México y Brasil valoran a la ciencia pero escepticismo crece
Desafíos pendientes: humanizar la ciencia, acortar desigualdades de acceso y comunicarla mejor
Para los ciudadanos de Brasil y México la investigación científica es importante y tienen una imagen positiva sobre esta, pero también cierto grado de escepticismo y desconfianza, según una encuesta sobre la percepción pública de la ciencia y la tecnología realizada en ambos países.
La encuesta “Estado de la Ciencia en el Mundo” (State of Science Index), auspiciada por la empresa 3M y elaborada por la consultora Ipsos, entrevistó a 14.025 adultos de 14 países a lo largo de 2018. Además de Brasil y México en América Latina, participaron Canadá, China, Alemania, India, Japón, Polonia, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Reino Unido y Estados Unidos.
Un 74 por ciento de brasileños y mexicanos encuestados por 3M considera que la ciencia es muy importante para la sociedad, y su imagen positiva ronda el 60 por ciento.
La percepción positiva coincide con resultados de otras dos encuestas publicadas este año, la del “Wellcome Global Monitor”, auspiciada por la Wellcome Trust de Reino Unido, y la realizada por el gobierno brasileño, y también con la última edición de la encuesta sobre percepción de la ciencia en México, publicada en 2017.
“En la mayoría de los países latinoamericanos el interés por los temas de ciencia es elevado, en comparación con países europeos”, dice Yurij Castelfranchi, investigador de la Universidad Federal de Minas Gerais, en Brasil.
Sin embargo, los datos del estudio de 3M también apuntan a un crecimiento del escepticismo en todos los países (35 por ciento) en comparación con la edición de 2018. Asimismo, más del 50 por ciento de mexicanos y brasileños confía en los científicos, pero la mitad de los encuestados los consideran “elitistas”.
La encuesta brasileña y la realizada por 3M difieren en cuanto a la percepción de beneficios versus riesgos. Mientras que 73 por ciento de los brasileños creen que hay más beneficios que riesgos en la ciencia, 43 por ciento de los brasileños y mexicanos consultados por 3M creen que ambos aspectos son igualmente relevantes.
“¿Cómo se puede ser escéptico, pero a la vez optimista? El mexicano es escéptico porque no conoce de ciencia, pero optimista porque cree que la ciencia va a solucionar los grandes problemas que tenemos en el mundo”, sostuvo el director de 3M México, José Varela, durante la presentación de los resultados del estudio para este país, a fines de agosto en la Ciudad de México.
Yurij Castelfranchi, quien participó como consultor de la encuesta brasileña, considera que la desconfianza y el escepticismo señalados por estudios como el de 3M podrían estar siendo mal interpretados, ya que al ahondar más en las actitudes de los ciudadanos según el cruce de información con el uso de modelos estadísticos, se obtiene una conclusión distinta.
“Por ejemplo, cuando le preguntas a la gente si cree que la ciencia resuelve algunos problemas pero crea otros, o que tiene beneficios pero también riesgos, los modelos estadísticos muestran que esta variable no indica desconfianza en la ciencia o escepticismo, sino un cierto pragmatismo realista de las condiciones en que el conocimiento se usa en nuestros países”, explica a SciDev.Net.
Castelfranchi añade que la desconfianza probablemente esté más relacionada con el uso político de los conocimientos, de quiénes son los dueños del conocimiento, y no sobre la ciencia en sí. Esto explicaría por qué los niveles de interés y apoyo generalizado prevalecen entre los encuestados, incluyendo el pedido de mayores presupuestos para el sector.
Los resultados del estudio de 3M son un ejemplo de ello, pues 56 por ciento de mexicanos y brasileños consideran que la ciencia tiene suficientes buenos resultados como para confiar en ella. Su escepticismo se debería, en todo caso, a la naturaleza personal de cuestionamiento y a la percepción de que “los científicos tienen muchas opiniones encontradas” (34 y 32 por ciento respectivamente).
Varela considera que existe un desafío pendiente para “humanizar la ciencia” y lograr un mayor acercamiento y apoyo de la ciudadanía a la ciencia.
“En 3M pensamos que la comunicación es un aliado vital para incentivar el interés por la ciencia en las personas. Queremos crear una conversación sobre la ciencia que hable de ella de una manera más humana y cercana, para que la gente pueda entender el impacto de la ciencia en sus vidas y así, inspirar a las personas a aprender más”, dice a SciDev.Net.
Las distintas encuestas coinciden en que existe un alto interés entre los ciudadanos por informarse y conocer más sobre las investigaciones científicas, pero distintos factores impiden un mayor acceso a ésta. El estudio de 3M identifica una falta de empatía de los ciudadanos con la forma en que se comunica la ciencia, mientras que la investigación brasileña apunta a la baja escolaridad y el nivel socioeconómico.
“Lo que emerge de nuestros datos de 30 años es que lo que marca a nuestra región en general y a Brasil en particular, es la extraordinaria desigualdad en el interés, apropiación, conocimiento, fuente de información usada, principalmente en función del nivel socioeconómico y de escolaridad y acceso a servicios. Hay mucha diferencia entre el interés de individuos que viven en zonas marginadas y el de la clase alta”, dice Castelfranchi.
Este tipo encuestas deben tomarse como un indicador general de lo que piensa la población sobre la ciencia y deberían ser de gran interés para instituciones y para la población en general, comenta a SciDev.Net John Besley, investigador especializado en opinión pública sobre CyT de la Universidad Estatal de Michigan, en Estados Unidos.
Pero si bien los 3 estudios mencionados son de buena calidad, agrega, “es importante no tomar ninguna encuesta como ‘el evangelio’, [sino] mirar los patrones generales y las diferencias entre las encuestas y no quedarse atrapado en un porcentaje dado”, concluye.
Varela confirmó que 3M realizará otro estudio de percepción en el 2020, y que están evaluando la posibilidad de incluir a más países en la próxima edición.
Fuente: scidev.net
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