Las maravillosas representaciones con tinta y pincel de la pintura paisajística de Guilin
Se dice que Guilin posee las montañas y los ríos más bellos que hay bajo el cielo y se la reivindica como la representante de los paisajes naturales de China. En este lugar nacen una enorme cantidad de extraordinarias obras de arte que han propiciado la eclosión de un nuevo género pictórico: la pintura paisajística de Guilin.
De la representación de bellos ríos, lagos y montañas surgen magníficas obras pictóricas. Los paisajes más pintorescos suelen servir de inspiración a los artistas e insuflarles pasión. Guilin, la famosa ciudad de la provincia de Guangxi, expone sus hermosas cadenas montañosas y espléndidos ríos para conquistar a infinidad de pintores. Por ello se dice que Guilin posee las montañas y los ríos más bellos que hay bajo el cielo y se la reivindica como la representante de los paisajes naturales de China. En este lugar nacen una enorme cantidad de extraordinarias obras de arte que han propiciado la eclosión de un nuevo género pictórico: la pintura paisajística de Guilin.
Hace más de 900 años, la belleza de los paisajes de Guilin y la pintura no gozaban de ese vínculo tan fructífero que las uniría en el futuro. Registros que datan de la dinastía Yuan (1279-1368) exponen que, con algo más de 20 años, Mi Fu (1051-1107), calígrafo y pintor de la dinastía Song Septentrional (960-1127), llegó a ocupar el puesto de comandante del condado de Lingui, perteneciente a dicha ciudad. Durante el periodo de tiempo que se mantuvo en el cargo, Mi Fu solía deambular por sus hermosos parajes y se abandonaba al deleite de las intensas sensaciones que le causaban la neblina, que envuelve los paisajes del sur, y la inmensidad de cambios que pueden acaecer en tan solo un instante en la naturaleza. Concibió, así pues, una serie de pinturas paisajísticas inspiradas en Guilin de entre las que sobresale Montañas de Yangshuo por su elevado valor artístico. Dichos registros fueron los primeros en la historia que mencionan las pinturas de paisajes de Guilin. Pero, por desgracia, de la obra de Mi Fu tan solo se conserva uno de sus autorretratos.
Al parecer, debido a factores como el entorno geográfico de la zona, los insólitos paisajes de Guilin no atraían a muchos literatos y artistas, que preferían dejarse seducir por las incesantes lloviznas típicas del área que comprende las provincias de Jiangsu y Zhejiang, donde se hallan las bellas ciudades de Suzhou y Hangzhou. Ya en tiempos modernos, aparecieron nuevas tecnologías que desarrollaron los medios de transporte. Gracias a ello, fueron muchos artistas los que acudieron a esta tierra para saciarse del placer que brindan sus paisajes y a crear abundantes obras de arte. Guilin se había convertido, así, en una especie de meca del arte y, como tal, favoreció la aparición de una enorme cantidad de nuevos y extraordinarios pintores de paisajes y de magníficas obras.
Tres de los conocidos como los “cinco viajes y cinco retornos” de Qi Baishi (1864-1957) terminaron llevando al pintor a Guilin. Sus diáfanas aguas y frondosas colinas le provocaron sensaciones que lo llevaron a manifestar: “con respecto a la pintura de paisajes, no ha sido hasta haber llegado a Guilin que he abierto verdaderamente los ojos”. Ese entorno le hizo replantearse sus propias técnicas pictóricas y a concebir un estilo personal y único. Del mismo llegaría a ser su máximo exponente La montaña Duxiu, que hoy forma parte del compendio Obras completas de Qi Baishi.
Huang Binhong (1865-1955) fue uno de los grandes maestros de la pintura paisajística e, incluso, llegó a ser el mejor artista esbozando la naturaleza de las montañas y ríos de Guangxi. A sus 60 años produjo una prolífica colección de este género de entre las que destacan obras de una calidad superlativa, como Paisajes de Guilin y el rollo ilustrado El más maravilloso paisaje del mundo. De la primera, creada con tinta sobre papel, sobresalen trazos y colores elegantes pero, a la vez, sencillos para “describir miles de kilómetros de paraje natural en un espacio reducido”, fusionar a la perfección ríos y montañas en una sola imagen y escenificar de una forma irresistible la belleza del entorno de Guilin. Por su parte, en El más maravilloso paisaje del mundo, el artista alterna los tonos negros y verdes para representar un ambiente tan imponente como majestuoso.
Li Keran (1907-1989) acudió en numerosas ocasiones a Guilin para dibujar e inmortalizar sus paisajes a golpe de pincel. En su cuadro Los paradisíacos paisajes del río Li utiliza colores llamativos y acentúa rasgos típicos de la pintura tradicional, como los trazos gruesos, negros y pesados, para describir un entorno que, a pesar de ser limitado en espacio, es capaz de transmitir al observador la sensación de estar contemplando la totalidad de Guilin.
Además de los distinguidos artistas mencionados previamente, también las generaciones de pintores locales que antaño habitaron Guangxi produjeron un gran listado de obras pictóricas, con los que se establecieron los cimientos sobre los que, más tarde, se continuaría desarrollando la pintura paisajística de Guilin.
La escuela del río Li
En la década de 1980, y abanderada por Huang Gesheng (1950), una nueva generación de pintores de Guangxi comenzó a conceder una enorme importancia al dibujo de los paisajes del río Li. Nacía, de esta forma, una peculiar y distintiva corriente artística local: la escuela pictórica del río Li. Las escuelas de pintura locales existentes en China poseen, muy a menudo, singularidades grupales muy acentuadas. En este caso, la del río Li señala la importancia de los elementos que representan el realismo y la vida. Gracias a la hermosa orografía del río Li y, en general, de toda la región de Guangxi como principales medios de expresión, sus artistas produjeron una enorme cantidad de cuadros de paisajes de Guilin con una palpable modernidad. El establecimiento de dicha escuela supuso mucho más que la fundación de una nueva corriente y marcó un verdadero hito para el desarrollo de la pintura paisajística de Guilin en el futuro.
La obra Los cien li del río Li (un lǐ, es una antigua unidad de medida china equivalente a, aproximadamente, 500 m) del reputado pintor Huang Gesheng, es mucho más que la precursora de esta escuela. Se trata de una imperecedera obra maestra digna de honor dentro de las representaciones de los paisajes de Guilin. Con una longitud de 200 m, es una creación esplendorosa, mayestática, capaz de conducir la atención del espectador a través de la multitud de elementos a los que da cabida y de obligarlo a sentirse conmovido ante lo que está presenciando. Es una titánica obra que escenifica la totalidad del río Li y en la que su autor se vale de un innovador método a la hora de reproducir el contraste a lo largo de un día para obtener un resultado único por la riqueza de sus recursos. El destino de Los cien li del río Li fue convertirse en un regalo diplomático de la embajada de China en EE. UU. al por entonces presidente George H. W. Bush.
Xie Tiancheng (1950), célebre pintor afincado en Estados Unidos, es un confeso enamorado del río Li y, de hecho, es precisamente conocido por su habilidad para la creación de pinturas paisajísticas de Guilin. Sus obras desprenden un estilo enérgico, rotundo y repleto de vitalidad, con el que han logrado cautivar a dirigentes de numerosos países, que las conservan como parte de sus colecciones artísticas personales. Viajando al río Li bajo la luz de la luna aporta un entorno cargado de significado implícito y henchido de un inefable encanto, con el que el autor volvía a corroborar la sublimidad de los paisajes de Guilin. No en vano, en mayo de 2014, tuvo el honor de ser seleccionada por la comunidad china de Boston como obsequio de Edward Kennedy para el entonces presidente de EE. UU., Barack Obama.
En Guangxi, la agrupación de artistas con estilos semejantes ha permitido que el arte de toda la región haya podido evadir los límites geográficos para adquirir un alcance mucho mayor. El choque inicial y el subsecuente entendimiento de las ideas, promulgadas por cada uno de dichos artistas, han aportado un contexto perfecto para el progreso de la pintura paisajística de Guilin. Gracias a ello, han logrado ascender a un horizonte superior, desde el que han podido reconsiderar la calidad de sus cuadros para continuar posibilitando la aparición de una enorme cantidad de verdaderas obras de arte.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 53. Volumen I. Marzo de 2019.
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