viernes, 28 de mayo de 2010

DE HIGUERAS E HIGOS


Evangelio: Marcos 11,11-26
"Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos. Tened fe en Dios"

Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: "Nunca jamás como nadie de ti." Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo: "¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblo"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos." Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: "Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado." Jesús contestó: "Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: "Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas."

"aquello que maldigas en silencio, se secará sin atenuantes"...

el dispensador dice:
la vida en sí misma es simple,
la intencionalidad la hace compleja,
si a esta última se suman segundas intenciones, más...

sabe, acaso, el hombre
qué hay en la semilla,
para que ésta se transforme en árbol?...

sabe, acaso, el hombre
qué hay en la semilla,
para que ésta se exprese en flor?...

sabe, acaso, el hombre
qué hay en la semilla,
para que esta potencie un fruto,
y que éste se transforme en alimento?...

sabe, acaso, el hombre
qué cantidad de calor demandó el orden,
de tener un árbol, tener una flor, tener un fruto?...

sabe, acaso, el hombre
qué cantidad de humedad demandó el orden,
de tener un árbol, tener una flor, tener un fruto?...

apenas si sabe el hombre cómo ese fruto sabe,
apenas si aprecia el hombre la belleza de la flor,
apenas si considera el hombre la importancia de ese árbol...

sabe, acaso, el hombre
qué esencia hace de la semilla vida?...

puedes comprar un campo, pedazo de tierra,
puedes comprar granos para sembrarlo,
puedes comprar lo cosechado,
puedes comprar la harina consecuente a dichos frutos,
puedes comprar el pan,
pero nunca conocerás la esencia,
ni el qué, ni tampoco el cuándo, mucho menos el cómo,
creerás que es tuyo y que el resultado te pertenece,
ello te llenará de soberbia y orgullo,
te alejará de la fuente de los equilibrios ciertos...

te alimentarás desconociendo la condición de lo que comes,
entonces, reconoce el valor de las esencias,
reveréncialas y concédeles un espacio en tu alma,
para ellas te revelen su importancia.
el dispensador: confluyendo hacia la trilogía de eternidades. Mayo 28, 2010.-
DEDICADO A: los que reconocen el foco del mensaje.


"lo que no alimentas con tu espíritu, se secará con tus manos"...

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