Hubo un tiempo en que el hombre comprendía a la naturaleza,
sus equilibrios, sus tiempos, sus ciclos.
Hubo un tiempo en que el hombre entendía el alma de la piedra,
y la roca formaba parte de su vida.
La piedra, aparentemente inerte, contiene vida.
Late. Vibra. Emite un vínculo hacia el espacio.
Lo entendían los antiguos porque sabían de esencias.
Lo entendían los sabios tanto como el común.
Hombre y piedra son la misma cosa, en distintos momentos.
Los menhires son un símbolo antiquísimo,
donde el hombre se une con lo eterno...
con lo que estará aún cuando él ya no lo haga.
El mensaje de la piedra es indeleble.
Porque los hombres van y vienen, pero la PIEDRA permanece.
Aquel que comparte su alma con la piedra, vibra en consonancia.
Aquel que comprende la esencia de la roca, asume las armonías necesarias.
Aquel que interpreta la magia lítica, sabe del sonido de los tiempos.
Aquel que siente a la piedra viva, es parte del universo...
SIEMPRE.
TUCUMÁN: El hombre de Tukma. Parque los Menhires en TAFÍ DEL VALLE... Imágenes Google.
DEDICADO: a ESQUÍMEDES, UN LUGAR MÁS ALLÁ DE LA IMAGINACIÓN y a MATÍAS, sus gracias y sus dones de la vida.
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