miércoles, 14 de abril de 2021

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 3© [3] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

CONVERSACIONES ESTÚPIDAS 3© [3] By Víctor Norberto Cerasale Morteo® Estamos aquí para sanar… la idea original de cualquiera de los karmas, es la sanación del alma… la capacidad del espíritu para estar en armonía consigo mismo… la consciencia de “ser” un potencial creativo que contribuye a agregar valor a los otros… la idea que suma… el motivo de cada alma reside en el don concedido… un don que está impregnado en la esencia del karma… un don que contiene el talento potencial para “ser quien es”… eso que distingue a un ser de otro ser… lo que tú eres, no lo es en el otro… lo que el otro es, no lo eres tú… cada quien se destaca por lo que contiene, y lo que contiene está inscripto en el karma… no se puede borrar, no se puede ocultar, la sucesión de tiempos respirables es algo semejante a la estela de un cometa, está allí, permanece durante el viaje, no se la puede negar porque es lo que es… cada alma pertenece a un cosmos… y el paso por la Tierra no es más que un aprendizaje… un llamado al aprendizaje… una convocatoria a ver, oír, aprender, despejar, comprender, avanzar, mientras sé es… pero nacer significa perder la memoria del karma… nacer significa olvidar los pasos anteriores del trayecto… nacer significa tomar el ego para saberse individuo… el yo no es el otro… el otro no es yo… en la Tierra densa, hay una humanidad densa que es educada para competir, es formada para competir, el competir es sinónimo de desplazar al otro para ocupar su lugar… el competir es arrasar al prójimo para obtener al menos algún beneficio… competir es alcanzar el objetivo de aquello que el otro no pudo alcanzar… eso produce placer… el éxito es sinónimo de saber que la existencia vale la pena, aun cuando sea a pesar de los demás, a pesar de los otros, y a medida que se avanza en la vida, la competencia se vuelve costumbre y el ejercicio de la ventaja y la superación no escatima esfuerzos para demostrar la capacidad de ser de unos en desmedro de los otros… se entiende el éxito por los logros alcanzados en el sobrevivir a pesar de… no importa los que quedaron en el camino, el resultado es consecuencia directa de la receta que se emplea, que se utiliza, que se aplica… y cuando se mira hacia atrás, siempre hay un tendal de personas que fueron desplazadas por algún motivo ajeno a sus voluntades… nadie repara que aquellos que parecen éxitos no lo son… nadie repara que aquellos que parecen derrotas no lo son… en la vida, los triunfos suelen convertirse en derrotas… más tarde o más temprano… en la vida, las derrotas suelen convertirse en triunfos… más tarde o más temprano… siendo que en la realidad de los karmas, no hay triunfos como tampoco hay derrotas, siempre es suficiente salir hecho… permanecer en el cero… no sobre él… no debajo de él… porque la vida no es cuestión de dineros, no es cuestión de plata, no es cuestión de monedas, tampoco lo es de cuentas bancarias… siempre, cada circunstancia es una cuestión de karma… estás aquí para sanar el karma, para nutrirlo, para alimentarlo… cada acto de competencia es una acto que resta a la sanación, a la posibilidad de sanación… la competencia no sana, enferma… agrega peso al ego… agrega densidad al alma… cada acto de competencia, aporta densidad a la inmovilidad del espíritu… cuánto más se inmoviliza el espíritu, más se paraliza la consciencia… más se fosiliza el alma… el supuesto éxito hace creer al espíritu que se supera a sí mismo, pero en realidad está atrapado en un sí mismo ciego, que no logra discernir entre yo liberado y el yo atrapado… está quieto, dominado por falsas glorias… está inmóvil, envuelto en un torbellino que le impide discernir dónde está el horizonte… dicho de otra forma, el espíritu se queda sin horizonte, por lo tanto el karma no suma, comienza a retroceder, involuciona, hace que el “sí mismo” vaya hacia atrás, sumando peso al ego, disminuyendo la calidad del alma… la vida ya no te atraviesa… la vida ya no se navega… todo está paralizado mientras el ego crece, asumiéndose superior a los otros… la tribulación adquiere dimensiones catastróficas… y el espíritu se consume en su propia hoguera… La mayoría de los seres humanos cree que la competencia los alienta a ser mejores… cuando en verdad es un proceso retrógrado donde la densidad del ego, va opacando al espíritu hasta inmovilizarlo… entonces, no son mejores… entonces, son peores… imbuidos de soberbia y vanidad, sumidos entre la codicia y la avaricia, consumidos por la angurria donde jamás se sacia la sed, donde el hambre es una constante que empuja a comer, y cuanto más se come, más hambre hay… el deseo necesita de un deseo mayor… el placer demanda un placer mayor… no hay saciedad, hay desesperación por ocupar los espacios ajenos, para cualquier beneficio posible… y si no se obtiene beneficio, no importa, comer, devorar, son parte de la satisfacción de siempre ir por más… más de lo que sea… la competencia es un ejercicio que destruye el alma, consume el espíritu, y arrasa con la consciencia… sin la trilogía, cualquier horizonte desaparece y la vida se vuelve una carrera contra el tiempo, cuando en verdad es una carrera contra el sí mismo desesperado… la estupidez humana alimenta a los engreídos… estos creen que avanzan, cuando en verdad sólo retroceden, entonces es el karma el que lo hace… y la vida se diluye en esfuerzos inútiles… y la vida se consume en glorias inexistentes… aunque viniste a sanar, el ser está tan enfermo, que no ve cuán enfermo está el karma… y a la hora señalada, te vas sin haber agregado valor a la vida… no puedes llevarte nada de lo colectado, de lo juntado, de lo amarrocado… entonces, viene la consciencia de que el tiempo concedido se gastó en actos innecesarios… entonces, la liberación de un cuerpo significa darse cuenta que se desperdició la oportunidad… entonces, el dejar de “ser” implica caer en la cuenta que todo lo hecho no sumó, no sirvió, no fue útil al karma ni a la esencia, sino que restó y que dicha resta hizo que el espíritu retrocediera… pero ya es tarde… no hay a quien reclamarle… no hay a quien echarle la culpa… el problema es del “sí mismo” despojado… viniste a la Tierra a encontrarte contigo mismo, al no hacerlo, te vas vacío y extraviado, sin haber cumplimentado el motivo que te trajo a “ser” … Parece algo simple, pero de tan sencillo que es, nadie repara en el hecho y se enfrasca en gestas de competencia donde el alma se consume… la evidencia indica que el otro está allí delante para aunar esfuerzos en una cooperación que agregue valor social al conjunto, pero muchos de los otros transitan la misma incapacidad para descubrir el eje de la cuestión, y finalmente, el todo se diluye en sacrificios inútiles que no conducen a ninguna parte… la competencia, finalmente, no suma, resta… Sanar significa encontrarse con “uno mismo”… sanar significa “sumar en la vida del otro”… sanar significa cooperar para construir en conjunto… sanar es descubrir la importancia del prójimo… sanar es reconocer la idea que te trajo a nacer… sanar es comprender la entidad de propio karma y entender el espacio que ocupan los karmas ajenos… sanar es descubrir el motivo y hacerlo luz… el propio huerto está acondicionado para dar frutos que emiten luz… dichos frutos no sólo iluminan el propio karma sino que lo hacen para aquellos que los sepan valorar… dichos frutos de luz, al ser saqueados, simplemente se apagan y quien los tomó desperdicia la oportunidad de verse bendecido… Nacer es una bendición… pero la vida consecuente puede no serlo, dependiendo de las actitudes y de las intenciones… la soberbia oxida el espíritu… la vanidad carcome el alma… el desprecio destroza la consciencia… cuanto menos te das cuenta de ello, más te internas en el laberinto… cuanto más lo haces, más enfermas del ego denso… cuánto más pesa el ego, más se deterioran los sentidos, y al hacerlo, menos comprenden los contenidos de las circunstancias… así se diluye la vida… Para sumar es necesario encontrarse consigo mismo entendiendo que el otro, el prójimo, tiene valor en sí mismo… pero para entender el valor del otro, hay que saber reconocer el valor propio… luego, todo es una construcción en conjunto… un aprendizaje que agrega valor a partir del valor que aportan los otros… sin más…

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