jueves, 21 de agosto de 2014

RETINA ► La gran memoria de la barbarie | Actualidad | EL PAÍS

La gran memoria de la barbarie | Actualidad | EL PAÍS

ampliar foto

Lee Miller se da un baño en la residencia de Múnich de Adolf Hitler. / DAVID E. SCHERMAN (THE LIFE PICTURE COLLECTION/GETTY IMAGES)

La liberación de Lee Miller

  • La fotoperiodista y musa del surrealismo fue la gran testigo de la entrada de las tropas estadounidenses en París, acontecimiento del que se cumplen 70 años
“No seré la única reportera en París, pero si la única dama fotógrafa, a no ser que llegue otra en paracaídas", escribía a la directora de 'Vogue' en Londres




La gran memoria de la barbarie



La fotografía fue el gran ojo de la Segunda Guerra Mundial. Hasta entonces ningún conflicto bélico había sido retratado con tales profusión, detalle y fuerza reveladora, a excepción de la Guerra Civil española, que no deja de ser en muchos aspectos (incluyendo un buen puñado de los mismos fotógrafos) un preámbulo de aquella.
Ahora que se cumple el centenario de la I Guerra Mundial resulta muy iluminador comparar las fotos que tenemos de ese conflicto con las de la Segunda. ¿Cuántas fotografías relevantes, verdaderamente inolvidables, recordamos de la Gran Guerra? ¿La del lancero alemán y su caballo equipados ambos con máscara de gas?, ¿alguna de mandos de las potencias centrales con sus cascos puntiagudos? Muy pocas. Recordamos más la guerra del 14 por los cuadros, los carteles y las películas que se han hecho después. En cambio, la Segunda nos ha dejado, gracias a la fotografía, algunas de las más imborrables e icónicas imágenes de esa eterna actividad humana que es la guerra jamás contempladas.
El registro es sensacional: la foto de Capa del desembarco en Normandía el Día D, la de los marines izando la bandera estadounidense en el monte Suribachi de Iwo Jima, la de Evgeny Haldey de los soldados soviéticos colocando su enseña de la hoz y el martillo sobre el destrozado Reichstag en Berlín, o las de los hongos atómicos. La foto del comandante de batallón soviético pistola en mano animando a sus tropas a seguirlo bajo el fuego, de Max Alpert, es una de las que mejor han mostrado nunca una acción bélica, al igual que la de Dmitry Baltermants de soldados de la URSS en noviembre de 1941 atacando a la carrera, épicas sombras de largos capotes y afiladas bayonetas precipitándose a la batalla. Las de los acorazados estadounidenses bombardeados en Pearl Harbour o las ciudades alemanas arrasadas por la aviación permanecen en la retina.
Ese cénit de la crueldad humana que es el Holocausto, indisolublemente ligado a la contienda, quedó capturado para siempre con la célebre foto del niño judío con las manos en alto ante los sonrientes miembros de la SD durante la destrucción del gueto de Varsovia. O la tan terrible del soldado alemán apuntando su pistola a la cabeza del hombre judío instantes antes de recibir el disparo arrodillado ante una fosa llena ya de cadáveres en Vinnytsia, Ucrania. También ha quedado retratado el castigo: con las fotos del proceso de Núremberg.
Y la felicidad del fin de la guerra: la foto de Alfred Eisenstaedt para Lifedel beso del marinero a la chica el día de la victoria de los Aliados en Times Square. La guerra proporcionó asimismo multitud de espléndidos retratos, de gente anónima y también de los grandes protagonistas: MacArthur regresando a las Filipinas, Churchill haciendo la señal de victoria con los dedos, Montgomery en la torreta de su tanque, Eisenhower rodeado de paracaidistas la víspera del Día D, Rommel con sus oficiales, Hitler bajo la torre Eiffel o en su última foto dos días antes de matarse… El desarrollo tecnológico y la popularización de las cámaras, la dedicación de los corresponsales y el auge de la propaganda son algunas de las razones que explican la inabarcable cosecha fotográfica de la II Guerra Mundial.

el dispensador dice: siempre hay una fotografía que da vuelta los recuerdos, donde los que eran locos aparecen como cuerdos, donde los normales no responden a sus tiempos, donde los adelantados no llegan a ningún puerto... siempre hay un recuerdo que da vuelta cualquier espejo... deformando la perspectiva de cada retina... no es lo mismo estar en la trinchera, que sentirse invadido, atropellado, negado o hasta mentido... no es lo mismo avanzar desarmado, atravesando campo enemigo, esperando ser impactado por la miseria que no conserva testigos...

al final de cualquier conflicto, nunca nadie ha ganado como tampoco nunca nadie ha perdido, ambas partes han sido consumidas por sus propias circunstancias, según la interpretación de los mezquinos, esos que tiene visiones que siempre sirven para salvar a aquellos que les hayan convenido, o que sirven para liquidar licuando cualquier rastro que pudo haber existido, describiendo algo distinto a lo que la historia oficial se jacta de haber dicho...

tu retina conserva un registro... indeleble...

pero tu alma guarda otro distinto, más eficiente y efectivo... que no podrás negar, aún cuando insistas en decir que nunca has visto lo que has visto... algo que acudirá a tus sueños, cada vez que estes perdido, entre dramas y olvidos...

nada se borra... aún cuando el tiempo parezca que ya se ha ido.
AGOSTO 21, 2014.-

No hay comentarios: