrora se asumían de derecha, o de centro derecha, y que hoy se autodenominan “fundacionales”, sufrieron la peor votación de su historia. Lo que esto muestra, antes que nada, es que en una década no han sido capaces de revitalizarse, ni siquiera de darse una mínima ración de negatividad (siguen, como con Lacalle Herrera, desafinándole un país que ya no les responde, ese mismo país que, alguna vez, estos mismos partidos hicieran). Es que esta derecha camuflada, vapuleada y encogida no ha encontrado cómo criticarse; campea en ella, todavía, esa superioridad moral de aquellos que se sienten rancios, de vuelta de todo, y, por tanto, genuinos poseedores del país, cosa que en buena medida los aliena del electorado y, por sobre todo, de la cultura, del humus sufragista.

A esto, claro está, se podría argumentar que si esta derecha encontrara una forma radical de criticarse, acaso de negarse, muy probablemente dejaría de ser derecha: el Partido Nacional y el Colorado, que gobernaron en coalición cuatro períodos después de la dictadura, llevan diez años en el llano y solo han podido promover una renovación dinástica, una reiteración de apellidos que surgen de sus alas tradicionalmente más “conservadoras” (aunque esta monotonía no es excluyente de estas alas: el mayor adversario colorado de Bordaberry era previsiblemente un Batlle).


4. El karma del camaleón
Ahora bien, si el resultado de las elecciones ha demostrado que la estratagema de la positividad crasa y desnuda es todavía insuficiente para hacerse con el gobierno del país, de todos modos, lo actuado por el Frente Amplio en campaña, que gobernará por un tercer período, dista de abolirla y, por el contrario, la deja martillada. Nadie debe olvidar que la positiva, una prédica que a estas alturas tiene dimensiones de culto en Estados Unidos, logró enmarcar la campaña, y el que logra enmarcarla, dice el lingüista Georg Lakoff, tiene todas las de ganar. Así, vencer en el sufragio nada tiene que ver con una victoria ideológica; más bien se trata de un paso de baile, por el cual queda todo el mundo más enredado incluso que al comienzo. Alguien, se ve que con algún apuro, desde tiendas del Frente Amplio le encontró un contraveneno barroquizante, salido de la lógica empresarial, a la positiva de Lacalle Pou. Se trata de lapropositividad, o la actitud propositiva, que se tradujo en un eslogan, siempre empresarial, “Uruguay x +”. El individuo o partido propositivo recurre, por decirlo así, a herramientas críticas y reflexivas para alcanzar objetivos viables (Vázquez, por ejemplo, pasó a decir en cuántos puntos porcentuales -30- pensaba iba a reducir los hurtos en cinco años), pero esto mantiene la discusión en términos gerenciales, y por tanto, se mantiene la discusión en términos nunca ideológicos.

Si el Frente Amplio ha sumado más sufragios que los dos partidos fundacionales juntos, esto nada tiene que ver con que el país tenga un indetenible motor de izquierda, como algunos se apresuran a proclamar, ya que la variante inescapable de la izquierda es, precisamente, la negatividad. Porque, a fin de cuentas, ¿qué es la negatividad sino, sencillamente, la posibilidad de la crítica, pero también de cultura? Es la asunción de la negatividad aquello que nos dice no solo si somos ilustrados o si dejamos de serlo, si somos una instancia autónoma, adulta, dispuesta a gobernarse a sí misma, o si somos niños en peregrinación hacia una nueva tutela. Es la asunción de la negatividad, por otra parte, aquello que nos permite delimitar si estamos pensando en términos de bien común, es decir de Estado, como al menos deberíamos pensar, o si pensamos en crasos términos de marca. Porque en gran medida lo que queda por definir, a partir del próximo gobierno de Vázquez, es si Uruguay tiene alguna posibilidad de sobrevivir como cultura, como estado nacional, haciendo honor a los protocolos de su fundación, por ejemplo dedicándose a no diferir más la reforma de la educación a la que todos los ciudadanos de todos los partidos se deben comprometer, o va a resignarse a ser un branding relativamente exótico, por el cual, en vez deciudadanos, pasaremos a ser, definitivamente, accionistas distraídos de una empresa de nombre guaranítico, Uruguay, que gerencia capitales extranjeros a través de una mano de 
obra pobremente calificada aunque consumidora por demás entusiasta.

Y ni qué hablar de que negarse a la negatividad (y resignarse a un positivismo atropellado) es mutilarse cualquier posibilidad de izquierda, de recuperación dialéctica en un plano superior, en un proyecto, en un mínimo de teleología. De no ser fatigoso, se podría exponer que el universo es negatividad, que toda creatividad es negativa, que Dios (Jehová) creó el mundo por negación, discriminando entre luz y tiniebla, que los hindúes la tienen clara y que toda acción es karma, porque es negativa. Se debería agregar, entonces, que el hacer, y el conocer son darse a la negatividad, salir del aturdimiento y tedio heideggereanos, por así decirlo, y permitir el mundo (es decir, que el mundo se descorra). Suficiente, de todos modos, es este otro ejemplo, más bien profiláctico: usted acaba de tener sexo casual y se hace un análisis de HIV. ¿Cómo quiere que le dé? 


el dispensador dice: no son pocas las cosas que me unen a/con los hermanos uruguayos... por un lado el sentido de aldea... ése raro sentimiento de sentirme extranjero y desnaturalizado que produce andar por la Argentina extraviada, más aún después de salir del país y dejar el espacio alcanzado, más aún después de estar lejos y entender que la realidad no es como te la cuentan, y peor aún cuando regresas con algún honor obsequiado en la espalda, y eso despierta las miserias humanas que ni sabías que existían, tanto en propios como ajenos, ya que lamentablemente, para un argentino no hay nada peor que haya otro argentino al que la suerte le sonría... además, mi profundo interés por el mate... los significados de la cultura rioplatense... la China Zorrilla... y otros iluminados del arte de la costa opuesta del río Uruguay (sin pasteras, por las dudas)... pero, debo serte claro... esta humanidad no se precia por sus sentidos de las coherencias... y hace rato que observo, con preocupación, que los sentidos comunes han ido a parar a la remismísima "mierda" para ser reemplazados por los mediatismos de cualquier índole y factor... sean radiales... sean televisivos... sean ejercidos por periodistas premiados... sean traducidos por periodistas negados... traducido... y perdón por el exabrupto... el culo ha reemplazado a la neurona... y ando espantado como viejo en cementerio...

sí, anduve por la Europa en su etapa de la guerra fría, dividida por una cortina de hierro y un muro que no sólo estaba en Berlín, sino en la mente atrofiada de muchos europeos...

sí, anduve por Estados Unidos de Norteamérica cuando aún existía el sueño americano... o bien, mucho antes que llegaran todas las pesadillas juntas...

sí, anduve por el Asia demasiado lejana... cuando el comunismo chino era incompatible con los capitalismos aberrantes...

sí, anduve por el África de las arenas... un África que antes sólo conocían los que experimentaban medicamentos con seres humanos, o bien con las mentidas historias de la legión extranjera... mucho antes del ébola, aunque sí cuando ya les habían sembrado el HIV, haciéndoles creer que los monos, que esto y que lo otro... obviando contar las implicancias de crear virus en los laboratorios y luego largarlos a la calle para que se defiendan solos... si no me creen, pregunten a los que se llevaron las fiebres hemorrágicas de la provincia de Buenos Aires antes que tuviera lugar la segunda guerra mundial... que curiosamente, son los mismos que se llevaron los planos del Pulqui II, para transformarlo en un MIG irrepetible... algo que, si la memoria no me falla, sucedió en Montevideo... a expensas del Perón derrocado por habituales traidores a cualquier patria, funcionales al poder de las conveniencias de un imperio que a veces emerge, pero las más de ellas (veces) permanece oculto tomando distintas formas y colores...

pero por extraña razón... todo aquel concierto desconcertante se fue al carajo, y apareció una generación humana de los "sin códigos", una raza donde "todo vale", y donde los discursos políticos suelen decir todo lo opuesto a lo que inmediatamente ocurrirá... insisto, el estado de derecho como fue conocido alguna vez, ya ha caducado, y hoy sólo rigen derechos ciudadanos tergiversados y derechos humanos atropellados, por las democracias, claro está... un modelo caduco de gobierno donde alguna vez los pueblos tuvieron representantes afines a sus necesidades... un modelo que fue carcomido por las ratas inmundas y sus corrupciones asociadas a las miserias humanas que nadie imaginaba podían existir por fuera de las películas gestadas en el seno del mismísimo imperio, otrora aliado, hoy nazificado...

hoy, todo está mezclado como en sopa de pobres... por momento hay sabor a orégano... por momentos hay sabor a gusano... pero es difícil determinar los "cuandos" de esta ecuación cuántica que no conduce a ninguna parte, pero que demanda el ser funcional al imperio corporativo que ya globalizado, sigue dividiendo el mundo según sus intereses, que nunca coinciden con el de sociedad humana alguna, generando una distorsión témporo-luminar que, a estas alturas, ya puede ser calificada como una paradoja matemática... algo inexplicable... mucho más insoportable... invivible... irrespirable, donde los humanos se han vuelto desechables al igual que los paños femeninos o que las hojitas de afeitar...

no, no es un cuento... es el preludio de una pesadilla mayor que comienza, como todo cuento: "había una vez"... pero en vez de introducir la imaginación en los jardines de una "Alicia en el país de las maravillas", es un "todo lo contrario" que inserta la dignidad humana en un laberinto donde el minotauro anda suelto, hambriento de humildes, inocentes, desprevenidos, o cualquier otra cosa semejante (no vírgenes, porque ya no las hay) a un mortal...

la Tierra es una sola... las fronteras y las banderas son sólo cosa del imperio y sus reinos quebrados... en dicha Tierra no son necesarias las monedas impuestas por el modelo del ex-imperio romano... como tampoco son necesarias las corporaciones plagadas de gentes sin escrúpulos que se creen dueños de los destinos de sus prójimos, por indicación de jefes que son felpudos del "dueño del mundo"... un creído de sí mismo, que recibió por herencia un escudo robado, un título (o varios) también robado, y cuyas glorias fueron intencionalmente mentidas para crear un cuento que reemplazó a una historia cierta, prolijamente borrada de los registros, desde Alejandría para aquí, justo cuando el planeta comenzó a volverse fundamentalista y aberrante, para luego quedar atrapado en los medievalismos y las guerras santas, para luego dar lugar a un renacentismo del pensamiento mafioso y corporativo... algo equivalente, en escala, a lo que se puede apreciar desde la Rusia de los zares a esta otra de las mafias... el proceso siempre exhibe equivalencias...

ahora bien, alguien ha querido hacernos creer que el cuento es bueno... cuando en verdad es una obra del terror, por sus contenidos, y por la maldad que deja traducir... o lo que es lo mismo, cuando el ejemplo no desciende desde las referencias, no se puede pedir que suba desde los llanos sociales... en particular porque cuando los estados están ausentes y las clases políticas están viciadas de nulidad social y cultural, priman los sentidos de las ignorancias, esto es la incultura como referente zoológica de las manadas que se acercan a sus rejas para que el carcelero les dé de comer sus propias sobras... últimamente, tengo una visión recurrente que me ataca en lo personal e íntimo... tengo la sensación que los primates se han despegado de los humanos y que están analizando cómo apoderarse de un planeta sin rumbo... siendo que algo semejante ocurre con los elefantes, cansados que los maten por sus marfiles para luego ocupar rincones en las casas acomodadas de algún rey devenido en pacotilla... y lo mismo sucede con las ballenas y los delfines acosados y perseguidos por japoneses que nunca se preciaron por sus escrúpulos, y numerosos otros avatares donde la realidad supera cualquier ficción...

fin de fiesta... estoy viejo, pero como siempre fui loco, nunca logré alcanzar las demencias... aunque debo confesarte que muchas veces me hice el estúpido para evitar que me insultaran la inteligencia, o mucho más, preferí pasar por idiota a que no me invadieran mi consciencia... y hoy, sigo creyendo que la dignidad no se entrega, no se compra, no se vende... ah!... no tengo sida, porque no me cae eso del sexo casual... como científico de estirpe, creo en lo causal y sólo en ello, por ende... no creo en los discursos... no creo en los políticos... y soy consciente que la humanidad es felpudo de estados democráticos donde no hay "ningún derecho"... ni social, ni individual, ni personal... salvo que estés dispuesto a vender tu alma a cambio de un mendrugo...

conclusión ► había una vez un planeta humano... que dejó de serlo al ser invadido por soberbios, miserables y mezquinos, que terminaron devorándose a sí mismos... hasta que un día los alcanzó un meteorito que nadie vio venir, pero que se anunciaba desde hacía rato... luego de ello, fue colonizado por una raza transplantada desde... bue, a quién le importa... ¿no es cierto?. OCTUBRE 31, 2014.-

quiero serte claro... la luz y el tiempo se separan... se doblan... tienen geometrías propias, y leyes que no funcionan ni existen en el mundo humano... por lo cual, te sugiero humildemente, te prepares para lo que viene, porque la raza humana será tomada por sorpresa... y luego de ello, nada será igual.