lunes, 6 de febrero de 2023

CONVERSACIONES DE ÁNGELES©… Memorias de encuentros en el Tíbet Autor: Víctor Norberto Cerasale Morteo® LOS ÁNGELES DE LA SALA

CONVERSACIONES DE ÁNGELES©… Memorias de encuentros en el Tíbet Autor: Víctor Norberto Cerasale Morteo® LOS ÁNGELES DE LA SALA El océano me eligió… Moana (de Motu Nui)
Crédito: foto del autor En el karma la gente trae su esencia… de hecho, en el antiguo idioma tibetano, karma no es otra cosa que esencia… eso que eres y no puedes dejar de ser… eso que se identifica con el aura y que aquellos que la ven, descubren en el silencio y aprecian o desprecian… es la entidad de la identidad genuina, no la de la partida de nacimiento sino la que contiene tu verdadera historia, esa que no es terrestre… esta humanidad densa y monetaria no tiene una cultura humana de ver auras, por consiguiente los karmas pasan desapercibidos hasta para quienes lo portan… es decir, karma no es lo que llevas en la piel… es eso que atrae o que produce rechazo… ese singular magnetismo del que algunos hablan… ese singular polo negativo que algunos captan y que los obliga a tomar distancia… luego, el karma no es una cuestión tibetana… no pertenece a la cultura tibetana… es el contenido universal que identifica a un espíritu, poniendo en evidencia su trayectoria cósmica… un contenido que va mucho más allá de un zodíaco… ya no sólo eres los astros de tu cielo de hoy, sino que eres los astros de todos tus cielos pasados… esos astros son consigna del destino que vienes a transitar… contienen el motivo y la idea de aquella esencia que define al karma… más aún, el karma contiene el “origen” de cada esencia, esto es su punto de inicio cuando amaneció en la eternidad, que representa su verdadero nacimiento… Por su parte, cada destino tiene sus vientos… por consiguiente, cada destino tiene sus aires… entonces a cada destino sus vientos… lo cual implica que no puedes transitar vientos ajenos… entonces a cada destino su aire… lo cual implica que no puedes respirar el aire de los otros… y así como tus vientos están escritos en tu libro de la vida… tu aire está impregnado en las hojas de tu árbol de la vida… representando algo semejante a un sello en la frente… un sello invisible para los prójimos en sus tiempos respirables, pero visible a los ángeles y sobre todo, visible a la eternidad de la cual procedes… a sabiendas que la eternidad de la cual procedes no es la misma eternidad de la que proceden los otros, los prójimos, los próximos… La eternidad es sólo cósmica para aquello intangible… luego, la verdadera eternidad trasciende el pensamiento humano y comprende el todo… yendo mucho más lejos de lo que existe para vos, o lo que existe para todos los demás… lo que existe está en el allá y no en el acá… de allí que los universos desborden de vida y de formas de vida que el humano no reconoce como tales… porque según los sentidos humanos, lo que existe debe revelar una inteligencia cercano a lo humano, sin caer en la cuenta que la inteligencia humana es pobre, limitada y hasta irracional… las pruebas están a la vista, ¿para qué profundizar?... no obstante, los virus poseen una inteligencia más elaborada que la humana… el hombre es la única bestia capaz de destruir su propio suelo, su propia casa, al sólo efecto de conseguir una moneda… una moneda que no le servirá para nada… y que lo condenará a ser espíritu sin cuerpo cuando le falte el planeta apropiado para nacer y continuarse… es decir, que este mismo hombre, no tiene planeta opcional, no tiene un segundo planeta, mucho menos un tercero, y peor aún, no tiene un planeta B y si los cree tener, estos son inalcanzables con los mecanismos disponibles… ya que sólo la Tierra le fue concedida por un rato y no más que eso… pero a pesar de las señales, el hombre sigue ciego y sordo, aunque no mudo, repitiéndose que es un equivalente a Dios… pensamiento estúpido si los hay… de allí que Dios esté lejos del hombre… partiendo de la premisa que en la eternidad no hay religión alguna… no hay judaísmo… no hay cristianismo… no hay islamismo… no hay budismo… no hay… porque en ella, eternidad, no hay cosas efímeras… no hay economías… no hay monedas… y sobre todo, nada se negocia, porque no hay nada para negociar… de hecho, la eternidad no se compra ni se vende… Los ángeles no sólo saben de alas… también saben de pensamientos, palabras e intenciones, y además, de segundas intenciones, donde el ser humano esconde su verdadera finalidad y su estrategia para atropellar al prójimo y despojarlo, procediendo de manera muy semejante a los dinosaurios depredadores que siempre andan con hambre… comen y comen… hasta que su condena es morir de hambre… porque se les acaba la comida… conocen entonces la intención oculta detrás de la intención que se recita… esa en general le hace creer al victimario que obtendrá algo, cuando en verdad, aquello que obtenga sólo le servirá como condena… no ante Dios, sino ante su propio espíritu… ante su propio sí mismo… ¿Sabes?, las salas de los hospitales están repletas de ángeles… nadie los ve, así es que se mueven libremente aguardando por el tiempo y el espacio de sus custodiados… en los pasillos se cruzan una y otra vez pero hablan poco entre ellos, ya que siempre andan concentrados en el segundo que sigue, un devenir inaccesible para cualquier humano… para ellos (ángeles) el segundo que sigue es un cúmulo de fracciones que ningún humano puede siquiera imaginar… asisten mientras tanto a las conversaciones de médicos y pacientes… a los divagues de ambos… a las suposiciones… a lo que cada uno hace en su sí mismo mientras habla con el otro… pero además, ven la enfermedad envolviendo a las personas, así como la ven desenvolviendo a las personas… ya que la enfermedad es una especie de capullo que surge (emana) del sí mismo… donde los médicos, sin ver el capullo, derraman su conocimiento intentando sacar al paciente del pozo… más o menos así, eso sucede… a veces el médico es un científico que está a la altura de sus circunstancias, y otras veces, el médico es un portador de miserias humanas cuya única finalidad es el negocio, curar para obtener dinero… porque el dinero es poder… y el poder lo aleja de la posibilidad de la muerte… de allí que el médico que no comprende y valora el dolor de su paciente, ni siquiera honra su título… Aquel día los ángeles daban vuelta como siempre, como todos los días, como a toda hora… deambulaban de piso en piso, total para ellos no hay distancias… pueden oír desde cualquier lugar y ver desde cualquier lugar, y por supuesto, pueden actuar desde cualquier lugar… estaban por todas partes… pero curiosamente se habían arremolinado en la sala de oncología pediátrica de ese hospital… ¿cuál hospital?... ya te dije que los nombres y los lugares no tienen importancia, así es que no insistas… ellos miraban y se miraban… existe evidencia que uno de los ángeles había tenido una conversación con uno de los niños internados… un niño que la venía padeciendo duro… pero que, consubstanciado con su ángel, no le temía a nada y estaba en una paz singular consigo mismo… esa paz que envuelve al alma protegiéndola de los actos humanos… Su médico, daba vueltas por las habitaciones visitando a otros pacientes, pero en su cabeza acudía una y otra vez ese paciente distinguido por una empatía extraña… ambos se tenían en la mente… y aún ocupados en otros menesteres, la imagen de cada quien acudía a la cabeza del otro… se supone que el médico suponía el final… se supone que el paciente niño sabía a la perfección que estaba consumiendo su tiempo a una velocidad casi luz… El médico cortó su recorrida y regresando sobre sus pasos fue a la sala donde estaba internado el niño… al llegar vio al niño como esperándolo… y este (niño) sin vueltas le dijo: “doctor”, ¿cuál es tu miedo?, y sin dejarlo contestar, siguió… a nuestro alrededor hay tres ángeles, uno por cama, o mejor dicho, uno por cada una de las almas que están en esta habitación… los tres moriremos en distintos días… cada uno de nosotros padeciendo enfermedades que parecen semejantes pero no lo son… mi dolor no es el dolor de ellos y el dolor de ellos no es el mío… puede dolerte mi dolor, pero eres incapaz de dimensionarlo, mucho menos de comprenderlo… está bien que así sea… tú eres médico porque asumiste tu talento… pero no eres ángel… así es que tu rol es permanecer entre los vivos, mientras los ángeles acompañan mi destino así como el de los otros dos pacientes… tú también tienes tu ángel, aún cuando no lo veas… puedo verlo y puedo conversar con él, así es que sé que no voy estar mucho tiempo de este lado… el médico escuchaba con atención pero sin sorpresa… el niño siguió… dentro de tres días moriré y todos tus esfuerzos habrán parecido en vano… nada es en vano… cada uno da lo que tiene para ofrecer a su prójimo, tú tienes calidad humana que enaltece tu condición humana… eres una buena persona, fiel a sus principios… aquí los enfermos somos pequeños pero somos buenas personas porque somos fieles a nuestras esencias… somos pequeños esta vez y a tus ojos, pero contenemos una historia que nos excede y que revela lo que hemos sido antes, en otros tiempos, en otros espacios, en otras humanidades… a lo que somos desde la eternidad de la que venimos y hacia la cual nos dirigimos… no temas… estoy en paz conmigo mismo y con mi enfermedad, así es que mi muerte sólo liberará un espacio y me regresará un tiempo… en el breve lapso que he estado aquí hice lo poco necesario que estaba a mi alcance, y mi muerte será una lección para quienes componen mi familia… les costará asumirlo y les costará entenderlo, pero a su tiempo, lo harán… vete a tu recorrida… sigue con los que seguirán aquí un tiempo más… dales el conocimiento que tienes… ya que la custodia depende de los ángeles y sólo ellos conocen el destino de cada uno… sobre eso no puedes hacer nada… más aún, no debes hacer nada, porque no puedes impedir lo que debe suceder… no puedes evitar lo inevitable… por favor, déjame conmigo mismo… me ves pequeño, pero según mi karma soy más viejo que tu”… el médico se incorporó, sintiendo que había oído hablar a Dios… tomó de la mano a su paciente niño, lo abrazó… y se alejó pensando que alguien lo había bendecido a los dos… por un instante… por un segundo… por una fracción de segundo que se había sentido como un dejo de eternidad… El niño falleció a los tres días… y se fue junto con su ángel, feliz de haber dado un mensaje de eternidad a un mortal que había tenido la deferencia de enaltecer su calidad humana ante su prójimo… un simple niño… no veas al niño como un inocente del momento, en él hay una historia escrita e imborrable que lo trajo a ser quien es… él ha sido adulto tantas veces como su karma recita… él ha sido adulto tantas veces como su aura indica… el valor de las personas reside en el espíritu… y en ninguna otra parte…

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