jueves, 22 de noviembre de 2018

Revista Instituto Confucio - Club de Lectores | ConfucioMag

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LECTURA DE LA SEMANA

Mansión del dragón amarillo

La llamada “Mansión del Dragón Amarillo” era la región ancestral del pueblo yurchen, fundador de la dinastía Jin (265-420 d.C.). Como centro político y económico, y punto estratégico para los ejércitos tanto de los liao como de los jin, la Mansión del Dragón Amarillo ha restituido durante las excavaciones numerosos restos materiales pertenecientes a ambas dinastías.

Un reportaje deJin Yiwen 
金漪雯
En los últimos años de la dinastía Song del Norte, los ejércitos de los Jin (también llamados yurchen) descendieron hacia el sur ocupando las planicies centrales. El célebre héroe militar Yue Fei (1103-1142) lideró las tropas para oponerse valerosamente a los invasores yurchen. Durante los diez años de batallas logró recuperar una gran parte del territorio, lo que sirvió para levantar la moral de su ejército. Yue Fei se dirigió entonces en tono ufano a sus tropas con la arenga: “¡Apoderémonos de la Mansión del Dragón Amarillo y brindemos todos por la victoria!”. La llamada “Mansión del Dragón Amarillo” era la región ancestral del pueblo yurchen, fundador de la dinastía Jin. Desde esa fecha los proverbios chinos “apoderarse del Dragón Amarillo” o “brindar por el Dragón Amarillo” se han utilizado en el sentido de perseverar en la lucha hasta destruir la guarida del enemigo y poder así celebrarlo con un brindis. Gracias a esas famosas palabras de Yue Fei, la gente aún recuerda aquel lugar llamado “Mansión del Dragón Amarillo”.
Mansión del dragón amarillo
El célebre héroe militar Yue Fei (1103-1142).
Actualmente la opinión más extendida es que dicho lugar se hallaba en los límites del distrito de Nong’an, perteneciente al municipio de Changchun, capital de la provincia nororiental de Jilin. Este distrito forma parte de la llanura de Songliao y está rodeado por numerosos cursos fluviales, por lo que desde tiempos remotos fue un importante nudo de comunicaciones y transporte, y un lugar estratégicamente destacado desde el punto de vista militar, con una historia de más de 2.000 años. Dicha zona se convirtió en el centro político y económico de los pueblos liao y jin, y en un punto de vital importancia para los ejércitos de ambas dinastías.    
Por lo que se refiere al origen de su nombre existe una leyenda que merece la pena recordar. Según recoge la Historia de Jin, “en el antiguo territorio de Fuyu, lugar ancestral de los liao, se encuentra el Dragón Amarillo, antes llamado Mansión del Dragón Amarillo”. El citado territorio de Fuyu es el reino homónimo de la minoría étnica de los buyeo o puyo, que se extendió entre los siglos II a.C. y V d.C. por aquella zona. En sus primeros días la ciudad real se encontraba en lo que ahora es la ciudad de Jilin, en la provincia del mismo nombre, mientras que posteriormente se trasladó al actual distrito de Nong’an en Changchun. Más adelante, el territorio bajo su jurisdicción fue ocupado por el reino de Bohai y la capital de los buyeo recibió el nombre de “Mansión de Fuyu”. Se cuenta que, en el año 926 Yelü Abaoji, el emperador Taizu de Liao, atacó Bohai y, tras conquistar su capital Huhan, emprendió el regreso victorioso a Fuyu. Por el camino, Taizu pensó que en aquellos parajes “el agua y la hierba son excelentes y los sauces extienden su sombra por doquier” por lo que ordenó a sus tropas acampar. Sin embargo, una vez allí, le llegó la noticia del asesinato de su hermano pequeño en Huhan. Destrozado por la pena, cayó enfermo y ya no se recuperó. Una noche, una estrella gigante cayó frente a su palacio y, al día siguiente, un dragón amarillo de más de 500 m de longitud que emitía una resplandeciente luz dorada se puso a girar en círculo sobre la ciudad; seguidamente se introdujo en la morada de Yelü Abaoji, que fallecería poco después y al que sucedió su segundo hijo, Yelü Deguan.
La aparición del animal se consideró una señal auspiciosa para el país y fue aprovechada al mismo tiempo por Deguan para honrar la memoria de su padre, al cambiar el nombre de la capital por el de “Mansión del Dragón Amarillo”. Aunque la leyenda debió de originarse con el fin de dar estabilidad a la autoridad dinástica, y contiene por lo tanto un alto componente de fantasía e imaginación, el nombre acompañó desde el principio a los liao en toda su historia. Más tarde, tras ser derrotados por los jin, estos últimos establecieron asimismo su sede en la citada región y, cuando capturaron a los emperadores Huizong y Qinzong de los Song del Norte, los mantuvieron presos en dicha localidad.   
La pagoda de Nong’an es la única edificación de época liao que se ha mantenido de todos los restos pertenecientes a la Mansión del Dragón Amarillo.
Como centro político y económico, y punto estratégico para los ejércitos tanto de los liaocomo de los jin, la Mansión del Dragón Amarillo ha restituido durante las excavaciones numerosos restos materiales pertenecientes a ambas dinastías. Se han hallado 23 yacimientos arqueológicos que evidencian el nivel de prosperidad de la época. Durante el periodo de apogeo del reino de los liao, se establecieron allí los distintos departamentos civiles y militares y se reforzó la construcción de las murallas y fosos en torno a la ciudad. Con el ascenso de su estatus político y su importancia económica la población creció exponencialmente. En aquella zona cohabitaron numerosos grupos étnicos como los kitán, balhae, han, yurchen, tieli, wure, köktürk o tangut.
La pagoda de Nong’an es la única edificación de época liao que se ha mantenido de todos los restos pertenecientes a la Mansión del Dragón Amarillo. Fue levantada aproximadamente entre el tercer y el décimo año de la era Taiping (1023-1030), del reinado del emperador Shengzong (Yelü Longxu), por lo que tiene casi un milenio de antigüedad. En cuanto a los motivos de su construcción, parece ser que cierta noche en que los astrónomos del reino escudriñaban los cielos descubrieron una estrella gigante desplomándose sobre la Mansión del Dragón Amarillo, por lo que advirtieron al monarca que tenía que edificar una pagoda para contenerla y evitar así que surgiera el “Dragón de Tierra” (una especie de lombriz o reptil) y amenazara la autoridad del imperio. Shengzong ordenó inmediatamente que hombres y caballos se dispusieran a construir la pagoda. Cuando estos pasaron por Xiangzhou, descubrieron que la cabeza del dragón se encontraba allí y, de este modo, decidieron levantarla en aquel lugar. Sin embargo, poco después los astrónomos contemplaron un nuevo fenómeno atmosférico que les hizo sospechar que el Dragón de Tierra conocía las intenciones del emperador de construir la pagoda en Xiangzhou para aplastarlo y que, por ello, se dió la vuelta y regresó a su morada, la Mansión del Dragón Amarillo. Los trabajadores no tuvieron más remedio que detener las obras y trasladarse hasta allí para comenzarlas de nuevo. Transcurridos tres años, tres meses y tres días concluyeron por fin la construcción. De esta manera, y según la leyenda, el dragón terrestre fue aplastado bajo la pagoda sin poder moverse y el emperador Shengzong pudo así reinar con tranquilidad. En el año 1115 el emperador Taizu (Aguda) de Jin invadió la Mansión del Dragón Amarillo y puso fin a la dinastía Liao, aunque la pagoda de Nong’an se ha conservado hasta nuestros días. La construcción, hecha a base de ladrillos, tiene una altura de 33 m y un total de 13 niveles y es la pagoda budista más antigua de todo el noreste de China. La edificación, hermosa y grácil, posee características constructivas y artísticas típicas de esa dinastía.
El distrito de Nong’an está incluido en la lista nacional de lugares históricos y culturales célebres, ya que es el testimonio del periodo de esplendor de las dinastías Liao y Jin; y conserva todavía una gran abundancia de restos materiales de aquella época. Numerosos turistas acuden allí atraídos por su fama para disfrutar de la riqueza patrimonial de tan antigua localidad.

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pdfPublicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 50. Volumen V. Septiembre de 2018.
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