jueves, 7 de marzo de 2024

CUANDO TE CAIGA LA FICHA © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® EL AMAGUE [LA TRISTEZA NO ES UNA OPCIÓN-3]

CUANDO TE CAIGA LA FICHA © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® EL AMAGUE [LA TRISTEZA NO ES UNA OPCIÓN-3]
Imagen crédito: Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes https://www.facebook.com/sedemiuqse https://www.facebook.com/photo/?fbid=10227758255653588&set=a.1573485948783 La mariposa se llega a la flor del Malvón, mientras el colibrí recorre sus posibles fuentes de néctar en el jardín… nunca debes perder dimensión de los detalles, todos comparten algo sin que el humano repare en ello… en el micromundo ocurren cosas que se traducen en señales, todo el tiempo… en el micromundo se despliegan mensajes destinados a tu ser, todo el tiempo… habitualmente, las señales pasan de largo, sin ser atendidas… habitualmente, los mensajes se esfuman antes que alguien logre detectarlos… cada vez que eso ocurre, el alma pierde una oportunidad de aportar valor a la esencia… si lo piensas, perder la oportunidad no es una buena opción… no favorece a la existencia… no agrega valor a tu ser… una vez que se ha nacido, es necesario hacer foco en aquello que agrega valor al destino concedido… no es fácil, pero hay que intentarlo… intentarlo es un ejercicio permanente… es necesario afinar las sensaciones… es necesario diferenciar los ruidos de la música… es necesario descubrir qué se esconde detrás las palabras de los otros… es necesario descubrir dónde reside la inocencia, y dónde lo hace la inclemencia… eso implica conocer el alma de los otros… conocer el alma de los demás es un proceso lento, porque para ello, es necesario, primero, conocer la propia… a medida que se descubre el contenido de la propia alma, se va descifrando lo que hay en las demás… la inocencia nunca es casual, siempre es causal… la violencia, en cualquiera de sus formas, nunca es casual, siempre es causal, por lo tanto, intencional… quien conserva su inocencia, tiene una mirada libre de ataduras, libre de complejos… quien ejerce la violencia, no puede consigo mismo, hay beligerancia con el propio ser, y dicha enemistad se traslada a los otros, porque se ejerce, se desata, siempre sobre los demás… me llevó tiempo descubrirlo… me llevó tiempo entenderlo… me llevó tiempo darme cuenta… me llevó tiempo, reflexionarlo… me llevó tiempo, pensarlo… me llevó tiempo, hasta que me cayó la ficha… cuando me cayó la ficha, ya no estaba disponible para tristezas… cuando me cayó la ficha, no estaba expuesto a las decepciones, mucho menos a las frustraciones, tampoco tenía dudas… cuando me cayó la ficha, no tenía voluntad de revanchas… cuando me cayó la ficha, no tenía sed de venganza… simplemente, me había caído la ficha… me había dado cuenta que mi entrega, no era su entrega, que mi compromiso no era su compromiso, que mi sentido de la comunión no era su sentido de comunión… me había dado cuenta que mi voluntad, no tenía nada que ver con su voluntad… me había dado cuenta que mis valores, no se correspondían con sus valores… en verdad, darse cuenta es un proceso que lleva su tiempo… un día te das cuenta de una cosa, y al día siguiente dudas de lo que sientes, y concedes una oportunidad más… mientras tanto, todos cumplen años… mientras tanto, todos van creciendo y fabrican sus propios problemas… mientras tanto, cada quien va construyendo su mundo… mientras tanto, el maldito tiempo pasa y va señalando los errores de unos, los errores de otros, y desde luego, los propios… uno se ve obligado a reparar en los propios… uno se ve obligado a pensar sobre las oportunidades concedidas a otros, esas oportunidades que no se concedieron al uno mismo, ni al sí mismo, justamente, por favorecer al otro, para sostener el vínculo, cuando este se veía insostenible, cuando había momentos de intolerancias… cada quien se da a sí mismo las explicaciones que justifican sus procederes… cada quien se justifica como sabe, como quiere, como puede, como entiende… cada quien esgrime los argumentos con los que se siente cómodo… mientras unos intentan explicar lo inexplicable, otros le encuentran sentido a las cenizas… allí comprendes que los carbones se consumen, pero no siempre de la misma forma… algunos carbones se convierten en ceniza, mientras que otros no lo hacen… nadie sabe cuál es la diferencia entre los unos y los otros… lo mismo sucede con la leña, hay maderas que se hacen polvo, y te ves reflejado, pero hay otras maderas que siguen incólumes, transformadas en carbón, un carbón que parece roca, y algunas otras, ni siquiera se queman, apenas si se chamuscan… aprendes que las diferencias no responden a una cuestión de ojos… analizas, y las cenizas no son todas iguales, puedes comprobarlo… incluso, yendo más lejos, recuerdas otras hogueras, donde no sólo había carbones, donde no sólo había leña, sino que había piedras rodeando los fuegos… algunas piedras enrojecían, otras no… algunas piedras tornaban al blanco, otras no… algunas piedras estallaban, otras no… la diferencia no estaba en el fuego, no estaba en los fuegos, sino en la esencia de las piedras… eso también se aprende… a veces asumes que no sirve para nada, pero sí que sirve… ha contribuido a que te des cuenta que lo que es de una forma, no lo es de otra… tenía que suceder… una vez más, no hay tiempo para estar triste… la decepción formaba parte de algo que se venía anunciando, por lo tanto, no es tal… allí comienza el proceso reflexivo donde vas revisando todo lo ocurrido con el paso del tiempo… aquella palabra… aquella mirada… aquel gesto… aquella discusión… los signos van apareciendo unos tras otros, a veces a borbotones, a veces de a uno en fondo… concedes dimensión a la sucesión de actos donde la palabra del otro fue un poco violenta, algo violenta, muy violenta, demasiado violenta, extremadamente violenta… comprendes que eso coincidió con aquella ausencia, que se justificó con otra ausencia, unido a la compañía oportunista de aquellas amigas que se hacían presentes cada vez que había una debacle… te cae la ficha, la importancia que tú le concedías, no era la importancia que el otro te concedía… la significancia de lo que entiendes por presencia, no coincidía con la importancia que ella le concedía… ¡ah!, sí… ya entiendo… entendí… no digas más nada… donde no hay simetrías, no hay puentes posibles… donde no los hay (puentes), no hay confianza entre las partes… donde no la hay (confianza), nada une a nada, ni siquiera los supuestos papeles… los papeles son una excusa esgrimida por la parte que quiere esquilmarte… la verdad, la única verdad, se traduce en esa puñalada que no ves venir… -- A medida que vas desentrañando las asimetrías, vas descubriendo cuántas divergencias estaban escondidas vaya a saber dónde… no había complementos, porque no había complementariedad… te preguntas, ¿qué habré pensado?... pero comprendes que las preguntas son estériles, que no conducen a nada, porque lo que tuvo lugar, fue consecuencia de otros hechos, que también deben ser considerados… pasó lo que debía pasar… llevó su tiempo… pero también, el quiebre se produjo justo cuando el tiempo se había agotado… al hacerlo, no quedaba pendiente ninguna explicación innecesaria… al hacerlo, no había espacio para ninguna otra discusión, que habilitara a peores argumentos, que se respaldaran en nuevas excusas, que justificasen peores vacíos, y renovadas mentiras… nada de eso resultaba necesario… lo sucedido tenía suficiente entidad como para que cada uno lo entienda según lo que siente en el alma… cuando te desprendes, no vuelves a ser la misma persona… el puente roto no debe ser cruzado, es sencillo… -- Cuando la ficha cae, comprendes que las ausencias encuentran, cada una, su propia explicación… -- Cuando la ficha cae, entiendes que las agresiones estaban todas explicadas en sus propias raíces… -- Cuando la ficha cae, entiendes que la violencia creciente no fue una casualidad, sino que se gestó en sucesivas revolcadas donde la conexión ya estaba rota, pulverizada, podría decirse… la reflexión te conduce a entender que las amigas eran la excusa, excusa que justificaba los encuentros, donde la cama promovía el desencuentro, pero no resultaba suficiente como para prescindir de la cuenta bancaria, ni tampoco era suficiente para abandonar las comodidades, y mucho menos alcanzaba para perder los bienestares… vas más lejos, y se abre un abismo tras otro… esto no sucedió ayer, tenía lugar desde mucho antes, pero no me daba cuenta, porque estaba ocupado en construir la vida de los otros, la vida de los hijos, la vida de… cualquier explicación extemporánea, está demás… los hechos se explican a sí mismos… aparecen entonces los rostros de ocasión, con palabras de ocasión, justificando mentiras de ocasión… mientras te la tragues, todo está fenómeno… cuando dejas de hacerlo, el problema sigue siendo tuyo, y además agregas la condición de culpable, culpable de haberte dado cuenta… el victimario jamás se apiada de la víctima, por el contrario, sube la apuesta… intenta manipular la circunstancia para obtener el beneficio esperado… la cama es apenas un justificativo, porque el sexo dura poco, y después hay que continuar con el relato… la previa suele ser de corta duración, y todo lo que le sigue al sexo suena a tedio… cuando la vida continúa, hay que seguir apelando a las mentiras para que el infeliz no se de cuenta… para eso están las amigas, que hacen lo propio con sus maridos… y los maridos, a su vez, hacen lo propio con ellas, a sabiendas que todo es una farsa que se retroalimenta en el cúmulo de mentiras que dejan conforme a todos… lentamente, las fichas van cayendo, entonces, aceptas y eres parte de la farsa, o no tienes necesidad de agregar nada, y por dignidad, huyes… entonces, el límite es la dignidad… entonces, la dignidad es el punto de quiebre, me digo… para mi ser no es viable ser indigno de sí mismo… para mi existencia, ser digno de mi mismo es una prioridad inexcusable… para mi esencia, es imposible revelarme contra lo que soy, contra lo que siento, contra lo que me identifica, contra lo que me nutre, contra lo que forma parte de la historia de mi karma, ese componente sagrado que está unido al uno mismo desde siempre… -- Si aceptas el juego y formas parte de la farsa, sientes cómo te quemas en la hoguera… -- Si no lo aceptas, y decides no formar parte de la farsa, te ves exigido por las circunstancias, debes irte… -- Como ya lo venías madurando, ningún reclamo es posible… -- Como ya te habías dado cuenta, ninguna discusión compone el futuro ausente… -- La violencia ya te encontró en el papel de víctima… hubo agresiones que se recuerdan como evidencia de ello… en diferentes momentos… en diferentes circunstancias… justo cuando no había razones para justificar los hechos… hete aquí la explicación… tuvo lugar una soledad compartida, una soledad que se convirtió en silencio… ¿lo hizo?, la presencia se explica junto a la ausencia… quizás el silencio condujo a la soledad, pero a estas alturas, da lo mismo… la farsa había durado demasiado, tenía su explicación, pero ya no se aguantaba más… ¡ah! sí, por aquellos años se había vuelto feminista acérrima… dicho rol había exacerbado la función de victimaria, y a decir verdad, lo cumplía a rajatabla… me hiciste esto… me hiciste lo otro… pero no hiciste esto, como tampoco hiciste lo otro, mientras que yo quería esto otro, que no me lo diste, porque eres tal cosa, ya que no has podido ser tal otra… espantoso… en dicho punto, alguien le dice a la almohada que debe incrementar el grado de agresividad… la vagina inquieta entiende que sí… lo hace, surgen los empujones a la media noche… eso sucedió… eso tuvo lugar… recuerdas la sucesión de los hechos… eres consciente de lo que no eras consciente… sin embargo, ya lo sabías… las evidencias así lo indican… tomas consciencia de que las evidencias son inapelables… no puedes engañarte a ti mismo… no puedes engañar al sí mismo revelado… no puedes tergiversar los hechos, por lo tanto, no es prudente confundir al uno mismo… el papel de víctima es un empujón hacia la consciencia… no sólo se observa la intencionalidad pura, sino que se descubre la segunda intención, y también la tercera… donde se instala la violencia como método, no hay regreso… o entras en guerra, o te vas… declarar la guerra es estrellarse contra uno mismo, así es que, eso, es inaceptable… -- La página se fue dando vuelta, porque cada quien escribe la propia página según lo que quiere, según lo que entiende, según lo que puede… cuando la página gira y una nueva se muestra en blanco, el pasado plasmado se torna inapelable… no hay forma de cambiarlo… no hay manera de modificarlo… así es que, cualquier excusa, deriva en un vacío… la cuestión no reside en la cama en sí misma, como tampoco reside en el número de revolcones, sino en la intención de destruir el vínculo… cuando nada te importa, el engranaje está roto… quien asume que la mentira lo salva, está errado… -- Cuando el puente se rompe, no queda forma de cruzarlo que no sea mojándose los pies, en el río, o bien, nadando en él (río), pero eso siempre que quieras cruzarlo… de lo contrario, te quedas de un lado, para el resto de los días por venir… todo el resto del paisaje, se vuelve ficticio… eso también se aprende… -- Cuando la confianza se quiebra, miras para todos lados, y no queda nada por sostener, así como no queda por construir… cuando la confianza se ha roto, todas las palabras se vuelven superfluas… cuando la confianza se ha roto, todas las explicaciones sobran… cuando la confianza se ha roto, las excusas aumentan su peso específico y se vuelven insoportables, tanto para quien las esgrime, como para quien las escucha… por más que se manipule el escenario, las evidencias descubren cualquier papel que se quiera interpretar… los recuerdos hacen que los instantes se revelen a sí mismos… aquel hecho, sucedido de aquel otro hecho… aquel acontecimiento que precedió a aquel otro suceso… aquel día que la cuenta bancaria apareció vacía, y alguien miró para otro lado… aquella obra innecesaria en la que se avanzó sin que estuvieras enterado… aquel antojo, empecinado sobre un antojo no declarado, o al menos, que no había sido pronunciado ante tus oídos… muchos hechos contradictorios que, al no encontrar sentido, tampoco encuentran explicación… el último empujón fue aquella agresión intempestiva, salida de la nada misma… pero no hacía falta, si todo había sido dicho… pues la agresión fue el punto final… todos eran mayores de edad, jóvenes, pero mayores de edad… cuando todo está roto, nada se puede reparar… de un segundo para el siguiente, hubo una movida imperial… se movió la ficha del jumanji sin que exista tablero a la vista… pertenecer al imperio, tiene sus privilegios, alguien te apaña, alguien te protege, alguien es capaz de crear una historia, alguien es capaz de inventar las circunstancias, alguien sabe cómo señalar a la víctima, pero peor aún, alguien sabe cómo destruir a la víctima… en el aquelarre, la hoguera determina quien debe morir, quien debe ser sacrificado, y si no lo hace, el exilio es parte de su obligación… en el aquelarre, la hoguera establece que ya no tienes llave para abrir esa puerta, ni ninguna otra… lo que te pertenecía, dejó de hacerlo… si no te mueres, eres libre, pero no tienes nada, porque ese es el menor de los precios posibles… en dicho punto, quien oficia de victimario, se percibe triunfador absoluto… el rédito de ganar, produce una satisfacción infinita… el regocijo es tal, que no se presta atención a ninguna otra cosa… el poder se agrega al poder… lo que siga será un beneficio que desvirtuará cualquier pasado… no hace falta convencer a nadie… los que tienen que estar convencidos de la mentira, ya lo están… nadie cuestiona la ficción de los hechos… como ya te lo dije, no hay tiempo para tristezas, la vida continúa… -- Además de todo lo robado, te das cuenta que no dispones, ni siquiera, de la posibilidad de defenderte… el saqueo ha llegado a tal punto, que no queda nada como para acudir a un abogado, mucho menos a un estudio de abogados… incluso, te cae una ficha más, y te das cuenta que te han robado hasta el derecho al apellido… revisas los bolsillos y no queda ni un centavo… de alguna forma te han cercenado el acceso a la cuenta bancaria… ahora, asumes el rol de anónimo a tiempo completo… eres un total desconocido para aquellos que decían conocerte, ellos también se han tragado el sapo de la mentira, urdida prolijamente, durante años… ante la opinión de los otros, eres culpable de todo… arrastras el karma de la culpa, y nadie te salva de eso… muchos giran sus rostros y te dan la espalda… muchos dicen no conocerte… muchos aplauden al victimario y le reconocen la habilidad para ganar batallas… te sabes solo… entiendes que el tiempo humano, a veces, resulta ser un aliado de ocasión… el anonimato conduce a la distancia, la distancia conduce a la reflexión, la reflexión conduce a la gruta, la gruta sirve para que la ficha caiga definitivamente… -- La miseria humana se viste de muchas formas… la mayoría de ellas, inesperadas… no sabes de lo que el otro es capaz, hasta que lo padeces en carne propia… en ese momento, te cae la ficha, una más, y recuerdas que se complacía cambiando sus máscaras… lo hacía para los otros, pero también lo hacía para vos… nuevamente, te cae otra ficha, y recuerdas su imperiosa necesidad de cambiar disfraces… aquel verde se reemplazaba con el amarillo, y este por el rojo, y del rojo se regresaba al verde… engalanaba su presencia en fiestas a las que no tenías acceso… un giro más y comprendes que ése, no es más tu lugar, ya no perteneces, seguramente dejaste de hacerlo (pertenecer) mucho antes de darte cuenta… seguramente, entiendes, no pertenecías cuando le compraste la casa, ni ésa última, ni tampoco la anterior, ni la anterior de la anterior… todo se gestó a tus espaldas, mientras estabas ocupado… no hay quejas… no hay reclamos… allí sólo queda el vacío… -- Ya lejos, te cae una ficha más… haces memoria… las imágenes vienen solas, se visten de memoria, aparecen subrepticiamente, se manifiestan, toman entidad… lo que fue, lo que se mantuvo unido, lo fue a la medida de tu voluntad… no había interés en la otra persona… a la otra persona no le interesabas, tampoco le importabas, ni siquiera le importaban aquellos otros que decían formar parte de una familia que jamás existió… la revelación indica que nunca tuvo cabida en su visión… la familia fue una excusa… todo lo que rodeaba a esa familia, formaba parte de su mentira… ella estaba construida por y desde esa misma mentira, aumentada, perfeccionada, hasta lograr convencer a todos que dicha mentira, era una verdad inapelable… quienes creyeron en ella, quedaron atrapados… quien no lo creyó, o bien, quien se dio cuenta, está liberado… -- El laberinto siempre se queda con su creador… -- El laberinto permanece junto a su mentor, a su inventor… -- El laberinto se impregna de la miseria humana que le da forma… -- El laberinto proporciona argumentos estúpidos que justifican su existencia… -- El laberinto no es algo ficticio, está dentro del alma… no se lo ve mediante los ojos… se lo percibe mediante el alma… -- El laberinto es tóxico, porque quien está dentro resulta serlo… -- En el laberinto hay venenos que matan, pero a otros los aletargan, a otros los adormecen, y a algunos, inexplicablemente, los fortalecen… nadie sabe de qué depende la variabilidad… -- Pero en ese mismo laberinto, sólo hay espacio para un alma… el alma de quien ha creado los pasillos, y los pasillos de los pasillos, y los recintos sin salida, y las conexiones que no llevan a ninguna parte… el alma de iniquidad, se siente cómoda allí dentro… chocar contra las paredes produce comodidad… no encontrar la salida, provee de seguridad… quienes entran, no lo hacen a ese laberinto, sino al propio… hay que entenderlo… cada alma reside en su laberinto… cada alma construye su propia hoguera… cada alma diseña su propio infierno… cuando te cae la ficha, la circunstancia ya pasó… eres libre… los presos, son los otros… si ser libre, costó todo eso que se pagó, realmente fue barato… -- La ficha me cayó… no había ningún laberinto, al menos no en el que estuviese mi alma… la tristeza nunca fue una opción… la decepción, no está en mi diccionario… no hay tiempo, hay que seguir adelante… el mañana, comienza hoy mismo, ahora mismo…-- CUANDO TE CAIGA LA FICHA © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® EL AMAGUE [LA TRISTEZA NO ES UNA OPCIÓN-3]

No hay comentarios: