Mujeres de la etnia naxi bailan y cantan canciones tradicionales durante un espectáculo llevado a cabo en Kunming.
Yunnan: Crisol de minorías étnicas chinas
La provincia china de Yunnan es la que más minorías étnicas alberga en el país, lo que la convierte en un crisol de culturas único en el mundo y uno de los lugares más apetecibles para visitar en China. Situada al suroeste de China, una ubicación privilegiada por su espectacular geografía y paisajes cambiantes, comparte frontera con Laos, Myanmar y Vietnam.
La provincia china de Yunnan (云南, o Yúnnán, poéticamente “el lugar misterioso al sur de las nubes de colores”) es sin duda la que más minorías étnicas alberga en el país, lo que la convierte en un crisol de culturas único en el mundo y uno de los lugares más apetecibles para visitar en China. Con sus más de 46 millones de habitantes –casi lo mismo que España- y una superficie similar a la de Paraguay (394.100 km2), tiene a la ciudad de Kunming como su capital provincial. Situada al suroeste de China, una ubicación privilegiada por su espectacular geografía y paisajes cambiantes, comparte frontera con Laos, Myanmar y Vietnam.
Yunnan, llamada brevemente diān (滇), alberga además la mitad de las especies de animales y plantas de toda China, incluyendo 2500 variedades únicas de flores y arbustos, y es muy famosa por su clima benigno todo el año, con una temperatura media de 22ºC, excepto en las cumbres montañosas. Su riqueza acuífera le viene dada al estar su tierra regada por los ríos Yangtsé (长江), Mekong (澜沧江) y de la Perla (珠江).
Introducción histórica
La peculiar diversidad de la provincia de Yunnan, con su mezcla geográfica, su clima y sus nacionalidades, ha hecho históricamente que fuese una zona complicada para que las diversas dinastías lo gobernaran. Cuando el emperador Qin Shihuang (秦始皇, 260-210 a.C.) y los diversos soberanos Han (206 a.C-220 d.C.) intentaron conquistar el sur, Yunnan estaba ocupada ya por un gran número de nacionalidades no chinas que carecían de una organización e infraestructura política cohesionada.
En realidad, Yunnan lleva habitada muchos siglos, hecho este corroborado por los restos encontrados pertenecientes a la Edad de Piedra. No obstante, los indicios de civilización son mucho más recientes. Así, el príncipe guerrero Zhuang Qiao (庄桥), perteneciente al reino Chu (楚) durante el Periodo de Primavera y Otoño (770-476 a.C.) y de los Reinos Combatientes (476-212 a.C.), fundó ya en el siglo III a.C. el reino Dian en el este de Yunnan y a orillas del lago del mismo nombre.
Tras la desaparición del imperio Han, que intentó abrir una ruta comercial a través de esa zona hacia Birmania y la India, también sucumbió el reino Dian, convirtiéndose en pequeños estados que fueron absorbidos en el siglo VII por el emergente reino Nanzhao, fundado alrededor de la ciudad de Dali por los bai. Este reino, aliado con los chinos en contra de los tibetanos, extendió su poder hasta que en el siglo VIII derrotó a las tropas de la dinastía Tang (618-907) y se proclamó independiente.
Los Nanzhao lograron dominar grandes zonas del sudeste asiático, antes de ser remplazados en el siglo X por el reino Dali, un estado independiente que duró hasta la llegada en el siglo XIII de los ejércitos mongoles de Kublai Khan (1215-1294).
Desde el siglo XVIII hasta la actualidad la situación de Yunnan ha pasado de los momentos de rebelión a la actual integración con el resto de la nación china, impulsada sobre todo por el desarrollo económico y de infraestructuras de la región a la espera de convertirse toda la zona comprendida por Vietnam, Laos, Tailandia y Birmania en un triángulo financiero y de libre comercio sin restricciones.
Kunming, la ciudad de la eterna primavera
Kunming (昆明 o Kūnmíng), capital de la provincia de Yunnan, con una historia de más de 2400 años y más de seis millones de habitantes, es conocida como la “Ciudad de la Eterna Primavera” gracias a su agradable clima y a que sus flores florecen todo el año, características que le vienen dadas gracias a estar situada a 1890 metros sobre el nivel del mar en una zona subtropical.
Visitada en el siglo XIII por Marco Polo -quien fundó el poblado cercano de Yachifu utilizando conchas de cauri como moneda-, Kunming es hoy una ciudad de amplias avenidas y centros comerciales, debido en parte a que en 1856 la urbe quedó parcialmente arrasada tras una rebelión musulmana y la mayoría de templos budistas destruidos, y a que el gobierno local reconstruyó el centro con un estilo moderno para celebrar la Exposición Mundial de Horticultura 1999. Los chinos han la han rediseñado a imagen y semejanza de las del resto del país, sin embargo, todavía quedan algunos templos que se salvaron de la destrucción y parques con lagos y piedras caliza que asombran a los visitantes.
De toda la población de Kunming, solo el trece por ciento, corresponde en realidad a minorías étnicas –sobre todo hui, yi, miao y dai–, pues las demás suelen vivir en las zonas del interior, en el campo o en las montañas.
Su atractivo paisaje montañoso, sus fascinantes terrenos cársticos, sus hábitats variados y exóticos y las costumbres y lugares de interés histórico se reparten por igual entre sus zonas turísticas tales como el lago Dianchi, el Poblado Étnico Cultural, el Parque de la Gran Vista, la antigua universidad, el Instituto de las Minorías, etc.
Entre los lugares más destacados de Kunming vale la pena visitar las pagodas de la dinastía Tang (618-907) llamadas Xīsìtǎ (西寺塔, o Pagoda del Oeste) y Dōngsìtǎ (东寺塔, o Pagoda del Este), el Museo Provincial de Yunnan, el complejo budista Yuántōngsí (圆通寺) de más de mil años, el zoo de la ciudad, el mercado de las flores y los pájaros, la mezquita Nancheng y el Parque del Lago Verde (翠湖公园). Ya a las afueras de la ciudad sobresalen el Tempo de Bambú (筇竹寺), el Templo Dorado (金殿), el Estanque del Dragón Negro (黑龙潭) y la zona de aguas termales de Anning (安宁温泉), lugar idílico para relajarse.
Mención especial merece el famoso Bosque de Piedra (石林 o Shílín), a unos 65 kilómetros de la Kunming. Se trata de sorprendentes formaciones rocosas de caliza dolomítica esculpidas durante 270 millones de años por la mano de la erosión, cinceladas con formas caprichosas y extraordinarias que dan la sensación de que brotan de lo más profundo de la tierra cual arbustos desordenados. Su extensión es tal que parece un auténtico bosque laberíntico por el que se puede pasear durante todo el día y perderse por entre estas fascinantes formaciones cársticas que tienen la silueta de árboles de basalto que se alzan al cielo cual puntiagudas estalagmitas.
Dali, la joya del sudoeste
Situada en el noroeste de la provincia de Yunnan, a unos 300 kilómetros de Kunming y a orillas del lago Erhai, la ciudad de Dali (大理), a 1900 metros sobre el nivel del mar, es el centro cultural y económico de la Prefectura Autónoma Dali Bai. Con las montañas de Jade Verde (苍山 o Cāngshān), de más de cuatro mil metros de altura, como telón de fondo, la colorida ciudad de Dali es el lugar ideal para descansar y saborear la vida tranquila del interior de China.
La mayoría de atracciones se encuentran entre el río y la cordillera montañosa, como por ejemplo el Manantial de la Mariposa, el Templo Chongsheng de las Tres Pagodas y el complejo residencial de la familia Yan en Xizhou. Además, vale la pena perderse por sus callejuelas antiguas en lo que se conoce como el Viejo Dali (dàlǐ gŭchéng o 大理古城), el paraíso de los mochileros, del café capuchino y las pizzas de queso mozzarella mezcladas con casas de té, casas de masaje tradicional y tiendas de artículos tradicionales confeccionados a mano.
Debido a su estratégica ubicación en uno de los ramales sureños de la Ruta de la Seda, el príncipe Piluoge invitó en el siglo VIII a sus rivales a comer, prendió fuego a la tienda quemándolos vivos y después estableció en la ciudad de Taihe el reino de Nanzhao, que más tarde, ya como reino de Dali, se extendería por parte de Myanmar y Vietnam modernos. Su imperio sobrevivió hasta el siglo X.
Cada primavera la ciudad se llena de vida con las diversas celebraciones, como el Festival de Marzo, que se celebra el decimoquinto día del tercer mes del calendario lunar. Originalmente era un festival budista, pero ahora se ha convertido en una semana de comercio ambulante, acuerdos entre granjeros, venta de caballos, luchas, carreras, bailes tradicionales y canto. Este acontecimiento atrae a miles de personas de toda la región, que acampan en el recinto ferial.
Lijiang, hogar de los naxi
En la remota Yunnan, fronteriza con el Tíbet y con la provincia de Sichuan, se encuentra el poblado de Lijiang (丽江 o Lìjiāng), considerado como el país de las hadas por la frescura de su aire, las corrientes claras, las montañas nevadas, su espectacular paisaje alpino habitado mayoritariamente por los naxi a los pies del macizo del Dragón de Jade y por su vida tranquila y relajada en un ambiente único. Esta atractiva población posee el casco antiguo mejor conservado de toda China, lo que le ha valido para ser nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
A pesar del terremoto que asoló el pueblo en 1996, Lijiang todavía conserva ese encanto de lo antiguo, esa cultura ancestral que se ve reflejada en sus bellos edificios de madera, en esas retorcidas callejuelas repletas de vida, en las tiendas de vino y en esos rústicos puentes de piedra.
Los naxi, poseedores de una sociedad matriarcal, descienden de una raza de nómadas que se establecieron en esta zona allá por el siglo X. Se trajeron desde las lejanas tierras lo que todavía se considera uno de los caballos más robustos de China y una religión chamánica conocida como Dongba, una mezcla de Bon tibetano, animismo y tendencias taoístas.
Además de realizar un más que agradable paseo por sus calles de adoquines, por sus bulliciosos mercados, por sus canales entrecruzados y por sus arroyos cristalinos, y admirar a los nativos con sus típicos trajes étnicos, vale la pena también visitar la Residencia Mu, el Parque del Estanque del Dragón Negro, la Colina del León o el Museo de la Música Antigua de los Naxi fundado por Xuan Ke.
Los naxi celebran el decimotercer día del tercer mes de la luna –finales de marzo o principios de abril- la Fiesta de la Fertilidad, y en julio el Festival de las Antorchas. De especial interés es también la Orquesta Naxi, la cual toca melodías sacadas de las escrituras taoístas Donjin utilizando instrumentos antiguos.
Shangri-la, el paraíso en la tierra
Desde que en 1933 el novelista británico James Hilton (1900-1954) escribiera la obra Horizontes perdidos, la ciudad de Shangri-la (香格里拉) se ha visto inevitablemente asociada con el misticismo de un lugar idílico que no puede existir sobre la tierra, un paraíso utópico en el Himalaya, una tierra de felicidad permanente aislada del mundo exterior donde las personas son inmortales, no hay sufrimientos y las flores florecen todo el año.
En tibetano “shangri-la” significa el “la luna y el sol en el corazón”, un hogar único que solo se puede encontrar en el cielo. Aquí las elevadas cumbres nevadas, las praderas sin fin, las gargantas profundas, los lagos cristalinos, los riachuelos azules, el cielo insondable, las nubes de algodón, los monasterios tibetanos y los poblados bucólicos de color blanco dejan una profunda impresión en los visitantes.
Situada en la encrucijada con las provincias del Tíbet y Sichuan, la comarca de Shangri-la está administrada por la Prefectura Autónoma Tibetana de Diqing. A una altura media de 3000 metros sobre el nivel del mar, Shangri-la, antes llamada Zhongdian, es muy difícil de alcanzar, pues al carecer de ferrocarril la única posibilidad de visitarla es por una tortuosa carretera de montaña (a 175 kilómetros desde Lijiang), lo que le confiere un carácter aislado y bien preservado.
Entre los lugares turísticos más importantes destacan las Terrazas de Agua Blanca, el lago Bitahai, el lago Shudu, las montañas de nieves perpetuas Meili, el monasterio Songzanlin y las gargantas del Tigre.
Xishuangbanna, frontera hacia indochina
En la Prefectura Autónoma Dai de Xishuangbanna (西双版纳) hay una población cercana al millón de personas que habitan en una exuberante extensión tropical de selva virgen, plantaciones de té y arrozales situadas a 750 kilómetros al suroeste de Kunming a lo largo de las fronteras con Myanmar y Laos.
Esta región, cuya capital es Jinghong (景洪 o Capital del Amanecer), parece haberse quedado anclada en lo más profundo de la cultura del sudeste asiático y respira un aire tranquilo con características similares a la sociedad tailandesa, por lo que los viajeros llegan en busca del cálido sol, de los bailes dai, del Festival del Agua, del Festival Tampa, de los templos budistas, las pagodas bulbosas y los monjes vestidos de azafrán pidiendo ofrendas, de las reservas de elefantes, de los ideales senderos para hacer excursiones repletos de tigres salvajes, leopardos y monos dorados, así como de los lugareños ataviados con sus coloridos trajes tradicionales. Esta hermosa tierra alberga una cuarta parte de los animales vertebrados y una sexta parte de las especies vegetales de toda China, con lo que su riqueza natural es única en Asia.
Gastronomía de la provincia de Yunnan
La gastronomía de la provincia de Yunnan es tan variada y pintoresca como su propia configuración de minorías y razas. Así, los platos típicos de Kunming representan a la minoría dian, la cual combina los estilos de las cocinas de otras ciudades y nacionalidades de la misma provincia y emplea gran cantidad de frutas y verduras. Para los habitantes de Kunming comer en la calle es el principal placer después del anochecer y una de las pocas actividades nocturnas que hay en la ciudad.
Básicamente la cocina de Yunnan puede dividirse en tres escuelas culinarias: la del norte, la del sureste y la del suroeste. En la del norte, destacan sobre todo las más de doscientas variedades de setas y hongos comestibles cocinados de mil maneras, así como los productos lácteos, influencia de la cocina musulmana, un vestigio de la invasión mongola del siglo XIII.
Aquí encontraríamos la gastronomía de la ciudad de Dali, y por tanto de los bai, donde sobresale la deliciosa carpa a la cazuela con 28 ingredientes y multitud de especias (shāguōyú). El té es la bebida más popular entre los bai y es comúnmente consumido como parte de una ceremonia que implica tres hervores donde la primera taza tiene un sabor un tanto amargo, la segunda es más dulce y a la tercera se le añaden especias para darle un toque más exótico y persistente.
En la ciudad de Lijiang destacan el pastel de sésamo Baba y la gelatina de judías (jīdòu liángfěn), mientras que en Kunming podemos degustar multitud de tapas como los fideos de arroz, el jamón curado Xuanwei servido con rebanadas de pan, los pasteles de los ocho tesoros, el queso tostado, las galletas de yogur seco (rǔbǐng y rǔshàn), los ravioles jicai y shaomai, y el pato amargo de piel crujiente (shāoyā), que es la comida favorita de los turistas, pues está cocinado con patos del lago Dianchi untados con miel y sigue un largo proceso de diez pasos asándolo en agujas de pino.
Especial mención tienen los fideos de arroz atravesando el río (guòqiáo mǐxiàn), probablemente el plato más famoso de toda la provincia y que desde Kunming se ha extendido con gran éxito ya por todo el país.
Entre los platos más típicos del sureste de Yunnan tenemos el pollo al vapor (o qìguōjī) cocinado con jengibre, hierbas medicinales, chalote, pimienta y sal durante al menos cuatro horas en una olla con un tubo hueco en el centro que revierte la salsa. Las setas estofadas con salsa de soja y carne de ternera (hóngshāo jīcōng) se suelen degustar de junio a septiembre.
Las comidas dai son ligeramente agripicantes, donde destaca el arroz glutinoso envuelto en hojas de banana, metido en un tronco de bambú y asado, y la piña rellena de arroz dulce al vapor.
La gastronomía del suroeste está muy influenciada por la cocina birmana, sobre todo por el uso de ingredientes tan poco chinos como el coco, la caña de azúcar, el clavo, el curry y la cúrcuma.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 15. Volumen VI. Noviembre de 2012.Leer este reportaje en la edición impresa
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