sábado, 7 de septiembre de 2019

LA CIENCIA EN EL ISLAM, LEGADO Y TRASCENDENCIA – La Voz del Árabe

LA CIENCIA EN EL ISLAM, LEGADO Y TRASCENDENCIA – La Voz del Árabe

La Voz del Árabe



LA CIENCIA EN EL ISLAM, LEGADO Y TRASCENDENCIA


Las investigaciones de las últimas décadas han construido un escenario totalmente diferente, colocando a la ciencia y a la civilización de occidente en una deuda histórica  con el islam.
Ruth Figueroa*
Las evidencias del pensamiento científico en el mundo árabe se remontan al año 800 DC en Bagdad,  y aun cuando no se cuenta con pruebas, hay una fuerte influencia de los matemáticos de la India, lugar donde se concibió el sistema decimal y se tradujeron los estudios de los griegos.
Los especialistas en historia afirman que después de la antigua Grecia hubo un retroceso y un largo periodo de estancamiento en occidente antes de que los europeos retomaran el conocimiento científico, la quema de las bibliotecas en la época de los primeros cristianos fue fundamental y la postura obscurantista que negaba la existencia de todo tipo de ciencia generó un periodo de más de mil años entre el esplendor de la cultura griega y el renacimiento europeo.
En esta etapa en Europa no hubo un enfoque en el campo de las matemáticas, a excepción de las traducciones árabes que preservaron las enseñanzas helénicas y debido a ello muchos historiadores han contribuido a la percepción de que la ciencia árabe solo replicó el conocimiento griego, omitiendo la importancia de las matemáticas del islam, así como su impacto en periodos posteriores.
Las investigaciones de las últimas décadas han construido un escenario totalmente diferente, colocando a la ciencia y a la civilización de occidente en una deuda histórica  con el islam.
Durante la segunda mitad del siglo XX, investigaciones de distintos orígenes, escuelas y tendencias iniciaron la reivindicación del desarrollo de las matemáticas en el mundo islámico, investigadores como el estadounidense Edward S. Kennedy en la American University de Beirut, los soviéticos Adolf  Yuskevich y Boris Rozenfel’d en la Academia de Ciencias de la ex-unión soviética,  o el egipcio residente en Francia, Roshdi Rashed en Le Centre National de la Recherche Scientifique, demostraron que muchos de los conceptos que se creían brillantes concepciones originadas por matemáticos europeos de los siglos XVI, XVII y XVIII fueron desarrollados por los matemáticos del Islam entre los siglos VII y XII . El periodo que abarca entre los siglos IX y XII, citan a las matemáticas islámicas o las contribuciones musulmanas con el término de “matemáticas árabes”, aún cuando no todos esos autores medievales eran musulmanes, también había cristianos y judíos, así como tampoco todos eran árabes, había persas, turcos y españoles, por ello es más justo para los investigadores referirse al principio como “Matemáticas del Islam” para englobar al vasto conocimiento generado en el conjunto político y económico que  se extendía desde la península ibérica hasta las fronteras de China, son muchas las valiosas aportaciones en términos de ciencia a occidente en la edad media.
Harun al-Rashid, quinto califa de la dinastía Abásida, cuyo su reinado inició en el 786 DC,  impulsó la investigación y el conocimiento, las primeras traducciones de textos griegos al árabe, textos como los “Elementos» de Euclides, fueron traducidos en su periodo. Su hijo, el séptimo califa, Abd Allah al-Ma’mun, promovió la búsqueda del conocimiento científico aún más, estableciendo en Bagdad la primera institución destinada a la investigación y la traducción, lo que actualmente llamaríamos un centro de excelencia académica: “La casa de la sabiduría” (Bayt al-Hikma), recinto en el cual se tradujeron las obras de Arquímedes, Ptolomeo y muchos otros textos clásicos de la ciencia griega, traducciones que fueron hechas por los propios científicos y  no por expertos en griego ignorantes de las matemáticas. Las aportaciones de estas traducciones derivaron en las investigaciones más avanzadas de su época, como es el caso de uno los avances más significativos y trascendentes en toda la historia de la ciencia, los trabajos de Abu Ja’far Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi, el álgebra. Una innovadora postura que representaba una revolución al concepto de geometría de los griegos, una teoría que vino a establecer que las magnitudes geométricas fueran concebidas como “objetos algebraicos”, abrió el camino de la ciencia para lo que entonces eran terrenos desconocidos, la aplicación sistemática del algebra a al aritmética y viceversa, así como del algebra a la geometría permitió desarrollar una nueva teoría de los números vigente hasta nuestros días, la construcción geométrica de las ecuaciones mediante el estudio las curvas por medio de las ecuaciones, la geometría algebraica.
Los matemáticos del islam adquirieron fama por sus trabajos en el campo del álgebra, estudiaron la óptica, la astronomía, la cronografía y la geografía, así como determinaron la teoría de las curvas requeridas para la construcción de relojes de sol, aplicaron la geometría esférica a la astronomía, usaron fórmulas que involucraban las funciones seno y tangente para el cálculo de las latitudes y longitudes de las ciudades de su época, sus observaciones precisas les permitieron mejorar considerablemente los datos de Ptolomeo sobre el Sol y la Luna, logrando un grado de precisión al punto de que sus modelos planetarios no se plantearían  en occidente hasta del modelo heliocéntrico de Copérnico.
Muchos de los científicos del islam produjeron tablas de funciones trigonométricas que derivaron en construcción de instrumentos astronómicos como el astrolabio, abordaron simultáneamente varias ramas de la ciencia y las artes, sus contribuciones y trascendencia son comparables a las de Leonardo da Vinci o Galileo. Un ejemplo de ello es Al-Biruni (973-1048), el primer gran experimentador sistemático, cuyas tratados comprenden 13000 casos, más que los de Galileo y Newton juntos, hizo contribuciones fundamentales en matemáticas, filosofía, astronomía, física, química, geografía, geodesia y geología, su cálculo del diámetro de la tierra tiene una precisión que no sería alcanzada en Occidente hasta cinco siglos más tarde, desarrolló el principio de conservación de la masa que erróneamente había sido atribuido a Lavoisier, un científico francés del siglo XVIII, también fueron  pioneros de la geología, sus observaciones de los fósiles en las montañas no se verían en occidente hasta Leonardo da Vinci, quien también fue un ávido lector de las traducciones de textos científicos árabes al latín, las contribuciones en el campo de la medicina son innumerables, la física y astronomía, música, psicología, lógica y filología.
Son muy diversas las razones del florecimiento de la ciencias en el islam medieval, no hay un factor único al que pueda atribuirse tal diversidad en el campo de las ideas, la posición central del islam entre las tradiciones científicas griega e india, la existencia de condiciones económicas favorables, la extensión del comercio en un amplísimo territorio, pero sobre todo  la necesidad de mejorar las tecnologías empleadas por una civilización en expansión, es necesario recordar que la investigación científica en el islam medieval era una cuestión de estado y que los gobernantes de distintas dinastías proporcionaban la economía requerida para ello, sin embargo, móviles no menos importantes de la investigación, especialmente en los campos de las matemáticas y la astronomía, son las demandas de carácter religioso, la necesidad de determinar calendarios precisos para las fechas de significación sacra y la propia determinación de la posición de la Meca desde cualquier punto geográfico, pero finalmente el mayor factor para este desarrollo fue el mismo que  para toda ciencia: la libertad de expresión, en el entrono de esa época se contaba con una política de amplia tolerancia religiosa y filosófica.
El islam medieval permitió el debate abierto entre distintos enfoques y escuelas de pensamiento, el cuestionamiento y el análisis crítico y la propia aceptación de un entorno multicultural y multiétnico.
*Ruth Figueroa – Originaria de Guadalajara, Jalisco, Mx. Inició su trayectoria profesional en el medio cinematográfico en 2001. Sus películas han sido comercializadas y proyectadas en Francia, Nicaragua, EEUU, Nueva Zelanda, Argentina y recientemente en Venezuela. Los temas más destacados de las películas son en torno a las tradiciones mexicanas, migración y video danza. Es columnista en el periódico El Sol de León, en Avenida Digital 3.0. Es fundadora y directora del Centro Cultural Casa Aura en León, Guanajuato. En 2019 colaboradora en La Voz del Árabe.
Ilustración: Gastón Ortiz
La Voz del Árabe (LVÁ) – CULTURA – Cd. de México, septiembre 3 del 2019

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