miércoles, 8 de enero de 2025

Antología de la nueva poesía negra y malgache en lengua francesa Léopold Sédar Senghor

https://ultramarinoseditorial.com/portfolio-items/leopold-sedar-senghor-antologia-de-la-nueva-poesia-negra-y-malgache-en-lengua-francesa/ Una poeta cambia la bombilla que se ha fundido, igual que la cambiarían un pastor o una ingeniera: calculan el tipo, bajan a la tienda, se suben a un taburete, desenroscan y enroscan, hágase la luz. Después de comer un poeta sacude el mantel y barre la cocina, y los gestos son los mismos que los de los gremios de la abogacía o la mampostería. Es más: quizá la poeta que cambia la bombilla escriba su poema antes o después de alimentar al rebaño, antes o después de sumar una cifra para que encaje en el proyecto, y quizá el poeta que recoge la mesa se sentará a ella para preparar un juicio, o descansará un rato en el sofá, porque estar en casa significa un día libre. Poeta, y a la vez pastor e ingeniera y abogada y albañil. Aunque los poemas ocupen el centro de nuestra vida, por mucho que las ideas surjan cuando menos se esperan, el alquiler y la cesta de la compra y la factura de la luz no se pagan con versos. Marianne Moore se estableció desde joven como escritora profesional, y en los años cincuenta recibió un encargo peculiar: buscar nombre para el nuevo modelo de la marca automovilística Ford. Rechazaron todas sus propuestas —nuestras favoritas: Hurricane Accipter, The Arc-en-Ciel—, pero el karma actuó: el coche fracasó. Llama la atención la cifra elevada de poetas en servicio diplomático: de Juan Boscán o Ludovico Ariosto a Saint-John Perse, Yorgos Seferis o Rosario Castellanos. Se cuenta que Aphra Behn trabajó como espía. Juan de Mena proyectó la política gubernamental de Juan II en Laberinto de fortuna. Las cortes de Aragón y Castilla, de Provenza, de las casas diversas italianas, de los reinos árabes, de las dinastías de China y de Corea y de Japón: poetas por todas partes, canta que te canta. ¿Poetas-soldado? La lírica castellana cuenta con un batallón. Buena parte de los autores de la mítica Antología de la nueva poesía negra y malgache en lengua francesa de Léopold Sédar Senghor —en castellano la publicó Ultramarinos, con traducción de Martha Asunción Alonso—, ocuparon altos cargos en sus países; el propio Senghor presidió Senegal durante dos décadas. Enheduanna, la primera persona en firmar un texto y marcar su autoría, se anticipó también en su empleo: suma sacerdotisa del templo de Nannar, lo que implicaba cuestiones espirituales y la gestión —económica, legislativa, social— de una ciudad dentro de la ciudad de Ur.

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