viernes, 26 de mayo de 2023

MEMORIAS de un sin techo © [2] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

MEMORIAS de un sin techo © [2] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®
Imagen crédito: Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes https://www.facebook.com/photo/?fbid=10226000282025346&set=a.1573485948783 Uno asume que todos los días amanece, se acostumbra a ello, y asume que es normal, se repite todos los días, por lo tanto, está bien que así sea… uno mismo entiende que todos los días hay un ocaso, una puesta de SOL donde todo se guarda para enfrentar la noche en ciernes, asume que eso es así y no puede ser de ninguna otra forma, por lo tanto, lo da por bueno y lo acepta de buen grado… naturaliza el amanecer así como el atardecer… asimismo, uno asume que durante el día, el cielo se ve azul, y del mismo modo, uno mismo asume que durante la noche, el cielo se torna de un negro profundo que se tachona de estrellas, mundos donde reboza la vida en otras formas, con otras expresiones, tan diferentes que se intuyen aunque no se pueden comprender… el día, entonces, se naturaliza por los verdes intensos y por el azul del cielo, mientras que las noches se asocian con las estrellas, con el universo traducido a luces destellantes… se admite que está bien que así sea, que es normal que así sea, y curiosamente, salvo que llueva, el paisaje se repetirá una y otra vez, mientras vivas… en dicho punto, amanecer es sinónimo de despertar… en ese mismo punto, atardecer es sinónimo de recogimiento… en ese mismo punto, la noche representa una convocatoria a la reflexión y el descanso… desde luego, la civilización humana de las ciudades tiene distorsionadas las figuras, porque el día surge entre cementos, se escurre entre asfaltos, se diluye entre paredes, y se esfuma entre encuentros y desencuentros con terceros, donde no siempre la hora que se transita es la misma que se representa mentalmente, por lo tanto, dicha figura está alterada respecto de la que se tiene en el campo, en el pueblo, en el caserío, en la distancia en cualquiera de sus formas… donde sí ocurre como te lo describí al comienzo… mientras que en los ambientes rurales la mente permanece abierta y algo distendida, en las ciudades, la mente es oclusiva y con mucha frecuencia, se la ve aturdida y confundida por la anomalía de los ritmos… todo eso hay que tenerlo en cuenta, porque influye decididamente en la condición humana de las personas… no es lo mismo levantarse observando muros, paredes, balcones, pavimentos, y vecinos inmediatos, que hacerlo apreciando la distancia al horizonte… la actitud no es la misma, la conducta no es la misma, y los resultados, tampoco serán los mismos… la conexión con los muros crea una limitante mental, mientras que la conexión con el suelo y con el cielo, produce una expansión mental… en las ciudades hay una limitante psicológica, que se torna psiquiátrica y luego neurológica, opera de modo imperceptible pero hace mella en el ser humano que se acostumbra a vivir en un entorno limitado, repleto de limitaciones de tiempo y espacio, podría decirse encerrado… en el campo, la limitante no es el espacio tiempo, sino los condicionamientos económicos que impiden una expansión del ser reconociéndose a sí mismo… en medio de los despertares y en medio de los sueños, la Tierra gira, da vueltas, pero nadie es consciente de ello… el SOL aparece al amanecer y se oculta por la tarde, eso es sabido y no necesita de ninguna explicación, por lo tanto, que la Tierra gire sobre sí misma, es cuestión de astrónomos, no de la gente común… se naturaliza lo habitual, lo que se repite todos los días… el ser humano lo mide en años de vida, pero si se lo analiza temporalmente desde lo universal, dicho tiempo de vida no es más que un destello, y quizás, ni siquiera llegue a ello, sin embargo, el ser humano piensa en la unidad del año y se convence a sí mismo que se trata de mucho tiempo… Sucede algo parecido con las estaciones… todos los años hay un invierno, todos los años hay una primavera, todos los años hay un verano, y todos los años regresa el otoño, las sensaciones indican que así es… se naturaliza que los ciclos se repitan siempre… entonces, el ser humano sabe que durante un lapso padecerá frío, mientras que otros padecerá calor, nada que no se pueda soportar, o bien, nada a lo que no se puede acomodar… sabe que es así, y lo acepta… algunos preferirán el calor y otros harán lo propio con el invierno… nadie sabe de qué depende, pero esto es así, entonces hay que admitirlo… el ser humano se adapta a la presencia de lluvias y utiliza paraguas o algún medio que lo proteja de ello… pero, cuando se producen períodos de sequía, el instinto indica que algo no está bien, y se pone en alerta, porque la falta de agua de lluvia es ciertamente peligrosa, una vez más se adapta, pero dicha realidad produce cierto desconcierto y una peor incomodidad… ambas situaciones, lluvia y sequía, son naturales, y nada se puede hacer ni por la primera ni por la segunda, así es que se las acepta según las ocurrencias del clima… para los especialistas dependerá de la temperatura de los océanos, pero para el común de los mortales, no habrá idea de por qué la lluvia, ni de por qué la sequía… todo sucede porque sucede y nadie es capaz de evitar lo inevitable… como sea, muchos entienden que el agua desde el cielo, es una bendición… pero cuando esa misma agua se torna abundante, el humano es incapaz de dominarla, quedando a su merced… a pesar de ello, a pesar del tiempo que hace que el humano pulule por la Tierra, este, el ser humano, no ha logrado obtener beneficios concretos del agua de lluvia y cuando esta abunda, el ser humano se ahoga… aunque muchos aseguren lo contrario… Hay otros momentos de la vida que son así y se asumen como tales… tocas una tecla y se enciende la luz, eso está bueno, si no la necesito toco otra vez la tecla y la luz se apaga… giras una canilla y sale agua, eso está bueno, si no la necesito giro la canilla para el lado inverso y el agua deja de salir… es natural, se siente natural, se siente habitual, ocurre todo el tiempo, así es que todo es natural y se repite constantemente… nadie recapacita de dónde sale la luz, ni tampoco nadie conoce el recorrido del agua… en muchos lugares de la Tierra, donde no hay energía eléctrica, todo se concentra en la luz que emana de velas, de farolas, de mecheros, o de linternas, entonces la luz ya no es tan natural, salvo que se trate de la presencia solar, salvo que se trate del día… donde no hay energía eléctrica, tampoco hay agua, entonces hay que apelar a las bombas de mano, por lo que la presencia del agua se reconoce como dificultosa, valorándose cada gota de ella por el esfuerzo que demanda conseguir que ella aparezca… una vez más, hay cuestiones económicas mediante que condicionan lo que el ser humano pueda hacer con la electricidad que provee la luz, o bien, lo que el ser humano pueda hacer con un jarro con agua… la apreciación del valor no es la misma donde hay una tecla o una canilla, que aquella donde no hay ni una cosa ni la otra… lo que para uno es natural, para el otro no lo es… la consideración de unos no tiene nada que ver con la consideración de los otros… hay una diferencia en el sentimiento de la necesidad por la conservación de la luz y del agua… lo que para los primeros es algo sencillo de conseguir, para los segundos se torna complicado… sin embargo, ambos reconocen que la luz ilumina las noches o los lapsos de oscuridad, y ambos reconocen que el agua es algo imprescindible, una necesidad que condiciona la existencia… Hay muchas cosas que se naturalizan además del amanecer y del atardecer… hay muchas otras cosas que se naturalizan además de la energía eléctrica que ilumina y del agua que sale por una canilla… se naturaliza lo que uno siente ante determinados estímulos… uno reconoce la alegría tanto como reconoce el sentido del humor… asimismo, uno reconoce la tristeza y sus momentos, del mismo modo que reconoce el llanto, el pesimismo, la desazón, la decepción, la desilusión… reconocer dichos estados demanda tiempo, demanda sensibilidad, demanda aprendizaje… uno aprende a reírse y también aprende a sentirse triste, ya que hay hechos que determinan o una cosa o la otra, dependiendo de lo que hagan los demás con uno mismo… si te sientes amado, tenderás a estar alegre, pero si te sientes despreciado, tenderás a estar triste… nadie puede impedir lo que sientes, hay algo dentro tuyo que lo hace evidente y lo que se siente es irrefutable… podrán no entenderlo los demás… podrá no importarle a nadie… pero tú reconoces lo que sientes y te das cuenta de cuándo todo está bien, y te das cuenta de cuándo todo está mal, nadie tiene que explicártelo, porque todo eso se siente… algo agrada o molesta en el alma, así como algo agrada o molesta en el espíritu, pero curiosamente, lo que agrada llega a la consciencia, y lo que molesta también… nadie sabe dónde está el alma, como tampoco sabe dónde está el espíritu, y mucho menos sabe dónde queda la consciencia… se las asume como parte del cuerpo, pero nada de ello tiene que ver con el cuerpo, ya que todo está por fuera de él, en algún espacio contiguo, pero algunos se dan cuenta que todo eso no pertenece al cuerpo, sino a la existencia, mientras que otros entienden que lo que único que importa es sentir la densidad del cuerpo… como sea, el cuerpo no te pertenece, te lo prestan mientras dura la vida, pero luego lo descartas y sigues siendo el mismo que eras cuando decías respirar, cuando decías vivir, cuando tenías ojos para mirar, cuando tenías oídos para escuchar, cuando tenías piel para sentir… cuando no tienes el cuerpo, te das cuenta que sigues siendo el mismo que antes eras, y que, extrañamente, ves, oyes, y sientes igual que antes, entonces caes en la cuenta que el alma a la que hacías referencia, el espíritu al que hacías referencia, y la consciencia a la que hacías referencia, estaban en tu esencia, no en tu cuerpo… el cuerpo era solo un pacto ocasional, concedido para transitar la vida… no se trataba de existir sólo mientras respiras, sino que la existencia en sí misma trasciende la vida… la supera… pero todo eso recién se reconoce después de la mal llamada muerte, donde ya no le puedes contar a nadie que te diste cuenta de cómo eran las cosas… quizás en ese mismo punto, te das cuenta que el día y la noche son una ilusión… quizás en ese mismo punto, descubres que la luz es mucho más que una entidad expresada en una tecla, o bien, te encuentras con que el agua domina todo lo que existe, condicionando ya no la vida, sino la propia existencia… pero, como sea se lo quiera entender, cuando te cae la ficha, ya no estás en capacidad de contárselo a los que se dicen vivos… los que están a tu alrededor, están en la misma condición, así es que ninguno de ellos puede contar lo que sabe… a veces, hay intentos mediante sueños, llegar en sueños es algo prodigioso, pero la mayoría de los mortales despiertan olvidando, o bien no recuerdan lo que soñaron, o bien, niegan las evidencias, así es que todo continúa igual, sin que nadie atine a descifrar el mensaje… esto es que todo sigue igual, y sólo muy pocos humanos entienden la señal recibida, pero siempre optan por guardarla en el mayor de los silencios, a efectos de no ser tomados por locos… señalar con el dedo al diferente, es una cuestión habitual entre los humanos, así es que todos los involucrados evitan el ponerse en evidencia ante los demás… lo que para unos pocos es aceptable o entendible, para la mayoría no lo es… hay algo que los hace distintos, diferentes, y lo que los hace distintos reside en la sensibilidad, por lo tanto pertenece a la esencia, así es que eso diferente está en el alma, así es que la desigualdad parte del espíritu, de modo que lo diverso se percibe mediante la consciencia… el mundo se caracteriza por la heterogeneidad de la existencia, así es que nadie necesitaría la explicación de nadie para comprender lo que le resulta evidente… Mientras algunos sienten el valor de la propia vida, otros la niegan, se sienten incómodos con ella, o simplemente la desmerecen… mientras unos honran su tiempo, el concedido como gracia, otros blasfeman su destino y hacen lo propio con sus circunstancias… ¿de qué depende?, de lo que llevan dentro de su esencia… si en la esencia hay luz, la voluntad se concentra en honrar los momentos… pero si en la esencia hay tinieblas, la voluntad se focaliza en destruir al otro, o bien, socavarle las bases, o bien, destruirle lo que tiene mediante la envidia, o bien despojarlo de lo que tiene mediante la codicia, la avaricia o la angurria de pretender devorarle la existencia, o simplemente mentirle, o simplemente engañarlo, o simplemente atropellarlo, desplazarlo, e inmediatamente después, negarlo… la humanidad es una entidad compleja de innumerables diferencias que provienen de lo que se lleva en el interior del sí mismo, y la distancia entre los unos y los otros es tan grande, que siempre, de alguna forma, se pone de manifiesto… al ponerse en evidencia lo que se lleva dentro, también queda en evidencia lo que hay dentro de dicho ser… lo que se pone en evidencia no es cuestión de cuerpo, ni de rostro, sino de algo que emana de ese ser… si el ser es despreciable, la existencia de ese mismo ser lo será… entonces, alguien se dará cuenta y tomará distancia para evitar ser víctima de la miseria humana, o bien, para evitar ser víctima de la estupidez humana que refleja dicha alma… como sea se lo quiera entender, cada persona es un universo con el que tiene afinidad… es decir, hay una sintonía cósmica con la luz, o bien, hay una sintonía cósmica con las tinieblas… la sintonía cósmica pone en claro quien es quien, ante el otro, ante el prójimo, siendo el mismo otro o el mismo prójimo quien lo percibe en su propio sí mismo… si la persona es de su misma estirpe, buscará permanecer cerca, pero si se trata de una persona de otra estirpe, que no se siente familiar, buscará estar lejos, lo más lejos posible, evitando cualquier contacto que lo coloque en una situación de desamparo… esto se repite todo el tiempo… siendo que muchas veces reina la confusión, y dicha confusión conduce a desencuentros que se hacen recurrentes hasta que algo quiebra el discurso y todo regresa a una normalidad donde, la víctima buscará un amparo, donde el que ejercía la función de victimario buscará denodadamente una nueva víctima, o varias de ellas… eso también se repite todo el tiempo… Todo eso que te describo me pasó… aquella que parecía ser alguien iluminado, estaba envuelto en tinieblas que, en un momento no se percibían, pero que se fueron aclarando con el tiempo… esto es que tuve el tiempo para darme cuenta que lo que parecía bonito, no lo era tanto, o bien, escondía un singular todo lo contrario que tenía que ver, esencialmente, con su madre, con su estatus cósmico, con su necesidad de producir daño en los otros, con su imperiosa necesidad de manipular las situaciones y a las personas que había en ellas… también tenía que ver con un ejercicio de destrucción del otro para resaltarse los dones de la manipulación y la mentira, y la brutal capacidad de dispersar la mentira para que nunca se supiese cuál era la verdad… se trataba de un ejercicio de menor a mayor que sucedía en el lado materno de la familia… primero te atraían, luego hacían que te cobijaban, luego hacían que te sintieras cómodo, luego se iniciaba un ejercicio ritual para sacarte todo el jugo que fuese posible, luego te desmerecían, luego te humillaban, y finalmente iban por tu destrucción, porque ya tenían disponible a tu reemplazo con el que jugarían la misma partida… apelando a cualquier artilugio que fuese funcional al ritual en cuestión… lo hacía la madre… del mismo modo que lo había hecho la madre de la madre, y los hermanos de la madre… por lo tanto, dicha funcionalidad esencial, podía detectarse en la hija mayor, y curiosamente, en la menor… se trataba de un ejercicio aceitado que se repetía una y otra vez y que demandaba tiempo para ser descubierto… el tiempo podía de ser de algunos días, en el mejor de los casos… el tiempo regular era de muchos meses, porque las redes operan de manera antojadiza y cada quien las entiende como le viene en ganas… el tiempo real era de muchos años, porque los rituales se modificaban continuamente, alterando el lugar pero obligando a los actores circunstanciales a adaptarse a muchos cambios que distorsionaban la realidad de manera secuencial, entonces lo que hoy distraía, mañana se desvirtuaba cambiando el contexto y confundiendo a cualquiera que tuviese buenas intenciones… la confusión, entonces, era algo semejante a un reino donde se señalaban culpables a medida de cada circunstancia… siempre se reiteraba la historia, aparecía un culpable de ocasión, dicho culpable era humillado públicamente, dicho culpable era denostado, la circunstancia era manipulada, se obtenía uno o más beneficios, se limpiaba el escenario para que no quedasen rastros, la historia volvía a empezar como si nada hubiese ocurrido… pero los culpables de ocasión no lograban desentrañar ni cuándo ni cómo había aparecido el problema, ni cómo era que ellos mismos habían caído en la categoría de culpables… vi esta escena en reiteradas ocasiones, pero nunca me terminaba de caer la ficha, hasta que un golpe de timón me produjo la duda, dicha duda me condujo a la necesidad de un reconocimiento, este me llevó a darme cuenta que las cosas no encajaban tal cual se las recitaba, el desencuentro produjo en mi ser un análisis profundo de la anomalía, esta me puso en evidencia la magnitud de la alteración, y esto, finalmente, me hizo dar cuenta que la mentira se veía asistida por un cúmulo de otras mentiras que deformaban la realidad, acondicionándola para conseguir el objetivo que se traducía en un resultado económico, y la denigración de personas que no tenían nada que ver con el asunto… una experiencia condujo a otro experiencia donde el experimento daba el mismo resultado… dichas experiencias se transformaron en evidencias, y todas ellas me condujeron a tener en claro cómo y cuándo se habían urdido tantas mentiras, cómo habían sido manipuladas, y cuáles habían sido los resultados, por lo tanto, quedaba claro que habiendo participado de tantas experiencias, una de las variables utilizadas había sido yo mismo, utilizado como testigo, como espectador, como variable de ajuste, como partícipe necesario, y desde luego, finalmente, había caído en la cuenta que sin quererlo, había sido objeto de numerosas manipulaciones donde nunca me había dado cuenta de lo aberrante de las situaciones, hasta que una, una sola, me despertó del letargo, de golpe, sin anestesia, y el dolor fue tanto que quedé aturdido… revoleado por la circunstancia… Una vez que me di cuenta de la manipulación, permanecí a un costado de las circunstancias, transformado en observador, en primera instancia, luego tomando distancia hasta apreciar cómo se jugaba con las variables, más tarde verificando el volumen de las mentiras esgrimidas para deformar la realidad inventada… entonces, cuando descubrí que ese no era mi lugar, ni mi casa, ni mi techo, ni mis cosas, ni mi vida, comencé a diseñar mi salida, aunque la misma se vería sorprendida por nuevos artilugios y peores manipulaciones, porque quien manipula jamás se convence que ha sido descubierta… los manipuladores no asumen lo que hacen, porque lo que hacen sucede con total naturalidad, con el mayor de los desparpajos, y sin que nadie lo note… dado que los culpables aparecen y desaparecen, eso les favorece la creación de nuevos y mejores escenarios donde siempre se apoderan de los remanentes, y de los resultados inesperados… en varios momentos de distintas historias, habían conseguido en una operación conjunta, tener siempre todo a su nombre, a nombre de ellas, madre, hermana mayor, hija preferida o desdeñada, la menor… siempre habían manejado todo como para ser quienes venían a resolver el problema de los otros, entonces nadie dudaba que tener las cosas a su nombre, resolvía la coyuntura del poder y ello favorecía a las víctimas en cuestión para seguir adelante con el ejercicio de la voluntad y sobre todo, de los esfuerzos consecuentes… lo habían hecho con el abuelo paterno… lo habían repetido con el hermano marginado… lo habían reiterado con los tíos lejanos… lo habían conseguido con todos los demás que se habían cruzado en situaciones semejantes… siempre consiguiendo el objetivo de tener numerosas propiedades a su nombre, no una, no dos, no cinco, muchas… no eran personas de bien, eran estafadoras profesionales, no sólo de bienes y recursos, sino de sentimientos… eran viudas negras que atraían mediante sus vaginas y sus encantos, para inmediatamente tejer alrededor de la víctima, atraparla y secarla… dicha conducta nunca tuvo en cuenta la posibilidad de que una de las víctimas se escaparía, pero igualmente se quedarían con todo debidamente registrado a su nombre… no era una propiedad, eran muchísimas, incluyendo en ello, chacras y sus respectivas casas, departamentos, casas, terrenos, lo que fuese sirviera para contar con un respaldo económico… incluyendo en ello ser marchantes del apoderamiento de obras de arte… incluyendo en ello apoderarse de metales preciosos y diamantes… incluyendo en ello apoderarse de colecciones que iban desde una estampilla hasta monedas antiguas… cualquier cosa que tuviese algún valor, era un objetivo preciado por ellas… es decir, la perinola siempre caía en tomo todo, y eso lo sabían hacer a la perfección… quien se apodera del huerto ajeno, se asume inmortal ante el Dios que la rige… eso te hacen creer cuando vendes tu alma, no lo olvides… Darme cuenta me llevó años… los años me demandaron mucha reflexión… hubo dolor, y claro que lo hubo… darte cuenta tiene sus costos… pero a mediados de los setenta ya tenía evidencias que no supe detectar a tiempo… más tarde, en los ochenta, todo comenzó a tomar dimensión catastrófica, pero dado que estaba muy ocupado viajando de aquí para allá, las circunstancias se vieron desvirtuadas y acomodadas para que todo apareciese bajo un signo de normalidad… ya en los noventa, todo era demasiado evidente, espantosamente evidente, hasta que encontraron el mecanismo para sacarme de encima… en dicho momento estaba claro que mucha gente de la familia habían muerto apabullados por circunstancias que no lograban entender, todos del lado paterno, se habían consumido indefensos ante una operación de viudas negras… no era uno el muerto, sino muchos… agobiados por realidades inexplicables… esperaba que viniesen por mí, y así lo hicieron… inventaron un nuevo escenario, fabricaron la circunstancia, echaron una culpa mediante una mentira monumental, y tejieron la escena a medida de lo que obtendrían… no me quedó más remedio que irme con lo puesto… pero como lo había visto venir, estaba preparado… no había dimensionado la magnitud de las capacidades, pero al saberme presa, había pensado en todas y cada una de las potenciales vías de escape… ellas eran dueñas de todo, así es que no quedaba otra cosa que irse… después de todo, el despojo es el menor de los problemas, pero siempre hay que considerar mayores variables… la maldad cambia su forma y se ajusta a la desesperación de la víctima… si la víctima se ve cercada, indefectiblemente será atrapada y masacrada… si te resistes, el dolor se acrecienta y la confusión, también… sin embargo, cuando te liberas mentalmente, antes que se produzcan los hechos, las posibilidades de huir indemne aumentan, y eso mismo, los victimarios no lo contemplan, así es que darse lo impensado, podrás descubrir el portal que te conduzca a la salida oportuna, antes, justo antes que se produzca el sacrificio… Después de todo, irse, era el menor de los problemas… Después de todo, verse obligado a comenzar de cero, era el menor de los problemas… Después de todo, atender cómo habían sido manipulados los hijos, era un problema que no se podía resolver… Después de todo, comprender cómo habían sido manipulados los amigos, era algo que estaba fuera del alcance de lo eventualmente corregible… mucho menos era recuperable… Después de todo, ver cómo se habían manipulado las circunstancias, era algo que no se podía rectificar… Después de todo, el pasado consumado no puede ser modificado… Después de todo, este sueño, no es más que un sueño que describe una ficción que jamás tuvo lugar… Asumí que el tiempo ordena el caos… lo transforma en orden… poniendo en evidencia las mentiras, y al mismo tiempo, dejando en claro la verdad escondida durante tanto tiempo… justamente, el orden demanda tiempo, en efecto, pero sucede que el tiempo no existe… por consiguiente, la verdad depende de quién la entiende siguiendo su propio criterio de oportunidad… o no… lo que suceda con los testigos, es algo inherente a ellos… no puedes hacer nada para cambiarles las cabezas, mucho menos las almas… el tiempo, produce efectos maravillosos en quienes fueron objeto de manipulaciones… algún día, alguna vez, les caerá la ficha… MEMORIAS de un sin techo © [2] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

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