viernes, 30 de mayo de 2025

Proust, novela familiar Laure Murat Un homenaje magistral a Marcel Proust y al poder liberador de la literatura.

https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/proust-novela-familiar/9788433929624/PN_1148 La historiadora, crítica de arte y profesora francesa Laure Murat puede que se hiciera también esta pregunta, mientras leía a Proust. Ese autor tan reivindicado por las clases altas de la cultura y la literatura dedicó centenares de páginas a retratar la decadencia de la aristocracia, el declive de su poder social y político, y la rigidez de sus costumbres frente a un mundo en cambio. Para entender que la aristocracia se ejecuta con una performance impoluta, Murat evoca en Proust, novela familiar -y en catalán Proust, novel·la familiar-, el famoso análisis de Sartre en El ser y la nada, donde describe el baile profesional del camarero de un café que tiene como objetivo demostrar que cumple bien con su cometido. «Todo su comportamiento nos parece un juego», afirma Sartre, «pero ¿a qué está jugando? No hace falta observarlo mucho tiempo para caer en la cuenta: está jugando a ser camarero». Al igual que el camarero, nos dice Murat, el aristócrata juega a lo mismo, pero mientras que el camarero termina su turno, se quita el delantal y vuelve a su vida normal, el aristócrata actuará como un aristócrata «incluso mientras duerme». ¿Quién podría soportar esa ficción permanente, esa condena a no cambiar nunca de papel? El ejercicio de Murat dialoga con Guerriero e incluso con la pregunta pícara de Beccacece porque ella también utiliza la literatura para entender. Para entender, por ejemplo, el silencio que necesita la familia para existir, para operar sin fallas: «La familia, ya sea o no aristócrata, no excluye a nadie mientras las cosas no se digan». Murat hace referencia al momento en que su homosexualidad es negada por su propia familia, después de haber roto el silencio y la impostura que las instituciones familiares y aristocráticas le exigían para una convivencia pulcra y sin conflictos. «Es la postrer y perversa victoria de la sociedad y sus instituciones: prolongar la ley del si­lencio incluso cuando hay una aceptación aparente, o más bien supeditar la tolerancia a la persistencia del mutismo impuesto». Es leyendo a Proust que la escritora descubre la verdad sobre sus orígenes y la literatura se le presenta mucho más «exacta e irrefragable que la Historia». La búsqueda de Beccacece de aquellos que escribirán sobre los ricos y los poderosos redobla su intensidad con la literatura de Murat: ¿y si los mismos ricos son incapaces de entenderse? ¿Y si la literatura es, al final, una herramienta para desarmar sus ficciones?

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