martes, 7 de febrero de 2023

CONVERSACIONES DE ÁNGELES©… Memorias de encuentros en el Tíbet Autor: Víctor Norberto Cerasale Morteo® TÍBET, EL ÁNGEL DE LA MONTAÑA

CONVERSACIONES DE ÁNGELES©… Memorias de encuentros en el Tíbet Autor: Víctor Norberto Cerasale Morteo® TÍBET, EL ÁNGEL DE LA MONTAÑA te lo dije en numerosas oportunidades, pero nunca quisiste escucharme... escuchar es un arte propio de sabios, tu no entiendes de arte, mucho menos eres sabio...VNCM
Crédito: foto del autor Aquel médico se había formado en la Alemania de la posguerra, la Alemania remanente, arrasada y repartida… había estudiado allá porque no había podido encontrarse con él mismo en otra parte… no siempre el suelo recoge a sus hijos… y por su trabajo se había dedicado a la investigación en cualquiera de sus formas… se había entregado de lleno a su trabajo porque amaba la filosofía de las ciencias, aunque más amaba la investigación y dentro de ella lo clínico… pero en él había un raro sentimiento filosófico, primero matemático, luego geométrico, y acto seguido metodológico… desde luego, estaba adelantado a su tiempo, así es que solía ver cosas que los demás no encontraban, siendo amado por algunos compañeros de labores y siendo odiado por los que tomaban la investigación como un negocio más… de hecho, por sus funciones, había firmado varios documentos que lo sumían en el silencio y el resguardo, algo que él respetaba a rajatabla… en sí mismo, él se sentía un sapo de otro pozo… un extranjero en cualquier tierra, aunque no en la Alemania, vaya a saber uno qué motivos de karma traía consigo… en algún lugar de su alma se sabía piloto, piloto que había sido derribado… algo que no lo acosaba, sino que lo iluminaba… no recordaba las circunstancias, pero sabía que había sido derribado… Su esencia contenía bases filosóficas propias de otras culturas y de otros tiempos… estaban en su fibra… y el distinguía con precisión cuándo se podía estudiar algo y cuándo la objeción de conciencia superaba los límites de lo que se podía hacer o conocer… traía consigo una singular visión de la vida… quizás debido, justamente, a sus muchas experiencias en otras vidas… pero aquel hombre tenía entre sus dones, el de recordar cada detalle de lo transitado en esta vida, pero yendo más lejos, qué le había sucedido en vidas anteriores, en cada una de ellas, algo que lo había llevado a tomar nota de algunas circunstancias para legarla a uno de sus hijos, a sabiendas que no todos los hijos de una vida, son de esa misma vida, o bien, a sabiendas que no todos los hijos de un tiempo, pertenecen realmente a ése tiempo… ya que las personas trascienden sus karmas y representan una historia que nadie ve, porque es sólo accesible al sí mismo… por otra parte, los hijos lo son de la vida, y ser padre no es más que una circunstancia… Su matrimonio distaba de ser armónico, así es que había aprendido de la soledad y de sus silencios… convivía con cada regreso a su suelo, pero la distancia entre su pareja y él era tan grande que no comulgaban en nada… él había ido descubriendo rasgos psicópatas en su esposa, pero todo intento por ayudar habían sido en vano y con resultados contrarios a los esperados, así es que con cada viaje había crecido en distancia, en aislamiento, quizás en incomprensión… y casi no había lugar de la Tierra por donde no hubiese pasado con alguna tarea encomendada por sus jefes… siendo que los primeros jefes (inmediatos) lo amaban… los segundos le temían (superior del superior) y de tanto lo ahuyentaban… los terceros ( poder supremo) lo rechazaban porque despreciaban su capacidad para producir sombra… por ende, lo enviaban lejos para que sus viajes fueran largos y tediosos, con misiones casi imposibles… había tres etapas de jefes… una primera etapa de convergencia que duró pocos años… una segunda etapa de confusión que duró menos años… una etapa de destrucción que arrasó con la obra de creación y aliento… ahora se sabía solo y estaba convencido que esta última etapa no duraría mucho y que lo invitarían a irse, así es que él, por dignidad, tenía en su cabeza el irse por él mismo… por las suyas… Él repetía una y otra vez que lo que se estudiaba era sólo aquello que convenía al negocio rápido… las corporaciones carecen de alma y apenas si consideran el negocio que las alimenta… los recursos humanos no son más que números… yendo más lejos, lo importante no sólo no se estudiaba sino que se dejaba de lado por las dudas que pusiese en tela de juicio lo ya investigado… es decir, no sólo hay que conocer las bases de una gripe y a aquellos que se ven afectados por ella, sino es necesario investigar por qué otros expuestos a esa misma gripe permanecen sanos aún estando rodeados por enfermos… es tan importante una cosa como la otra… qué hace que unos estén afectados y dentro de la afección en distintos grados, y qué hace que otros, estando rodeados de enfermos con gripe estén inmunes y sean inalcanzables para dicha enfermedad… desde luego no era lo único… había pasado por tantas vicisitudes que él solía descubrir consecuencias con sólo dimensionar las causas en su mente… cuando produces para atender las consecuencias, te olvidas de prestar atención a lo fundamental, la causa… y atender sólo la consecuencia, es generar nuevas causas, solía pensar en sus extensos viajes… Fue así, vueltas mediante que decidieron enviarlo a la India… imponiéndole luego un viaje casi de película… primero a Nueva Delhi, a visitar a socios que transitaban otra realidad… de allí a Nepal… más precisamente a Kathmandu… de allí a los campamentos del Everest y de estos con un permiso especial a la China tibetana, mejor dicho, al Tíbet ocupado por China… en aquellos años se podía llegar con permisos especiales… y el estudio en curso bien valía la pena los permisos, todos tediosos… para él, dicho viaje representaba a algo semejante a ir a otro planeta… pero sabía de algún modo que era el final de su gestión… conocer el famoso tercer polo… descubrir el techo del mundo… desde adentro y conviviendo con gente que no solía salir de sus tierras… su inglés era deficiente pero suficiente como para hacerse entender y entender a los otros… las demás lenguas eran algo así como una asignatura pendiente, que quedaría así como para otra vida… el viaje no era para nada sencillo, mucho menos en años de la guerra fría, donde todos dudaban de todos, donde todos desconfiaban de todos, donde todos descreían de todos, donde todos engañaban a todos, donde todos mentían a todos… por entonces India tenía conflictos con Pakistán y tenía reservas por los chinos, siendo que con la gente de Nepal había ciertas afinidades que facilitaban los contactos… las gentes de la India lo amaban… lo tenían como parte de su familia y lo sentían como propio, así es que hicieron lo necesario para ayudarlo con su trabajo… saber qué sucede con aquella gente que vive casi sin oxígeno, por sobre los cinco mil metros de altura… qué hay en su sangre que los distingue del resto del planeta… cuál es su grupo preponderante… y todos los etcéteras de lo pendiente… Mucha pobreza… mucho olvido… mucha omisión… gentes de las que nadie sabía nada, ni siquiera que existían… había estado en esos parajes inaccesibles por milenios, pero casi nadie conocía su historia… o sea que lo visible en los mapas, en un tiempo en que no existía internet, era una pizca de la realidad que surgía cuando se pisaba en lugares donde el pensamiento occidental estaba demás, no encontraba ni hueco ni espacio, y donde el mismo pensamiento representaba un muro de aquellos que llegaban en busca de aventuras, intentando escalar los picos más altos a costas de mucho dinero y de esfuerzos estúpidos, para luego hacer cumbre por cinco minutos, y huir sabiéndose portadores de una hazaña para pocos… como sea, la cumbre externa al alma no produce satisfacción más allá del segundo siguiente… luego la vida vuelve a ser como siempre… monótona… ya que los problemas suben y bajan con el espíritu que los porta… ya que la realidad suele no ser afín con aquel que hace cumbre y más tarde se ve obligado a regresar a producir monedas para la siguiente aventura… que le nublará el ego por un rato para luego expulsarlo al mismo mundo del cual procede… Él estaba apabullado por la pobreza, algo que ya traía de la India… no hay gente que pueda vivir así, se decía a sí mismo… nacen condenados, viven condenados y mueren condenados… no por iniciativa de ellos mismos, sino porque los gobiernos ni se enteran que ellos existen como entidades humanas… incluso, dentro de las sociedades respectivas había algo semejante a la naturalización de la pobreza, algo con lo que él no se sentía bien, no comulgaba, y mucho menos aceptaba… la gente, en las películas, no respira los olores… si así fuese, la historia sería bien otra… ¿añoraba el baño?, sí… ¿añoraba la ducha?, sí… añoraba todo sin añorar nada, una bendición que te prodiga la comunión con el silencio… En aquellos años de la guerra fría, salir de Nepal para ingresar al territorio ocupado por China era mucho más que una aventura… casi nadie hablaba inglés, ni alemán, ni francés, ni otra cosa que chino, o dialectos tibetanos diversos, donde los unos casi no se entendían con los otros, y donde a medida que se avanzaba, hacía pesar el aislamiento… curiosamente, su presencia no había motivado ni aplausos ni sacadas de lengua, lo cual era buen augurio… los aplausos ahuyentan los malos espíritus y las lenguas expuestas, ahuyentan los malos karmas… los caminos eran sendas y las distancias enormes… un día de camino, dos días de camino, tres días de camino… nada por aquí, nada por allá… villas perdidas entre montañas imposibles… ¿dónde quedará el reino de Shambala?, se preguntaba… De hecho, nadie sabe bien dónde ocurrió el “hecho” … las ciudades nombradas en chino son algo semejante a un trabalenguas, y pronunciadas en los dialectos tibetanos más aún… Lhasa quedaba lejos… ah!, Lhasa era y sigue siendo la capital política del Tíbet… así es que el hecho pudo haber tenido lugar en Namling o quizás en Deba… vaya uno a saber… puede haber sucedido en Gertze o en Yannu… o en otra parte… da igual… Había cansancio de caminata y agotamiento emocional… conversaba con su ángel y era suficiente… de camino a una aldea donde había un monasterio donde se podía refugiar por un par de días, ya que se estaba en el final del viaje… los presupuestos eran cortos y no había disponibilidad para occidentales infiltrados… el ángel le habló y lo empujó hacia adelante… la senda de montaña hacía un codo y un contra codo… todo quedaba por debajo, incluso las nubes… el frío era infernal y calaba los huesos y mucho más que los huesos… hacia abajo había valles y se veían algo semejante a torres de piedra, muy altas (Sichuan)… una, dos, mil torres diseminadas por todas partes… luego de un giro en el camino, un monasterio apareció de repente sobre la ladera este de una montaña que no parecía ser de este mundo y en verdad, no lo era… La experiencia le indicó que parecía que un portal se hubiese abierto de la nada, exponiéndolo a algo que no era tangible a los mortales… se acercó a la puerta roja, antigua, rústica, sin llave ni cerrojo, con un tirador del que pendía un pañuelo azul intenso, casi eléctrico… antes de golpear, la puerta se abrió y un monje dijo algo parecido a “bienvenidos”, haciendo alusión a que este viajero estaba acompañado por alguien más, su ángel sin dudas… pasen… el recinto siguiente era amplio y las paredes parecían hervir… algo semejante a un humo emanaba de ellas… el monje, entonces, se apresuró a explicar… todo esto no existe en la dimensión humana, así es que nadie llega hasta aquí… sólo los elegidos… aquí no tiene importancia la lengua materna, tampoco el idioma, nos comunicamos con el pensamiento… y el pensamiento es universal, así es que lo que se pronuncie se traducirá al instante en la mente del otro… deben acostumbrarse… acotó… Aquí el tiempo humano no tiene vigencia, dijo… y nada de lo que suceda debajo de este techo podrá ser revelado… porque no hallarán palabras para hacerlo… esto no representa ni una experiencia ni una circunstancia… es una vivencia paralela… sólo eso… El ángel se había hecho luz… era tan visible como el monje y otros monjes ubicados en recintos contiguos… algunos parecían estar estudiando escrituras antiguas… otros estaban abocados a otros menesteres… nadie aseaba… nadie limpiaba… todo estaba reluciente… pulcro… había una especie de biblioteca sobre el fondo… en un recinto muy amplio repleto de estanterías… con libros escritos en lenguas ininteligibles… no se veía cocina… no se veían servicios… indudablemente los lechos para reposar estaban en otro lado… ¿estarían?... a cada monje se le podía ver el aura con una claridad meridiana, y además del aura, sus respectivos ángeles… El encuentro pareció durar lo que una eternidad, pero tal vez fueron segundos y no más que eso… ¿cómo saberlo?... El monje dijo: aquí los sueños tienen más valor que el karma… para luego agregar: la locura salva, la cordura condena… no se puede ni se debe razonar la vida humana, porque ésta no es más que un sueño… parece durar algunos años, cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, pero en verdad es un destello en el universo tangible y un chispazo en la eternidad… no más que eso… es necesario dejarse llevar por el instinto, evitando razonar las circunstancias, porque estas son externas a las personas involucradas… no existen… son ilusorias… las personas deben resolver las ecuaciones que se les enseñan… aquí, en este monasterio somos monjes y ángeles, simultáneamente… el ángel se veía exultante… como en casa… Más tarde el monje aclaró: el monasterio existe en una Tierra paralela… pertenece a una dimensión simultánea a la que no accede ningún humano, excepto que sea traído… por ello nadie ha aplaudido ni nadie ha sacado su lengua… El lugar parecía vibrar efectivamente en otra dimensión… todo era sorprendente… había un singular estado de felicidad… de las paredes parecía salir algo semejante a humo… las paredes estaban pintadas de un color rojo intenso… pero también eran de tonalidad amarilla… y según se las viera, hasta eran azules de una energía más que eléctrica… se veían pasillos extensos… y en ellos monjes yendo y viniendo… como llevando ideas… como portando motivos… El lugar era tan amplio como la mente amplia… se sentía una paz que trascendía el alma… había una música que alimentaba el espíritu… ¿cuánto duraría la estadía?... ¿qué había aquí relativo al motivo de estudio?... los monjes no parecían ser humanos… De repente, alguien tocó el hombro del médico… sonrió… le dijo, vamos amigo, ya es hora de regresar al laboratorio… él se incorporó, no sin disgusto, en la camilla incómoda donde estaba recostado… se restregó los ojos… saltó hacia el piso… y se dijo a sí mismo… esto no fue un sueño… no señor… no fue un sueño… su ángel asintió…

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