domingo, 31 de agosto de 2014

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EL INFIERNO EN LA TIERRA ▼ [Henciclo] interruptor - Satanás y su truco más reciente - la columna de H enciclopedia

desde URUGUAY, para todos vosotros ►

interruptor_Satanás y su truco más reciente





LA INSEGURIDAD COMO SERVICIO

Satanás y su truco más reciente

Amir Hamed

Como se sabe, el servicio más redituable no es la prostitución sino la seguridad. Allá por principios de siglo V, Alarico, autoproclamado rey de los godos y protestando en todo momento estar protegiendo el Imperio Romano, tanto el de oriente como el de occidente, terminó saqueando todo lo que encontró a su paso, sin privarse de la ciudad de Roma, y abriendo las compuertas para el ingreso de esa nueva edad que, a partir del siglo XVIII, se llamó Edad Media. Se trata de una historia aleccionadora. Edward Gibbon, en su maravilloso Decadencia y caída del Imperio Romano, encuentra famosamente la raíz de la debacle imperial en haberse pasado Roma, con armas y bagaje, al cristianismo; puesto que los cristianizados romanos, ahora, rechazan la guerra y las armas, la defensa del Imperio debió ser, para llamarla con términos hoy en boga, “tercerizada”. Así, los godos, que eran perseguidos por los hunos, fueron recibidos del lado de acá del Limes romanus, es decir de las murallas del imperio, pasándose a los lindes del imperio con sus armas pero sin sus hijos ni mujeres, que fueron muy romanamente repartidos como esclavos. Roma les vendía la pax romana, es decir protección, al turno que ellos, con sus armas y su sangre, la defendían de vándalos, de hunos, de revueltas francas, y así, la barbarización de Roma se terminó almorzando, explica Gibbon, al imperio desde dentro.

Cuando el godo Alarico, príncipe crecido en los muros de Roma (bautizado cristiano, aunque de los de arrianos, no católico), se malquista con Honorio, emperador de Bizancio, parte furibundo a recorrer los entresijos del imperio, saqueando todo lo que encuentra a su paso y carteándose inclemente y monótono, en los descansos de cada saqueo, primero con Bizancio y luego, tras cruzar los Alpes, con Roma, describiéndoles a  los emperadores en qué lamentable estado iban quedando las cosas del imperio cuando Alarico y sus godos no las podían proteger. Con este criterio extorsivo, Alarico estaba devolviéndole al Imperio, casi en su exacta moneda, el precio de la pax romana, una paz, como toda paz, con no poco de coercitiva. Y como resultado para nada gradual de la gestión pro-seguridad de Alarico, los campesinos, que por siglos habían tenido su seguridad garantida por el Imperio, ahora debieron ir recurriendo a las guarniciones de  marcas y condados, surgiendo así la figura del barón, del conde, del marqués, alguna vez guardianes más bien fronterizos del imperio, como capangas de campesinos que, con sus armas y ejércitos particulares, defendían lo poco que quedaba defendible del empuje saqueador de vándalos, de godos, de francos, de normandos, de escandinavos, en fin, de nómades más o menos bautizados pero notables por lo depredadores que, una vez desmantelada la civilización, es decir, una vez abatidos los diques de la civilización, hicieron de todo lo que fue imperio un descampado, la Cristiandad, en el cual las letras, ya menesterosas, se refugiaban en los monasterios.

El rechinante noble vendía protección, el inerme campesino la compraba con su tributo o trabajo, la Iglesia era el Gran Protector de las almas de unos y de otros, hasta que el Estado moderno, figura de relevo, se hiciera cargo de la salvaguarda, primero del súbdito, luego de los ciudadanos en cuerpo y alma, a través de su policía, mientras estos pagaban la protección con impuestos. Si algo han puesto de relieve Mario Puzo y Francis Ford Coppola en su saga dePadrinos es que, al interior de los Estados-nación modernos, se trata de una disputa por la protección: o la mafia o la policía. En tanto, en la escena internacional, y una vez disipada la Guerra Fría, hubo tris en que la ONU pareció abrirse como el paraguas a través del cual, en un principio, y en la primera Guerra contra Irak, se articulara la venta de protección global, pero la ONU es un armatoste difícil de abrir y cerrar con presteza, por lo que fue más cómodo arrumbarla y sustituirla por la OTAN, como para bombardear Serbia, digamos, y enseguida, para 2001, sustituirla por institución ninguna sino, sencillamente, por la Gran Escena Global de la Protección. La caída de las Torres Gemelas proclamó una figura estelar y multiuso, el gran mercachifle de la protección, el Gran Terrorista, aquel mismo que, durante la Guerra Fría, por ejemplo en Afganistán, había sido un luchador por la libertad, un freedom fighter.

En rigor, el Gran Terrorista y el freedom fighter son indiscernibles, como muestran los recientes casos de Siria e Irak con los islamistas del IS, que se han rebautizado ISIS porque se están haciendo con un estado propio, una suerte de Islamistán, precisamente, entre Siria e Irak (su sigla ampliada, ahora, explicita que son Estado Islámico de Siria e Irak); su contrapartida proteccionista, que es en rigor su verdadero padre, que protege como protegía Alarico a Roma, son los Estados Unidos de América y aliados, que gritan primero pica el freedom fighter que está siendo atacado para bombardear un punto, una región o un país, para de inmediato gritar pica el terrorista que ataca a los civiles indefensos, y bombardear ese mismo punto, esa misma región, ese mismo país. Desde Alarico en adelante, se puede decir, la Escena de la Protección, sea a nivel internacional como nacional, es una mafiosa, coactiva escena de inestabilización. ¿Qué sucede ahora? En ocasiones el mafioso, asqueado de proteger, asqueado de sí, decide retirarse, hacerse “legítimo”, como quiere Michael Corleone. Sucede, de costumbre, que ni bien éste cree estar fuera del lazo, la Escena de la Protección chupa de regreso al mafioso, al protector. “They sucked me in”, protesta un encrespadísimo Corleone, justo en medio del ataque cardíaco que le hace indisimulable su debilidad; algo semejante protesta Barack Obama desde la Casa Blanca, cuando reinicia sus bombardeos en Irak, cuando, esta misma semana, sigue tratando de negociar un régimen de bombardeos en Siria con ese mismo régimen de Damasco contra el que había armado sus freedom fighters durante esa, ya impiadosa, siempre hipotética primavera árabe a la que sus propios inventores (burócratas de Washington y medios masivos de comunicación de Occidente) quieren internar de apuro en un pabellón de amnesia.


Desde la caída de las torres, golpe dado por no se puede elucidar hasta ahora quién, se pensó que se trataba, en rigor, de defender los intereses de la industria armamentista de Estados Unidos, y de contratistas privados que llevaron sus servicios de seguridad a Irak y Afganistán. En los últimos tiempos, medios de la blogosfera estadounidense, por ejemplo 
http://www.counterpunch.org/deslizan que acaso esta ciénaga bélica que se extiende por Oriente Medio, por el Magreb, por qué no a Israel y Palestina y ciertamente a Ucrania no sea más  una confabulación para controlar las rutas del gas y romper el control que sobre su suministro ejerce Rusia, para lo que también ha sido preciso poner en escena, como variante cívica del freedom fighter, a los ultraderechistas ucranianos que dieran un golpe de Estado anti-Moscú. Este argumento, que es atendible, además de brindar una coartada netamente monetaria a los conflictos, despojándolos en buena medida de ideología, no debe, sin embargo, ser tomado como excluyente; ni tampoco, si llega a probarse ésta como la razón principal de semejante desbarajuste geopolítico, puede tomársela nunca como razón suficiente. Lo más importante de la Escena de Seguridad es generar inseguridad en cada punto del planeta, allí por donde necesita correr espumarajeante el capital. Es preciso nos haga sentir atacados, indefensos, vidriados: para ese fin es mandado hacer el Gran Terrorista, cómo no, pero atendiendo a las necesidades de cada cual, es decir, a las inseguridades de cada cual, son excelentes también el ébola, la corrida bancaria, o incluso, como bien sabe un país poco bélico y no muy dado a la plaga como el Uruguay, la figura del menor infractor, que es una de las variantes que ha encontrado el postneoliberalismo para reconvertir al Estado, averiado por el capital, en fantasma policiaco, es decir, reerigirlo fantasmagóricamente en su rol de protector.

El consenso posneoliberal, como se sabe, le ha guardado al menos esta investidura policial (no política) al Estado que el pre-posneoliberalismo, es decir el neoliberalismo más craso de ayer nomás, había querido suprimir sin mayor protocolo. Sucede que, cuanto más permisivo para con el capital es el Estado, más debe mostrarse como imprescindible; es ahí donde la policía se muestra, no en su vigor, sino en su espectralidad. Así, una de las pocas discusiones que, por ejemplo, durante la presente campaña electoral 2014 se plantea en Uruguay es la eficacia del Estado como garante de seguridad, y para eso se promueve, además, un plebiscito para bajar la edad de imputabilidad. Si nada hay seguro ya (ni el trabajo, ni el empleo, ni la vida), lo que entienden algunos es que la seguridad se gana anticipando la pena a los infractores; y si nada de lo que se supone debemos tener garantido (nuestros derechos ciudadanos, que se habían reconvertido en humanos) lo tenemos realmente garantido, resulta que, en la Gran Escena Global de la Seguridad, todo viene a mostrársenos, no como un derecho sino como una dádiva, como un milagro transitorio, o mejor dicho un servicio, unfirewall vaya a saberse si de Dios o del Capital, o de operadores eficientísimos que, por un tris, logran contener, según se dice, todas estas variantes del mal, es decir todas estas mostraciones virales de Satanás, como el ébola, la criminalidad, la fuga de divisas, el inextinguible terrorismo islamista, para que, frenado pero nunca abatido, presto se reactive o contraataque Satanás hecho criminalidad, hecho ébola, hecho menor con arma de repetición en un barrio de Montevideo, hecho hordas de flamantes pobres en toda Grecia y media Europa, o si, se quiere, también hecho defaultfinanciero en Argentina, o hecho cordón de túneles tenaces en la estrangulada, hacinada, demolida Gaza.

Decía Baudelaire que el último truco de Satanás era decir que no existe. Si acaso haya acertado para el siglo XIX, para el XXI se equivoca; el último truco de Satanás es viejo como el mundo, o al menos viejo como la Cristiandad, o como Alarico: la venta de seguridad. 

el dispensador dice: cuanto más seguridad te venden, más inseguro estarás... no es para menos... la gran excusa comienza el 11-S, porque el demonio, además de ser propietario de los infiernos y sus estancias, también tiene colaboradores disfrazados de humanos, algunos de ellos sueltos y poderosos entre los poderes políticos, otros de ellos sueltos y poderosos entre los poderes de las ciencias, no pocos también sueltos y disfrazados de sacerdotes, cardenales, obispos y otras yerbas vaticanas, algunos ocupando puestos estratégicos en las inteligencias militares sin neuronas, incluyendo en ello un brazo que se inserta en las estructuras militares evitando que piensen, y desde luego, no pocos representantes sueltos en el seno de organismos internacionales de créditos e hipotecas, que aseguren que todos los humanos por nacer lleguen aquí endeudados hasta el tuétanos, por ende también hay demonios entre los banqueros y sus bancos, entre los usureros y sus financieras prestamistas de ilusiones perdidas, en las bolsas que aumentan los valores de los títulos y las acciones para inmediatamente quebrar a los desprevenidos, y numerosos demonios de los etcéteras, que no caben en ningún infierno pero que están aquí, pululando por la superficie terrestre, sea desmontando bosques, arrasando selvas, contaminando océanos, o intoxicando atmósferas... léase, lo que no sucede en ninguna otra parte del universo (creación)... pasa todos los días aquí en la Tierra de los miserables...
 
lógicamente, el 11-S no fue suficiente para los desatinos subsiguientes, de allí que se replicó en el 11-M... pero tampoco alcanzó, y desde entonces todo se justifica con argumentos vacíos... tan vacíos ellos, que han servido para mentir lo suficiente ante el secuestro y desaparición del vuelo MH317, portador de almas chinas... como tampoco lo fue para el posterior derribe del vuelo MH017 contenedor de almas holandesas, tan inocentes los unos como los otros... pero claro está, en el infierno nadie repara en gastos (hay mucha corrupción en el inframundo) y por ende son buenos repartidores de culpas, ya que en cualquier concierto siempre hay algún árabe, algún ruso, algún chino, algún coreano, todos renegados de naturalezas humanas, según los criterios de los infiernos claro está...

debo decirte, que a estas alturas de la tragedia de la civilización humana, tengo mis serias dudas de que los infiernos se sitúen en un mundo paralelo, o en el mismísimo inframundo, antes bien está aquí en la superficie y a los ojos de quien lo quiera ver... con sólo ver los hechos de Gaza, o de Siria, o de Irak, me alcanzan para comprender que los demonios andan con hambre de inocencias y humildades... porque asesinan a indefensos que nada tienen que ver con conflicto alguno, pero desde luego, los medios corporativos se ocupan de crear culpables donde no los hay, justificando siempre a los victimarios, echando mantos de dudas infernales sobre las víctimas de sus inocencias...
más aún, sin ir tan lejos, con apreciar no más el paisaje que se está desatando en América Latina, me alcanza como para aseverar que el poder tiene planes "infernales" para estas sociedades plenas de simplezas y demasiado sencillas para el gusto del demonio y sus ángeles caídos...

desde mi humilde entender, el demonio de las economías quebradas, de los reinos fundidos, de las democracias mentidas, y de los bancos devenidos en inmensos lavaderos de usuras, narcotráficos, y esclavitudes de diversa índole (sexual entre otras), es el peor de todos, ya que es un vendedor de ilusiones por excelencia, que sabe cómo crear necesidades, para luego conceder préstamos, que generarán deudas, sobre las cuales caerán intereses impagables, e hipotecas impostergables, que harán de los pueblos sus eternos condenados, desde mucho antes de nacer, de ser alumbrados, de ser gestados, y peor aún, antes de ser siquiera pensados e inscriptos en el libro y/o en el árbol de la vida, que está en el centro de los verbos del paraíso de Dios... un Dios que es mencionado muy seguido, pero del que la mayoría descree, justamente porque aquí en la Tierra dominan los demonios con forma humana... seres sin alma... sin espíritu, pero peor aún, sin una pizca de humanismos... 

la Tierra humana está repleta de armas de toda índole... y donde hay un arma... no está Dios...
la Tierra humana está desbordante de dólares inservibles... y donde hay un dólar... no está Dios...
la Tierra humana está repleta de libras esterlinas inútiles como el imperio mismo... y donde hay una libra esterlina... no está Dios...
la Tierra humana está repleta de euros que recitan uniones europeas inexistentes... por consiguiente donde hay un euro, tampoco está Dios...
lo mismo ocurre donde están los bancos y los organismos internacionales que recitan economías para pocos, y tragedias para muchos descartados del sistema dominante...
visiones espantosas si las hay, ya que todos hablan de bienestares, comodidades, placeres, y otros mediatismos televisivos, pero la realidad siempre es bien otra... y los bienestares son escasos, al igual que el resto de los beneficios recitados en los discursos políticos, y en los otros, los económicos...
desde luego, si Dios no está... queda en evidencia el imperio demoníaco...

dadas mis características no humanas, cuasi extraterrestres (así me siento), tengo presente que en el portal de acceso a los infiernos, hay un cartel que reza: "quien llega aquí, debe prescindir de sus esperanzas"... y dado que creo en los sueños y sus pinturas que van cambiando sus formas a medida que el alma se sublima, es que he decidido tomar distancia de este raro mundo humano, sugiriendo a mis congéneres no humanos, evitar cualquier invasión y/o intento de vínculo cultural, ya que una cosa es pretender acercarse al ser humano imbuido de humanismos, y otra muy distinta tener que enfrentarse a demonios que tienen forma humana pero carecen de almas...
que hablan de amor pero ejercitan los odios... que hablan de lo nuestro pero priorizan los egocentrismos... por mencionar sólo algo del drama observable en la civilización humana...

hablando con mi ángel y conversando con mi consciencia, hemos llegado a la conclusión que Dios está demasiado ocupado tratando de resolver el caos vigente... por ende, ningún seguro es seguro (de hecho las compañías de seguros son bancos quebrados), ninguna seguridad es segura (ya que todas están conducidas por intereses desalmados), y cada día de la vida de cada quien es una aventura donde la suerte juega un papel fundamental... esto es, si justo Dios mira para allí en el momento de la circunstancia, tal vez estarás a salvo... pero si anda distraído, mirando hacia el lado opuesto... mmm... cualquier ecuación será posible...

para evitar males mayores en los tiempos venir, nada agradables por cierto, te sugiero dos cosas: la primera, nunca dejes de lado a tus esperanzas, ya que sin ellas puedes verte expuesto a los portales del infierno en cualquiera de sus formas... la segunda, nunca reniegues de tus sueños, ya que sin ellos... no tendrás razón alguna para estar aquí, por ende quedando expuesto a los demonios y sus hambres de espíritus desprevenidos... aunque no lo creas, cada alma tiene buenas razones para vivir y transitar la vida, pero todas ellas, siempre, siempre, dependen de Dios y sus gracias... por consiguiente, bueno es echarle una oración sincera... aunque más no sea de vez en cuando. AGOSTO 31, 2014.-