El mundo está roto… el planeta Tierra está en quiebra… el mundo humano está destruido… algunos creen que no… algunos entienden que no… algunos asumen que no es cierto… algunos se niegan a ver las evidencias… pero la realidad indica que el mundo en el que viven los humanos, está roto… las evidencias sobran, aunque se nieguen… en primer término se destaca una violencia social sin límites, incontenible, propia de una generación de gentes brutas, sin educación, sin formación, atrapadas por mucho alcohol, consumidas por las drogas, sumergidas en el laberinto de los facilismos, gentes que no hacen nada por nadie, ni siquiera por ellos mismos, que todo lo justifican y que apelan a cualquier excusa para huir de las responsabilidades inherentes al ser, al estar, al ocupar un espacio… demandan derechos pero rehúyen de las obligaciones… no leen… no estudian… no trabajan… y su vida se resume a comer, cagar, tener sexo, y dormir, no más que eso… luego hablan sin poder articular un sujeto con un predicado… luego hablan del yo, de un yo vacío, un ego que no produce nada pero que emite sonidos semejantes a una estática multiplicada que se torna indescifrable… es un ruido inaudible e inentendible… un ruido que sale de las bocas y también se convierte en supuesta música… un ruido que se repite en boliches donde los cuerpos se desencajan al ritmo de las borracheras y de los estupefacientes, para fabricar guerras tribales donde nadie sabe en qué momento se desatan los conflictos… los conflictos permanecen latentes en el inconsciente colectivo y se desatan cuando el caldo de cultivo hierve en los estados de inconsciencia… creer que eso no afecta a la descendencia es parte de la estupidez humana… no ser consciente de ello también es parte de la estupidez humana, pero desde luego, no es lo único… ya que si no hay consciencia para lo “micro”, tampoco la habrá para lo “macro”, abriendo un sinfín de posibilidades de estados de caos a escala social… léase, ya hay un par de generaciones incapaces de medir las consecuencias de sus actos, y a su vez, ya hay al menos cuatro generaciones de algunos sectores sociales que sobreviven en peores condiciones de las que existían en la supuesta y mal llamada edad de piedra… gentes que no sólo no tienen un techo para cobijarse, sino que no tienen acceso a mínimos servicios que le proporcionen una vida digna frente a ellos mismos, ni qué hablar de los otros… el mundo está roto porque hay miles de millones de seres humanos empobrecidos intencionalmente por el “sistema”, para beneficio de un puñado de oportunistas propietarios del imperio, un imperio que tiene varios modelos y varios rostros, un imperio que tiene que ver más con el alma que con sus colonias… una película que reproduce lo peor de la miseria humana, una miseria humana donde sobran egos, pero faltan almas… una miseria humana donde se hace culto al desprecio, pero falta espíritu… una miseria humana donde se niega lo evidente, pero no hay consciencia que asuma el dolor ajeno… una miseria humana que antepone el ego a la solidaridad… una miseria humana que encumbra el ego por sobre la misericordia… una miseria humana que enaltece la perversión por sobre la compasión… una miseria humana que construye a partir de los daños colaterales ejercidos sobre los desposeídos, sobre los despojados, sobre los olvidados y sobre los negados, sobre todo, sobre los desplazados, cuyo número ya ni cuenta, porque no hay cómo mensurarlos… pero la pobreza representa sólo uno de los males del planeta roto… enseñando que la miseria humana que domina todos los rincones es apenas una parte del problema que aqueja a la humanidad como un todo… pero el problema de la miseria humana sumado al de la estupidez humana, es que está dejando a la humanidad sin planeta, tema no menor a la hora de las consideraciones… además, esa misma humanidad, al quedarse sin planeta para nacer y para morir, se está quedando sin la posibilidad de un mañana, de un futuro, de uno o varios sueños, de una o varias ilusiones, dejando abierta la posibilidad a que no haya futuras generaciones, sino un simple y atroz vacío… desde luego, nadie piensa en dicho vacío, ni aun viendo imágenes del planeta Marte, que hoy llegan a la Tierra en vivo y en directo… Marte queda lejos, se piensa… de los demás planetas se sabe poco, y a pesar de los dimes y los diretes, nadie cree que haya vida, al menos no como la humana, capaz de destrozar todo lo que toca, capaz de producir remolinos donde todo estaba quieto, capaz de secar los oasis y de arrasar con los mares… desde luego, nadie cree en la teoría de los huecos, porque ve que los humanos siguen naciendo, a las patadas, pero lo siguen haciendo… mientras tanto, como ya te he dicho, siempre se mueren los otros, así es que mientras haya un espacio para ocupar, “yo estaré allí”, piensan y dicen… mientras algunos nacen… mientras otros se mueren… el imperio se rige por las conveniencias de pocos, que son cada vez menos… para ese mismo imperio, todas son colonias, en mayor o menor medida, pero lo son… para ese mismo imperio, todo se resume a un “úsese y tírese” que incluye al todo, esto a los seres humanos, también… entonces van por los recursos como van por las monedas… muchas monedas auguran un gran poder y cuantas más monedas, mayor es el poder disponible para saltear cualquier orden y transformarlo rápidamente en caos… ese es el mundo humano, y esa es la Tierra… ojos ajenos miran azorados, pero no intervienen salvo en honrosas excepciones… ¿Dios?... no anda por estos lares, está muy ocupado ordenando el universo, o los universos, o la dimensión, o las dimensiones, y los humanos ya tienen a sus ángeles, si ellos no hacen su trabajo, ¿quién?... la realidad indica que dos tercios de la humanidad transitan sus vidas de manera indigna, pero eso, querido amigo, a nadie le importa, ya que nadie está en capacidad de modificar el curso de la historia, y la historia se mueve por propias cargas, esto es que tiene vida propia y por lo tanto, genera sus propios acomodamientos… indefectiblemente, lo que no se acomoda se pierde por el camino… indefectiblemente, muchos esfuerzos son en vano… indefectiblemente, muchas vidas se pierden en un maremágnum de mareas y remolinos que todo lo atrapan y todo lo consumen… dado que eso no se valora, simplemente se pierde y nadie repara en ello, ya que está ocupado tratando de sobrevivir… creyendo que la vida es lo que se ve y sobre todo, lo que se tiene… si se tiene mucho, se vive… si no se tiene nada, se sobrevive… eso está en el inconsciente colectivo y se vive en consecuencia… algunos se dedican a tener, a acumular, a juntar, a saquear para tener más, porque eso satisface su ego y les permite alardear sobre sus posesiones… el poder es algo semejante a un enfermedad infecciosa, cuánto más poder se tiene, más infectado se está… y el poder se ejerce desde la ostentación y el desprecio… de allí que haya un divorcio entre sociedad y estado ausente… de allí que haya un divorcio entre la mayoría de la humanidad y las corporaciones… la distancia se ha transformado en un abismo y los que tienen el poder no ven más allá de sus narices, así como no escuchan los clamores, así como aprecian la mugre, así como no tienen en cuenta la basura que emerge de sus manos… el poder, así como el ego, sirven para evitar hacerse cargo… hacerse cargo implica asumir responsabilidades, y eso no está en los planes del poder, tampoco en los planes del ego, de los egos, de las vanidades, de las soberbias… el poder tiene satélites y dichos satélites viven del poder, por lo tanto unos se nutren de los otros, de esa manera hay una porción de la humanidad que se adhiere a sus comodidades y a sus bienestares, desconociendo lo que sucede debajo… es algo semejante a un mundo dentro de otro mundo… es algo semejante a una humanidad empoderada viviendo rodeada por una humanidad desgraciada… el poder está en manos de pocos, tan pocos que son escasos… el verdadero poder está en manos de un puñado de familias que tienen la vaca atada… los satélites del poder son unos cuantos, pero cuando se los cuenta, resultan no ser tantos… y su número no alcanza a representar un cuarto de la humanidad viviente, siendo que, en la práctica, se trata de muchos menos… quiere decir que el resto está librado a su suerte… siendo que no hay suerte en sus destinos, porque no la hay en sus karmas, porque tampoco la hay en sus esencias… tratándose de gentes que buscan desesperadamente a Dios, en alguna parte, y no lo encuentran… o al menos, no tienen las respuestas que reclaman… acuden a imágenes que no les proveen de devolución alguna… acuden a templos donde sólo encuentran un poco de paz momentánea que se consume inmediatamente, cuando regresan a sus habitualidades, cuando vuelven a la calle, cuando retornan a sus rutinas… entonces, se acostumbran a sobrevivir en un día a día que se torna una carga, porque ahora se respira, se mira, se oye, pero se desconoce qué sucederá en el minuto siguiente, y eso atormenta, y la frustración se vuelve cotidiana, y la decepción se vuelve una constante… la sensación es rara pero se repite donde hay un ser humano dispuesto a vivir… la distancia entre estos seres humanos y los que ostentan el poder, es equivalente a un universo… unos pocos viven en una isla, y los muchos lo hacen en continentes arrasados…
Pero el poder no sólo está focalizado en hacerle la vida imposible a los seres humanos… van por más… van por cualquier recurso que les proporcione monedas, dineros, y más poder… entonces es fácilmente observable, cómo el planeta se seca… cómo el planeta se inunda… cómo las tormentas inusitadas aparecen y desaparecen sin que nadie atine siquiera a anunciarlas… cómo los volcanes se activan y arrojan toneladas de lavas que todo lo devoran… cómo los ríos se agotan… cómo las lagunas se consumen… cómo los lagos se ensucian y se contaminan… cómo los polos se derriten… cómo las rocas se desprenden… cómo se originan tsunamis… cómo se diseminan los huracanes, los tifones y las trombas marinas… y todo en un abrir y cerrar de ojos… dejando a miles de desabrigados de los que nadie se ocupa… rápidamente olvidados por los estados ausentes… para ser negados luego y quedar en la indigencia, después… esa historia se repite en todos los ángulos de la Tierra… esa historia la transitan miles de millones de seres humanos que asisten azorados a una tragedia bíblica de la que son parte, pero que nadie tiene en cuenta y de la que nadie escribe… en medio de ello, incendios espontáneos arrasan con las realidades de otros despojados, y junto con ello se van bosques, selvas, montes, especies animales, y desde luego, también recursos que no se reconstruyen de manera espontánea… una vez más, en el medio de ello, matar un animal por mero placer, no sólo no salva, sino que conforma un ego deformado por la perversión… el animal no tiene alternativa y el ego se regocija hasta que necesita ir por más… entonces, esos egos, juntan destrucción así como juntan muerte… y creer que nada los alcanza es propio de la estupidez humana… porque un día la tragedia te llega… porque un día la tragedia te alcanza… y si aún así no reconoces tus hechos, es justamente porque el ego te ha vaciado el alma…
La Tierra se está cocinando, pero ya no lo hace a fuego lento, sino que alguien a atizado las brasas y el aire hierve… las aguas hierven… los suelos hierven… y nada bueno puede salir de ello… mal que le pese al poder desenfrenado… mientras tanto la humanidad asiste, sin ser consciente de ello, a su propia extinción… una extinción que se fabricó desde el siglo XX hacia adelante gracias a los auspicios del imperio en cualquiera de sus formas y estadios… y está claro que el imperio no tiene alma y le sobra ego… y está claro que el imperio desconoce el espíritu y desborda en egos… y está claro que el imperio carece de consciencia, por lo tanto hace ostentación de poder a partir de la condena de los otros… así el planeta Tierra está llegando a un fin que obligará a la creación a repensar la vida, repensar las especies, y desde luego, repensar al propio humano, ya que luego de la extinción, nada volverá a ser igual y en el lugar de la Tierra, nacerá otra Tierra muy distinta a la conocida… con una humanidad legitimada desde el esfuerzo y la voluntad de querer ser por un tiempo efímero… dicho tiempo efímero depende de un Sol, de muchos planetas, de muchos satélites (naturales), de muchos astros que orbitan el espacio desconocido, y sobre todo depende de la magia de los saltos cuánticos… una magia que impone el que “todo puede ser”… una magia que impone el que “todo puede suceder”… una magia que indica que nada es eterno de este lado y que el cambio es dinámico, tanto que hay que acostumbrarse a él, siempre…
Mientras tanto, nada de lo que está sucediendo es casual, antes bien es causal… una causa lleva a una consecuencia y esa se transforma en otra causa que dará origen a nuevas consecuencias, en una sucesión de múltiplos que se torna inalcanzable para cualquier mente, a tal punto, que ya nadie sabe identificar la causa original, y mucho menos, sus consecuencias… pero la Tierra, como entidad planetaria, está padeciendo un dramático efecto dominó, donde la piezas van cayendo una tras otra, generando efectos impensados e irreversibles, efectos que conducen a transformaciones que van modificando todo lo conocido, para volverlo completamente desconocido… dicha sucesión es aberrante, pero el poder le resta importancia, mientras que los mortales (pobres, marginados, indigentes, desplazados, despojados) están incapacitados de tener alguna reacción, por otra parte, el activismo no resuelve los problemas del fondo y estos se siguen encadenando de cara a un futuro trágico… sin perder de vista que así como el poder niega la realidad para construir un relato a su medida, de la misma forma, no pocos humanos insisten en que aquí no pasa nada y todo siempre fue igual, esto es que no hay tal cambio climático, y que lo que se transita es una alteración de órdenes sin importancia… todo eso, mientras la Tierra se retuerce y las evidencias abundan para quien quiera verlas, para quien quiera entenderlas, para quien quiera asumirlas… sucede que aquellos que sí se dan cuenta, no tienen ni voz ni voto, así es que sus reclamos van a parar al aire y el viento se los lleva, desvaneciendo cualquier queja… podría decirse que la Tierra está atrapada, pero en verdad no es la Tierra quien lo está, sino el ser humano en sus desidias… un mundo dominado por los egos, y almas sometidas a ellos… así están las cosas…
cuando la Tierra se libre de los humanos, habrá comenzado una nueva era, donde la creación hará justamente lo que sabe hacer… crear…
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La pintura pertenece a María del Carmen Conde Quintela (Sedemiuqse) | ESPAÑA, Galicia
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