Transito un tiempo donde prefiero observar atentamente, y permanecer en silencio… transito un tiempo donde no necesito casi nada, lo mínimo, nada más… hace muchos años que vivo de prestado, y soy plenamente consciente de ello… soy portador de lo puesto, nada más… no quiero que me compren nada, mucho menos que me regalen algo… necesito sí, de la ternura persistente de mi amor, su presencia, su palabra, su existencia, saber que está allí, cerca… el amor auténtico no se explica, el sentimiento tampoco… he aprendido que los amores que demandan, no son tales, no son amores… he aprendido que los amores que reclaman, no son amores, simplemente son quejas por defecto… el amor se renueva en la sola presencia, y se porta en el espíritu, únicamente allí, para lo cual no necesitas de papeles ni de bendiciones de terceros oportunistas, no te hace falta iglesia, ni templo, no te hace falta juez, ni el reconocimiento de los otros… el amor está dentro de uno mismo… y justo es reconocer que el mismo amor, está dentro del otro… luego, los verdaderos amigos permanecen en mi alma… algunos, unos cuantos se me han ido antes, y me han marcado a fuego, me han revoleado por el aire, pensar en su ausencia me produce un raro vacío, que no puedo explicar, pero al mismo tiempo, sé que están en un lugar de oro, el mismo hacia donde me dirijo, y donde me encontraré con ellos en el próximo para siempre, así es que llevo conmigo el vacío, y simultáneamente, puedo sentirlos cerca… no hay palabras para traducir el sentimiento, tampoco hacen falta… me alcanza con sentirlo y saberlo… poco me importa lo que digan los libros, las explicaciones inexplicables, y las falsas ciencias… los amigos genuinos se llevan en el alma, cuando están en esta dimensión, tanto como cuando están en otra dimensión… amigos del alma son aquellos que permanecen unidos por un algo que nadie puede describir… no hay dineros que unan ni separen… no hay bienes que unan ni separen… no hay nada que interfiera con los sentimientos, y por eso están allí siempre, sin que sea necesario verse ni cargosearse… uno sabe que están allí, en alguna parte, al tiempo que ellos saben que estás ahí, en alguna parte… la conexión existe sin necesidad de teléfonos… me preguntas qué es lo que me gusta… sabes, me gustan los árboles… tengo una conexión con ellos que no necesito explicar, ni explicarme, ni explicarle a nadie… también, necesito ver el cielo… el azul celeste, el eléctrico… y necesito ver las estrellas, saber que están allí, arriba, a los costados, envolviéndote… además, necesito de la poesía, la que llevo en mi alma, y la que leo de otros poetas que se acercan a mi vida… necesito escribir y escribirte, porque la vida es una eterna carta que te escribes a ti mismo, escribiéndole, siempre, a alguien más… soy libre en mi profundo razonamiento crítico, así es que cuando algo no me gusta, no digo nada, y simplemente tomo distancia, porque conservo mi paz, a partir de su siembra y su resguardo… cuando lo hago, me preservo a mi mismo… ah!, vivo agradeciendo la vida concedida tanto como todo lo que he hallado en ella… por ello agradezco el amor eterno así como agradezco la amistad genuina… en la vida, muchos son los que se acercan, te sacan algo, te quitan algo, y se van sin decir gracias, eso lo he aprendido, pero lo mejor que he aprendido, es que dicha actitud, dicha conducta, no me duele, tampoco me toma por sorpresa, es más, la veo venir y me preparo para que no me altere… entonces sigo adelante como si nada hubiese ocurrido… tengo mucho respeto por el otro, por el prójimo, y no soy capaz de infringir daño alguno, por lo tanto, ando desprendido y dispuesto a desprenderme… ¿sabes?, no me pienso llevar nada, nada más que el mí mismo unido al sí mismo… por lo tanto, soy consciente que sólo me pertenecen los afectos sembrados y cosechados, y esos, cualesquiera sean, los tengo dentro mío, pertenecen a mi esencia y a ninguna otra parte… puedo decirte entonces, que soy feliz… la sonrisa la siento en el alma… y he aprendido a reírme de mi mismo, sin culpa, sin vergüenza y sin miedo… cuando me vaya, no quisiera que me lloren, sino que sientan en el espíritu, que valió la pena haberme conocido… qué algo les aporté… que les agregué valor a algún momento de sus vidas… eso solo, es suficiente, para que me vaya con alegría, a ocupar el espacio de los huecos… ese lugar donde sé es eterno, sin necesidad de que nadie te recuerde… Salta, 29 de septiembre de 2021.
Sólo te digo que me duele esta Argentina…
Sólo te digo que todo me une a la España de mi madre…
Sólo te digo que “algo” me une a la Alemania que supo adoptarme y elegirme…
Sólo te digo que el amor que siento por “mi amor”, no pertenece a este mundo…
Sólo te digo que la amistad que me une a mis amigos, no pertenece a este mundo…
Sólo te digo que sigo siendo un eterno extranjero, no de tierras, sino de mundos…