EL CAFÉ ÁRABE, SU HISTORIA
GOURMET17 diciembre, 2017
EL CAFÉ ÁRABE, SU HISTORIA
La palabra “café” proviene del término turco qahve, a su vez, procedente del árabe, qahwa, a través del italiano. El término árabe sería una abreviación de la expresión qahhwat al-bun o vino de la habichuela. Un posible origen de la palabra se encontraría en el Reino de Kaffa en Etiopía, de donde procedería la planta del café; su nombre allí es bunno bunna.
Por: Luis Miguel Cobo
Mucho se ha hablado del café, muchos lo han atribuido a lugares y regiones a las que no pertenece, muchos también, creen que el café sólo sirve para no dormir, para leer el contenido polvoso mojado que queda al terminar un café natural, otros solamente toman el café por gusto, pero el café, el verdadero café es puro, de grano, tostado, molido y extractado en una jarra especial para sentir su aroma, saborear su acidez y sabor en el paladar y papilas gustativas, el café se toma, según los expertos sin azúcar, porque el azúcar lo primero que hace es romper su composición natural y el sabor que lo hace puro. El café se toma solo, puro, fuerte en un recipiente pequeño, lentamente y saboreando cada trago.
Hoy día hay muchas composiciones de cafés, a los que muchos llaman “café de fantasía”, esa extraña bebida a base de café (muy malo y baja calidad) poniéndole un sabor artificial con base en jarabes químicos matando el aroma y sabor natural. De igual manera se ha comercializado el “café instantáneo” que tampoco es café, es un polvo hecho con sobrantes de café, garbanzo y con tantos químicos que apenas y llega a obtener el sabor de café, embazado al alto vació conteniendo más químicos que matan en su totalidad lo que pudo ser café, así que cuando vaya a tomar una taza de “café instantáneo” piénselo primero, le hará daño y no estará tomando café, de igual forma el café “descafeinado” ya no es café…
Inclusive el café puro es tan sano que se le han descubierto propiedades que sanan en mucho su organismo, empezando porque se asegura que el café previene o evita el Alzheimer, evita el cáncer de colon, ayuda a la memoria y ayuda a la digestión entre muchas otras. El café también es dueño de muchos mitos que contradicen mucho de sus propiedades, como que enferma el sistema nervioso, quita el sueño y muchas otras que, sin más, el que sabe tomar café nunca las padecerá porque sólo son creencias, como aquella que dice que sólo te hará daño lo que tú quieres que te haga daño, así amigo lector, a tomar una buena taza de café, que a cualquier hora es un excelente tónico para el organismo…
El café árabe tiene una particularidad: lleva especias como el azafrán o el cardamomo, lo que le confieren un sabor más que especial. Puedes poner en práctica esta receta en tu hogar, siguiendo la tradición del preparado tal cual se hace en Arabia Saudita.
Ingredientes: Tres tazas de agua – Tres cucharadas cardamomo – Dos cucharadas de café árabe – Una pizca de azafrán.
Preparación: Debes comenzar a preparar este café árabe hirviendo el agua en una cacerola. Cuando rompa el hervor, añade el café y baja al fuego al mínimo, dejándolo durante un pequeño lapso y retirando del fuego. Ese será el momento de añadir el cardamomo y el azafrán. Luego sólo tendrás que llevar al fuego de nuevo durante un pequeño lapso y servir de inmediato, colando previamente. Lo ideal es emplear las clásicas teteras árabes para hacer el servicio y cerrar una velada al mejor estilo del cercano oriente.
La forma de servir el café árabe también es singular. Se utiliza generalmente una cafetera omaní extremadamente elegante, tal y como se ve en la fotografía adjunta. En el cuello se ha introducido una especie de estopa que hace de filtro y evita la caída de los posos en la taza.
UN POCO DE HISTORIA – La historia del café se remonta al siglo XIII, aunque el origen del café sigue sin esclarecerse. Se cree que los ancestros etíopes del actual pueblo Oromo fueron los primeros en descubrir y reconocer el efecto energético de los granos de la planta del café; sin embargo, no se ha hallado evidencia directa que indique en qué parte de África crecía o qué nativos lo habrían usado como un estimulante o incluso conocieran su existencia antes del siglo XVII.
Una leyenda muy comentada y difundida sobre el origen del café es la de un pastor de Abisinia (actual Etiopía), llamado Kaldi, cierto día notó un comportamiento extraño en su rebaño, sus cabras saltaban y corrían presas de euforia. El pastor observó que los animales cambiaban su conducta después de comer las hojas y los frutos de un arbusto que producía pequeñas cerezas rojas. La curiosidad llevó a Kaldí a probar los frutos y al poco tiempo se sintió poseído por una extraña alegría que lo impulsaba a cantar y danzar.
Kaldi llevó unas muestras de hojas y de frutos a un monasterio, donde los monjes por curiosidad las pusieron a cocinar. Al probar la bebida la encontraron de tan mal sabor, que arrojaron a la hoguera lo que quedaba en el recipiente. Los granos a medida que se quemaban, despedían un agradable aroma. Fue así como a uno de los monjes se le ocurrió la idea de preparar la bebida a base de granos tostados. Parece que las tribus africanas, que sabían del café desde la antigüedad, molían sus granos y elaboraban una pasta utilizada para alimentar a los animales y aumentar las fuerzas de los guerreros.
Su cultivo se extendió en primer lugar en la vecina Arabia, llevado probablemente por prisioneros de guerra, donde se popularizó aprovechando la prohibición del alcohol por el Islam. Yemen fue un centro de cultivo importante, desde donde se propagó al resto del mundo árabe, Turquia, Persia, Europa y por ultimo al nuevo mundo (América).
Se le llamó entonces qahwa (قهوة), que significa vigorizante.
“Tomar una taza de café es tomar la mejor de las bebidas, el café es tan delicioso como ácido, tan dulce como amargo, tan especial como seductor, el café huele mejor de lo que sabe y con tan sólo oler y sentir el aroma emborracha a cualquiera al grado de querer tomar todo el café posible para llegar a saborear su aroma…” Lm
La Voz del Árabe (LVÁ) – GOURMET – Cd. de México, diciembre 17 del2017
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