CUANDO TE CAIGA LA FICHA ©
By Víctor Norberto Cerasale Morteo®
EL AMAGUE
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Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
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la ficha cae de muchas maneras diferentes, tantas como perspectivas hay, tantas como personas hay, tantas como visiones hay, tantas como entendimientos hay, tantas como situaciones se dan… la ficha es una especie de golpe que te saca del estado de confort (o de aturdimiento) y te empuja a abandonarlo, pocas veces por las buenas, mediando comprensiones; muchas veces por las malas, atropellando realidades que no dejan lugar a dudas de que, aquello que se sentía bien, ha pasado a sentirse mal, incómodo… esa ficha que te cae, te convierte en otra persona… cada ficha que cae, implica un cambio radical en el estado presente… las fichas que caen del pasado, son reflexivas… las fichas que alteran el presente, son condicionantes, porque obligan a un cambio… la ficha pareciera ser virtual, ficticia, pero en verdad se trata de un empuje cuántico que lleva al alma a desplazarse a favor de sí misma…--
a unos les lleva mucho tiempo darse cuenta, esto es, a algunos que suelen ser muchos, el acto de “caerles la ficha”, les demanda mucho tiempo… habiendo en ello tantos motivos como víctimas hay… a veces prima cierta comodidad… a veces impulsan los sentimientos… a veces condicionan afectos… a veces se priorizan ciertas conveniencias… a veces se sobre estiman ciertos intereses… hasta que, en algún momento, la circunstancia se desmenuza a sí misma, obligando a las partes, o al menos a una de ellas, a tomar decisiones determinantes que, de alguna forma, instalan un antes y un después… antes que te caiga la ficha, el cielo se veía de una forma… después de caída la ficha, el cielo se ve de una manera completamente distinta… desde luego, la diferencia no está en el cielo, sino en uno mismo y su capacidad para definir “qué pasó”, que sucedió que hizo que todo se rompiera… cuando el pasado queda roto, no hay manera de repararlo, así es que demanda irse… por lo pronto, exige un cambio…--
muchas veces la ficha cae de manera violenta, impredecible, que empuja a un cambio de rumbo que también resulta ser violento… para el victimario, lo único que se modificará, es el objetivo, esto es, la víctima… la víctima dejó de ser tal, para pasar a ser cual… el cometido del victimario no cambia, sólo se ajusta a la finalidad que se busca… en el otro extremo, la víctima queda a merced de los daños que nunca son colaterales… hay un golpe de realidad que exige que se cambie el trayecto de un camino que había sido diseñado prolijamente, o bien, el golpe de realidad va más allá de las circunstancias personales, dejando huellas en el alma, que representan una herida o mucho más que una herida, que se traducen en dolor en el espíritu que suele ser inexplicable… como sea, la víctima altera su estado de consciencia, y al hacerlo, se ve condicionada por el día presente, y el día siguiente… asumir el cambio en presente continuo, quita al alma del atolladero, y la coloca en otro escenario…--
es raro que la toma de consciencia sea un proceso suave, ya que casi nunca se da de esa forma… sin embargo, a veces sucede… la víctima se toma su tiempo, y se va despegando del victimario y sus objetivos, hasta que, cambiando el dial, coloca a su propia alma en otra sintonía, distante de aquello que la solía incomodar… es raro, pero hay casos así… siempre el victimario, puteará a la víctima… siempre el victimario, señalará con el dedo a la víctima… siempre el victimario, fabricará historias apropiadas para la humillación y la denigración de la víctima… siempre el victimario, buscará la forma de destruir a la víctima ante los ojos de los demás… y como siempre sucede, los “demás” le darán la derecha al victimario y también ahuyentarán a la víctima… los “demás” suelen estar en sintonía con el victimario porque hay conveniencias e intereses que así lo indican… se trata de una sociedad de conveniencias mutuas, donde escupir a la víctima es el acto más sencillo, ya que en su caída, muchos verán con regocijo su potencial destrucción… luego de producida esta (destrucción de la víctima) cada uno regresará a su rol de victimario propiciatorio de peores intereses…- -
podría decirse que cuando cae la ficha, el ser humano al que le sucede, tiene una especie de revelación… la realidad, es que algo lo hace darse cuenta que las circunstancias indican todo lo contrario a lo que se declama, poniendo en evidencia a los oportunistas de la vida, o bien, poniendo en evidencia al victimario, o a los victimarios… o simplemente, exponiendo a algunos de ellos, que los hechos no coinciden con las descripciones previas… en cualquiera de los casos, algo se quiebra, la confianza se rompe, y todo deja de ser como se lo consideraba, para convertirse en otra cosa… de cualquier forma, la revelación en cuestión, cambia el curso de los acontecimientos, casi siempre para quien iba a ser la víctima… no así para el o los victimarios, que se ajustarán a la necesidad imperiosa de ir por más, con otras víctimas… existen evidencias de que los humanos que ocupan el rol de victimarios, son depredadores por excelencia, y no escatiman esfuerzos en devorar a cualquiera que se les cruce por el camino… la miseria humana va de la mano de la voluntad depredadora de algunos humanos… curiosamente, esa misma miseria humana, va asociada con una singular estupidez…--
podría decirse, además, que esa misma supuesta revelación, es algo semejante a una bendición… una bendición que para algunos desciende de sus ángeles… una bendición que puede tratarse de un gesto divino… una bendición que resulta como consecuencia de un remolino inesperado que obliga a alguien, a abrir los ojos, darse cuenta, despertar, o simplemente, comprender que el camino que se traía no era el adecuado… la bendición trae aparejado un cambio que normalmente es dramático, porque exige hacer un viraje amplio del curso que se traía, para ir, tal vez, hacia el lado opuesto… en cualquier caso, ese lado opuesto, siempre deriva en una especie de salvación… muchos naufragios conducen a una isla, aunque no siempre el acceso a la misma resulta fácil… asimismo, muchos otros naufragios no conducen a ninguna isla, y no falta quien sucumbe a su propia tragedia… las variables son muchas, demasiadas, y amerita analizarse caso por caso…- -
cuando te cae la ficha, uno se siente náufrago… náufrago sin nada a mano, ni bote, ni remo, ni isla a la vista, ni víveres, ni nada que parezca útil para sobrevivir… sin embargo, el incidente, de alguna forma, quizás cuántica, permite pasar de un estado de caos, a un estado de nuevo orden… esto sucede, casi siempre, dejando atrás muchas heridas en el espíritu… esto sucede, casi siempre, padeciéndose muchos golpes en la consciencia… esto, tiene lugar, con huellas dolorosas en el alma… sin embargo, se supera el trance y se aborda algo nuevo, diferente, que proporciona alguna visión de cómo fue el proceso de saturación que condujo a un nuevo estado en la vida… cada ficha que cae, implica una sanación… el alma se ve obligada a dejar atrás lo que haya sido, para buscar un nuevo espacio donde acomodarse… hay un proceso de lógica matemática en cada quiebre, un modelo que, desde luego, jamás es abordado por nadie, jamás es analizado, quedando como algo pendiente irresuelto… a nadie le gusta reflexionar sobre el poder matemático de cada transformación…--
la ficha representa un click… la caída puede ser algo instantáneo, abrupto, pero también, puede formar parte de un proceso de dudas y convencimientos progresivos, hasta que la saturación de la circunstancia deriva en un cambio que, casi siempre, resulta ser espontáneo… el pasado se corta, y el espíritu aparece abordando un nuevo escenario donde debe integrarse… el cambio no se produce afuera, sino dentro de la persona… dicha persona dejó de ver lo que veía, y ha comenzado a ver con “otros ojos”… dicha persona dejó de entender lo que entendía, y dirá que se le abrió la mente… que algo lo hizo darse cuenta… pero el cambio, en verdad, se habrá producido en el alma… en la esencia… casi nunca habrá consciencia de ello… la persona siempre está inmersa en sus circunstancias, por lo tanto, muchas variables no serán tenidas en cuenta, o bien, serán pasadas por alto…- -
la persona, el ser, la existencia, siempre se ve empujada a ir hacia adelante… nadie sabe dónde queda “adelante”, pero siempre se supone que queda hacia el lado donde los ojos alcanzan… lo que queda por detrás, va a las espaldas, y dado que no es posible ver lo que pasa allí, lo mejor es focalizarse hacia adelante… es de suponer que hay una sucesión de quiebres a lo largo de la vida, una sucesión de rupturas que dan lugar a nuevos escenarios que se van superponiendo, o bien, que se van desplazando unos a otros tras cada experiencia, donde cada ficha que cae, representa un cambio significativo… algo que te quita de donde estabas, y algo que te coloca en nuevo paisaje… en general, hay involucradas personas con diferentes roles… alguien ocupa el papel del victimario, con todos los vericuetos que se puedan pensar… alguien ocupa el rol de la víctima, con todo lo que ello implica y significa… la ficha le cae a la víctima, y esta es la que produce el cambio, la que lo sufre, la que lo padece, la que se da cuenta, y la que se ve obligada a producir un giro en su vida… puede que haya duelo o no… puede que la situación se madure de una, o no… puede que la ruptura lleve un tiempo de reflexión… cada quien, elabora lo que debe, y supera las tormentas según lo que porta en su interior, a veces siendo digerido rápidamente, a veces siendo digerido lentamente… siempre, detrás de cada ficha que cae, hay un aprendizaje…--
todo suena parecido, pero no lo es… cada persona depende de sus propios modelos matemáticos, a veces conocidos, a veces desconocidos, a veces reconocidos, a veces comprendidos, a veces intuidos, a veces supuestos, a veces teorizados… asimismo, cada persona depende de sus propios modelos geométricos, a veces a consciencia, a veces en medio de estados brutales de inconsciencia, a veces afines a una forma de tantas… a veces sintonizando con formas que no terminan de definirse… por lo tanto, los procesos de saturación y quiebre, son muy distintos de una existencia humana a otra… lo que para unos se resuelve naturalmente, para otros demora años humanos de maduración… al primero, le cae ficha, mueve el dial, cambia de sintonía y sigue adelante… al segundo, también le cae la ficha, pero el darse cuenta es un proceso de mucha introversión, que demanda viajes frecuentes al uno mismo, donde se lleva a cabo un lento despertar, una especie de metamorfosis del darse cuenta… la memoria juega su rol, y poco a poco, esa misma memoria va aportando luces a todo lo cursado en el pasado inmediato… digerir el espacio sin tiempo, demanda regresiones silenciosas al pasado escurrido…--
pero la ficha que cae va más allá del rol de un victimario y una víctima… la ficha que cae es darse cuenta de algo… cuando el instinto indica que algo no es posible… cuando la razón no encaja con el pensamiento… cuando la cordura evidencia no estar a la altura de las circunstancias… cuando la voz interior señala que hay un error en la apreciación de una circunstancia… cuando sientes que la historia no encaja con los hechos tal como se describen… cuando sientes que el cuento no coincide con lo que estás viendo, con lo que estás sintiendo, con lo que se está oliendo, con lo que estás percibiendo… no hace falta que nadie lo explique, no hace falta que nadie lo traduzca… no son necesarias clases magistrales… no son adecuados los argumentos vacíos… no son proporcionados los textos que relatan lo que no coincide con los sentimientos… cada vez que una ficha cae en el alma, el ser evoluciona hacia su propio sí mismo… de eso, hay poca consciencia…--
nadie está capacitado para emitir opinión sobre la revelación a la que te ves sometido… nadie puede juzgarte… nadie puede comentar lo que vives, lo que transitas, lo que respiras… nadie puede señalarte con el dedo, ni tampoco puede decirte qué hacer, o bien, qué dejar de hacer… porque cualquiera de las opciones posibles está en tu alma, y sólo allí… nadie ocupa tu cuerpo… nadie ocupa tu mente… nadie puede decir qué hay en tu esencia… nadie puede explicar qué es lo que arrastras en el karma… nadie puede atravesar tus tormentas, tampoco puede interpretar tus tragedias, nadie sabe nada de tus sensaciones, mucho menos de tus sentimientos en el instante preciso del quiebre, tampoco antes del mismo, tampoco después del mismo… así es que eres dueño de tus decisiones, tanto para bien, como para mal… finalmente la barca se endereza a sí misma y encuentra el rumbo correcto, que es el que pertenece a tu vida… no es posible separar la trayectoria de la barca cósmica del destino escrito en el libro de la vida…--
a lo largo de la vida, los quiebres son muchos… a lo largo de la vida, las fichas que caen son muchas… a lo largo de la vida, los finales son muchos… a lo largo de la vida, los comienzos son otros tantos… a lo largo de la vida, los procesos reflexivos son dramáticos… a lo largo de la vida, los procesos introspectivos son significativos… a veces el alma dimensiona con precisión la secuencia de los hechos… a veces el alma no llega a encajar en las soluciones posibles, las concedidas, las ofrecidas… a veces las ecuaciones no son despejables… a veces las fórmulas no logran describir todos los componentes… por ello, cada alma se ve sometida a energías que nunca son lineales, que casi siempre son remolinos vibratorios que someten al ser a un brutal tire y afloje, donde la fluencia de fuerzas conduce a la confusión, donde la divergencia de fuerzas conduce a la duda, donde los remolinos imponen miedos… curiosamente, ese mismo fenómeno, se produce ordenadamente en cualquier lugar del universo, pero el humano aun no ha reparado en ello… nadie se ha dado cuenta que ser humano es una condición temporal de una ecuación finita… a nadie le ha caído la ficha de que la energía que hay dentro de un humano, es en verdad, una entidad cósmica… el ser humano se aferra a la vida, por lo tanto, al poder… el ser humano se va de la vida, con muchas cuentas pendientes… tantas cuentas pendientes, que se va llevándose un montón de paradojas que él mismo ha creado, viéndose incapaz de resolver lo simple, ni qué hablar de lo complejo…--
el secreto, quizás, reside en traducirse a sí mismo… pero eso depende de uno mismo… nadie puede ayudar a que te “caiga la ficha” …--
el secreto, quizás, reside en explicar el uno mismo… pero eso dependerá de las capacidades del sí mismo…--
como sea, el paso humano por la Tierra representa un hecho cósmico, por consiguiente, universal… mientras el ser humano se aferra a la vida, mientras el ser humano se aferra a la Tierra, el alma permanece desprendida del cuerpo, y nadie es consciente de ello…--
como sea, el humano nacido de madre, se ve condicionado por un tiempo que no existe, se ve limitado por un espacio del que no sé es del todo consciente, y se ve condenado a morir en un momento que le resulta desconocido… ya que ni siquiera se reconoce atado a un destino, ni tampoco, dependiente de él… nadie logra escapar a dicha ecuación…--
para algunos, hay un solo Dios a quien reclamarle… y le reclama cada vez que puede…--
para otros, hay un panteón de dioses propios, a quien invocar para recibir favores celestiales… para ciertas personas rige el panteón egipcio… para otras rige el panteón griego, y también resulta válido… aquellos que se sustentan en el panteón romano, sólo copian lo que otros descubrieron… en un modo superpuesto, hay personas que se respaldan en el panteón de los dioses de la Tierra, aquellos que están unidos a los suelos, a los aires, a las aguas, y a los fuegos, esos mismos que regían el todo de aquellos que fueron colonizados, para inmediatamente ser saqueados y destruidos, cuya historia se escribió al amparo de mentiras y engaños que satisfacían a reyes y demás delincuentes gobernantes en la antigua Europa…--
para algunos no hay paz en ningún Dios, porque el ego es el director supremo de cualquier decisión… por lo tanto, ese mismo ego los impulsa a despojar al otro, que resulta ser cualquiera que muestre algo que les convenga a sus antojos…--
para otros, los dioses del panteón están en conflicto entre ellos mismos, por lo tanto, sus egos enseñan contradicciones semejantes que muestran un alto grado de insatisfacción sobre lo hecho, lo pendiente, y lo que se desea… entonces, el conflicto entre los dioses se traslada a la Tierra, se enquista en el ego, o en los egos, y se lucha para morir sin llevarse nada, pero con la satisfacción estúpida de haber dejado muchas almas postradas en el camino…--
por lo tanto, el humano no tiene paz… por lo tanto, el humano no es feliz, porque no sabe serlo… por lo tanto, el ser humano nace fallido, y muere como tal… sin que le caiga la ficha, y además, amagando que entiende su propia vida…--
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Las pinturas pertenecen a Carmen Conde Molins (Sedemiuqse Esquímedes) | ESPAÑA, Galicia
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RED MUNDIAL DE ESCRITORES EN ESPAÑOL (pertenezco desde vaya a saber cuándo)
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Mi Pichuca (Haydée Virginia Toscanini) 45 años de amor, mucho tiempo de extravíos, mucho tiempo de espera, mucho silencio conservado, 23 años de convivencia sinfónica… un horizonte compartido… bajo un cielo protegido… un viaje cósmico que viene desde lejos… una burbuja que no pertenece al universo pendiente…
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CUANDO TE CAIGA LA FICHA ©
By Víctor Norberto Cerasale Morteo®
EL AMAGUE
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