Todo corazón
Raquel Lanseros recicla el unamuniano neologismo 'matria' para reubicarlo en unas coordenadas domésticas
Portada de 'Matria'.
Desde sus comienzos, Raquel Lanseros (Jerez, 1973) se ha caracterizado por buscar antes la adhesión sentimental que la complicidad intelectual de sus muchos lectores. Así, el poder de conmoción de los versos dependerá de la sensibilidad de cada cual a la hora de compartir determinadas claves confesionales. El rótulo de su nuevo libro recicla el neologismo unamuniano de la matria —concepto referente a la encarnación intrahistórica de la madre patria— para reubicarlo en unas coordenadas domésticas y pasarlo por el cedazo de la autobiografía. La celebración de la existencia, el asombro cotidiano de la maternidad, la oda a la sororidad o el paso del tiempo diseñan una identidad que oscila entre el peso de la tradición lírica y la zona wifi de la modernidad: “¿Soy épica o hermética? / ¿Versicular o clara? / ¿2.0 o mística?”. El dilema solo es aparente, pues basta con asomarse a las primeras páginas para advertir que la autora prefiere glosar las enseñanzas de la historia de la literatura con las palabras de la tribu contemporánea. El resultado es más satisfactorio cuando juega a resemantizar los tópicos con irreverencia —la deconstrucción de una ‘Europa’ invertebrada— que cuando se pliega al dictado del cliché —los tres versos de ‘La sobrecogedora brevedad’ caben en medio verso de Quevedo: “Junto / pañales y mortaja”—. Aunque en ocasiones da la impresión de que a Matria le sobra emotividad y le falta distancia, vale la pena adentrarse en este retrato de un corazón al desnudo.
Matria. Raquel Lanseros. Visor, 2018. 110 páginas. 20 euros.
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