La influencia del budismo en el idioma chino
El budismo se difundió y propagó rápidamente durante la época de la dinastía Han Occidental (25-220). Desde entonces, ha influenciado notablemente la cultura china en los campos de la literatura, la historia, la filosofía y el arte. En el léxico chino hay unas quinientas palabras de origen budista, como por ejemplo las palabras y expresiones: mundo, cambiante, tierra pura, impecable, “todo el mundo es afortunado”.
Los orígenes del budismo se remontan al siglo VI a.C., a Kapilavastu, la capital del clan de los Sakya, en India, donde nacería el futuro Buda Siddharta Gautama. Este jefe espiritual, conocido bajo el nombre de Sakyamuni, prodigó, a raíz de su despertar, unas enseñanzas a sus discípulos durante toda su vida. La evolución de la lengua china y la riqueza de su vocabulario le deben mucho al budismo. Dicha influencia se encuentra tanto en la creación de los caracteres, el vocabulario o los chengyu (expresiones de cuatro caracteres), como en la lengua corriente. Zhao Puchu, presidente de la Asociación Budista de China, afirma: “Sin la cultura budista, me temo que el campo léxico de la lengua china nunca se hubiera desarrollado verdaderamente”.
Tomemos como ejemplo un carácter que tenga su origen en un término budista. La estupa –término sánscrito– es un tipo de arquitectura religiosa budista presente en India. Durante la dinastía Jin Occidental (316-420), fueron traducidos al chino los textos de los sutras budistas, por lo que fue necesario crear un carácter para describir la estupa, un monumento conmemorativo de la muerte de Buda (parinirvana), ya que este carácter no existía en chino. Es en este contexto donde se creó el carácter 塔 (tǎ) compuesto por el radical de tierra 土 en la parte izquierda, que hace referencia al dominio arquitectónico y a la derecha se sitúa el elemento fonético 荅 (dá).
En el léxico chino hay unas quinientas palabras de origen budista, como por ejemplo las palabras y expresiones: mundo, cambiante, tierra pura, impecable, “todo el mundo es afortunado”. Estos términos que hacen referencia en su mayor parte a nociones de sabiduría y vitalidad, han permitido hacer evolucionar la lengua china y ampliar el espectro de la expresión lingüística. He aquí algunos ejemplos:
El término “mundo” (世界, shìjiè) aparece en el Sutra Shurangama. Shi hace referencia al tiempo y jie al espacio. El término budista shijie hace referencia al universo. Shijie se refiere al mundo tal como está representado en la cosmología tibetana con el monte Kailash (monte Sumeru) situado en el centro del mundo, los cuatro continentes están situados entre tierra y océano con, en su centro, los Siete Montes y los Ocho Mares. El término xiao qian shijie (小千世界) significa “mil pequeños mundos”. Mil veces “mil pequeños mundos”, se describe mediante el término zhong qian shijie (中千世界) “mil mundos medianos”. Mil veces “mil mundos medianos” son descritos con el término “mil grandes mundos” (大千世界, Dàqiān shìjiè). Es el principio de tres veces mil mundos en un instante de vida. La actual palabra shijie hace referencia a la noción de espacio.
Wuchang (无常) es un término budista que significa que todo en este mundo –cosa o pensamiento– es provisional, cambiante. Presenta la idea de que todo es transitorio en el universo -la vida o cualquier otro fenómeno. Nada es estático. Cualquiera que sufra un trastorno dirá: “he aquí la variabilidad de los asuntos del mundo” (世事无常, shìshì wúcháng).
La “tierra pura” (净土, jìngtǔ) designaba originalmente “el universo occidental de la beatitud de Buda”, lugar desprovisto de imperfecciones espirituales y materiales donde residen Buda y los Boddhisattvas. Actualmente, el término designa un lugar limpio, exento de polución.
La expresión “todo el mundo es afortunado” (皆大欢喜, jiēdàhuānxǐ) se utiliza al final de los sutras budistas para evocar la suerte de la asamblea y así escuchar las palabras de Buda. “Ananda y la asamblea de Boddhisattvas escucharon las palabras de Buda y fueron muy afortunados, le fueron fieles y lo siguieron” (一切大众,问佛所说,皆大欢喜,信受奉行). Actualmente, la expresión jiedahuanxi significa que todo el mundo está contento y satisfecho.
Yichen buran (一尘不染) es un término budista que designa a aquel que no está contaminado por la polución espiritual, y por lo tanto su corazón es puro. Hoy en día esta metáfora hace referencia a una persona casta.
Entre el vocabulario corriente chino, encontramos numerosos chengyu con origen budista. Por ejemplo, la expresión “tener una visión parcial de las cosas” (盲人摸象, mángrénmōxiàng), que encontramos en el Sutra de Nirvana, designa a las personas invidentes que palpan un elefante sin comprender que se trata en realidad de un animal –su visión del ente está falseada porque solo tienen en cuenta una parte del todo–. La expresión “deseo personal” (一厢情愿, yīxiāngqíngyuàn) aparece en el Sutra de las grandes parábolas. Ella relata la historia de un hombre imbécil que se enamora de una princesa. Esta parábola exprime la idea de confundir los deseos con la realidad.
Integrados directamente en el vocabulario chino, estos términos budistas han incrementado las posibilidades de expresión de la lengua. El budismo considera que hay un lazo de causalidad en todas las cosas. No hay ente en el mundo que perdure por sí mismo, sin apoyarse en otros. Todo influye en todo. Todo tiene una consecuencia. Este lazo de causalidad es infinito. El lazo de causa y consecuencia se encuentra en la lexicología china en expresiones como: “recogemos lo que cosechamos” (自食其果, zìshíqíguǒ), “los malvados siempre acaban por ser castigados” (遭报应, zāo bàoyìng) o “el bien se recompensa con el bien, el mal con el mal” (善有善报,恶有恶报,shànyǒushànbào, èyǒuèbào).
Asimismo, encontramos la noción budista Samsara. La expresión “tres vidas afortunadas” –vida pasada, presente y futura– (三生有幸) sānshēngyǒuxìng) se utiliza con frecuencia para hablar de un encuentro fortuito y agradable con alguien especialmente bueno o en ocasión de un acontecimiento afortunado. En caso de mala suerte, la expresión “da igual, le debía algo en mi vida anterior” (算了,上辈子欠了他的) cobra sentido. Ante un compromiso es frecuente escuchar los votos de amor eterno “contigo, por todas las vidas que vendrán” (生生世世和你在一起).
La noción budista de destino es bastante abstracta y corresponde a un lazo que une a ciertas personas. Un lazo que hace que dos personas vivan a diez mil kilómetros de distancia, se reencuentren si ese es su destino. Un lazo que hace que dos personas que viven en un mismo lugar no lleguen a reencontrarse jamás si no es su destino. En el momento de un reencuentro, se utiliza con frecuencia el término “afinidad predestinada” (有缘, yǒuyuán). Se considera que “los recién casados están unidos para tres vidas” (缘定三生, yuándìngsānshēng).
La expresión kou tou chan (口头禅) tiene su origen en el budismo Zen. Al principio designaba el lenguaje que uno usa sin pensar en su significado.La expresión ha evolucionado hasta nuestros días y ha adquirido el significado de “muletilla”, una frase que se utiliza consciente o inconscientemente.
Además, numerosas palabras cultas han entrado en la lengua común. Ante una situación de sorpresa, una persona exclamará de esta manera: “¡Que Boddhisattva me proteja!”, “¡Que Guan Yin me proteja!” o ¡Que Amitabha me proteja!”.
Estas expresiones de origen budista que penetraron en el lenguaje común, confirman que una cultura nunca se desarrolla por sí sola. Es a través de otras culturas cuando crece, gracias a los intercambios, a la comunicación y a la mezcla. Y sobre esta base se construye la lengua.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 31. Volumen IV. Julio de 2015.
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