Barcelona, librería a librería
El grupo editorial Contexto ubica en un mapa hasta 122 librerías repartidas por toda la ciudad
Barcelona
La librería Calders, en el barrio de Sant Antoni. CARLES RIBAS
Barcelona limita (librescamente) al norte con la tienda del Park Güell que gestiona la cadena Laie. Al sur, en la Barceloneta, con la histórica La Garba. Al este, con las potentes delegaciones de la FNAC y la Casa del Libro de La Maquinista. Y al oeste, ya sea por arriba en Les Corts como por abajo en Sants-Montjuïc, con L’Economista, Totcòmic y la tienda de la Fundació Joan Miró. Evidentemente, no están todas las que son, pero hasta 122 son las librerías que el grupo editorial Contexto (formado por los sellos Libros del Asteroide, Impedimenta, Nórdica Libros, Periférica y Sexto Piso) ha ubicado en su particular El mapa de llibreries de Barcelona. Amor por el libro y cierta vocación de escaparate cultural es el único filtro utilizado para aparecer en esta particular cartografía, de la que han editado 30.000 ejemplares y que se regalará en cada una de las tiendas.
La dirección física, la de la Red, los horarios y su especialización, si la tiene, es, amén de su ubicación en un plano de la ciudad, la información que contiene de cada una de las librerías un mapa que también puede descargarse gratis en la web del conglomerado editorial (contextodeeditores.com).
Las paradojas culturales catalanas hacen que el mapa haya sido elaborado, a excepción de Libros del Asteroide que es de Barcelona, por cuatro editoriales afincadas en Madrid, en una actividad subvencionada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Se adelanta así en pocos días al más exhaustivo mapa de librerías de Cataluña, que la Generalitat ha ultimado con el Gremio de Libreros, a los nueve años del último.
La iniciativa de Contexto no es casual. El grupo, conformado por sellos pequeños, de cuidada factura tanto en lo físico como en lo literario, representativos de la nueva hornada de editores y por ello reconocidos con el premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural en 2008, necesita de una potente red de librerías que ayude a visualizar sus apuestas, que requieren como pocos del boca-oreja y del consejo del librero como si de un médico de cabecera se tratara. Sus libros, si acaso, son best-seller por haber sido long-seller.
Por ello, Contexto ya elaboró hace dos años un mapa idéntico sobre Madrid. La comparativa es inevitable: “Llama la atención la red, la extensión, la dispersión alucinante de librerías que hay en Barcelona y que contagia al extrarradio, lo que contrasta con Madrid, donde están apelotonadas en el centro y luego hay pocas muy aisladas”, constata el editor de Impedimenta, Enrique Redel. “En mi barrio, Aluche, en el distrito de Latina de Madrid, que se acerca a los 250.000 habitantes, no tenemos ni una sola librería”, remacha Diego Moreno, fundador de Nórdica Libros. Al fenómeno antitético barcelonés no es ajeno, según Santiago Tobón, editor de Sexto Piso, “la rica tradición cultural, pero sobre todo de vida, que aún hay en los barrios barceloneses y eso lleva de la mano que haya más librerías, que, a su vez, ayudan a crear un microclima cultural; en ese sentido, el mapa permite ver el modelo de ciudad que se construye: estaría bien que los políticos le echaran una ojeada”.
La plasmación gráfica deja claro que esa riqueza libresca barcelonesa tiene matices. Así, el centro de la ciudad, en especial Ciutat Vella, tiene una densidad de librerías muy alta, seguido del Eixample, entre Diagonal y la Gran Vía. Sorprende, según los editores, que un distrito con un estatus socioeconómico como el de Sarrià-Sant Gervasi esté “bastante desierto a pesar del poder adquisitivo de sus habitantes y su supuesto alto nivel cultural”, matiza Luis Solano, que en esa zona tiene su editorial, Libros del Asteroide. También muestra una notable desertización Horta-Guinardó; y otro erial sería también el sur de Sants-Montjuïc si no fuera por las tiendas de libros insertas en centros como CaixaForum, MNAC o la Fundación Miró.
Los promotores son conscientes de que su mapa “solo ofrece una panorámica, no tiene voluntad de exhaustividad”, aclara Solano, que recuerda que, por ejemplo, no recoge librerías de segunda mano y que los criterios de inclusión han sido “amplios, recopilando tiendas con una mínima vocación librera”. Listados del gremio catalán y de la patronal española (Cegal), las que más de cerca trabajan con Contexto y los clientes de la distribuidora del grupo han sido las fuentes del mapa, lo que explica también la tipología de librerías reflejadas y algunas ausencias. El resultado: 122 librerías, las mismas que el mapa de Madrid: “Es azar; pero en Barcelona hay más por habitante”.
Como ha ocurrido con las editoriales, en los últimos años han florecido librerías “con encanto especial, que han apostado por especializarse o convertirse en auténticos centros culturales; pero ocurre que requieren de mucho trabajo y una notable inversión; y luego el margen tampoco es grande; esperemos que resistan como nosotras”, hace notar Paca Flores, de Periférica. Luego ya todo queda en manos del lector, como hizo notar Josep Maria de Sagarra en 1932: “Hay un momento en la vida de las personas decentes que se caracteriza por el deseo irresistible de comprar un libro. Es un imperativo tan fuerte como el deseo de tomar una horchata, de estirar las orejas de un perro o de establecer una relación íntima con los astros, con una flor peculiar o con un individuo del sexo contrario...”. Ellas les esperan.
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