lunes, 22 de mayo de 2023

MEMORIAS de un sin techo © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® [reflexiones al amanecer]

MEMORIAS de un sin techo © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® [reflexiones al amanecer]
Imagen crédito: Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes https://www.facebook.com/photo/?fbid=10226281613218450&set=a.1573485948783 Es necesario aclararte algo de entrada, todo esto es una ficción que ni siquiera puede tildarse de novela, ya que de existir, demostraría lo aberrante del ser humano, y supuestamente, según algunos, el ser humano es inteligente, hábil, superador de sus propias circunstancias, y siempre aprende de sus propias experiencias (no es así, pero no importa)… tampoco puede ser un cuento, porque demandaría ciertos giros literarios que no podrían estar insertos en la historia… por lo tanto, se trata de una ficción, proveniente de un sueño que se parece a una pesadilla, donde todo lo que se diga es relativo y acorde a quien lo lea, que hará sus propias interpretaciones sobre párrafos y frases, entendiendo según lo que cada lector contiene como recursos de interpretación, la comprensión de textos suele ser distorsiva y lo que para unos es una cosa, para otros resulta ser algo distinto, siendo que la distorsión proviene de lo que hay dentro de cada persona… como sea se lo quiera entender, es una ficción contada en primera persona, pero dicha persona no soy yo, sino otro distinto a mí, una entelequia que supera la imaginación de cualquiera ya que el yo que se expresa está condicionado por la memoria de un sueño anómalo… parece que lo escribiera yo, pero no se trata de mi sino de un supuesto yo que también es ficticio, por lo tanto se trata de algo que no se puede clasificar en ningún género literario… sugiero, entonces, no perder de vista los renglones, porque los mismos contienen vueltas que no pueden desentrañarse en la primera lectura, aunque sí quizás en alguna posterior, o quizás nunca… mi escritura es para pensar, no para darle una leidita de primera mano, soy consciente de que lo que lees, se te pega en el alma… habrá quien diga que todo lo que se expresa es una vil mentira, pues tendrá razón para decirlo, porque esa interpretación le pertenece según lo que dicha persona tiene adentro del sí mismo… asimismo, habrá quien diga que todo lo que se expresa sugiere una verdad velada, y también tendrá su razón al pensarlo o al decirlo… para alguien, para alguno, o para muchos, esto sonará a mensaje cósmico, pues también tendrán razón… como siempre, todo es subjetivo y depende de quien lo toma, sin embargo, estos hechos jamás sucedieron, jamás tuvieron lugar, nunca pasó lo que se relata, y cualquier parecido con algún sentimiento, con alguna sensación, o con algún recuerdo, no será más que una mera coincidencia… sin embargo, el texto aspira a revelar alguna experiencia subjetiva que valga la pena retener en la memoria, así como también, proveer alguna experiencia inolvidable donde alguien, o alguno, pocos, o muchos, se vean identificados, y quizás hasta reflejados… la ficción siempre conlleva un dejo de realidad que alguien transitó, así es que uno debe asumir que siempre hay puntos de contacto con los sentimientos de alguien… pero no es mi intención avergonzar a nadie, mucho menos denigrar a nadie que exista, porque nadie merece ser humillado y mucho menos públicamente… cada uno es como lo que es, responde a su esencia, y arrastra un karma que lo expone, tarde o temprano, a lo que porta en su espíritu… dicho de otra forma, se puede ocultar lo que se es durante un lapso reducido, pero finalmente siempre se muestra la hilacha y el rostro queda en evidencia… reitero, entonces, se trata de una ficción que no califica para novela, y ni siquiera llega a ser un cuento, no sé cómo calificarla, por lo tanto pertenece a la idea que cada uno se haga de lo que lee… lo que para unos suena a catástrofe, para otros es una liberación, y para otros una cuestión de regocijo… lo que cada uno encuentre, o logre descubrir, corre por cuenta y cargo de cada lector, por lo tanto excede mi responsabilidad, así como excede mi compromiso para conmigo mismo… como inventor de mi propio fracaso, me doy el lujo de trasmitirte una ilusión con forma de historia… Le llamo memorias de un sin techo, así como podría llamarlo de otra forma… hay muchas formas de no tener un techo donde cobijarse… de alguna forma, puede ser que se tenga el techo, pero que en la práctica, dicho techo sólo conserve vanidades exacerbadas en los otros, pero no en el uno mismo, por lo tanto, ese mismo techo que guarda a algunos, no tiene el mismo resguardo para con otros, que se sienten separados, o discriminados, o simplemente, usados y desechados… las paredes contienen aquello que cada uno construye para sus adentros, por lo tanto, hay paredes que sirven para unir sentimientos, mientras que otras solo sirven para separarlos… a veces, las paredes que unen a unos, debido a intereses en común, sirven para separar a otros, que no tienen los mismos intereses, y de alguna forma, los primeros inventan mecanismos para tomar distancia de los segundos, o bien, encuentran la forma de quitárselos de encima, ya sea mediante mecanismos miserables, así como legales… desde luego, la miseria humana juega un papel preponderante en el valor del techo, como también en el valor de las paredes… ya que esa miseria humana fabrica el escenario para desplazar a aquellos que no encajan dentro del paisaje que los miserables entienden como necesario para sus fines… el ser humano miserable, además de serlo, resulta ser voraz… no hay nada que le alcance, no hay nada que lo satisfaga, y nada le resulta suficiente… cuando dicha condición miserable se une a la soberbia de un ego exacerbado, la resultante puede ser un cataclismo de persona… una persona con la capacidad de captar la atención de cualquiera, de uno, de más de uno, de muchos, a quienes utilizará hasta el hartazgo para luego destruirlos, siempre mediante la manipulación de las circunstancias… las paredes hablan, pero nadie las escucha, por lo tanto estas historias siempre permanecen ocultas al mortal… Las paredes se impregnan con lo que las personas que residen entre ellas emanan… si hay amor, las paredes se impregnan de amor… si hay conveniencias, las paredes se impregnan con ellas… si hay rencor, las paredes capturan el rencor y lo hacen propio… si hay odio, las paredes funcionan al modo de espejos, desparramando el odio en todas las geometrías… como sea, lo mismo sucede con los techos, donde los sentimientos se estrellan y descienden multiplicados… por supuesto, nada de esto puede verse con los ojos, pero sí se percibe mediante las sensibilidades que componen a cada ser, así es que mientras la miseria toma entidad y se multiplica entre los seres humanos densos, los que no lo son, y guardan ciertas sensibilidades, perciben que algo está mal, afectándolos de menor a mayor, hasta que, en algún momento, sienten que el lugar no los contiene, y además, los expulsa… en dicho punto, hay gente que se queda por necesidad, mientras que otros, quizás los más sensibles, huyen despavoridos, porque no soportan la humillación constante que promueven los miserables… de alguna forma, la dignidad impulsa a los sensibles a irse de un espacio que les resulta hostil… la miseria humana de muchos no se ve con los ojos, pero duele en el alma, y puede percibirse a la distancia… Las memorias de un sin techo, podrían llamarse también memorias de Colonia Hinojo, lugar que supe habitar en mi niñez, y que amé con toda mi alma… o bien, memorias de San José de Flores, donde compartía tiempos con personas que no eran de mi agrado, también durante mi niñez… o bien, memorias de Bacacay, igual que el anterior pero más preciso, más específico (contiguo a la Plaza de San José de Flores)… o bien, memorias de Villa Celina, donde atravesé parte de mi niñez y parte de mi adolescencia, en condiciones de las que mejor no hablar… o bien, memorias de Cramer, donde viví unos diez años, comenzando a descubrir quiénes eran los otros que se decían buenos… o bien, memorias de Alta Córdoba, donde residí durante un año a pura voluntad, donde el futuro me fue revelado… o bien, memorias de Ranchos, donde supe refugiarme una y otra vez, hasta que con ardides inhumanos me fue quitado… o bien, memorias de Goyena, donde quedé atrapado entre la miseria humana de los otros y la estupidez, también humana, de esos mismos otros… o bien, memorias de un sin techo, justamente, donde la pasé algo más que mal, mientras que muchos de los demás la pasaban mucho más que bien, a mis costillas… o bien, memorias de un indigente, donde me descubrí despreciado y traicionado por quienes se suponía que me amaban, al menos eso decían con habitualidad, para luego revolcarse con la mentira… o bien, memorias de Joinville, donde viví un tiempo y algo más, ejerciendo una dirección asociada en una planta industrial farmacéutica… o bien, memorias de Leverkusen y Dormagen, donde me encontré conmigo mismo, y con giros inesperados de la vida, que me aportaron amistades de un valor incalculable, y me descubrieron el valor de las personas auténticas… o bien, memorias de Köln, ciudad alemana que amo y donde he respirado mis mejores momentos… o bien, memorias desde París, donde estuve algo más que un rato… o bien, memorias de Cambridge, Massachusetts, donde recalé por cerca de once años en el mayor de los secretos… o bien, memorias de un olvidado… pero, siempre habrá memorias de alguien haciendo algo, y habrá razones para documentarlo, para escribirlo, para contarlo a quienes lo quieran oír, sin omitir que quien escribe lo hace para el uno mismo, como un ejercicio de memoria… pero en este caso la ficción es inapelable, y depende de una casualidad del destino, donde la suerte ha jugado a favor de alguien, y en contra de otro alguien, sin que nadie entienda por qué, sin que nadie resulte ser culpable de nada, sin que nadie deba asumir como propios hechos que no le competen a nadie… por lo tanto, nadie debe sentirse ofendido… a nadie le debe emanar el rencor que conserva en su alma y que ya demostró con holgura… nadie debería manifestar la incomodidad que estas líneas puedan provocarle… no tener escrúpulos te libera de cualquier compromiso, de cualquier obligación, y favorece el portazo de las conveniencias que, a estas alturas, se han apoderado de todo… la Tierra humana se debate entre el purgatorio de las almas de muchos, el infierno de las almas de otros muchos, y los paraísos perdidos de pocos, en un juego cósmico que nadie entiende y muchos menos logran desentrañar… El trabajo cuenta la historia de un sin techo consuetudinario que nunca logró tener nada a su nombre, aunque sí proveyó de muchas cosas y muchas casas a muchos otros, que jamás se dieron por aludidos… esos mismos muchos, u otros muchos, se vieron beneficiados por los hechos de aquel que no tenía techo, pero jamás tuvieron el tiempo necesario para darse cuenta, por lo tanto la historia se diluye siempre entre la duda y la confusión, viéndose sometida a los intereses y a las conveniencias de aquellos que, sin quererlo, encontraron todo servido en bandeja, o bien, encontraron algo a medias de sus intereses, o bien, encajaron sus conveniencias con los egos que los representan, o bien, inventaron realidades acordes con sus miserias exacerbadas… teniendo en cuenta que para los humanos, siempre hay alguien que gana y toma todo, y siempre hay alguien que pierde y se queda con las manos vacías… en ese punto, al primero se lo denomina exitoso… en ese mismo punto, al segundo se lo tilda de idiota, tonto, estúpido, débil… pues bien, ni lo uno, ni lo otro… el que se queda con todo, se queda con las cargas de lo que hay en la historia que se esconde por detrás, y quien se queda sin nada, simplemente se libera, quedando expuesto a lo que le depare el futuro incierto… como sea, nada es lo que parece a los ojos de los demás… así es que cada uno debería estar dispuesto a seguir el curso de los acontecimientos sin necesidad de juzgar a nadie, primero, porque nadie puede estar en los zapatos ajenos, y segundo, porque nadie puede opinar de lo que lleva al otro a tomar decisiones que modifican el rumbo del sí mismo… desde luego, la ignorancia que anida en ciertos muchos, hace que todo esto sea relativo, pero ese no deja de ser un problema de cada uno de ellos… como sea, esa misma gente no ha podido resolver cuestiones mínimas de su propia alma, por lo tanto, menos podrán comprender el sentido de este trabajo… la miseria humana impide pensar, así como impide razonar, y además, impide aplicar los sentidos de la lógica, justamente, porque la miseria humana es recalcitrante en sí misma, bloqueando la mente de quien la ostenta… nadie puede ser feliz si está peleado consigo mismo, está peleado con su destino, está beligerante con su propio espíritu, está en guerra con su alma, toma distancia de su consciencia y se transforma en un zombi de sus propias mentiras… MEMORIAS de un sin techo © es una reflexión tardía de cómo las circunstancias te envuelven y te empujan hacia adelante, para que, aun dándote cuenta de todo, lo aceptes, lo naturalices, y sigas andando como si nada hubiese cambiado… sin conceder importancia a aquello que no la tiene… concentrándote en tu propia vida, y contribuyendo a que tus hijos descubran la propia, siempre que se den cuenta por ellos mismos… contribuyendo a que otros se encuentren, aun cuando no lo hagan según tu sentido de la oportunidad… El trabajo pretende enseñar las peripecias de seres sensibles, rodeados por personas miserables, capaces de cualquier cosa para sacar ventaja, para obtener algún beneficio, para negar lo evidente, para fabricar culpables que satisfagan sus necesidades y sus comodidades, para crear los escenarios adecuados para que los culpables, siempre sean los demás, evitando tener ellos que cargar con alguna culpa… quien no se hace cargo de sus obligaciones de una vez, no lo hará nunca, aunque se lo rueguen, aunque se lo imploren, aunque se lo pidan de rodillas, porque quien está imbuido de soberbia, se auto percibe superior a todos los demás, se percibe más hábil que cualquiera, y se propone una continua superación a partir de la mentira elaborada con proyección hacia un mañana intangible… dado que dicho mañana no llega nunca, este ser auto creído superior se va olvidando a quien le dijo tal o cual mentira, por lo tanto se crea a su alrededor un laberinto de tragedias que lo atrapan y lo condicionan con la mirada puesta en ningún devenir, porque su intención es apoderarse de todo lo que se encuentre durante el hoy, evitando tener que posponerlo para algún mañana incierto… ¿te pasó?, me pasó, pero el sueño y la ficción no terminan nunca, y se proyectan hacia la confusión indefinida… Lamentablemente, mi memoria es demasiado buena… pero te reitero, el yo de estos párrafos, no soy yo, sino un ser ficticio, extraviado en la derrota humana de los idiotas que creen que me destruyeron… mientras tanto, aunque no lo creas, sigo soñando con ser yo mismo después de haberme perdido, tal vez, para siempre… MEMORIAS de un sin techo © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® [reflexiones al amanecer]

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