Todos los oasis son oasis perdidos
El viajero, escritor y fotógrafo Jordi Esteva revisita las islas verdes del desierto egipcio en un libro que es un canto nostálgico a un mundo casi desaparecido
Barcelona
Tormenta de arena en Mut, en el oasis de Dahla. JORDI ESTEVA
"Cinco son los grandes oasis de Egipto", empieza Jordi Esteva acodado en una mesa de Laie como un Simbad de las arenas mientras señala en un mapa que se extiende desde su café al mío. "Siwa, Bahariya, Farafra, Dahla y Jarga". La tarde se precipita hacia un horizonte de nostalgia y aventura mientras el viajero, escritor, fotógrafo y cineasta habla pausadamente y yo le echo de reojo un vistazo al libro que me ha regalado, The Lost Oasis, de Ahmed Hassanein Bey, que en la foto de la portada, ataviado de beduino, tiene un aire del propio Esteva. Hassanein Bey (luego pasha y sir) fue, claro, uno de los grandes pioneros de la exploración del desierto líbico -y piloto y esgrimista-, el hombre que precedió al conde Almásy en las dunas y en los oasis perdidos de Arkenu y Uweinat. Pero el libro del que ha venido a hablar Jordi Esteva es el suyo de fotografías (80, en gran formato), la preciosa reedición de Los oasis de Egipto, un libro que publicó en 1995 en Lunwerg (y que se agotó rápidamente) y que ahora aparece en coedición de RM y el Museu Egipci de Barcelona con nuevos textos, diez imágenes inéditas que ha podido recuperar y gran esplendor gráfico merced a un nuevo revelado y un tiraje cuidadosísimo de las fotos.
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