Recorrido milenario por el arte peruano
El programa paralelo a Arco permite un paseo cronológico por la historia plástica del país andino
Madrid
'El río que fluye dentro' (2017), de Cecilia Paredes.
El manto artístico de Perú no solo se extiende en esta edición de Arco como país invitado —donde 23 artistas peruanos, representados por galerías de diferentes países, han sido seleccionados por Sharon Lerner—, sino que ya se deja sentir y continuará en paralelo a la feria en 12 de exposiciones en la Comunidad de Madrid. La variada muestra, con obra de unos 120 artistas peruanos, organizada por el Ministerio de Cultura de Perú, permite “un recorrido cronológico por la historia del arte del país”, subraya la coordinadora del programa y comisaria Fietta Jarque.
Desde muy arriba
El comienzo de ese viaje en el tiempo está en la Fundación Telefónica. Allí puede verse Nazca. Buscando huellas en el desierto, una exposición sobre una civilización precolombina que se desarrolló a partir del 200 antes de Cristo y duró unos 800 años. Los habitantes que poblaron la cuenca del río Grande de Nazca hace 2.000 años fueron los autores de las enigmáticas líneas de Nazca, dibujos que se extienden a lo largo de varios kilómetros y que solo pueden verse al completo desde muy arriba. A Madrid se han traído esculturas, objetos de metal, cerámica decorada y delicados textiles que, acompañados de animaciones o reconstrucciones, permitirán a muchos descubrir esta cultura fascinante del antiguo Perú. La muestra, hasta el 19 de mayo, está organizada por el Museo de Arte de Lima (MALI) y el Museo Rietberg, de Zúrich.
Virreinato mestizo
Si avanzamos hasta la época virreinal, la siguiente parada es el Museo del Prado, que exhibe un anónimo cuzqueño de 1718, Matrimonios de Martín de Loyola con Beatriz Ñusta y de Juan de Borja con Lorenza Ñusta de Loyola, que por primera vez puede verse en España. El primero de esos desposorios es el de “una princesa inca con un sobrino nieto de san Ignacio de Loyola, una alianza de la nobleza inca con los jesuitas, que manifestaban así su intención de diferenciarse del resto de españoles de la colonización”, explica Jarque. Estamos ante una obra con intención propagandística, la de un reino mestizo en el que se convive armónicamente. El óleo representa en un mismo tiempo y espacio dos uniones matrimoniales que se celebraron con 40 años de diferencia y en lugares alejados, la península Ibérica y el virreinato de Perú. Esta obra, invitada en el Prado hasta el 28 de abril, procede del Museo Pedro de Osma, en Lima.
Vanguardias
El siguiente salto lleva a las vanguardias del siglo XX, con el Museo Reina Sofía como escenario. La muestra va más allá del Perú en Arco, ya que es una cita principal de 2019 en el centro madrileño. Redes de vanguardia. ‘Amauta’ y América Latina, 1926-1930 es una exposición de tesis que se centra en la influyente revista (Amauta), “que aglutinó las tendencias de la modernidad y, a la vez, impulsó el indigenismo”, destaca Jarque.
Natalia Majluf, una de las dos comisarias, explica que Amauta “se centró en producir una vanguardia americana, a la vez socialmente comprometida, porque sostenía que la cultura tiene un papel clave en la transformación de la sociedad”. Su artífice, el intelectual y periodista José Carlos Mariátegui, decía que “la vanguardia estética y la política eran una sola”. De la muestra, Majluf subraya que “gran parte de las 250 obras expuestas, se reprodujeron en las páginas de la revista o pertenecieron a propuestas sobre las que se discutió en ella”. Por ello, “dentro de la diversidad de autores, hay cierta homogeneidad en las piezas, gracias al respeto a las fechas en que se publicó la revista, de 1926 a 1930”.
Organizada por el Blanton Museum of Art, de Austin (Texas), y el MALI, la exposición abarca diversos medios y formatos: pintura, dibujo, escultura, fotografía y arte popular. Entre los artistas, sobresalen los peruanos Camilo Blas, Martín Chambi, Julia Codesido, Elena Izcue, César Moro y José Sabogal, además de los argentinos Norah Borges y Emilio Pettoruti, los mexicanos Ramón Alva de la Canal y Diego Rivera, el guatemalteco Carlos Mérida o la italiana Tina Modotti.
Coleccionistas
La ruta prosigue en la Casa de América, donde se han seleccionado 108 obras de la que probablemente sea la gran colección de fotografía contemporánea de Perú, la de Jan Mulder. La exposición Estratos de un paisaje, hasta el 27 de marzo, reúne las miradas de casi 40 autores, como Roberto Huarcaya, Billy Hare, Mariella Agois, Fernando La Rosa, Cecilia Paredes o Milagros de la Torre. A la mayoría les ha interesado mostrar el paisaje urbano de Lima como receptora de los desplazamientos masivos de población.
La Real Academia de Bellas Artes se suma al menú con En orden de aparición: arte peruano y latinoamericano de la colección Hochschild, para enseñar grandes obras de artistas locales del siglo XX pertenecientes al empresario Eduardo Hochschild, que dialogarán (entre el 26 de febrero y el 21 de abril) intercaladas, en analogía o contraste, con los maestros de la colección permanente de la Academia. “Es una manera también de insertar Perú en la historia de España, un ejemplo de cómo comparten mucho de su cultura”.
El Instante Fundación acoge obras de distintos coleccionistas, con protagonismo para Ella Fontanals-Cisneros (hasta el 22 de marzo). En este joven espacio expositivo se puede ver, en una treintena de artistas, la avanzadilla de la donación de Fontanals-Cisneros para el proyectado museo de arte latinoamericano en Madrid, que tendrá su sede en Tabacalera.
El abanico de la plástica peruana se cierra con “arte amazónico contemporáneo”, en Matadero Madrid, hasta el 5 de mayo, donde unos 40 artistas centran su mirada en asuntos como el medio ambiente o la inmigración, con especial atención a autores indígenas, que nos devuelven al comienzo de este recorrido, el de las tradiciones milenarias y los mitos.
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