Arte que transforma lo invisible en protagonista
El artista José Ramón Bas inaugura una exposición en Douala en la que los niños de la calle son partícipes y ejes de creación
Madrid
Foto de la exposición 'Los, les, the invisibles'. JOSÉ RAMÓN BAS
En una ciudad tan activa y bulliciosa como Douala, en Camerún, los niños de la calle están por todas partes, pero son invisibles a los ojos de la inmensa mayoría de los transeúntes que pasan junto a ellos. Sin embargo, José Ramón Bas les pone rostro con su último proyecto artístico Los, Les, The (in)visibles, que puede ser contemplado en la exposición que se inaugura el próximo sábado 23 de febrero, a las 11.30, en BOLO L’Espace Art & Culture, creado por Edith Mbella en el barrio de Akwa de la ciudad camerunesa.
MÁS INFORMACIÓN
Es curioso que tanto en castellano como en francés e inglés se utilice el mismo vocablo para definir aquello que no puede verse: invisible. De ahí que el título de este proyecto use esa palabra con el artículo en los tres idiomas y tache la primera sílaba para enfatizar su propósito: Los, Les, The (in)visibles. Esta serie es una interacción de distintos paisajes de la ciudad de Douala con imágenes de dibujos de siluetas de los chicos en distintas acciones de juego. "Se presentan en esos espacios dejando constancia de una presencia ante la invisibilidad de este tipo de adolescentes en la sociedad en general y en la africana en particular. Haciendo un símil serian los invisibles dentro de los invisibles, la doble invisibilidad que quieren romper con su actitud”, explica el creador.
Los chicos que participan en este proyecto viven en dos de los centros de la Chaîne des foyers Saint Nicodeme, concretamente el PK24, a las afueras de la ciudad. Donde, además de la residencia, tienen una granja con una piscifactoría y distintos cultivos. También están en el de Nylon Brazzaville en el barrio del mismo nombre, en el interior de Douala. En ellos se trabaja para que estos jóvenes abandonen la calle y tengan un futuro. Hace algunos años, llegó hasta allí un grupo del Circo del Sol que impartió un taller de técnicas circenses. Desde entonces, los más mayores se las enseñan a los nuevos que llegan y, de vez en cuando, hacen actuaciones en distintas partes de la ciudad. La próxima será el día de la inauguración.
El proyecto surgió hace un año, cuando Bas estaba en Douala con Mbella y juntos se les ocurrió una idea que bautizaron con el nombre de Les Ateliers de Bolo. Esto implica que cada artista que expone en el espacio cultural hace un taller con escolares del barrio en la misma galería. En él los chicos pintan y crean y luego se hace una reinauguración de le exposición en la que se descuelgan algunas de las obras expuestas y se sustituyen por las de los menores, y se mantiene durante 15 días. El objetivo de esta iniciativa “es crear un diálogo de la infancia con el arte e implicar al barrio en este tipo de actividades”, explica el artista.
Bas ya había trabajado anteriormente con niños de la calle en Kinshasa y Brazzaville, fruto de lo cual es, entre otras obras, el documental Bango. Desde hace tiempo, el creador dedica gran parte de su tiempo a este colectivo y a la infancia en general. Por eso, en esta ocasión también quiso conocer las circunstancias de estos menores en Douala. Tras un tiempo de búsqueda llegó, finalmente, a los dos centros de la Chaîne des foyers Saint Nicodeme.
Durante cinco semanas trabajó con los jóvenes de los dos centros
Durante cinco semanas trabajó con los menores de los dos centros. En total, participaron en los talleres 44 chicos y una chica. Comenzó con la proyección de Bango, para que los jóvenes de Douala vieran un lugar con las mismas características que el que habitan, el Espace Jarrot en Brazzaville, y las cosas que personas en circunstancias similares a las suyas han sido capaces de hacer. “Después de un rato de conocerles y contagiarme de su energía, les planteé la idea de hacer un fanzine, una especie de publicación donde se expresasen ellos mismos”, explica Bass.
El resultado final recoge el trabajo creativo de los alumnos y las fotos y algún dibujo del fotógrafo. Ya está planeado un segundo número que será el fruto de los talleres que Bas impartirá a los jóvenes durante el tiempo que dure la exposición. El fanzine aparece como un complemento necesario a lo que se verá en las paredes del espacio cultural.
José Ramón Bas confiesa que no se considera realmente un fotógrafo, por eso le gusta definirse como “un viajero que utiliza la fotografía como una herramienta más”. Fue así, de viaje en viaje, como llegó a África y empezó a trabajar con la fotografía. “Sobre todo con la memoria de mis viajes. Trabajaba con cámaras analógicas, muchas veces de juguete, como hice en Zanzibar. Escribía encima, dibujaba y las incluía en resina, como un objeto imperecedero, una analogía de la memoria”, confiesa.
Tras pasar por varios países africanos, entre ellos por Camerún donde en 2006 hizo un tren de juguete para acompañar a la serie que tituló Mukalo, en 2011 llegó a República Democrática del Congo y a la República del Congo donde trabajó con niños de la calle. El documental Bango y un libro del mismo nombre son fruto de aquella experiencia. Ahora, repite en Douala con este nuevo proyecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario