miércoles, 13 de febrero de 2019

Responsable de Astronomía de Harvard, arma polémica al afirmar que una nave alienígena se acerca a la Tierra - INVDES

Responsable de Astronomía de Harvard, arma polémica al afirmar que una nave alienígena se acerca a la Tierra - INVDES

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Responsable de Astronomía de Harvard, arma polémica al afirmar que una nave alienígena se acerca a la Tierra

Abraham (Avi) Loeb, jefe del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard y profesor desde hace más de 30 años del prestigioso centro, ha levantado ampollas entre la comunidad científica al asegurar en una entrevista en el Washington Post que una nave de origen alienígena se acerca a la Tierra, “Una nave espacial o parte de ella puede estar volando más allá de la órbita de Júpiter, con lo que los primeros extraterrestres ya están aquí”, ha afirmado llegando incluso a calcularlo con un sistema de complejas ecuaciones.
“Es un impresionante ejemplo de ciencia sensacionalista y con motivaciones espurias”, han llegado a calificar miembros de la comunidad científica las declaraciones del renombrado astrónomo.
Loeb, autor de más de 700 trabajos teóricos, al ser preguntado por la hipótesis de que los primeros extraterrestres ya están aquí explicó al diario estadounidenses que “el 19 de octubre de 2017 el telescopio Pan-STARRS, en Hawai, registró un objeto extraño en el firmamento. Se movía tan rápido que sólo podía proceder de algún lugar fuera del sistema solar. Se trata de la primera visita que nos llega del espacio exterior de la que tengamos conocimiento”.
Efectivamente, la teoría de Loeb y de su compañero Shamuel Bialy surgió a finales de 2017 cuando astrónomos de Hawai detectaron un objeto interestelar muy raro, rápido y brillante al que consideraron que sólo podía ser una estrella. Le llamaron Oumuamua, que en hawaiano significa explorador, y la mayoría de la comunidad científica aceptó que se trataba de una roca o un asteroide desprendido de una estrella en fusión hace cientos de millones de años, o que podía ser también un cometa helado que deambula por el vacío interestelar. Menos Loeb.
Loeb y su colega publicaron un artículo en Astrophysical Journal en el que aseguraban que Oumuamua “es una vela luminosa, flotando en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”. La conclusión de Loeb es que cree que se mueve demasiado rápido para ser una roca inerte y que se aleja del sol como si algo la estuviera empujando desde atrás.
Según el astronómo, Oumumua es muy inusual y presenta características que lo hacen completamente diferente a cualquier cometa o asteroide como son su velocidad, su atípica trayectoria, no mostrar desgasificación al acercarse al Sol y la ausencia de cola como la de los cometas. Para el astrónomo es mezquino pensar que “estamos solos en el Universo” o que “somos una especie trascendental en el planeta Tierra”.
Loeb argumenta que lo que se ha observado en el comportamiento de Oumuamua significa que no puede ser, como se suele imaginar, un grupo de rocas con forma de patata larga, sino un objeto que es muy largo y no tiene más de 1 milímetro de grosor, tal vez un cilindro de un kilómetro de largo, o una vela de barco, tan ligero y delgado que la luz solar lo está expulsando de nuestro sistema solar”.
Sin embargo, la comunidad científica ha cargado duramente contra el astrónomo por sus teorías sobre Oumuamua. “Oumuamua no es una nave alienígena, y esa sola sugerencia es un insulto para la investigación científica honesta”, ha afirmado el astrofísico Paul Sutter tras la entrevista de Loeb. La astrofísica Ketie Mack tampoco ha mostrado clemencia con su compañero al asegurar que “a veces la gente escribe un articulo sobre algo que no cree que sea cierto con el mero propósito de figurar”.
Pese a las duras críticas, Loeb no parece preocuparse por lo que puedan pensar el resto de científicos y asegura que no va a cambiar de opinión mientras no le demuestren que él está equivocado. ” “Mucha gente esperaba que una vez que hubiera toda esta publicidad, me echaría atrás. Si alguien me muestra pruebas de lo contrario, inmediatamente retrocederé (…) Lo peor que me puede pasar es que me liberen de mis tareas administrativas, y eso me daría aún más tiempo para concentrarme en la ciencia”, afirmó al Washington Post.
Fuente: elmundo.es

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