Pueblos Buenos Aires
Autor Angeles Lynch
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el dispensador dice:
vengo siguiendo las huellas,
y por las mías vienen los perros,
ellos son vaqueanos de amistad,
y yo sólo ando por hambriento...
por estos lares no hay nada,
ni vecinos ni caballos viejos,
me han dicho que han visto un puma,
pero para mí que ha sido un sueño...
observo algunas huellas,
que parecen hurones medio rellenos,
todo esto se confunde,
cuando el ocaso se viene lento...
así como así los perros se detienen,
mirándome por un momento,
les pregunto qué hacer,
y los ladridos señalan puerto,
pero no hay muelle ni bote,
ni laguna pa´l desconcierto...
el caballo está confundido,
cansado de portar su osamenta,
y de cargar también a este viejo,
él está cansado como yo,
pero le gusta ir por el camino polvoriento...
los perros se vuelven solos,
murmullando la locura del viejo,
quién va a encontrar un puma,
donde la comida es un recuerdo,
los perros saben de esta vida,
más que yo que vengo con mi soledad a la rastra,
y de los humanos...
mejor estar lejos.
NOVIEMBRE 01, 2016.-
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