viernes, 16 de octubre de 2020

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS© by Víctor Norberto Cerasale Morteo©





CONVERSACIONES
ESTÚPIDAS
©

Todo eso que
pensamos y evitamos decir por miedo al ridículo… por miedo a que el
interlocutor no entienda el mensaje de fondo (tampoco el superficial)… por
miedo a ser agredido por la necedad del otro… simplemente por el miedo a quedar
en evidencia de la incomprensión ajena, siempre dispuesta a descalificar por el
sólo beneficio de evitar “darse cuenta”… de eso se trata, conversaciones con el
“uno mismo”… conversaciones con el silencio del alma y en la soledad del
espíritu… ése momento cuando ya te diste cuenta que estás solo y que, librado a
tu suerte, dependes de vos mismo para existir por un instante, ya que la vida
no es más que un destello que se esfuma antes que tomes consciencia que
estuviste “presente” en un espacio-tiempo al que ni siquiera perteneces…
¿Orden?, no
hay un orden… o mejor dicho, el único orden que existe es el “universal” que
deviene de la creación… el hombre no entiende la “creación”, por consiguiente
tampoco entiende el orden universal… no mide lo que significa intervenir en el
orden universal… no entiende lo que implica “meter el dedo” donde no te llaman…
no entiende que los recursos universales son intocables… no entiende que los
meteoritos ocupan un espacio que a su vez guarda un sentido… no entiende el
valor de los planetas pero tampoco entiende el valor de sus satélites, y ni qué
hablar de la significancia de las estrellas… de allí que no comprende la luz y
mucho menos sus sombras, de allí que no comprende la oscuridad y mucho menos
sus grados… para el hombre el universo es un compuesto utilitario que está allí
para ser depredado, sin tomar consciencia que la vida como tal, no necesita ser
visible a los ojos humanos para tener entidad… entonces, el universo está pleno
de vida, rebosante de ella… en muchas formas, en muchas dimensiones, en
distintas vibraciones, con diferentes ecos, con variadas valencias, de forma
que la vida es un paralelo eterno en una simultaneidad de “paralelos” que no
tiene fin… ni principio…
Venir de la
eternidad es ir hacia ella, indefectiblemente…
La minería
espacial que propone el neoliberalismo a ultranza, conducirá a la humanidad a
una tragedia sin precedentes, una tragedia de la que no habrá regreso, una
tragedia que consumirá a la raza humana y la dejará sin futuro, sin mañana
necesario, sin descendencia, sin hijos y sin padres, por ende sin la
posibilidad de un destino escrito en el libro de la vida o inscripto en el
árbol de la vida… ante semejante calamidad, el ser humano debe saber que el
universo habitado es intocable, siendo concedido a cada posibilidad de “ser” y
“estar” dentro de un orden que para ése mismo hombre es inalcanzable… por lo
que es necesario ser consciente que el “orden universal”, siempre se ordena a
sí mismo, prescindente de cualquier intento de intervención… y que cualquier
intervención que no provenga de dicho orden supremo, siempre dará como
consecuencia hechos dolorosos para quien lo intente…
De hecho, la
Tierra se ordena a sí misma… ya que se trata de un ser vivo cuya existencia
depende de un sí mismo que forma parte de aquel orden universal intocable… de
hecho, la Tierra existía antes de los humanos y se ordenaba a sí misma antes de
ellos, cosa que seguirá sucediendo cuando la humanidad ya no exista… vale la
pena aclarar que la humanidad está a punto de llevarse una sorpresa
inimaginable… la de quedarse sin suelo… la de quedarse sin aire… la de quedarse
sin agua… la de quedarse sin cielo… la de quedarse sin fuego… esto es, regresar
al estado pendiente, ése limbo donde nada se resuelve, donde las preguntas
flotan y donde las respuestas jamás se encuentran… luego, no digas que no te lo
dije… más tarde no digas que no te avisé… ten presente que lo pronunciado
permanece y viaja por el espacio al modo de un cometa, diseminando el mensaje
para que alguien lo tome y se dé cuenta, antes que sea demasiado tarde…
El demasiado
tarde es el momento del no regreso… cuando ya no hay posibilidades de volver
atrás… cuando el árbol no se puede volver a parar… cuando el bosque se
transforma en sabana… cuando el río se seca… cuando el mar se evapora y deja a
la vista la desidia de los micro-plásticos sembrados por miles de millones por
el sólo sentido de un negocio sin sentido… he allí el precio… cuando te ves
impedido de tener un cuerpo para trascender un destino, porque a otro se le
ocurrió la necesidad de ser más que su prójimo, impulsado por la avaricia, por
la codicia, y sobre todo por la angurria… el hambre de poseer cualquier cosa
que te haga distinto al otro, superior… ocurrió con todos los imperios, ocurrió
con el África esclavizada, ocurrió con la América exterminada, ocurrió con el
Asia saqueada, aconteció con el colonialismo propio de los reinos de los
atropellos… donde unos pocos dominaban a los muchos a efectos de someterlos
para satisfacer sus necesidades, asumiéndose dioses de un momento, sin darse
cuenta que son tan mortales como los mortales, sin darse cuenta que todo lo que
acumulan quedará a manos de almas incapaces de conferir valor a lo tangible que
viene de otros esfuerzos y distintas voluntades… es implacablemente así, mal
que le pese a quien sea…
Creo en la
tribu, sí… no creo en los imperios… creo en la comunidad, sí… no creo en el
colonialismo… creo en el sentido de pertenencia, sí… pero el suelo donde se
nace es sagrado… tan sagrado como el suelo donde se muere… porque la vida no
existe y la muerte tampoco… somos antes de ser, estamos antes de estar…
entonces somos después de ser, entonces somos después de estar… siempre…
No
atraviesas la vida… no navegas la vida… la vida tiene entidad propia y te
atraviesa mientras tu intentas interpretar sus señales… la vida es un océano
donde aprendes a ser timonel de tu propia barcaza, una barcaza que no es otra
cosa que tu propia alma… el sí mismo indivisible…

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