Un paseo por Bulgaria
‘El paraguas balcánico’, de Enrique Criado, es un libro de viajes canónico, recorrido por un fino humor
Portada de 'El paraguas balcánico'.
Con base de operaciones en Sofía, donde estuvo destinado tres años, Enrique Criado reinventa la figura del flâneur en este libro de viajes que, como todos los de su género, obedece a partes iguales a dos dolencias crónicas, la curiosidad y la observación. Pero en el caso concreto de Bulgaria como epicentro de sus paseos, el autor responde también a la perplejidad de hallarse en una Europa confinada, castigada con los brazos en cruz —o media luna islámica— en un rincón, donde lo que parece no lo es, y lo que se presume es exactamente lo contrario de lo que se confirma.
La perplejidad es un estímulo literario de primer orden, y Criado, perteneciente a esa estirpe de diplomáticos dotados para la pluma, desentraña todas las capas históricas, y hasta geográficas, que han sedimentado los Balcanes a través de una galería de personajes, lugares e historias tan pertinentes como entretenidas; relatos que se engarzan con viveza y sin protocolos, como reza el subtítulo; sin envaramientos. El paraguas balcánicoes un libro de viajes canónico, recorrido por un fino humor, que abarca toda Bulgaria y los países limítrofes, pero que también se permite interesantes excursiones extramuros en pos de huellas búlgaras, hasta Israel, Georgia o Ucrania.
Espías, un rey republicano, futbolistas, prodigios políglotas con récords en Eurovisión, venerables ancianitas sefardíes en un club de damas de Sofía, intelectuales y hasta un noble catalán nacido en Nápoles que fundó la ciudad ucrania de Odesa son algunos de los protagonistas de este ecléctico paseo en el que no faltan referencias culinarias, dos de ellas capitales: Bulgaria como la cuna del yogur y también obrador de un mazapán heredado del que se llevaron consigo los judíos expulsados de España en 1492. La huella de la comunidad sefardí, diezmada por el Holocausto, anima algunas de las páginas más interesantes, igual que el capítulo dedicado a la hermosa ciudad de Plovdiv.
Como dice el viejo adagio, diplomáticos y periodistas son los únicos seres que viajan por encima de sus posibilidades. Enrique Criado las aprovecha todas para deshacer tópicos y deleitar al lector.
El paraguas balcánico (Un paseo sin protocolos). Enrique Criado. Aguilar, 2019. 320 páginas. 16 euros.
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