Crédito de la Pintura:
Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
LA ISLA© [1]
By Víctor Norberto Cerasale Morteo
el dispensador dice: la isla no aparecía en las cartas náuticas del Océano Pacífico... sin embargo, tres capitanes de la marina británica habían asentado su existencia en sus respectivos libros de bitácora, pero muchos otros capitanes que habían pasado por dichas coordenadas negaban haber visto una isla... más lejos, uno de los primeros capitanes que había navegado dos veces por el mismo lugar, había registrado que la isla estaba en una coordenada en la primera oportunidad, y en otra distinta en la segunda... dejando asentado que no era factible acercarse a sus costas porque los arrecifes creaban una barrera infranqueable que la hacía inaccesible... los otros dos capitanes tenían registros parecidos, pero uno de ellos había escrito que, luego de determinada la posición de la isla, y luego de documentar su escarpada geografía, le había parecido ver algo semejante a una construcción en la ladera de una montaña con forma volcánica, agregando que al girar el barco para abandonar las aguas contiguas a la misma, la isla se había esfumado de su vista, haciéndole creer que la misma se había visto rodeada por una niebla de esas que suelen aparecer en los mares agitados... cuatro anotaciones versus cientos en contra... la isla no estaba dentro de las rutas habituales, así es que llegar a ella era consecuencia de la "causalidad" mística propia de los mares...
un cuarto capitán cayó finalmente por las mismas coordenadas que podrían ubicar la isla en la Polinesia... pero él no podía asegurarlo, ya que tomó la precaución de dar vuelta alrededor de la isla, comprobando que según desde donde se la miraba, los instrumentos daban mediciones distintas... algo que lo había dejado perplejo... tanto, que decidió enviar un bote y una escasa tripulación, asumiendo que el bote se perdería y que habría que enviar un segundo al rescate... había una especie de spray que rodeaba la isla y no permitía ver sus orillas... se suponía que se trataba de arrecifes, pero ¿cómo saberlo?... finalmente decidió enviar dos botes, uno intentaría ingresar a la costa y hacer playa, y un segundo permanecería a la espera a una cierta distancia del objetivo... el tema era evitar la noche... ya que la zona se reconocía como "no detectada" nunca antes... de hecho, los registros de los anteriores capitanes no habían sido consultados, resultando desconocido para toda esta tripulación...
es sabido que en los mares ocurren cosas extrañas, pero corrían tiempos de la guerra fría... la bomba atómica había sido lanzada sobre Hiroshima y sobre Nagasaki, y los ánimos estaban caldeados en los miedos y las dudas... ya que no debía omitirse que los japoneses habían dominado el Pacífico, y podría haber gente refugiada y/o escondida a la espera de enemigos latentes... cabría preguntarse qué hacía ése barco allí, pero en dichos tiempos había licencias de distancias tanto como de posiciones, asumiéndose que los submarinos aliados no atacarían una embarcación claramente indefensa... y que los submarinos rusos ni se ocuparían de perseguir a un barco sin riesgos aparentes... el bote alcanzó el spray de la rompiente que rodeaba a la isla y luego de una trabajosa remada, hizo playa... grande fue la sorpresa cuando vieron a una distancia importante, una construcción palaciega de estilo francés de fines del siglo XIX, en perfecto estado, desierta... no había manera de comunicarle al capitán que pretendían explorar el caserón, para lo cual debían permanecer al menos un día más en la isla... tampoco podían informar al bote en espera de su decisión... tres marineros más un oficial caminaban por las escarpadas playas de piedras sin comprender que pasaba allí... trabajosamente se fueron acercando al objetivo... demorándose unas cuatro horas para el cometido... lejos del bote como para una emergencia que obligara a un repliegue, sin armas de fuego, sin herramientas, portando sólo la humanidad y la consigna...
el palacio estaba pulcro... demasiado para semejante soledad... disponía de biblioteca... disponía de cocina con reservas alimentarias recién manufacturadas... disponía de dieciocho dormitorios... de un extenso salón comedor al estilo rural de la época victoriana... disponía de baños acondicionados con servicios de agua corriente, funcionando a la perfección... ventanales amplios con cortinados en perfecto estado... y lo más sorprendente, balcones en galería que rodeaban la construcción en niveles descendentes, que conducían, vericuetos mediante, a un complejo de túneles que llevaban a un embarcadero oculto, preparado como para recibir dos submarinos de porte... ninguno de los visitantes se habían percatado que en la estructura edilicia el tiempo estaba detenido, no transcurría, no pasaba... parecía no haber nadie en toda la isla, tampoco en la casa... sin embargo todo indicaba que había estado ocupado hasta cinco minutos antes que llegasen los curiosos intrusos enviados por un mucho más intrigado capitán, que había decidido permanecer a bordo del barco... recorriendo la casa se habían escurrido dos días por fuera de la isla... y dado que las instrucciones eran regresar al barco antes de caer la noche, los del segundo bote habían decidido regresar a la nave a transmitir las nuevas a un aturdido capitán...
al quinto día de una interminable espera, el capitán tomó la decisión de dar por perdidos a la primera avanzada, suponiéndolos muertos en el intento de atravesar el spray de los arrecifes, dándose por conforme de haber recuperado a los del segundo bote... maniobró la nave y tomó distancia poniendo proa al Asia... dejando asentado en el libro que algo extraño sucedía en dicha isla de características inaccesibles... y que demandaría una nueva expedición con pertrechos suficientes como para un abordaje prudente... se recriminaba a sí mismo el haber intentado reconocer el terreno con personal no tan experimentado, pero la duda le carcomía el alma... ¿cómo explicar la decisión y cómo explicar el abandono?... mientras ello ocurría desde la parte alta de los miradores del caserón, los tripulantes vivos y en perfecto estado de salud habían visto cómo el barco del cual procedían se evaporaba delante de sus ojos... pero sin estupor... y entendiendo que habían estado allí durante un lapso mayor al concedido por el comandante de la nave, daban por cierto que en algún momento vendrían a ser rescatados, por los mismos o por otros... allí había víveres suficientes y todo estaba tan confortable que no habría por qué preocuparse, excepto por esto de que el tiempo no pasaba, siempre el SOL estaba en el mismo lugar, nunca había caído la tarde y jamás se había desplegado la noche... ¿cómo podía ser esto posible?... todo estaba límpido y el mar se veía planchado... no se divisaba el spray y tampoco había arrecifes de peligro... comenzaron a pensar que algo extraño los había capturado... rara circunstancia propia de la guerra que acababa de terminar... corría 1947... y todo latía a desconfianza militar... el cielo despejado e inmaculado era eléctricamente azul, en una isla de porte significativo que no aparecía en las cartas náuticas...
les llevó una larga semana caer en la cuenta que el tiempo estaba paralizado... y luego de extensas discusiones y de peores conclusiones, comenzaron a pensar que habían sido víctimas de un experimento militar... ¿aliado?... ¿soviético?... ¿japonés?... ¿alemán?... imposible determinarlo... las características de la isla les había impedido ver que estaban rodeados de entidades invisibles de índole no humana, habitantes de la isla desde vaya a saber cuándo... ocupando paralelos de idénticos lugares... ocupando geometrías simultáneas de diferentes realidades... ocupando simetrías asimétricas de distintas consonancias... corría 1947, y en la casa había luz eléctrica que no se apagaba jamás... ¿era de día?... ¿era de noche?... algo o alguien les había cambiado el motivo de vida, y al hacerlo se les había modificado el destino... entonces fueron conscientes de que nadie vendría ni regresaría por ellos. ABRIL 19, 2017.-
las páginas del libro de la vida giran siempre de derecha a izquierda... los libros de la biblioteca de la isla debían leerse desde la última página hacia el lado inverso... ya que, de no ser así, los libros impedían al lector abrirlo...
cuando cruzas el portal que te está destinado... todo funciona al revés de como lo entienden los humanos... la razón, en el más allá, se vuelve excusa... y sólo impera el sentido común del pensamiento de una realidad que se hace espejo.
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