viernes, 9 de diciembre de 2022

MENSAJERO, la búsqueda del otro © [INTRODUCCIÓN] (no maten al mensajero) By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

MENSAJERO, la búsqueda del otro © [INTRODUCCIÓN] (no maten al mensajero) By Víctor Norberto Cerasale Morteo®
Image credit: ESA/Hubble & NASA, Dark Energy Survey/Department of Energy/Fermilab Cosmic Physics Center/Dark Energy Camera/Cerro Tololo Inter-American Observatory/NOIRLab/National Science Foundation/AURA Astronomy; J. Dalcanton Hay una costumbre entre los humanos de cualquier época, asesinar al mensajero… aunque ello no los libere del mensaje, el ser humano quita del medio a aquel que se atrevió a traer el mensaje, partiendo de la premisa que el mismo (mensaje) casi siempre es malo, o bien, no siempre es bueno, o bien, altera la normalidad de aquellos que lo reciben, o bien, modifica los estados de comodidad… o quizás, destrozan las expectativas… como sea, desde hace mucho tiempo, el mensajero es visto como “peligroso”, porque modifica el curso de las rutinas… en estos tiempos de virtualidad e internet, aparecen diversos mensajeros para distintas finalidades… entonces, las personas se ven apabulladas por “mensajes” que brotan de las baldosas… entonces, los mensajes no se pueden detener y operan al modo de un tsunami, arrasando con las realidades de cada quien… entonces, la sorpresa atropella e impide pensar… entonces, nadie tiene tiempo para digerir lo que le cuentan… entonces, nadie se siente preparado para recibir tantos mensajes, cuyas fuentes no siempre son claras, no siempre son precisas, no siempre son bien intencionadas, casi nunca contienen verdades inapelables, siendo que apenas son opiniones ni siquiera razonadas… yendo aún más lejos, las fuentes suelen ser mal intencionadas, buscando algún rédito de la catástrofe, y si la misma no existe, se inventa, a efectos de que se produzca el cataclismo esperado… nunca se sabe cuál es el rédito, pero mucha gente resulta afligida por lo que le imponen los medios, y ello deriva en decepción, o bien, la mayoría de las veces, deriva en frustración… una sensación que le impone a las personas, un empezar de nuevo… un comenzar, otra vez, de cero… ya sea sin alternativas… ya sea sin atenuantes… Antiguamente, los mensajeros caminaban, por lo tanto, los mensajes demoraban en llegar, demoraban en alcanzar a sus destinatarios, demoraban para transformarse en entendimiento… por entonces, ciertos mensajes eran percibidos como cachetazos… a veces, se sentían como triunfos… a veces, la mayoría de ellas, se sentían como derrotas… el ser humano suele estar indefenso ante el contenido intrínseco que conllevan los mensajes… el mensaje suele ser una expresión que abre los ojos, al tiempo que cierra los corazones… asimismo, el mensaje puede ser una expresión que atropella el alma, y la despabila de su ensueño, o quizás, sucede todo lo contrario… como sea, cualquier mensaje está destinado a sacudir el espíritu, sea para bien, sea para mal… escuchar el mensaje es comenzar a despertar a ser una persona diferente… nadie será consciente del momento, pero después de oído el mensaje, ya nada será igual… nada volverá a ser tal como fue… Por estas horas, los influencers dominan los paisajes de la credibilidad humana… imponen sus ideas tanto como imponen sus ignorancias… quienes reciben sus mensajes, los aceptan ya no por sus valores, sino por la deformación de la realidad que proponen… esos mismos mensajes, no proponen nada que mejore la realidad de aquellos que lo reciben… sólo se trata de distorsiones de realidades bajo la apreciación de personas a las que le falta piezas de un rompecabezas que ni siquiera entienden… curiosamente, los medios hacen exactamente lo mismo, manipulando cualquier realidad, a efectos de obtener algún beneficio, ideológico, monetario, político, social, que casi siempre conlleva alguna dosis de atropello, esto es, establecer un estado de zozobra que imponga temores, o al menos, que imponga suficientes dudas como para fabricar inmovilidad social… cuando la tribu está imbuida de miedos, lo que sigue es un singular estado de parálisis… un estado de parálisis donde la gente cree que se mueve, pero está quieta, algo funcional a los intereses del poder… o bien, algo funcional a quien elabora los contenidos del mensaje que golpeará a los otros… donde hay un mensaje, siempre hay un otro… donde llega un mensaje, siempre hay alguien que está expuesto a recibirlo… donde hay un mensaje, se supone que ha existido una fuente preparada para emitirlo… Luego, los verdaderos mensajes, los celestiales, los cósmicos, surgen mediante “mensajeros” velados, enviados al efecto… permanecen en la Tierra durante un rato, compartiendo experiencias con los humanos, ataviados como tales, imposible visualizarlos como realmente son, ya que al verlos, se trata de seres con forma humana, aunque suelen exhibir una inteligencia superior, que de tanto, también es diferencial… evitan mezclarse con la gente común y en general, en su tiempo, pasan desapercibidos, ya que su función se concentra en sembrar el mensaje, e irse… para sembrarlo operan de diferentes formas… y dichas formas están preparadas para no producir una comprensión inmediata, sino que pueden quedar pendientes durante largo tiempo antes que alguien o algunos entiendan la dimensión del mensaje en sí mismo… el contenido de dichos mensajes es, en general, inobjetable… y queda flotando en el espacio terrestre, hasta que alguien lo toma, se da cuenta, lo digiere, y lo trasmite a sus congéneres… y esta historia se repite desde que los humanos fueron sembrados por primera vez, en la Tierra preparada para recibirlos… Los mensajes pueden ser implícitos… también pueden ser explícitos… sin perder de vista que, pueden ser subliminales… muchos de ellos, de los subliminales, se producen a través de la música, sea mediante la inspiración de las melodías, sea mediante sus letras, trátese del idioma que sea, trátese de la cultura que sea, trátese de la idiosincrasia que sea… las músicas se sienten… a muchos les llegan los acordes… a otros les toma tiempo descifrar los contenidos de las letras… sea como sea, se trata de mensajes movilizadores que, al despertar, suelen impulsar visiones de futuros diferenciados de todo aquello que se tenía por conocido… dicho de otra forma, dichos mensajes agregan valor que modifica el sentido del futuro que hay en las personas… desde luego, la música en sí misma no es tenida como un mensaje, sino como un descubrimiento que hace la persona de algo que le resulta “inspirador”… entonces lo toma… primero lo siente como una conexión inmediata… luego lo va descifrando según sus propias motivaciones… finalmente lo hace propio, y de ser su voluntad, lo aplicará, de alguna forma afín a sus capacidades, a sus dones… a sus ganas de ser, o bien, a sus ganas de existir… Los mensajeros cósmicos son invisibles a los sentidos humanos… Los mensajeros estelares jamás exhiben su verdadera condición… Los seres humanos sólo ven a otros seres humanos… Los seres humanos toman sólo aquello que perciben sus sentidos… La mayoría de los seres humanos se guían por lo que “ven” sus ojos… Los seres humanos nunca descubren la verdadera de la esencia de las cosas… Los seres humanos jamás descubren el rol que cumplen los mensajeros cósmicos… Los seres humanos que logran descubrir la verdadera esencia de las cosas, lo hacen cuando los escenarios han sido modificados y la realidad ya no encaja con aquello que les fue enseñado… sin embargo, les sirve para añadir un nuevo horizonte a sus propias circunstancias… Aún habiéndose tergiversado los tiempos… todo mensaje agrega valor al futuro de cada quien… sólo cuando éste está dispuesto a tomarlo… de lo contrario, todo sigue su curso como si nada hubiese tenido lugar… Hoy… hoy mismo… el planeta está envuelto en ruidos… hoy… hoy mismo… el planeta está envuelto en estática… las personas no se escuchan… las personas atienden aquello que los urge… las personas no prestan atención a los detalles, tampoco a su realidad… muchos mensajes están distorsionados por mentiras alentadas por y desde ciertas conveniencias… muchos otros mensajes están deformados por los intereses que despliegan raras geometrías… así que es necesario separar la paja del trigo… así es que es necesario atender el valor intrínseco que reside en los contenidos… así es que es prudente, analizar los mensajes y digerirlos con tiempo, no con el tiempo humano, sino con el tiempo del alma y el instinto subyacente… sólo de esa forma, cada quien descubrirá el valor de los mismos… Finalmente, el mensaje está siempre presente en cada destino… A veces, cada ser humano, lo atiende o no… a veces repara en él, o no… a veces se da cuenta, o no… a veces, despierta o no… a veces, le cae la ficha o no… Si el ser humano lo toma, dicho mensaje adquiere un valor, el que se le conceda… Si el ser humano no lo toma, dicho mensaje quedará latiendo de cara a su propia eternidad, diluyéndose el sentido para quien estaba destinado, aunque quedando indemne para alguna otra oportunidad, para algún otro ser, para alguna otra circunstancia… Los mensajes hacen a cada persona… por lo tanto, le pertenecen… Cada mensaje es, en sí mismo, una siembra destinada al alma… Las lecturas de los mensajes, siempre se producen dentro del ser… no dentro del cuerpo, sino del ser, esto es en su alma… en su espíritu… o en su consciencia… Las traducciones de los mensajes, siempre tienen lugar dentro del ser… no dentro del cuerpo, sino del ser en sí mismo, esto es en su alma… en su espíritu… o en su consciencia… Para entender un mensaje debe haber una cierta comunión entre el sí mismo, y el uno mismo, partiendo de la premisa que el sí mismo, es el ser revelado… mientras que el uno mismo, es el ser que porta un karma de cara a la eternidad… cuando ambos convergen sobre un mismo punto, produciendo una coincidencia cósmica, el mensaje será descifrado… cuando ello no sucede, no se produce, no tiene lugar, el mensaje será descifrado parcialmente, o no lo será… quedando pendiente de cara al futuro necesario… Para que exista un mensajero, siempre debe haber otro… Para que se registre la presencia de un mensajero, siempre tiene que existir un destinatario que reciba el mensaje y lo descifre… léase, debe existir otro, un prójimo que quede expuesto al mismo, lo entienda, lo digiera, y lo introyecte… No hay mensaje sin mensajero… No hay mensajero sin un otro… Debe tenerse en cuenta que el mensaje no pertenece al mensajero… Debe tenerse en cuenta que el mensaje ni siquiera pertenece a quien lo recibe… Debe tenerse en cuenta que el mensaje tiene vida propia y es independiente de sus extremos, tanto emisor como receptor… El mensaje pertenece a la circunstancia y sólo a ella… Cuando el mensaje es cósmico, el mensajero es sólo un intermediario… elegido por su capacidad para trasmitir lo que el mensaje conlleva en sí mismo… El mensaje celestial es una siembra que pretende agregar valor al futuro pendiente… El mensaje cósmico siempre se gesta por fuera del espacio tiempo terrestre… El mensaje cósmico siempre está destinado al conjunto humano… no importando quién lo recibirá primero… no importando quién lo descifrará primero… ya que dicho mensaje es motor de sí mismo, y una vez sembrado, se corporiza y toma entidad social, independientemente de quien supo transportarlo… Los mensajes cósmicos tienen una potencia universal, por lo tanto, nacen en el ámbito de la eternidad y se siembran con tanta fuerza que, nada ni nadie podrá impedir su diseminación… Cuando el mensaje es humano, el mensajero depende de la calidad de sus intenciones… Los mensajes humanos son de vida relativamente corta, y aunque perduren durante siglos, o milenios, los mismos tendrán una representatividad limitada… La diferencia entre lo cósmico y lo humano reside en la eternidad misma…

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