viernes, 28 de julio de 2017

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EL ÓCTUPLE NOBLE SENDERO

Buda dijo: “Si realmente quieres liberarte debes practicar el Noble Óctuple Sendero. Siempre que lo sigas, la alegría, la paz y la clara visión estarán presentes.”

Es la cuarta Noble Verdad de Buda. El Sendero que conduce al cese del sufrimiento y a la experiencia del Nirvana, la liberación.
Es la práctica que uno debe seguir para alcanzar la cesación del sufrimiento.
Son normas de comportamiento, normas de conducta correcta, y como tales cada uno debe esforzarse por insertarlas en su diario vivir, para liberarse del sufrimiento y obtener la iluminación.
Es óctuplo porque posee ocho componentes.

Buddha dice lo siguiente: “Ésta, oh monjes, es la Noble Verdad del Sendero que conduce a la Cesación del Sufrimiento. Simplemente este Óctuplo Noble Sendero; es decir, Recto Entendimiento, Recto Pensamiento, Recto Lenguaje, Recta Acción, Recta Vida, Recto Esfuerzo, Recta Atención Completa y Recta Concentración.”

La esencia de los millares de discursos en los que el Buda explicó su enseñanza de distintas maneras, está contenida en Las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Noble Sendero.
Este Sendero comprendido en la cuarta Noble Verdad es el Sendero Medio, llamado así por evitar los dos extremos; tanto la búsqueda de la felicidad a través de los placeres
sensuales, como la mortificación de uno mismo.
Estos ocho factores no son separados y deben desarrollarse simultáneamente, ya que todos ellos están estrechamente relacionados entre sí, y cada uno contribuye al cultivo de los otros.
También en el Óctuple Noble Sendero encontramos la naturaleza del interser, cada rama contiene las siete restantes. Utiliza tu inteligencia para aplicar los elementos del Noble Óctuple Sendero a tu vida cotidiana.

Este Sendero Medio es llamado el Óctuple Noble Sendero, ya que consta de ocho factores:

1. RECTA VISIÓN (samina ditthi):

Consiste principalmente en comprender profundamente las Cuatro Nobles Verdades.
Es mirar el mundo conscientes de que existe el sufrimiento, la inquietud.
Para luchar contra el sufrimiento es necesario detectarlo e identificarlo, y eso se hace aprendiendo a mirar la realidad tal cual es, con objetividad, no como nos gustaría que fuera.
Como estamos llenos de prejuicios y opiniones; abstraigámonos de ellos, ignorémoslos y llegaremos a identificar la verdadera situación que vivimos o nos aqueja.
No juzgar es la clave de la recta visión, y si juzgamos que sea en forma consciente y atenta.
Mirar la realidad de frente, sin posiciones, sin colores. La realidad es lo que es y no lo que parece. Lo que es, es.
En el fondo de nuestra consciencia tenemos semillas sanas e insanas. El entorno en el que vives puede regar tus semillas sanas pero también las insanas.
La práctica de ser conciente nos ayuda a identificar las semillas en el almacén de nuestra consciencia y a regar las que son más sanas.
La Visión Correcta es reconocer qué semillas son sanas y estimularte a regarlas.

Buda nos aconsejó no dejarnos engañar por lo que percibimos, dijo: “Donde hay percepción, hay engaño”.
La mayoría de nuestras percepciones son erróneas, gran parte de nuestro sufrimiento surge de percepciones erróneas. Debemos preguntarnos una y otra vez “Estoy seguro?”.
Hasta que no veamos con claridad, nuestras percepciones erróneas nos impedirán tener la Visión Correcta.
Nuestras percepciones están hechas de nuestras aflicciones: de deseo, ira, ignorancia, visiones erróneas y prejuicios. Que seamos felices o suframos depende en gran medida de nuestras propias percepciones.
Nuestra felicidad y la felicidad de los seres que nos rodean, depende de nuestro grado de Visión Correcta.
La Visión Correcta es la visión que tenemos de la realidad de la vida.

2. RECTO PENSAMIENTO (samma sankappa):

Los pensamientos son las palabras de nuestra mente.
El Pensamiento Correcto hace que nuestras palabras se vuelvan más claras y beneficiosas.
Ya que el pensamiento conduce con frecuencia a la acción, necesitamos el Pensamiento Correcto para que nos conduzca hacia la senda de la Acción Correcta.
Pensar libres de sensualidad malsana, mala voluntad y crueldad.
No miremos la realidad con los ojos de nuestras pasiones o creencias; mirémosla con la visión recta alcanzada. Estamos llenos de creencias que nos impiden pensar de manera recta, concreta.
Aprendamos a no juzgar o a juzgar conscientemente.
Vivamos la vida que tenemos, no la pintemos con nuestras opiniones, ni a las situaciones (familiares, sociales, laborales) ni menos a las personas. La realidad es lo que es, y así también son las personas.
No juzguemos, que todo lo que creemos es lo que somos. Lo que es adentro es afuera.
El pensamiento debe ser puro en su esencia y directo en su dirección. Si al pensamiento lo guían las creencias, lo perderemos en el camino.

Hay cuatro prácticas relacionadas con el Pensamiento Correcto:

1. ¿Estás seguro?
Cuanto más errónea sea tu percepción, más incorrectos serán tus pensamientos, causándote un sufrimiento innecesario. Formúlate esta pregunta una vez tras otra.

2. ¿Qué estoy haciendo?
Pregúntate esto a menudo para ayudarte a ser: aquí y ahora. Te ayudará a vencer el hábito de querer acabar las cosas rápidamente. Cuando estás realmente allí, hasta lavar los platos puede ser una experiencia profunda y placentera. Pero si lavas los platos pensando en otras cosas, estás perdiendo el tiempo y probablemente tampoco los estés lavando bien. Cuando tus pensamientos no te arrastren a ninguna otra parte y lo realices todo con plena consciencia serás feliz y una ayuda para mucha gente.

3. Hola energía de mis hábitos.
Tendemos a dejarnos llevar por los hábitos, aunque nos causen sufrimiento. La adicción al trabajo es un ejemplo. En la actualidad nuestra manera de trabajar es más bien compulsiva y nos impide mantener un verdadero contacto con la vida. Necesitamos encontrar momentos para contemplar las flores y beber el té conscientemente. Cuando podamos aceptar esos arraigados pensamientos, los hábitos, sin sentirnos culpables por ellos, perderán la mayor parte del poder que ejercen sobre nosotros.

4. La bodhichita.
Nuestra mente de amor. Es el profundo deseo de comprendernos a nosotros mismos para aportar felicidad a otros muchos seres. Es la fuerza que nos motiva a vivir de modo consciente.
Cuando la bodhichita es la base de nuestros pensamientos, todo cuanto hacemos o decimos ayudará a los demás a liberarse.

Buda enseñó que cuando surge un pensamiento insano debemos reemplazarlo por uno sano.
La forma más fácil de evitar que surjan pensamientos insanos es vivir en un entorno saludable, en una comunidad que practica el vivir conciente. Vivir en un buen entorno constituye una medicina preventiva.

3. RECTAS PALABRAS (samma vaca):

Libre de engaño, insulto, malicia y estupidez.
Las palabras tienen poder, lo que decimos creamos. Si insultamos, recibiremos insultos; si alabamos, seremos alabados.
Una pequeña situación manejable puede transformarse en un infierno solamente con una palabra mal o inoportunamente dicha. La armonía familiar o un buen negocio pueden desaparecer por no saber callar. Debemos tener siempre en cuenta de que las palabras tienen poder y que las consecuencias siempre van más allá de los actos.

Consciente del sufrimiento que causan hablar irreflexivamente y la incapacidad de escuchar a los demás, me comprometo a hablar con afecto y a escuchar con atención para aportar alegría y felicidad a los otros y aliviar su sufrimiento.
Sabiendo que las palabras tienen el poder de provocar la felicidad o el sufrimiento, estoy decidido a hablar con veracidad, pronunciando palabras que inspiren auto-confianza, alegría y esperanza. No difundiré noticias de las que no esté seguro ni criticaré o condenaré nada de lo que no tenga la certidumbre. Me abstendré de pronunciar palabras que puedan causar división o discordia, o susceptibles de provocar la separación de la familia o la comunidad. Estoy decidido a hacer todo lo posible por reconciliar y resolver todo tipo de conflictos, por insignificantes que sean.

1. Hablar con veracidad; cuando algo es verde decir que es verde y no violeta.
2. No hablar con una lengua viperina; no decimos una cosa a una persona y otra distinta a otra persona.
3. No hablar con crueldad. No debemos gritar, calumniar, maldecir, fomentar el sufrimiento ni crear odio.
4. No exagerar ni adornar lo que decimos. No debemos dramatizar innecesariamente haciendo que las cosas parezcan mejor, peor o más extremas de lo que en realidad son.

La práctica del Habla Correcta consiste en intentar cambiar nuestros hábitos para que nuestras palabras surjan de la semilla de Buda que tenemos en nosotros y no de las semillas insanas que han quedado por resolver.
El Habla Correcta se basa en el Pensamiento Correcto. Las palabras son nuestros pensamientos expresados en voz alta.
Cuando llevamos sufrimiento dentro, este se manifiesta a través de palabras que decimos sin pensar. Esto sucede en especial cuando no practicamos la Atención Correcta, entonces, no somos conscientes del sufrimiento que se está acumulando en nuestro interior y decimos o escribimos cosas que no queremos decir.
Escuchar profundamente es la base del Habla Correcta.
Escuchar de manera compasiva es curativo.
Si nuestra manera de hablar causa sufrimiento innecesario, no es el Habla Correcta. La verdad debe presentarse de forma que los demás puedan aceptarla. Las palabras que lastiman o destruyen no son el Habla Correcta.
Considera tus palabras atentamente antes de decirlas, para que sean correctas en forma y en contenido. Si no eres capaz de hablar con serenidad, ese día no hables.
Para hablar conscientemente debemos practicar el silencio. En los momentos de silencio podemos observar con profundidad.

4. RECTA ACCIÓN (samma Kammanta):

Acción libre del asesinato, robo, adulterio, mentira e intoxicantes.
Nuestra vida debe ser un ejemplo para los que nos siguen. Nuestros hijos no reciben órdenes de nosotros, reciben patrones de conducta (nuestro ejemplo).
Es la práctica de sentir amor y evitar causar ningún daño, de practicar la no violencia con nosotros mismos y los demás. La base de la Acción Correcta es realizarlo todo conscientemente.

La Acción Correcta está estrechamente vinculada con cuatro de los 5 ejercicios de concienciación:

1. Respetar la vida. Consciente del sufrimiento que causa la destrucción de la vida, me comprometo a cultivar la compasión y aprender formas de proteger la vida de las personas, los animales, las plantas y los minerales. Estoy decidido a no matar, a no permitir que los demás maten y a no tolerar ningún acto de muerte en el mundo, en mis pensamientos y en mi forma de vivir.

2. La generosidad. Consciente del sufrimiento que causan la explotación, la injusticia social, el robo y la opresión. Me comprometo a cultivar el amor compasivo y a aprender formas de trabajar por el bienestar de las personas, los animales, las plantas y los minerales. Practicaré la generosidad compartiendo mi tiempo, mi energía y mis recursos materiales con aquellos que realmente lo necesiten. Estoy decidido a no robar ni a poseer nada que pertenezca a los demás. Respetaré la propiedad de los demás y no permitiré que nadie se aproveche del sufrimiento humano o del de las otras especies de la tierra.
Debemos aprender a vivir con sencillez para no tomar más de lo que nos corresponde. Cuando hacemos algo para fomentar la justicia social, ejercemos la Acción Correcta.

3. La responsabilidad sexual.
Consciente del sufrimiento que causa la conducta sexual incorrecta, me comprometo a cultivar la responsabilidad y aprender formas de proteger la seguridad y la integridad de las personas, las parejas, las familias y la sociedad. Estoy decidido a no involucrarme en relaciones sexuales sin amor. Para preservar mi propia felicidad y la de los demás, estoy decidido a respetar mis propias obligaciones y las de los demás. Haré todo lo posible para proteger a los niños de los abusos sexuales y para evitar que las parejas y familias se separen por una conducta sexual incorrecta.

4. Comer, beber y consumir conscientemente. Consciente del sufrimiento que causa el consumo indiscriminado, me comprometo a conservar en buen estado la salud, tanto física como mental, la mía propia, la de mis seres queridos, y la de la sociedad, haciendo la practica de comer, beber y consumir de forma conciente. Consumiré únicamente productos que mantengan la paz, el bienestar y la alegría en mi cuerpo, en mi consciencia, en el cuerpo colectivo y en la consciencia de la sociedad. Estoy decidido a no consumir alcohol ni ninguna otra sustancia intoxicante, ni a ingerir alimentos u otros productos que contengan toxinas. Trabajaré para transformar la violencia, el miedo, la ira y la confusión en mi mismo y en la sociedad, siguiendo una dieta adecuada.

5. RECTOS MEDIOS DE VIDA (samma ajiva):

Es la vida recta.
Para practicar el Medio de Vida Correcto debes encontrar una manera de ganarte la vida que no vaya en contra de tus ideales de amor y compasión.
Tu medio de subsistencia puede ser una expresión de tu yo más íntimo o una fuente de sufrimiento para ti y los demás.
Siendo conscientes de cada momento, intentamos tener una vocación que sea beneficiosa para los seres humanos, los animales, las plantas y la tierra, o al menos que apenas sea perjudicial.
Vivimos en una sociedad en la que cuesta conseguir trabajo, pero si se nos presenta la posibilidad de trabajar en algo que perjudica la vida debemos rechazarla.
Un trabajo que implique matar, robar, una conducta sexual incorrecta, mentir, o vender drogas o alcohol no es el Medio de Vida Correcto. Si tu empresa contamina los ríos o el aire, trabajar allí no es el Medio de Vida Correcto.
La persona consciente evita un comercio perverso (adivinación, usura, armas, seres vivos, carne, intoxicantes y venenos) y se gana la vida por medios rectos.
La responsabilidad y el respeto deben ser las plataformas de nuestro accionar.
Las personas, las familias, las organizaciones, las empresas, las sociedades se guían por valores, no por órdenes.

6. RECTO ESFUERZO (samma vayama):

Es la clase de energía que nos ayuda a realizar el Óctuple Noble Sendero. Si nos esforzamos en tener posesiones, sexo o comida, se trata de una diligencia errónea. Si trabajamos día y noche para obtener dinero, fama o para huir de nuestro sufrimiento, también es una diligencia errónea.
Con el esfuerzo recto se obtienen resultados rectos, se construyen grandes obras.
El esfuerzo recto provoca que los pensamientos sean la brújula de la acción. Hacer las cosas bien, la primera vez, desapegadamente al resultado, es la clave para un comportamiento exitoso. No nos preocupemos del guiso, pongamos la atención en los ingredientes y el guiso saldrá delicioso.

Las cuatro prácticas o cuatro partes de la Diligencia Correcta son:
1. Evitar que germinen las semillas insanas en el almacén de nuestra consciencia si aún no han germinado.
2. Ayudar a las semillas insanas que ya han germinado a volver al almacén de nuestra consciencia.
3. Encontrar formas de regar las semillas sanas que no han germinado y pedir a nuestros amigos que hagan lo mismo.
4. Alimentar las semillas sanas que ya han germinado para que permanezcan en la mente consciente y se vuelvan más vigorosas.
Las cuatro partes de la Diligencia Correcta se alimentan con la alegría. Si el hecho de practicar no te causa alegría, significa que no lo estás haciendo correctamente.

7. RECTA ATENCIÓN (samma sati):

La Atención Correcta es la energía que nos hace regresar al momento presente. Cultivarla es cultivar el Buda que hay en nuestro interior.
Nuestra atención puede ser la correcta, como cuando permanecemos en el momento presente, o inapropiada, como cuando estamos atentos a algo que nos impide vivir el aquí y el ahora.
La Atención Correcta lo acepta todo sin juzgar ni reaccionar.
La atención consiste en recordar regresar al momento presente.
Mediante la atención se llega a la comprensión. Ver y comprender nace de nuestro interior.
Cuando somos conscientes y sentimos profundamente el momento presente podemos observar y escuchar con profundidad, y los frutos son siempre la comprensión, la aceptación, el amor y el deseo de aliviar el sufrimiento y aportar alegría. La comprensión es la base del amor. Cuando comprendes a alguien no puedes evitar amarle.
Cuando la persona vive concentrada, atenta, sabe que el cuerpo, los sentimientos, la mente y los pensamientos son impermanentes y están sometidos al cambio y a la decadencia.
Nuestra acción debe estar basada en el conocimiento de que todo es cambio, y que incluso nosotros cambiamos a cada segundo. Por lo tanto, concentrémonos en el aquí y ahora.
No pensemos en el pasado, que ya no es reparable ni replicable (si es el caso), ni en el futuro, que aún no existe. Concentrémonos en lo que hacemos, no en lo que hicimos o pensamos hacer.

Los cuatro fundamentos de la atención:

1. “Ser consciente del cuerpo en el cuerpo”.
Al inspirar sé que vivo en mi cuerpo, al espirar le sonrío. Al practicar de este modo renovamos nuestro conocimiento del cuerpo y hacemos las paces con él. Debemos comenzar notando todas las posiciones y movimientos del cuerpo, permaneciendo totalmente en él, aunque lo estemos observando. Al sentarnos, levantarnos, andar o tendernos, sabemos que nos sentamos, levantamos, andamos o nos tendemos. A esta práctica se la denomina “reconocer simplemente.”
Reconocer todas las partes del cuerpo, desde la coronilla hasta la planta de los pies. A través de nuestra atención sentimos la nariz, la boca, los brazos, el corazón, los pulmones, la sangre y todo lo demás. Podemos realizar práctica de escuchar nuestro cuerpo mientras meditamos sentados o mientras estamos tumbados, puede llevarnos alrededor de media hora.

Percibir los elementos que componen al cuerpo: tierra, agua, fuego, aire.
El elemento tierra se refiere a las cosas sólidas. Estamos compuestos por más de un 70% de agua, entonces reconocemos el elemento agua que hay dentro de nosotros mientras meditamos. El elemento fuego es el calor tanto interno como externo a nosotros. Para que la vida exista se necesita calor. El cuarto elemento de nuestro cuerpo es el aire. La mejor manera de experimentar el elemento aire es hacer la práctica de respirar conscientemente.

2. “Ser consciente de las sensaciones en las sensaciones”.
Las sensaciones pueden ser agradables, desagradables o neutras.
Cuando tenemos una sensación agradable tendemos a aferrarnos a ella y cuando es desagradable a rechazarla. Pero en ambos casos lo más eficaz es regresar a la respiración y observar simplemente las sensaciones identificándolas en silencio.
Todos tenemos emociones difíciles, pero si permitimos que nos dominen nos agotaremos. Las emociones se vuelven fuertes cuando no sabemos como tratarlas.
Cuando nuestros sentimientos son más fuertes que nuestra atención, sufrimos. Pero si practicamos la respiración consciente un día tras otro, la consciencia se convertirá en un hábito. No esperes a empezar a practicar cuando te sientas abrumado por un sentimiento. Quizá sea demasiado tarde.

3. “Ser concientes de la mente en la mente”.
Ser conscientes de la mente es percibir las formaciones mentales. Cualquier cosa que se forma es una formación. Una flor es una formación. Nuestra ira es una formación mental.
Algunas elevan el espíritu y nos ayudan a transformar el sufrimiento (formaciones mentales sanas y beneficiosas), y otras son pesadas y nos aprisionan en nuestro sufrimiento (formaciones mentales insanas o perjudiciales).
Hay formaciones mentales que en algunas ocasiones son sanas y en otras insanas, como la somnolencia, el arrepentimiento, el pensamiento inicial y el pensamiento desarrollado.
Cuando el cuerpo y la mente necesitan descansar, dormir es sano, pero dormir todo el tiempo puede ser insano. Cuando nuestros pensamientos nos ayudan a ver con claridad, son beneficiosos, pero si la mente está dispersa en todas direcciones, esa clase de pensamientos son perjudiciales.

4. “Ser concientes de los fenómenos en los fenómenos” (los objetos de nuestra mente).
Cada una de nuestras formaciones mentales debe tener un objeto. Si estás enojado, tienes que estarlo con algo o con alguien, y a esa persona o cosa la llamamos objeto de tu mente. Hay 51 formaciones mentales, por lo tanto hay 51 clases de objetos de la mente.

8. RECTA CONCENTRACIÓN (samma samadhi):

Consiste en cultivar una mente unidireccional.
Cuando practicamos la concentración activa, damos la bienvenida a cualquier cosa que llegue. No pensamos ni añoramos nada más. Simplemente permanecemos en el momento presente con todo nuestro ser.
Cuando practicamos la concentración selectiva elegimos un objeto en el que concentrarnos. Dejamos todo lo demás centrando nuestra atención en ese objeto.
No utilizamos la concentración para huir de nuestro sufrimiento, sino para estar profundamente presentes. Cuanto más alto sea el grado de concentración mejor será la calidad de nuestra vida.
Hagamos sólo una cosa en cada momento y hagámosla bien.
Evitemos la multitarea porque es perniciosa y hacemos muchas cosas pero ninguna bien.
Cuando comamos, dediquémonos a comer y no a hacer otras cosas en el mismo tiempo. Busquemos la calidad en todo lo que hagamos, y ésta se define como hacer las cosas bien la primera vez, sin que existan desperdicios ni retrocesos. Concentrémonos en el objeto de nuestro esfuerzo y el resultado será perfecto.

La Recta Concentración es la disciplina que nos conduce a las cuatro etapas de dhyana, o absorción.
En la primera etapa se abandonan los deseos y pensamientos apasionados e impuros, en la segunda, ya desaparecidas las actividades mentales, se desarrolla la tranquilidad y la "fijación unificadora de la mente", en la tercera surge la ecuanimidad consciente y en la cuarta desaparecen todas las sensaciones, tanto de dicha como de desdicha, de alegría y de pesar, permaneciendo en un estado de ecuanimidad y lucidez mental.

Este Óctuple Noble Sendero puede ser seguido, practicado y desarrollado por cada individuo. Es disciplina corporal, verbal y mental. Se trata de un Sendero que conduce a la aprehensión de la Realidad última, al logro de la liberación, de la felicidad y la paz, mediante el autodesarrollo moral, espiritual e intelectual.
En el Visuddhi-Magga (El Camino de la Purificación) del Venerable Buddhaghosa se compara a la verdad del sufrimiento con una enfermedad, la verdad del origen del sufrimiento con la causa de la enfermedad, la verdad de la cesación del sufrimiento con la cura de la enfermedad y la verdad del sendero que conduce a la cesación del sufrimiento (el Óctuple Noble Sendero) con la medicina.


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