Palabras imposibles: libros desde el horror de Auschwitz
Las voces literarias de los testigos permiten entrever una experiencia que no se puede transmitir
Madrid
Cacharros de cocina de víctimas del Holocausto nazi conservados en el campo de exterminio de Auschwitz. DANIEL OCHOA DE OLZA
Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz, superviviente de Auschwitz, autor de libros como La noche, el alba, el día (Austral), acababa de volver de Sarajevo, asediado entonces (en 1992) por las huestes genocidas serbias. Visitó Madrid y habló del largo siglo XX, en el que la violencia parecía no tener fin. Preguntado sobre el campo de exterminio nazi, explicó: "Todavía no hemos conseguido abordar este tema. Se queda fuera de todo entendimiento, de toda percepción. Podemos comunicar algunos retazos, algunos fragmentos; pero no la experiencia. Lo que hemos vivido nadie lo conocerá, nadie lo comprenderá".
Setenta y cinco años después de la liberación del campo nazi alemán, el 27 de enero de 1945, Auschwitz-Birkenau ha generado una ingente producción literaria e histórica, miles de volúmenes en todas las lenguas. Los libros sobre el campo de exterminio se podrían dividir en tres categorías. La primera, la fundamental, los relatos de los que estuvieron ahí, entre los que se cuentan unas cuantas obras maestras como las de Wiesel, Primo Levi —Trilogía de Auschwitz (Península)— o Imre Kertész —premio Nobel de Literatura, autor de Kaddish por el hijo no nacido o Sin destino (Acantilado)—. Según avanza el siglo XXI y los testigos van desapareciendo, sus palabras cobran mayor importancia. Dentro de esta categoría se podrían incluir también el tebeo Maus (Reservoir Books), de Art Spiegelman, ganador del Premio Pulitzer, que relata la vida de su padre, superviviente del campo, y El diario de Ana Frank, que permite comprender el terror en el que vivieron los judíos europeos fuera de los campos.
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