El Archivo de Indias muestra la carta que Juan Sebastián Elcano escribió a Carlos V tras su vuelta al mundo
Día 17/12/2014 - 17.12h
El Ministerio de Cultura ha pagado 20.000
euros por una copia de esta importantísima
misiva entre el emperador y el navegante
ABC
«Primus circumdedisti me («Fuiste el primero que la vuelta me diste») es el lema del escudo de Juan Sebastián de Elcano, quien tras culminar la primera vuelta al mundo escribió una carta al emperador Carlos V, que ahora puede verse en el Archivo de Indias en una exposición sobre aquella gesta.
El Ministerio de Cultura ha comprado por 20.000 euros esta carta, copia coetánea de la original, que permanece en paradero desconocido si es que se conserva, aunque los historiadores conocían su existencia, ya que Carlos V regaló copias a Italia, donde se conservan dos traducciones de época al italiano.
El valor de la copia, según ha explicado María Antonio Colomar, subdirectora del Archivo de Indias y comisaria de la exposición también titulada «Primus circumdedisti me, es que hasta ahora solo se conocía«una traducción de tipo rocambolesco», la efectuada del italiano al español en 1920 por el erudito Toribio Medina.
Esa versión «coincide en el sentido general, pero no en los términos exactos» en los que se expresó Elcano al escribirle al emperador desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), el 6 de septiembre de 1522, nada más concluir la mayor gesta de la navegación de todos los tiempos. «Mas sabrá su Alta Majestad lo que en más avemos de estimar y temer es que hemos descubierto e redondeado toda la redondeza del mundo, yendo por el occidente e veniendo por el oriente», le decía.
Para continuar pidiéndole: «Suplico e pido por merced a tu Alta Majestad por los muchos trabajos e sudores e hambre e sed e frío e calor que esta gente ha pasado en tu servicio, les hagas merced de la quarta parte e veintena de sus caxas e quintalada».
No exageraba Elcano, puesto que el 10 de agosto de 1519 cinco naos con 243 tripulantes partieron de Sevilla a las órdenes de Fernando de Magallanes hacia las Molucas (Indonesia) para abrir una ruta de las especias, y en tres años la expedición atravesó tres océanos, y la única nave superviviente, la Victoria, emprendió el regreso por el Indico capitaneada por Elcano hasta arribar el 8 de septiembre de 1522 a Sevilla con solo 18 hombres.
El Archivo de Indias, que conserva más de 40.000 legajos con más de mil documentos cada uno relacionados con la historia de América, pero también del resto de los continentes, ha dedicado una de sus salas a la exposición de la carta, que se muestra enmarcada por dos semicilindros transparentes que reproducen el mapa que Diego Riveiro dibujó con la información que le aportó Elcano.
Los dos semicilindros transparentes están separados por el límite que el Tratado de Tordesillas estableció en 1494 para los reinos de Castilla y Portugal, ya que, según ha explicado Colomar, el viaje de Elcano acabó con el equilibrio establecido por aquel acuerdo sobre la división del Nuevo Mundo.
Facsímiles
Otros 28 documentos originales y facsímiles del Archivo de Indiasacompañan la carta, como los relativos a las instrucciones y capitulaciones para el viaje de Magallanes y Elcano, a la preparación de denominada Armada de la Especiería, así como la relación de aparejos y pertechos calculados para dos años de viaje, y las cuentas de la aventura.
También se muestran los derroteros de Francisco de Alba y de Pigafetta y muestras de la repercusión cartográfica del viaje que supuso la primera circunnavegación del orbe, como un facsímil de casi dos metros y medio de largo, con colores vivísimos, del mapa de Juan Vespucci de 1526.
Otros documentos reflejan la nueva lucha de España con Portugal por posesiones de ultramar que provocó el viaje y cómo Carlos V, abrumado por el peso del imperio, según Colomar, cedió una retroventa por 450.000 ducados sobre posibles derechos de la Corona portuguesa.
La exposición también alude al rezagado de la expedición, Gonzalo Gómez de Espinosa, que llegó a España casi seis años después que Elcano y los suyos por haber caído cautivo de los portugueses y quien pudo ostentar en su escudo un lema muy parecido al de su capitán: "Fuiste uno de los primeros que la vuelta me diste"
el dispensador dice: Señor, debo decirte algo... el mundo no es como lo ves... mucho menos es como lo crees... ni siquiera se parece a lo que entiendes de él... y Señor, debo decirte algo más... el universo no es como lo ves... mucho menos es como lo crees... y ni siquiera se asemeja a algo de lo que entiendes de él... puedes recorrer el mundo sin moverte de donde pisas... más aún, puedes hacer lo propio con el universo, sus espacios, sus dimensiones, con solo pensarlo... sólo necesitar saber soñar, saber cómo desprender el alma de tu cuerpo, y viajar... el secreto reside en que no puedes ni debes tomar nada de lo que se muestre en tu viaje... no puedes intervenir en las secuencias de los destinos a los que puedas asistir... simplemente debes ver con los ojos del alma y guardar silencio, siempre... agradeciendo a Dios la gracia que te concede...
Señor, debo decirte algo... ni el mundo ni tampoco el universo son como parecen... la creación es inmensa... tanto como una idea o una esfera, tanto como un sentimiento que aguarda en eterna espera, tanto como una esperanza transformada en quimera... no es necesario barca alguna para realizar la travesía, sólo se necesita voluntad, esfuerzo común a cualquier vigilia, y luego desplegar las alas y seguir las corrientes que surcan los espacios siderales y los otros inderales y exderales... hay oros que no pueden ni deben tocarse... hay minerales a raudales... pero lo esencial es que no hay sed cuando la inocencia y la paciencia marcan el viaje...
Señor, debo decirte algo... nada de lo que ves te pertenece... apenas si estás de paso, siendo demasiado corto tu lapso... por ello es necesario agradecer cada segundo que se te concede para estar aquí respirando, y regresarlo a modo de manos y abrazos, compartiendo el todo en cada uno de sus trozos, o si lo quieres, en cada uno de sus pedazos... pero no te puedes quedar con nada Señor, porque lo que ata el alma, termina condenando... porque lo que pesa, termina atropellando... porque lo que no se ama, termina confundiendo las razones del espíritu, creando mares de cinismos y oasis de hipocresías, donde los perdidos beben lo que orinan...
Señor, debo decirte algo... lo que se ama con el alma... no se olvida...
y Señor, para finalizar debo decirte que la esperanza debe ser genuina, estar vestida con FE, para que la gracia que se te conceda, lleve el sello y la consigna... de ser siempre divina. DICIEMBRE 18, 2014.-
Señor, tu más allá... se consume en tu propio día.
el dispensador dice: Señor, debo decirte algo... el mundo no es como lo ves... mucho menos es como lo crees... ni siquiera se parece a lo que entiendes de él... y Señor, debo decirte algo más... el universo no es como lo ves... mucho menos es como lo crees... y ni siquiera se asemeja a algo de lo que entiendes de él... puedes recorrer el mundo sin moverte de donde pisas... más aún, puedes hacer lo propio con el universo, sus espacios, sus dimensiones, con solo pensarlo... sólo necesitar saber soñar, saber cómo desprender el alma de tu cuerpo, y viajar... el secreto reside en que no puedes ni debes tomar nada de lo que se muestre en tu viaje... no puedes intervenir en las secuencias de los destinos a los que puedas asistir... simplemente debes ver con los ojos del alma y guardar silencio, siempre... agradeciendo a Dios la gracia que te concede...
Señor, debo decirte algo... ni el mundo ni tampoco el universo son como parecen... la creación es inmensa... tanto como una idea o una esfera, tanto como un sentimiento que aguarda en eterna espera, tanto como una esperanza transformada en quimera... no es necesario barca alguna para realizar la travesía, sólo se necesita voluntad, esfuerzo común a cualquier vigilia, y luego desplegar las alas y seguir las corrientes que surcan los espacios siderales y los otros inderales y exderales... hay oros que no pueden ni deben tocarse... hay minerales a raudales... pero lo esencial es que no hay sed cuando la inocencia y la paciencia marcan el viaje...
Señor, debo decirte algo... nada de lo que ves te pertenece... apenas si estás de paso, siendo demasiado corto tu lapso... por ello es necesario agradecer cada segundo que se te concede para estar aquí respirando, y regresarlo a modo de manos y abrazos, compartiendo el todo en cada uno de sus trozos, o si lo quieres, en cada uno de sus pedazos... pero no te puedes quedar con nada Señor, porque lo que ata el alma, termina condenando... porque lo que pesa, termina atropellando... porque lo que no se ama, termina confundiendo las razones del espíritu, creando mares de cinismos y oasis de hipocresías, donde los perdidos beben lo que orinan...
Señor, debo decirte algo... lo que se ama con el alma... no se olvida...
y Señor, para finalizar debo decirte que la esperanza debe ser genuina, estar vestida con FE, para que la gracia que se te conceda, lleve el sello y la consigna... de ser siempre divina. DICIEMBRE 18, 2014.-
Señor, tu más allá... se consume en tu propio día.
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