miércoles, 16 de abril de 2025

Las 5 vías de santo Tomás sobre la existencia de Dios Por Irene Gómez-Olano

Las 5 vías de santo Tomás sobre la existencia de Dios Santo Tomás de Aquino, filósofo y teólogo italiano, es considerado el padre de la escolástica, una corriente filosófica que trató de aplicar la filosofía antigua griega a la comprensión de la doctrina cristiana. https://filco.es/5-vias-de-santo-tomas-existencia-dios/?utm_medium=email&utm_source_platform=ePigeon&utm_source=Newsletter%20-%20Filco Por Irene Gómez-Olano Desde que el ser humano existe ha anhelado incansablemente respuestas a todas sus preguntas acerca de él mismo, de la vida, del mundo, del origen de todo, en un debate que no se limita al mundo racional, sino que implica al de las creencias. Y la figura de un Ser superior ha estado presente, para otorgarle la creación, el principio y el final de todo, o para negarlo. Los filósofos, los primeros. ¿Qué ha dicho la filosofía sobre la existencia de Dios? ¿Qué argumentos se han dado a favor y cuáles en contra? SOBRE LA EXISTENCIA DE DIOS Aristóteles Uno de los argumentos más antiguos a favor de la existencia de Dios es el que dio Aristóteles. Para el filósofo griego, todo lo que es movido es movido por algo. El movimiento de un cuerpo, por tanto, siempre es dado por otro cuerpo anterior que le confiere dicho movimiento. Visto así, el universo entero es una cadena de acción/reacción, de cuerpos que se traspasan el movimiento unos a otros. Sin embargo, esta cadena de movimientos no puede ser infinita, dice Aristóteles. Como todo es movido por algo, debe haber habido un primer motor inmóvil. Es decir, si todo movimiento viene dado por otro cuerpo, el universo necesita de un primer motor que le haya conferido todo el movimiento que hoy vemos; un motor que nadie lo haya movido, que sea la primera pieza de toda la cadena de movimientos. Ese primer motor es Dios. Tomás de Aquino Tomás de Aquino recoge este argumento aristotélico y añade algunos más. El compendio de todas las demostraciones de la existencia de Dios que llevó a cabo santo en la Suma teológica se conoce como «las cinco vías»: vía del movimiento, vía de la causa eficiente, vía de la contingencia y la necesidad, vía de los grados de perfección y vía de la finalidad. LEE AQUÍ LAS 5 VÍAS DE SANTO TOMÁS San Anselmo Otro de los argumentos más importantes que los filósofos han aportado para la demostración de la existencia de Dios es el ontológico, un argumento poderoso y al que los distintos filósofos han vuelto una y otra vez. Este argumento se resume en esta idea: incluso cuando negamos la existencia de Dios sabemos lo que queremos decir. Es decir, hasta las personas ateas tienen en su mente la idea de Dios. Y creamos o no en él, estamos de acuerdo en que la idea de Dios se refiere al ser más perfecto posible. Pero el ser más perfecto posible no puede existir solo como idea, porque lo que existe en la realidad es más perfecto de lo que no existe en ella. Por tanto, si tenemos la idea de Dios, del ser más perfecto, este tiene que existir necesariamente. San Buenaventura está cerca de esta argumentación, mientras que Tomás de Aquino la rechaza. Escoto lo modifica, pero aceptándolo, lo mismo que Descartes y Leibniz. Kant declara su imposibilidad y Hegel lo volverá a replantear. Immanuel Kant Además de todos los argumentos dichos hasta ahora, hay filósofos que postulan la existencia de Dios desde un plano moral. Para Kant, la existencia o inexistencia de Dios es un laberinto teórico que no se puede resolver. Sin embargo, a pesar de que la existencia de Dios no pueda demostrarse teóricamente, sí se puede postular desde un plano moral. Dios es necesario para fundamentar el Bien. Sin Dios no tendría sentido el deber. ¿Por qué hacer lo correcto si no hay vida después de la muerte? ¿Por qué hacer lo correcto si no hay un Dios que imparta justicia? ¿Cómo imaginar un mundo donde la felicidad esté reñida con el bien? Necesitamos a Dios. Simone Weil Para Weil, la existencia de Dios no puede demostrarse racionalmente, pero su ausencia en el mundo es la mayor prueba de su presencia. Dios se retira para que el ser humano pueda buscarlo libremente. El sufrimiento y el mal no refutan a Dios, sino que confirman su retirada. Para Weil, Dios no interviene en el mundo porque su amor consiste en dejar espacio a la libertad humana. La fe, para Weil, no es certeza, sino espera. Dios no se impone con pruebas ni milagros, sino que se descubre en el vacío, en la atención y en el amor desinteresado hacia los demás. SOBRE LA NO EXISTENCIA DE DIOS David Hume Para este filósofo empirista, el conocimiento de Dios es imposible porque todo conocimiento nace de nuestros sentidos y de nuestra experiencia. «Cuando alguien me dice que vio resucitar a un muerto —dice Hume—, inmediatamente me pregunto si es más probable que esta persona engañe o sea engañada, o que el hecho que narra haya podido ocurrir realmente. Si la falsedad de su testimonio fuera más milagrosa que el acontecimiento que relata, entonces, y no antes, puede pretender obtener para sí mi creencia y opinión». Karl Marx Marx analizó sociológicamente el fenómeno de la religión. Para él, la religión tiene una función social clara: es el opio del pueblo. La religión enajena al ser humano y lo desmoviliza. Lo primero, porque lo mantiene en un más allá que nunca llega, y lo segundo, porque desactiva cualquier oposición política al situar la recompensa en el cielo. Con la religión la sociedad se evade y esto favorece al status quo. Ludwig Feuerbach Para este filósofo, los seres humanos hemos creado a Dios a nuestra imagen y semejanza. De la aspiración a la perfección y a una vida sin dolor hemos creado un Dios que represente estos anhelos. La creencia en la existencia de Dios es, en el fondo, una creencia en el ser humano. Pero una creencia incompleta, porque en la medida que uno cree en Dios como Ser superior, niega al ser humano. Friedrich Nietzsche En La gaya ciencia, de 1882, Nietzsche pronuncia su famosa frase «Dios ha muerto». Para Nietzsche, Dios representa los valores de toda una civilización: la Verdad y el Bien. Estos valores ya no se sostienen y la sociedad europea se muestra decadente en un ambiente profundamente nihilista. La moral cristiana, heredera del platonismo y su desprecio por el cuerpo, es una moral decadente que impide todo el potencial de la vida. Será el superhombre, dice Nietzsche, el que rechace toda moral heredada y cree sus propios valores, el que sea un artista con una capacidad creadora tan grande que pueda darse sus propias tablas de Moisés.

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