VAMOS A ACLARAR LAS DUDAS SOBRE LOS LINAJES O ESCUELAS DEL BUDISMO.
Y NO HAY MAS
LA kadampa NO tiene cabida porque no es una escuela reconocida por S S. DALAI LAMA
Sobre los kadampa no vamos a hablar, puesto que no les vamos a dar publicidad a una persona egocéntrica que se postuló como jefe de un grupo subvencionado por china para desacreditar a S.S. Dalai Lama
Aclarado esto , explicamos las únicas escuelas que han existido desde la antigüedad
* Las escuelas del budismo tibetano
La escuela Nyingma
La escuela kagyu
La escuela Shakya
La escuela guelug
El papel del Dalai Lama en el Budismo Tibetano
Sin exclusión una de otra.
En términos generales, el budismo tibetano se divide en cuatro escuelas principalmente. Uno bien podría pensar que las sectas o escuelas de cualquier religión son exclusivas, tanto en relación a sus miembros como a su doctrina y que si alguien pertenece a una entonces no puede pertenecer también a otra. Asimismo, hay quienes suponen que las enseñanzas de una escuela pueden contradecirse con las de alguna otra, pero en el budismo no sucede así.
El budismo llegó al Tíbet proveniente de la India. Es curioso, pero en el caso del budismo indio resulta difícil determinar con claridad el surgimiento, florecimiento y decadencia de las diferentes escuelas que ahí se desarrollaron. Las líneas de transmisión se superponen y fluyen de una escuela a otra de manera continua. No es fácil diferenciar con nítida seguridad a una cierta escuela de la otra, ya que en algún momento se transforma, inadvertidamente, en la otra escuela o, incluso, en varias. Esto se debe a que el budismo indio no es sectario.Por eso, en el caso de algunos grandes maestros, no es posible afirmar con precisión que pertenezcan a una escuela en particular.
El budismo tibetano sigue este modelo no sectario, así que si nos preguntamos lo que significa para el budismo tibetano “escuela”, todo cuanto podemos decir es que alude a determinado linaje de maestros y discípulos. Un maestro enseña budismo a sus seguidores, luego éstos, a su vez, enseñan a sus propios discípulos y así, sucesivamente. Esto es lo que denominamos “escuela”. Puede ser que la línea de transmisión tenga su propia perspectiva del Dharma. Quizá enfatice un aspecto de la doctrina o alguna práctica pero, al final, eso sólo es un énfasis.
Tres diferentes factores que pueden caracterizar a una escuela
En ocasiones, una línea de maestros y discípulos se asocia con determinado monasterio. Ocurre que un maestro reside en un monasterio y ahí acuden los alumnos. Cuando el maestro muere, los discípulos continúan viviendo y enseñando en ese lugar. Así es como un monasterio puede llegar a convertirse en la “sede” de una escuela.
De igual forma, una escuela o un linaje se relaciona a veces con un grupo de textos en particular. Las escrituras budistas son muy numerosas y es muy difícil, por no decir imposible, que alguien consiga estudiarlas todas, aunque sea superficialmente. Así, parecería que en la historia del budismo encontramos una especie de división del trabajo, donde cierta línea de maestros y discípulos se concentran en el estudio, la explicación e, incluso, la propagación de un determinado grupo de textos. Esta es otra forma en la que puede surgir una escuela.
Otra posibilidad es que surja una escuela porque su linaje se asocie con una manera de llevar a cabo la práctica espiritual. Pasa a veces que un maestro se ha dedicado a cierta forma de meditación y la enseña a sus discípulos, quienes prosiguen transmitiendo la enseñanza.
El nacimiento de una escuela puede implicar la combinación de varios de estos factores. Con el paso del tiempo cada escuela asume una identidad cada vez más característica, pero nunca llega a convertirse en exclusiva. El budismo se distingue por un espíritu tolerante y si, bien, se reconoce que existen diferencias, ninguna de las escuelas tibetanas afirma enseñar la auténtica versión del Dharma.
Las cuatro principales escuelas de budismo tibetano
En orden cronológico, las cuatro escuelas principales del budismo tibetano son:
Nyingma
Kagyu
Shakya
Guelug
Las tres primeras se conocen como escuelas antiguas, mientras que a la última se le llama la nueva escuela. También es común que se diga que las tres primeras son escuelas no reformadas y que la guelug, en cambio, es una escuela reformada, aunque algunos budistas tibetanos aseguran que esta distinción no es justa.
A un eminente lama nyingma le preguntaron: “¿En qué se basa esta clasificación? ¿Por qué ustedes, los kagyupas y los shakyapas se llaman ‘no reformados’ mientras que los guelugpas se conocen como ‘reformados’?” (el sufijo pa significa “hombre” o “persona”).
Él sólo sonrió y dijo: “Para nosotros no fue necesaria la reforma”.
En realidad, la principal diferencia radica en que las tres escuelas más antiguas son de origen indio, pues fueron fundadas por indios o por tibetanos que habían estudiado en la India, pero la escuela guelug es autóctona. Tsóngkhapa su fundador, nunca salió del Tíbet y la escuela que fundó es de origen tibetano puro.
Lo que comparten todas
Una característica de las cuatro escuelas tibetanas es que son triyana (o tres vehículos) Para entender este término veamos brevemente la historia.
El budismo duró en la India 1,500 años, desde el año 500 antes de nuestra era (ANE) hasta el 1000 de nuestra era pasó por tres etapas bien definidas. En el lenguaje budista tradicional, cada una de estas tres etapas progresivas se denomina yana, que significa “camino” o “vehículo”, porque se trata de un vehículo para la práctica y el progreso espiritual. El término sánscrito triyana indica estas tres etapas del budismo indio: el Hinayana o “vehículo pequeño” (ético-psicológico); el Mahayana o “vehículo grande” (devocional-metafísico); y el Vajrayana o “vehículo diamantino” (ritualista-yoguico meditacional).
Por consiguiente, aunque el budismo tibetano se describa como una rama del mahayana, esta afirmación no es exacta.
Todas las escuelas siguen el modelo hinayana con relación a la disciplina y la organización monástica y también con respecto a las enseñanzas básicas, como las cuatro nobles verdades, el noble sendero óctuple y los doce eslabones de la coproducción condicionada.
En lo que respecta a la filosofía, todas las escuelas tibetanas siguen el modelo Mahayana, en especial las dos grandes tradiciones del pensamiento budista indio: el madhyamika (las enseñanzas del camino medio) y el yogachara (la doctrina que dice que todo es mente).
Del mahayana procede también el ideal espiritual global del bodhisatva. Del vajrayana o tantra Indios derivan el ritual y la meditación Iniciática (esotérica). De esta forma todas las escuelas budistas tibetanas son de carácter compuesto.
El budismo tibetano no sólo considera las tres yanas como tres etapas sucesivas de la evolución del budismo, sino que, por el otro lado, también las ven como las etapas que cada practicante recorre en su camino espiritual. Es por eso que las escuelas del Tíbet no se pueden diferenciar como tántricas o no tántricas, como intentaron hacer algunos escritores occidentales. Todas las escuelas aceptan esa triple estructura, tanto en relación a la evolución histórica del budismo como de la vida espiritual de cada individuo. Todas aceptan las tres yanas y consideran que el tantra es el punto culminante del budismo. En Occidente el tantra se ha malentendido de un modo formidable. Sin embargo, para los budistas tibetanos representa la etapa más elevada en la evolución del practicante.
Otra característica común de todas las escuelas tibetanas es que aceptan las mismas escrituras como base canónica (aunque los nyingmapas tienen algunos textos más). Estas escrituras se componen del Kangyur, que está formado por 100 (o en algunas ediciones 108) volúmenes xilografiados y del Tangyur, de 225 volúmenes. El Kangyur comprende traducciones al tibetano de sutras y tantras, es decir, todas las obras que tradicionalmente se consideraban como la palabra del Buda o de sus discípulos iluminados que hablaban bajo su inspiración y guía entre ellas se incluyen obras como La Perfección de la Sabiduría, el Sutra del Loto Blanco y el Sutra Lankavatara, traducidas al tibetano.
El Tangyur consiste en traducciones de comentarios y otros textos expositivos escritos por grandes sabios y filósofos budistas de la India (como Nagaryuna, Dharmakirti, Dignaga y otros más). Como todos los libros tibetanos, estos textos constan de páginas gruesas, crujientes y alargadas, de resistente papel fabricado a mano, por lo general hechas de bambú, que se guardan dentro de una cubierta de madera, pero no están unidas sino sueltas.
En realidad, las cuatro escuelas tienen mucho en común y muestran más similitudes que diferencias.
Y NO HAY MAS
LA kadampa NO tiene cabida porque no es una escuela reconocida por S S. DALAI LAMA
Sobre los kadampa no vamos a hablar, puesto que no les vamos a dar publicidad a una persona egocéntrica que se postuló como jefe de un grupo subvencionado por china para desacreditar a S.S. Dalai Lama
Aclarado esto , explicamos las únicas escuelas que han existido desde la antigüedad
* Las escuelas del budismo tibetano
La escuela Nyingma
La escuela kagyu
La escuela Shakya
La escuela guelug
El papel del Dalai Lama en el Budismo Tibetano
Sin exclusión una de otra.
En términos generales, el budismo tibetano se divide en cuatro escuelas principalmente. Uno bien podría pensar que las sectas o escuelas de cualquier religión son exclusivas, tanto en relación a sus miembros como a su doctrina y que si alguien pertenece a una entonces no puede pertenecer también a otra. Asimismo, hay quienes suponen que las enseñanzas de una escuela pueden contradecirse con las de alguna otra, pero en el budismo no sucede así.
El budismo llegó al Tíbet proveniente de la India. Es curioso, pero en el caso del budismo indio resulta difícil determinar con claridad el surgimiento, florecimiento y decadencia de las diferentes escuelas que ahí se desarrollaron. Las líneas de transmisión se superponen y fluyen de una escuela a otra de manera continua. No es fácil diferenciar con nítida seguridad a una cierta escuela de la otra, ya que en algún momento se transforma, inadvertidamente, en la otra escuela o, incluso, en varias. Esto se debe a que el budismo indio no es sectario.Por eso, en el caso de algunos grandes maestros, no es posible afirmar con precisión que pertenezcan a una escuela en particular.
El budismo tibetano sigue este modelo no sectario, así que si nos preguntamos lo que significa para el budismo tibetano “escuela”, todo cuanto podemos decir es que alude a determinado linaje de maestros y discípulos. Un maestro enseña budismo a sus seguidores, luego éstos, a su vez, enseñan a sus propios discípulos y así, sucesivamente. Esto es lo que denominamos “escuela”. Puede ser que la línea de transmisión tenga su propia perspectiva del Dharma. Quizá enfatice un aspecto de la doctrina o alguna práctica pero, al final, eso sólo es un énfasis.
Tres diferentes factores que pueden caracterizar a una escuela
En ocasiones, una línea de maestros y discípulos se asocia con determinado monasterio. Ocurre que un maestro reside en un monasterio y ahí acuden los alumnos. Cuando el maestro muere, los discípulos continúan viviendo y enseñando en ese lugar. Así es como un monasterio puede llegar a convertirse en la “sede” de una escuela.
De igual forma, una escuela o un linaje se relaciona a veces con un grupo de textos en particular. Las escrituras budistas son muy numerosas y es muy difícil, por no decir imposible, que alguien consiga estudiarlas todas, aunque sea superficialmente. Así, parecería que en la historia del budismo encontramos una especie de división del trabajo, donde cierta línea de maestros y discípulos se concentran en el estudio, la explicación e, incluso, la propagación de un determinado grupo de textos. Esta es otra forma en la que puede surgir una escuela.
Otra posibilidad es que surja una escuela porque su linaje se asocie con una manera de llevar a cabo la práctica espiritual. Pasa a veces que un maestro se ha dedicado a cierta forma de meditación y la enseña a sus discípulos, quienes prosiguen transmitiendo la enseñanza.
El nacimiento de una escuela puede implicar la combinación de varios de estos factores. Con el paso del tiempo cada escuela asume una identidad cada vez más característica, pero nunca llega a convertirse en exclusiva. El budismo se distingue por un espíritu tolerante y si, bien, se reconoce que existen diferencias, ninguna de las escuelas tibetanas afirma enseñar la auténtica versión del Dharma.
Las cuatro principales escuelas de budismo tibetano
En orden cronológico, las cuatro escuelas principales del budismo tibetano son:
Nyingma
Kagyu
Shakya
Guelug
Las tres primeras se conocen como escuelas antiguas, mientras que a la última se le llama la nueva escuela. También es común que se diga que las tres primeras son escuelas no reformadas y que la guelug, en cambio, es una escuela reformada, aunque algunos budistas tibetanos aseguran que esta distinción no es justa.
A un eminente lama nyingma le preguntaron: “¿En qué se basa esta clasificación? ¿Por qué ustedes, los kagyupas y los shakyapas se llaman ‘no reformados’ mientras que los guelugpas se conocen como ‘reformados’?” (el sufijo pa significa “hombre” o “persona”).
Él sólo sonrió y dijo: “Para nosotros no fue necesaria la reforma”.
En realidad, la principal diferencia radica en que las tres escuelas más antiguas son de origen indio, pues fueron fundadas por indios o por tibetanos que habían estudiado en la India, pero la escuela guelug es autóctona. Tsóngkhapa su fundador, nunca salió del Tíbet y la escuela que fundó es de origen tibetano puro.
Lo que comparten todas
Una característica de las cuatro escuelas tibetanas es que son triyana (o tres vehículos) Para entender este término veamos brevemente la historia.
El budismo duró en la India 1,500 años, desde el año 500 antes de nuestra era (ANE) hasta el 1000 de nuestra era pasó por tres etapas bien definidas. En el lenguaje budista tradicional, cada una de estas tres etapas progresivas se denomina yana, que significa “camino” o “vehículo”, porque se trata de un vehículo para la práctica y el progreso espiritual. El término sánscrito triyana indica estas tres etapas del budismo indio: el Hinayana o “vehículo pequeño” (ético-psicológico); el Mahayana o “vehículo grande” (devocional-metafísico); y el Vajrayana o “vehículo diamantino” (ritualista-yoguico meditacional).
Por consiguiente, aunque el budismo tibetano se describa como una rama del mahayana, esta afirmación no es exacta.
Todas las escuelas siguen el modelo hinayana con relación a la disciplina y la organización monástica y también con respecto a las enseñanzas básicas, como las cuatro nobles verdades, el noble sendero óctuple y los doce eslabones de la coproducción condicionada.
En lo que respecta a la filosofía, todas las escuelas tibetanas siguen el modelo Mahayana, en especial las dos grandes tradiciones del pensamiento budista indio: el madhyamika (las enseñanzas del camino medio) y el yogachara (la doctrina que dice que todo es mente).
Del mahayana procede también el ideal espiritual global del bodhisatva. Del vajrayana o tantra Indios derivan el ritual y la meditación Iniciática (esotérica). De esta forma todas las escuelas budistas tibetanas son de carácter compuesto.
El budismo tibetano no sólo considera las tres yanas como tres etapas sucesivas de la evolución del budismo, sino que, por el otro lado, también las ven como las etapas que cada practicante recorre en su camino espiritual. Es por eso que las escuelas del Tíbet no se pueden diferenciar como tántricas o no tántricas, como intentaron hacer algunos escritores occidentales. Todas las escuelas aceptan esa triple estructura, tanto en relación a la evolución histórica del budismo como de la vida espiritual de cada individuo. Todas aceptan las tres yanas y consideran que el tantra es el punto culminante del budismo. En Occidente el tantra se ha malentendido de un modo formidable. Sin embargo, para los budistas tibetanos representa la etapa más elevada en la evolución del practicante.
Otra característica común de todas las escuelas tibetanas es que aceptan las mismas escrituras como base canónica (aunque los nyingmapas tienen algunos textos más). Estas escrituras se componen del Kangyur, que está formado por 100 (o en algunas ediciones 108) volúmenes xilografiados y del Tangyur, de 225 volúmenes. El Kangyur comprende traducciones al tibetano de sutras y tantras, es decir, todas las obras que tradicionalmente se consideraban como la palabra del Buda o de sus discípulos iluminados que hablaban bajo su inspiración y guía entre ellas se incluyen obras como La Perfección de la Sabiduría, el Sutra del Loto Blanco y el Sutra Lankavatara, traducidas al tibetano.
El Tangyur consiste en traducciones de comentarios y otros textos expositivos escritos por grandes sabios y filósofos budistas de la India (como Nagaryuna, Dharmakirti, Dignaga y otros más). Como todos los libros tibetanos, estos textos constan de páginas gruesas, crujientes y alargadas, de resistente papel fabricado a mano, por lo general hechas de bambú, que se guardan dentro de una cubierta de madera, pero no están unidas sino sueltas.
En realidad, las cuatro escuelas tienen mucho en común y muestran más similitudes que diferencias.
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