MITIKO©el dispensador dice:Podría uno, como individuo, hundirse en las enciclopedias como así también pasar por el conflictivo mundo de las etimologías, o bien atenerse a los relatos de viejas historias contadas por abuelos… relatos que se han ido nutriendo a lo largo de siglos, ya que estos mismos abuelos hacen referencia a los propios y aquellos, seguramente hicieron lo mismo. Tarea de abuelas, ya que ancestralmente el género es el que cuida y conserva las tradiciones, agregándole las visiones personales, enriqueciendo el legado.
¿Cómo se denomina a dichas historias que forman parte del inconsciente colectivo?... muchos son los nombres que dan forma a los mitos y leyendas, que formaron parte de tradiciones orales y escritas de grupos, tribus, comunidades, y finalmente hoy, de una civilización heterogénea que es llamada “urbana”, sin reparar en las distancias que separan a la caracterización de los pensamientos, la expresión de los sentimientos, y asimismo, la referencia a aquello que es negado en lo público pero aceptado en lo íntimo… “no creo en las brujas, pero que las hay las hay”, suele escucharse con frecuencia.
Más allá de las verdades y mentiras que ampararon dichos contenidos en el Malleus Maleficarum, obra maestra de la inquisición y expresión genuina del pensamiento destructivo que pretendía un universo a la medida de ciertas conveniencias (hay otros en distintas culturas que apuntan a la misma finalidad) eclesiásticas occidentales, los conocimientos ocultos demandaban no sólo ocultistas, sino capacidades suficientes para introducirse, interpretar, y desarrollar un mundo de sabidurías despreciadas.
Astronomía, química, matemáticas, astrología, física, constituyen algunas de las fuentes que han aportado al ocultismo, tanto como al iluminismo, intentando preservar conocimientos de aquel mencionado oscurantismo sustentado por los inquisidores.
Oscurantismo que supo destruir tradiciones culturales, extinguiéndolas por la simple satisfacción de la miseria humana escondida en la soberbia.
No obstante ello, las revoluciones culturales que pretenden imponer una historia a medida, más tarde o más temprano, fracasan… y aquello que se consideraba perdido, regresa de las maneras más insólitas. A veces como simples recuerdos que aparecen como un flash en personas que transitan sus rutinas, para luego desaparecer dejando imágenes perdurables. Otras llegan mediante sueños que se toman como burlas del inconsciente, aún cuando su realismo revela precisión en la calidad del mensaje. En algunas ocasiones aparecen señales que despiertan curiosidad o también, señales. Más allá de las formas y los canales empleados para despertar la neurona que protege las esencias del pasado, siempre, de una u otra formas, “algo” se expresa para modificar el sentido de las miradas, ofreciéndonos ubicarnos más allá de las aceptaciones de la lógica humana.
Ideas errantes que bajan del mundo de las ideas que explicaba Platón, acosan las mentes de desprevenidos transeúntes de la vida, que intentan huir sin suerte de los llamados desde la dimensión de las intangibilidades.
Así, muchos se refieren a los duendes como extraños habitantes de los recovecos de la mente, riéndose, burlándose, y hasta despreciando relatos de algunos creyentes, expuestos a historias asombrosas donde han tenido la oportunidad de ser elegidos para una experiencia distinta.
El hombre tiende a negar aquello que lo excede. Su incapacidad lo limita significativamente ante lo desconocido. Por ello, ángeles, hadas, elfos, duendes, dragones, magos, sirenas, brujas, gnomos, y otros seres de la dimensión de los vapores, suelen ocupar neuronas de aceptación en el silencio de las intimidades, reconociendo la vigencia de una realidad “intocable” destinada a pocos tocados por la varita mágica… al tiempo que la gran mayoría, ríe nerviosa, negando de manera terminante cualquier posibilidad de expresión de las entidades fantasmales.
Sin embargo, más allá del miedo al ridículo y a la vergüenza corporativa, no son pocos los que sienten el llamado de un mundo donde conviven seres ínfimos de alma inmensa, escurridizas brujas, hadas que custodian el mundo de los colores, dragones que atacan con fuego a los deseos de las malas intenciones, sirenas que protegen las esencias de las aguas saladas, o mucho más cerca de los humanos, los ángeles con sus eternas voces que intentan despertar las consciencias del bien, mediante llamados que usualmente no son atendidos.
Claro está, ese mundo que se ubica más allá del espectro visible, tiene vida propia, con tiempos distintos a los que posee el aire de la Tierra… muy respetado por tradiciones milenarias, reconocedoras de que nada es como lo vemos, mucho menos como lo apreciamos, para nada como lo entendemos. Y por ello, uno puede ser cruzado por libros que relatan historias de las dimensiones imaginarias, o verse sometido a figuras que tienen el don de llamar sin ser oídos, con la finalidad de ser descubiertos y hasta tomados, para luego formar parte de las intimidades.
Quién acaso no ha perdido una lapicera que recordaba haber dejado en cierto lugar, para luego de una búsqueda plena de incertidumbres, regresar a descubrirla justo donde creía haberla puesto… duendes que pretenden nuestra atención consumida por la desesperación de querer alcanzar extrañas y falsas bondades que ofrece esta civilización de las comodidades, donde los compromisos atan, pero los desprecios abundan, asolando espíritus débiles, consumiendo almas confundidas.
Qué determinó que ciertas personas tuviesen una iniciativa fundada en la deformada visión del mito… vaya a saber. Qué los llevó a radicarse en un lugar peculiar a la esencia de los duendes… vaya a saber. Quién los iluminó para crear ese mundo de seres ínfimos que claman por un humano que los mire… vaya a saber. Qué hizo que se tomaran semejante trabajo para llamar la atención de los mortales… vaya a saber. Qué hizo que se ubicaran donde lo hicieron… vaya a saber… aunque a decir, verdad, seguramente fueron las propias musas inspiradoras las que acondicionaron las circunstancias para
que la “intención” se transformara en realidad.
Así es que caminando por la puerta del paraíso en la Tierra (me refiero a Cafayate, en la Provincia de Salta, en Argentina), apenas doblando la esquina, luego de pasar caminando por la vereda de EL RANCHO (restaurante de estirpe, si las hay) aparecí parado frente a un mundo atrayente y misterioso, curiosamente colocado contiguo al santuario de las dulzuras de Calchaquitos, algo que semeja un alfajor pero que en realidad es un regalo para el alma, posible de vez en cuando. Y allí estaba, un concierto de notas silenciosas, envueltas en un extraño color azul verdoso, que anunciaba electricidad en el aire, energías propias de sus habitantes no humanos.
El lugar puede fácilmente pasar desapercibido para los espíritus no atentos, sin embargo Cafayate está lleno de lugares como éste, en los que hay gentes que no se percatan de los contenidos. Personas que hacen referencia a la belleza del paisaje pero no se han atrevido a internarse en El Divisadero y sus cascadas, como tampoco han oído las notas de Yacochuya, de San Rafael, o las misteriosas sendas del cerro San Luis, mucho más allá de La Banda de Arriba. Muchos hombres y mujeres comienzan y terminan sus rutinas en la consciencia del shoping, nunca más allá, por temor a las revelaciones.
Cafayate es una ofrenda de Dios para sus hijos en la Tierra. Sólo para ellos. Y los que allí viven, lo hacen sin saber que son bendecidos. Mientras tanto, el árbol del conocimiento permanece oculto a los ojos inquisidores de la iniquidad, que suele vagar en busca de dignidades para sus rebaños.
Regresando al descubrimiento de la calle Güemes esquina Belgrano, local 4, rápidamente me impuso una imagen guardada en mi corazón, un local semejante en alguna calle de mi querida Ámsterdam, en Holanda, donde estuve en cuatro distintas oportunidades, sin querer irme ya que sus habitantes me rogaban que permaneciera allí hasta el fin de mis días. Esa era mi intención, pero no la del destino.
Extraño hado el de enseñarme semejante contenido silencioso. Sinfonía de miradas sin notas musicales, pero que te envuelve cautivando tus oídos. Muchos seres del inframundo esperando a que alguien se detenga ante ellos para que, creyendo elegir, sean en realidad elegidos para compartir un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo.
Duendes, gnomos, hadas, recorren quietos los ojos de los asombrados visitantes. Algunos huyen, otros quedan adheridos, subyugados por tanto espiritualismo.
Por raras circunstancias, estas entidades nacen en San Carlos, a escasos veinticinco kilómetros de Cafayate, subiendo por la Ruta 40… y lo hacen allí, porque justamente se ubica un ángulo del paraíso, cercano al santuario de Angastaco, donde reside la musa inspiradora de todos estos seres que para nada se acercan a la fantasía, que son bien reales, y que alcanza sostener la mirada para descubrirlos en los lugares más recónditos… si tienes la gracia de andar por allí, no dejes pasar la oportunidad de descubrirlos, de mirar sus silencios y de ser elegido.
mitiko_defabulasyleyendas@hotmail.comGlosario:
► LEYENDA: Leyenda viene del latín legenda («lo que debe ser leído») y se refiere en origen una narración puesta por escrito para ser leída en voz alta y en público, bien dentro de los monasterios, durante las comidas en el refectorio, o dentro de las iglesias, para edificación de los fieles cuando se celebra la festividad de un santo. En las leyendas la precisión histórica pasa a un segundo plano en beneficio de la intención moral o espiritual (en las hagiografías o leyendas hagiográficas o piadosas, cuyo más conocido testimonio es La leyenda dorada de Jacopo della Vorágine).
Ese es el significado que da a la palabra Gonzalo de Berceo cuando en Milagros de Nuestra Señora habla de "todas las leyendas que son del Criador" y en otros pasajes, aunque también se refiere ocasionalmente a leyendas de forma más general; en otros autores el significado de la palabra se extiende a lecturas no solamente piadosas. Posteriormente, la palabra se desacraliza, pasando a designar una historia con valor poético que, a pesar de hacer referencia a personajes o lugares reales, no se atiene a los hechos históricos. Durante el Romanticismo, la leyenda se vuelve sinónima de lo conocido en el siglo XIX como "tradición popular".
En literatura, una leyenda es una narración ficticia, casi siempre de origen oral, que apela a lo maravilloso. Una leyenda, a diferencia de un cuento, está ligada siempre a un elemento preciso y se centra menos en ella misma que en la integración de este elemento en el mundo cotidiano o la historia de la comunidad a la cual pertenece. Contrariamente al cuento, que se sitúa dentro de un tiempo ("érase una vez...") y un lugar (por ejemplo, en el Castillo de irás y no volverás) convenidos e imaginarios, la leyenda se desarrolla habitualmente en un lugar y un tiempo precisos y reales; comparte con el mito la tarea de dar fundamento y explicación a una determinada cultura, y presenta a menudo criaturas cuya existencia no ha podido ser probada (la leyenda de las sirenas, por ejemplo). Durante el Romanticismo varios autores conocidos escribieron leyendas tanto en prosa como en verso; los más celebrados fueron Ángel de Saavedra, José Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer y José Joaquín de Mora.
► MITOS: El término mythos (μῦθος), en griego clásico significa aproximadamente ‘el discurso’, ‘palabras con actos’ (Esquilo: «ἔργῳ κοὐκέτι μύθῳ», ‘de la palabra al acto’)1 y, por extensión, un ‘acto de habla ritualizado’, como el de un jefe en una asamblea, o el de un poeta o sacerdote2 o un relato (Esquilo: «Ἀκούσει μῦθον ἐν βραχεῖ λόγῳ», ‘la historia completa que oirás en un breve lapso’).3
Los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas. Su función es otorgar un respaldo narrativo a las creencias fundamentales de la comunidad. Diversos mitos de una cultura pueden integrarse en una mitología que sustenta la cosmovisión de un pueblo.
Según Mircea Eliade, el mito es una historia sagrada que narra un acontecimiento sucedido durante un tiempo primigenio, en el que el mundo no tenía aún su forma actual. Los acontecimientos de la naturaleza que se repiten periódicamente se explican como consecuencia de los sucesos narrados en el mito (por ejemplo, en la mitología griega el ciclo de las estaciones se explica a partir del rapto de Perséfone).
► DUENDES: Los duendes son seres mitológicos elementales de la naturaleza, guardianes de los bosques y de todos los seres vivos que habitan en ellos.
Los duendes forman parte de la raza elemental feérica, y junto con sus homólogos elfos, trols y hadas, son guardianes de la naturaleza y son los seres más populares de las mitologías celta y nórdica, ya que tanto vikingos como celtas creían en la existencia de fuerzas primarias y de seres fantásticos relacionados con la naturaleza.
Los duendes se distinguen de los elfos por su pequeño tamaño, sus orejas son puntiagudas, algunas especies son de nariz grande y otras pequeña, su cabello es largo y a veces suelen ser peludos y llevan largas garras. Generalmente son semejantes a un niño pequeño en estatura, aunque también son descritos subtipos más pequeños; los cuales son denominados duendecillos.
Algunos duendes consortes en brujería o hechicería pagana eran llamados familiares. Se dice que los druidas celtas y los hechiceros los usaban como espías o ayudantes para conjuros, que la Madre Tierra otorgaba estos ayudantes a sus druidas más selectos, y que en el caso de los satánicos, era el mismo Diablo quien los otorgaba; es por ello que se les atribuía forma de un animal pequeño por ser discretos, ya fuera como un gato, hurón, sapo, rata o murciélago.
Son relacionados con diversas capacidades, temperamentos y apariciones dependiendo la historia y el país de procedencia.
Suelen ser descritos popularmente como expertos en la magia, adivinación y demás ciencias ocultas, sin embargo, su magia es ineficaz contra alguien que porte un "trébol de 4 hojas", son intolerantes a la imagen de San Patricio, el santo patrón de Irlanda, ya que fue este quien "les desterró de la casa de Dios", aunque en el día celebrado a este santo (17 de marzo) se dice que es cuando todos los duendes y demás seres de la fauna faérica emergen de sus escondites haciendo calamidades por doquier. Se les puede matar con hierro forjado, aunque también se les atribuye vulnerabilidad a la plata, al igual que los hombres-lobo, ya que la plata se considera un "metal santo" y las armas de plata son de especial predilección para hacer frente a demonios y demás seres, también se les puede hacer desaparecer diciéndoles que traigan agua del mar en un colador ya que como esto es imposible, nunca regresarán.
Según las leyendas se pueden crear mediante la obtención de unas plantas que solo salen en La noche de San Juan. Estas plantas se deben guardar en una botella o recipiente fabricado en vidrio de color negro. que no se vea el interior del recipiente. Se debe dejar la botella cerrada durante toda la noche de San Juan y por la mañana abrirla y saldrá el duende creado para ser tu sirviente. Se dice que los duendes son enanos para poder vivir en cuevas.
Habitan en los bosques, lugar en el que las personas tienen poco o ningún acceso; cada 100 años toman para sí una esposa de entre los humanos, la más hermosa de las niñas, para luego raptarla y desfigurarla hasta el punto de que se parezca a ellos, porque entre los duendes no hay género femenino. Son simbolos de buena suerte para algunos y para otros son mala suerte el caso de Ana Burgos, de la historia de ana en su jardín...
► ELFOS: Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica que originalmente fueron considerados una raza menor de dioses de la fertilidad y representados como hombres jóvenes y mujeres de gran belleza que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se les consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos.
► GNOMO: Según las antiguas mitologías de Europa del Norte ,Patagonia y ciertas doctrinas cabalísticas, los gnomos son cada uno de los enanos fantásticos o genios elementales de la Tierra, en cuyas entrañas moran trabajando en las minas, custodiando los tesoros subterráneos y cuidando de los metales y piedras preciosas.
El vocablo gnomo fue utilizado por el alquimista suizo Paracelso en su Liber de nymphis, sylphis, pygmaeis et salamdris, et de caeteribues spiritibus (1566). Su etimología no está clara, procediendo para algunos de una mala traducción del latín medieval gnomus y del verbo griego que significa «conocer». Para otros, sin embargo, derivaría del griego genomós, que quiere decir «terrestre».
Los gnomos forman un pueblo sobrenatural de seres muy pequeños e invisibles, dotados de singular astucia, que nació de la fantasía de los visionarios hebreos llamados cabalistas. Los gnomos poseían la presciencia, conocían los secretos de la Tierra y eran el alma de ésta. Los autores de dicha doctrina aseguraban que el aire, la tierra, el agua y el fuego se agitaban merced a los seres invisibles que animaban estos elementos. Según los cabalistas, Dios asignó el imperio del fuego a la salamandra, el del aire a los silfos, el del agua a las ondinas y el de la tierra, no en la superficie sino en el interior, a los gnomos. Estos moraban en las fisuras metálicas del globo, en el interior de las grutas, llenas de estalactitas de maravilloso efecto. Eran los guardianes de las minas de oro y plata.
Los gnomos, aunque no pertenecen propiamente a la mitología sino a la superstición, recuerdan a los telquines y a los cabiros, genios que representan el trabajo en los metales adorados por los griegos en localidades de naturaleza volcánica. Sin embargo, los mitólogos nada han dicho hasta ahora que sepamos de que pudiese haber relación entre esos personajes míticos de Grecia y los gnomos. Estos se repartieron con la filosofía pitagórica cabalística por todo el globo y aunque sufrieron varias modificaciones, según se fueron acomodando a las distintas naturalezas de los pueblos, siempre conservaron el carácter de dueños del imperio de la tierra y de guardianes de sus minas. La estatura de estos pequeños genios iba en progresión descendente hasta la más diminuta. Son unos seres fantásticos que aparecen en cuentos, dibujos animados, etc. Suelen estar representados en cerámica en los jardines de algunas casas, predominando así en los Estados Unidos de Ámerica.
► HADAS: Un hada (del latín fatum: hado, destino) es una criatura fantástica y etérea, personificada generalmente en forma de mujer hermosa, que según la tradición son protectoras de la naturaleza, producto de la imaginación, la tradición o las creencias y perteneciente a ese fabuloso mundo de los elfos, gnomos, duendes, sirenas y gigantes que da color a las leyendas y mitologías de todos los pueblos antiguos. Se puede provocar el contacto con ellas desarrollando la visión etérea según las leyendas. La mayoría de ellas se representan con alas.
versiones enciclopédicas de Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Hada
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