Celebración de la vida
Gyula Krúdy, padre de la literatura húngara moderna, ofrece en sus cuentos un fascinante carrusel de imágenes
El escritor húngaro Gyula Krúdy.
La señora Boldogfalvi, cuando quería mucho a alguien, lo llamaba ‘señor mío’ mientras hacían el amor. El señor mío era a veces rubio, a veces moreno. Los hombres, sin embargo, por mucho que envejecieran, nunca se revelaban el uno al otro esa costumbre de la señora Boldogfalvi, por eso la mayoría de ellos estaban convencidos de ser los primeros en recibir tan honroso trato. Lo cierto era, sin embargo, que había numerosos señores míos deambulando por Hungría”. Este es el humor de Gyula Krúdy (1878-1933), un autor reconocido, aclamado, semiolvidado y al fin reivindicado por todos los escritores magiares posteriores —de Sándor Márai a Imre Kertész, de Antal Szerb a Péter Esterházy o Kosztolányi— como el hombre que cambió y modernizó la literatura húngara. Su traductor, Adan Kovacsics, compara acertadamente la importancia de su influencia con la de un Rubén Darío sobre nuestro idioma.
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