viernes, 21 de julio de 2023

AL MARGEN DEL OLVIDO © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® [MEMORIAS ACÚSTICAS - 6]

AL MARGEN DEL OLVIDO © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® [MEMORIAS ACÚSTICAS - 6]
Imagen crédito: Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes https://www.facebook.com/sedemiuqse https://www.facebook.com/photo/?fbid=10226950176572116&set=a.3763479457252 El ser humano cree que la memoria acústica comienza cuando se oye la voz de la madre, mediando el llanto de alguien que no sabe qué hace aquí, mediando el sueño profundo en el que se sumerge luego del nacimiento, mediando el trauma que se produce cuando se sale del confort de la madre para introducirse en la vida de los tiempos respirables, pero la verdad es que, si bien todo eso es real, forma parte de la nueva realidad de cada ser, en verdad la memoria acústica viene de mucho antes, ya que se prolonga mucho más allá de la muerte, y anuda al alma mucho antes del nacimiento… así es, la memoria acústica tiene inicio en el retumbar del propio pensamiento, cuando la existencia pareciera ser nada, y sin embargo lo es todo… hay consciencia de que la existencia no tiene rostro, esto es que no tiene cara, por lo tanto no hay una boca para decir, ni hay oídos para escuchar, así como tampoco hay ojos para ver y dimensionar, sin embargo, a pesar de ello, el ser que existe puede pensar, se da cuenta que siente sin necesidad de una piel, asimismo puede expresar lo que piensa y los demás lo entienden, puede escuchar todo lo que proviene del medio que lo rodea sin necesidad de orejas, y además, ve, tiene una acabada visión de lo que acontece a su alrededor, esto quiere decir que hay sentidos, más allá de los “sentidos”… entonces, cae en la cuenta que la existencia está más allá del nacimiento, era él mismo antes de nacer, y lo sigue siendo, después de morir, el ser no tiene nada que ver con el existir, de hecho se existe sin necesidad de ser… allí cae en la cuenta de que el cuerpo era un incordio, una especie de estuche adecuado para transitar eso que llaman vida, pero que no es necesario para existir, porque se siguiendo después de no tener cuerpo… y se lo repite una y otra vez, intentando entender esto nuevo que le sucede, que tiene lugar dentro suyo, que le permite seguir sintiendo del mismo modo que lo hacía antes, cuando respiraba… incluso, se da cuenta que los demás lo reconocen, a pesar de no tener rostro, saben perfectamente quién es, de quién se trata, que hizo durante su existencia, y más aún, qué hizo mientras vivía… saben qué hace y también saben en qué piensa… es hora de comprender la nueva realidad y asimilarse a ella… allí recuerda su lapso en el vientre de la madre, y también hace memoria de su vida, pero se trata de hechos consumados, donde tuvo una entidad que no es la presente, justamente, porque este nuevo presente está liberado del tiempo humano… el presente de la eternidad no se corresponde con el presente humano, ni siquiera se asemeja… En ese límite entre la eternidad y la nada, caes en la cuenta, que tu existencia depende de la calidad de tus pensamientos… acá no se habla de calidad de vida, sino de calidad de pensamientos… lo importante ya no es el rostro y lo que se esconde detrás de él, sino lo que hay en el alma, y está a la vista de todos… En ese mismo límite entre la eternidad y el infinito, de alguna forma comprendes, que dependes de tu estado de consciencia… en este nuevo contexto, la consciencia demanda transparencia… En ese punto donde el tiempo ya no existe, ni tampoco te condiciona, sientes que hay más de una memoria dentro tuyo, dentro del propio ser, y oh sorpresa, esas memorias dan forma no sólo a la existencia, sino que, asimismo, también forman parte de un karma que parecía esfumarse cuando respirabas… sin embargo, todo regresa a su lugar, luego de haber atravesado la muerte… la nueva dimensión se impone, y luego de morir, sabes que sigues existiendo… La consciencia, entonces, se vuelve estado de “consciencia” y reconoces que eres alma, sin necesidad de un cuerpo… sabes que el espíritu revela que existes, que lo sigues haciendo… y además, eres plenamente consciente de ello… y todos los que están en tu misma condición, son conscientes de que esa, precisamente, es la realidad genuina, y que la vida no fue más que una ilusión propia de la deformación temporal de una variación matemática que te tuvo como intérprete durante un lapso que ya no puedes definir… no hay tiempo del otro lado… no se necesitan pulmones para respirar, ni corazón para bombear la sangre, y sin embargo, a pesar de ello, eres, existes, trasciendes, te entienden, te reconocen… los que están allí saben quién eres y qué portas en tu esencia… y por supuesto, te sucede lo propio… te reconoces a ti mismo, pero ya no es necesario un cuerpo… Perteneces a un cosmos que no estaba en tu dimensión mientras respirabas… tenías otras necesidades, así como tenías otras prioridades… necesitabas demostrar que ocupabas un espacio, y que dicho espacio te pertenecía por derecho de existencia, pero ahora te das cuenta que sigues existiendo y que ya no necesitas justificarte, ni demostrarle nada a nadie, más aún, donde has caído no se necesitan títulos para testificar los honores, eres por lo que eres, no por aquello que los demás decían que eras… puede percibirse una distorsión del espacio, quizás porque ya no se depende de ningún tiempo… al no haberlo, no se envejece, quizás porque has comprendido que el alma no envejece… al no haber tiempo, no hay un deterioro de la existencia, y allí puede que te caiga la ficha de que el espíritu transita un espacio que es totalmente prescindente de cualquier cuerpo… lo que sientes, está dentro tuyo, pero no sabes dónde contenerlo, justamente, porque no hay un cuerpo… lo que sientes, dentro tuyo, existe tanto como tú lo haces… eso resulta revelador… se siente cómodo… hay un singular estado de bienestar que te envuelve y te contiene… eso que recuerdas sentir, puedes seguir sintiéndolo… pero ya no revistes una condición humana, sino algo distinto, algo diferente, hasta puede ser que ya no te sientas humano… hay quienes te ayudan a entenderlo… esos que te ayudan son conocidos, o quizás, lo son porque se trata de tus ancestros, que ahora tienen tu misma condición… entonces, en esta nueva realidad, ya no hay realidad a que atenerse, ahora todo resulta ser distinto, tanto que hasta te resulta conocido, “estuve aquí antes” y sólo he regresado, hay una memoria precedente que flota en alguna parte, pero que, curiosamente, sabes que te pertenece… el cosmos presente se revela en un paraíso que se arrastra, o bien, el cosmos presente se revela en un infierno donde la hoguera arde de otra manera… pero eso, hay que comprenderlo, lleva tiempo, pero sucede que en este nuevo lugar no hay tiempo… ya no hay espejos donde reflejarse… hay luz, pero no se sabe de dónde proviene… hay oscuridad, pero no se sabe de dónde emana… se vive pero de otra manera… este cosmos se había extraviado, tanto como las memorias… ahora que lo entiendes, ya no se lo puedes contar a ninguno de los vivos, esto también se debe aprender… En el paralelo recién descubierto no hay materia, sólo energía… Hay una energía que emerge del propio ambiente que te contiene, pero, además, reconoces que eres energía, porque esa misma surge de ti mismo… y puedes verla… y puedes sentirla… y te identifica, y todos lo reconocen, porque les sucede lo mismo… Una de dichas energías presentes, se traduce mediante la acústica… no hay oídos, pero cierta música celestial puede escucharse… es constante y no para de sonar, y no sólo es placentera, sino que no molesta… nadie sabe quién la interpreta, pero ella está presente de manera constante… no se ve la orquesta, pero suena y es armónicamente aceptable… no se parece a nada de lo oído en la Tierra, esto es verdadera música cósmica… vayas donde vayas, está presente… alguien, por allí, dijo que se trata de la música de las esferas, y esa misma te parece haber oído de camino a la Tierra, mientras eras engendrado, mientras permanecías en el vientre de tu madre, pero ahora resulta que sigue estando presente… recuerdas que había algunas coincidencias con el canto de las aves, pero esto lo excede… algo te hace recordar que los humanos hablaban de estática espacial, pero sucede que no lo es, es música, es una música que en la Tierra es audible como un ruido indescifrable, porque no hay tecnología para desentrañar lo que supera la imaginación… sin embargo, sigue sonando, y es bella, tan bella como intensa… se siente paz, trasmite paz… esa paz, no sólo se siente fuera del uno mismo, sino dentro, es algo inexplicable que ningún humano puede entender… ahora caes en la cuenta que la Tierra es densa, porque los humanos que viven en ella son densos de alma, le pesan los pies, pero mucho más les pesa el espíritu… parece estar claro, pero esa es sólo una de las diferencias que vas descubriendo… En la Tierra se hacían necesarios los recuerdos, pero ahora todo es memoria… y la memoria es tan explícita que forma de tu propia energía… La memoria es una energía inherente a la existencia, algo así como una energía dentro de otra energía… ahora, hay planos energéticos bien diferenciados, pero responden a una física que no es la que regía en la Tierra, es otra cosa… la memoria del karma se vincula con la eternidad… la memoria de la esencia se relaciona con el cosmos contenedor, pero la memoria del karma no es la memoria de la esencia, aunque sí se corresponden, podría decirse que hasta coinciden … pero la memoria acústica une al ser con la existencia misma… aquello que llamaban música de las esferas, es una realidad constante que envuelve una ecuación matemática con otra que resulta ser geométrica, o quizás, son confluyentes, o tal vez, son convergentes… los antiguos egipcios lo sabían a la perfección, hablaban de ello, escribieron sobre ello, pero nadie entendió el mensaje y el mismo se perdió… esas ecuaciones superpuestas son constantes cósmicas… la música se produce dentro de un espacio… la música responde a una variabilidad matemática precisa, que a su vez, se corresponde con el orden universal de las existencias en un plano al que el ser humano no tiene acceso… ahora comienza a estar claro… tan claro que puede sentirse… comprendes que sabes cosas que habías olvidado durante la vida, sin embargo, continúan presentes en tu esencia, y ahora se revelan como memoria de memorias… Es curioso, en la Tierra no había consciencia del segundo, ni tampoco del minuto… se tiene consciencia de la hora ganada, pero no hay consciencia auténtica sobre la hora perdida… se tiene consciencia sobre el día del supuesto triunfo, pero no hay consciencia genuina del día de la derrota, sin embargo, ambos se olvidan y sólo permanecen, a veces, las fechas inciertas de un logro o de una pérdida… pero, la consciencia aparece cuando se esfuma el sentido del tiempo… la deformación del espacio, cuando prescinde del tiempo, atrapa a la existencia y la difiere matemáticamente… la coloca en un plano lateral donde las cosas suceden de otra manera… ahora descubres que hay otra dimensión que se revela por el nuevo lugar que ocupas, y este nuevo lugar, no pertenece a la Tierra, sino que se ubica en un cosmos desde donde la Tierra resulta ser invisible… es más, nadie habla de la Tierra, porque la misma parece no existir, ni este plano, ni en ningún otro… la memoria acústica se espeja en los sonidos del silencio, ya que ahora descubres que en el silencio acuciante, se oye todo, lo cercano y lo distante, pero ello depende de tu propia voluntad… darse cuenta lleva su tiempo… poco a poco se descubre que las memorias son muchas, tanto como el ejercicio del alma en el cosmos, tanto como la ejercitación del espíritu en el espacio de un universo que no es aquel del que hablaban los humanos… ahora resulta que ese universo no existe, porque no tiene lugar, pero sí existe un espacio donde las cosas se acomodan de otra forma, y puedes verlo tanto como sentirlo… lo que queda atrás, aquella sucesión de presentes de la vida, ya no tiene lugar… ahora hay una verdadera música, y esa envuelve a la existencia y la expone… lentamente, la vas recordando… sientes que la reconoces… ya la has escuchado antes, pero quizás la melodía no es la misma, o quizás sí, la memoria acústica tiene sus juegos y hay que regresar a ellos para poder identificar los acordes que resultan ser familiares… sin embargo, algo hay en el todo que te resulta conocido, ya te dije, familiar… y te sientes contenido por ella… y los demás hacen lo propio… nadie se hace preguntas acerca de su procedencia, la música forma parte de dicho paisaje… tal vez, dicha música sólo se oye en el paraíso de las almas… o bien, de ciertas almas… todo parece indicar que dicha música no se oye en el lado opuesto, el del infierno de las almas, pero sucede que no hay hogueras, ni cenizas, no se observa ningún humo, pero sí se sabe que lo que arde es el alma de algunos, de algunas existencias que no ocupan este plano sino otro, que de tan lejano, parece cercano, como para que nadie olvide que la música cósmica tiene algo que ver con el estado de los espíritus… quizás, sólo quizás, el problema para las almas reside en no poder oír dicha música, ¿cómo saberlo?, nadie habla de ello, porque todos tienen asumido que no escuchar la música en cuestión es parte de la condena del sí mismo… esa música une a las almas, tanto como lo hace con los espíritus, y también con las consciencias… por lo tanto, donde no se la oye, las almas se ahogan en extensos silencios donde se cuestionan a ellas mismas por sus desvíos y por sus contradicciones… donde no suena la música, hay paradojas confrontando con las realidades transitadas… menos mal que te has dado cuenta… al menos, ahora reconoces una diferencia… ese silencio podría ser una condena, o tal vez, algo peor… porque el silencio obliga a pensar en los viajes del uno mismo descarriado… y las escenas resultan recurrentes y los hechos de la vida regresan a un extraño presente que parece devorar las almas, las mastica pero no las come, les produce el dolor que resulta ser el mismo que supieron infringir… digamos, sienten lo que sintieron los demás en su rol de víctimas… pero lo peor no es eso, sino la ausencia de música… pareciera ser que la música es sinónimo de paz, o bien, sinónimo de sensibilidad, o bien, sinónimo de paraíso… como sea, la memoria acústica la necesita… ya no se trata de las músicas que se oían en la Tierra, sino de algo que se escucha como sublime… nadie habla de pentagramas, pero todo indica que esa música cambiante responde a patrones matemáticos que suenan en todo el espacio que contiene a las almas de bien… ¿qué es un alma de bien?, pues aquella que no sometió a otros a paradojas… las paradojas se traducen en potenciales interrupciones de algo… las paradojas suponen una alteración en la vida de los otros, algo que en definitiva, rebota, afectando la propia… las paradojas suponen una anomalía a la que otros fueron sometidos para obtener algún beneficio, pero al espejarse, la anomalía regresa al alma que la produjo… algunas cosas parecen aclararse… entonces, es bueno estar lejos… valió la pena haber sido uno mismo y nada más que uno mismo… La memoria acústica trae voces mensajeras… hubo almas mensajeras que advertían sobre las consecuencias de alterar los paisajes de los otros… pero no hay consciencia de dicha memoria… para muchos humanos, la audición no es una memoria… no hay registro de los ecos… La memoria acústica trae voces señaleras… hubo almas que señalaron la significancia de los hechos de aquellos que deformaban la realidad de los otros… pero no hay consciencia de dicha memoria… para muchos humanos no hay señales, como tampoco hay evidencias, ya que todo se concentra en una casualidad que se traduce en consecuencias… sigue sin haber un registro de los ecos, por lo tanto, no lo hay de las presencias… Ahora resulta ser que esa memoria también es acústica… no sólo recuerda la música, sino que trae todo tipo de sonidos, algunos armónicos, otros que parecen ser desafinados en sus respectivos momentos… muchos de los armónicos se conservan en algún lado del alma… muchos de los desafinados hieren el espíritu y duelen mediante ciertos recuerdos… La memoria acústica se corresponde con la memoria cósmica… hay una coincidencia espacial, algo que posiblemente induce a pensar que hay mucho más que una simple coincidencia de formas… mientras tanto, la música sigue sonando… pero no molesta en lo más mínimo, es mucho más que placentera… es algo necesario para el alma… en definitiva, el alma es lo único que tiene importancia, para el sí mismo revelado… curiosamente, no hay consciencia de que el alma necesita imperiosamente de la música… curiosamente, el alma no es capaz de prescindir de la música, pero tampoco hay consciencia de ello… Cada esencia se identifica con la música que escucha, esa misma que le mueve el alma… porque el alma necesita de la música, tanto como el espíritu, tanto como la consciencia, ya que la música es parte de la esencia… la existencia necesita de la música, no para quebrar el silencio, sino para sentirse acompañado en esa extraña necesidad de ser… por lo tanto, la música cósmica se justifica en la propia existencia… curiosamente, esta civilización humana, la que rige en estos días, está sumergida y atrapada por los ruidos incesantes de algo que le llaman música, pero que no lo es… no completa el alma, sino que la aturde, la fractura, la disuelve, la rompe… no renueva el espíritu, sino que lo somete… no completa la consciencia, sino que la esclaviza y la condiciona… queda en evidencia que la actual generación humana, está atrapada por un ruido insoportable que deforma el pensamiento y anula el razonamiento crítico, transformando la existencia en un condicionamiento… ello redunda en una realidad extremadamente peligrosa, porque el ser humano sólo prescinde de la música cuando no se encuentra a sí mismo, cuando no tiene necesidad de descubrirse a sí mismo, o bien, cuando no sabe para qué existe, cuando desconoce el motivo de su nacimiento, cuando no le interesa la vida porque no tiene cómo justificarla, o bien, cuando reniega de una muerte inevitable… la Tierra, repleta de música desde siempre, ahora está ahogada en ruidos desafinados que nublan la mente y someten al alma, anulan el espíritu y disuelven la consciencia… desde luego, a nadie le importa y cada quien se refugia donde encuentra la explicación de la propia paz, o donde se espeja en su propia guerra… entonces, queda claro que hay una música que proporciona sosiego y meditación, mientras que hay un ruido que se conjuga con el consumo de drogas y alcohol, para anular cualquier posibilidad de despertar… evitar despertar, es evitar darse cuenta, pero yendo más lejos, es evitar tener que asumir una responsabilidad, o bien, tener que hacerse cargo de un compromiso… esta generación no asume ni responsabilidades ni compromisos, pero curiosamente, está más esclavizada que nunca antes… muchos huyen de dicha situación y se refugian lejos de la debacle, pero esos resultan ser los menos… mientras tanto, la mayoría se consume en su propio infierno, donde se siente cómodo, porque se somete a la ignorancia tanto como la indigencia… curiosa visión de la tragedia humana de esta civilización densa, agobiada por sus propias incapacidades… Más allá, la música sigue sonando, dentro de ciertas almas, y desde luego, en el cosmos que rodea la Tierra, y mucho más allá, en el universo tangible… todo lo que existe lo hace a través de la música… Más allá, la memoria acústica busca dicha música, tanto dentro de la Tierra, como fuera de ella… porque tanto los humanos vivos, como las existencias en su condición de tales, necesitan que la música siga sonando, porque, aunque no lo creas, el alma se alimenta de ella… desde siempre… y hacia la eternidad… La mente refleja lo que hay en ella… La música de las esferas sólo se siembra en las almas sensibles… Los seres sin música, simplemente no existen, aunque sean… AL MARGEN DEL OLVIDO © By Víctor Norberto Cerasale Morteo® [MEMORIAS ACÚSTICAS - 6]

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