viernes, 6 de enero de 2023

MENSAJERO, la búsqueda del otro © [10] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

MENSAJERO, la búsqueda del otro © [10] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®
Image credit: NASA/CXC/Penn State Univ./K. Getman et al.; Infrared: ESA/NASA JPL-Caltech/Herschel Space Observatory/JPL/IPAC; NASA JPL-Caltech/SSC/Spitzer Space Telescope; Optical: MPG/ESO/G. Beccari ¿Cuál es la memoria de la muerte? … exactamente la misma que tenía lugar antes del nacimiento… sucede que nadie puede hablar después de su muerte… sucede que nadie puede hablar antes de su nacimiento… lo que sucede en esos lapsos es algo sólo conocido por el alma… sólo identificado por el espíritu… la consciencia, en ese espacio, es inconsciente… es consciente de su momento, pero luego no habrá memoria de dicha estancia… el alma ocupa espacio fuera de cualquier geometría… así es que nadie sabe dónde está… se habla de ella, pero nadie la tiene presente… todo se resume a la disposición de un cuerpo, un cuerpo que tiene un rostro que sirve para identificarse… tiene ojos para mirar y ver… tiene oídos para escuchar… tiene sentidos que hay que desarrollar… tiene piel, sobre todo piel… puede ser gordo o flaco, puede ser alto o bajo, siempre hay señales que lo identifican, diferenciándolo de cualquier otro… el ser humano se reconoce por el cuerpo, no por el alma, no por el espíritu, no por el estado de consciencia… el ser humano se realiza a partir de la existencia de un cuerpo que lo contiene… todo lo que no se ve, no existe, por lo tanto se habla del alma, pero esa es una entelequia a la que hacen referencia ciertos viejos, el alma se traduce como un lugar por donde pasan ciertas sensaciones, pero no otras, nadie sabe bien por qué… importan el corazón y el hígado… importan los riñones y los pulmones… hay que alimentarlos para que sigan funcionando… se habla de la mente, así como se habla del intelecto… la mente hay que llenarla con algo… el intelecto, también… entonces el ser humano aprende según las historias escritas por otros, dadas por ciertas, asumidas como auténticas, tenidas por legítimas… ocurre que detrás de ellas, hay otras historias, no aceptadas por las conveniencias de turno, no admitidas por las falsas ciencias, no consideradas por los intereses que venden lo que les conviene… el ser humano se forma en la deformación… entonces, ese ser humano no aprende a analizar lo que le llega, sólo lo acepta, lo da por bueno, y construye y no construye a partir de eso… ello indica que la formación ha estado sesgada, llena de errores conceptuales, pero todo lo que se diga, será a partir de allí… la vida que siga, será un cúmulo de tropiezos donde el pasado se dará por cierto, y todo lo demás que no encaje, será pasible de dudas que jamás encontrarán la reflexión… parece un pensamiento facilista, no lo es… el ser humano se cree atrapado en un cuerpo… un cuerpo que tuvo fecha de comienzo… un cuerpo cuya fecha de caducidad es desconocida, y el supuesto dueño del cuerpo, no quiere saber nada con la posibilidad de morir… en el medio de dicho tiempo, habrá palabras en exceso… escasos hechos… y cuando se intente asumir una supuesta inmortalidad, algo se romperá, alguien vendrá a buscarte, y dejarás de ser, en cuerpo, pero no en alma… allí la memoria se iluminará de golpe, pero ya no habrá cómo contarlo a los demás… Sin embargo, la literatura sobre la muerte, es abundante… muchos son los que han pensado en ello… muchos son los que la han estudiado en sus más mínimos detalles… muchos, incluso, han tenido la oportunidad de experimentarla, de una forma u otra, y han regresado de ella para relatar la experiencia… muchos han escrito sobre ello y algunos de esos escritos han tenido trascendencia pública durante siglos, e incluso, hasta durante milenios… algunos humanos han anotado los contenidos y han aprendido de ello… otros humanos han negado cualquier posibilidad… y muchos otros han alimentado sus dudas, algo que no les ha impedido vivir según lo han entendido… Curiosamente, dos obras muy antiguas hablan de la muerte… los egipcios, que lo aprendieron de los nubios y estos últimos de vaya a saber quién, mucho más antiguo que la memoria… y los tibetanos, cuyos escritos sobre la muerte tienen miles de años… tantos que nadie recuerda en qué circunstancias fueron redactados, aunque, indudablemente, lo fueron por gente que sabía bien de qué hablaba… hubo oportunidad de ver los unos, in situ… hubo oportunidad ver los otros, in situ… desde luego, es de suponer que las traducciones no son muy fiables… pero sirven para proporcionar el marco justo para quien lo quiera entender… en ambos trabajos se aprecia la condición cósmica del alma, por lo tanto, del ser… en ambos trabajos se visualiza el viaje cósmico del alma desde la eternidad, y hacia la eternidad, pasando por una estación llamada Tierra… y de alguna manera, se infiere, que la eternidad de los unos, tiene poco que ver con la eternidad de los otros… esto es que cada quien encaja en su propia eternidad, donde se coincide con algunos viajeros, pero donde no se coincide con muchísimos otros, lo cual abre numerosos interrogantes… las conclusiones son propias de cada existencia… lo que acepta uno, no lo hará el otro, y viceversa… lo que entiende uno, no lo entenderá el otro, y viceversa… y ello creará un dominó de concepciones sobre la muerte… y como no puede ser de otra manera, la misma se resolverá en cada ser, llegado el momento supremo… En aquellos años, llegar a Australia fue una terrible aventura… En Australia, todo queda extremadamente lejos… Melbourne está en el estado de Victoria, al sur de Australia… la distancia entre Berlín y Melbourne es de dieciséis mil kilómetros… el viaje aéreo era una verdadera tortura… no hay otra forma de describirlo… Ya en Australia… la distancia entre Melbourne y Brisbane (al este) es de mil ochocientos kilómetros, pasando por Sídney, que está a novecientos kilómetros de distancia, siempre en términos relativos, viajando por la M31, todo en Nueva Gales del Sur… Yendo hacia el lado opuesto, hacia el oeste, la distancia entre Melbourne y Adelaida es de casi setecientos cincuenta kilómetros, viajando por la A8… sobre el oeste se encuentra Perth, y la distancia entre Melbourne y ella, es de tres mil cuatrocientos treinta kilómetros, viajando por la A1… cualquier viaje por ruta, en esos años, era tedioso… extremadamente agotador… demencialmente largo… hoy todo lo resuelve el avión, pero entonces no había tantas conexiones como las que se registran ahora mismo… Melbourne queda del lado del Mar de Tasmania… al igual que Sídney… Brisbane queda del lado del mar de Coral… Perth queda del lado del océano Índico… Para que tengas una idea cabal de las distancias en Australia, entre Melbourne, al sur y Palmerston, al norte, sobre el mar de Timor, es de casi tres mil ochocientos kilómetros… viajar por ruta de un extremo al otro, es impensado… hoy el viaje llevaría cuarenta horas, así es que el avión es la única manera prudente de acceder de un lado al otro… el mar de Timor queda debajo de Papua Nueva Guinea, o de Indonesia, pero sólo como orientación general… El resto de Australia, es una verdadera incógnita… aun hoy… mucho más lo era en aquellos años… La llegada de los ingleses a Australia derivó en un genocidio del que nadie habla… que se mantiene oculto para occidente… que se conoce en oriente, donde tampoco se dice mucho… no obstante ello, el imperio británico no consideraba que los nativos del continente fuesen humanos, por lo tanto, la persecución fue feroz, y según se cuenta redujo la supuesta población aborigen de un millón de individuos a solo treinta mil… sea como sea la historia que se quiera contar, los ingleses cazaban a los que no fuesen de ellos, demostrando el nivel de miseria humana que existía en el imperio por entonces, y por siempre, estamos hablando de 1770… nada ha cambiado de cara al hoy mismo… Los nativos habían vivido en dicho territorio sin dueños durante más de sesenta mil años… quizás más de cien mil años… un espacio de tiempo que ni siquiera se puede pensar… porque tampoco ha sido suficientemente estudiado, y mucho de lo que se ha escrito sobre ellos, es una dramática mentira, propia de la imposición colonial de que se trataba de “tierras de nadie” … tierras que, por lo tanto, pasaban a pertenecer al imperio… si te gusta bien, y si no, también… Los nativos habían llegado a ocupar Australia después del “tiempo del sueño”, un espacio de tiempo conocido como “tjukurpa”, según la lengua anangu… una explicación minuciosa de cómo habían llegado a dicho territorio… algo así como el tiempo en que fueron engendrados, aguardando el ser dados a luz… nadie sabe cómo, nadie sabe cuándo, desconociéndose las circunstancias, sin perder de vista que las fuentes, todas, fueron masacradas, a efectos que jamás pudiesen dar testimonio alguno sobre el pasado… una historia que se repite por donde haya circulado el imperio y sus secuaces… ¿Cómo había ido a parar a Australia?, es algo que no se puede contar… ¿Qué había ido a hacer en Australia?, es algo que es preferible no recordar… El viaje era innecesario, pero por algún motivo no humano, había tenido lugar… había sido inevitable… y lo que es inevitable, simplemente debe suceder… es bueno dejarse llevar, uno aprende cosas que no se pueden imaginar… la vida consiste en un dejarse llevar… no es bueno oponerse a los designios del uno mismo… Por aquellos años, no había turismo, no había visitas de ninguna índole, no había extranjeros… no había rutas y todo era más lejos de lo que podría suponerse… los británicos y los australianos descendientes, no hablaban de los nativos, y estos no querían saber nada con los invasores… esa parte de la historia, no te la cuenta nadie… quizás pensó que había llegado volando en un Junkers Ju 52, o tal vez, en un Junkers Ju 24, pero la memoria daba vueltas con tanto viaje y no reconocía los tiempos… seguramente se había tratado en Douglas C8… o en un Boeing 707… sea en lo que fuere, el viaje había durado demasiado… los alemanes nunca fueron bienvenidos en territorios británicos… así es que había que pasar desapercibidos… la tez blanca se mezclaba con las evidencias… los ojos acaramelados no se podían distinguir con precisión… eran años de la guerra fría, y todos desconfiaban de todos… Australia estaba cerca del nudo atómico… Un día, a la salida del hotel, se acercó un hombre… se le acercó un hombre… evidentemente no era irlandés, no era escocés, no era inglés, y si bien tenía un aire australiano, se notaba que era de los auténticos, los legítimos, los dueños de los suelos… no pertenecía a los piratas… no pertenecía a la barbarie occidental… no pertenecía al colonialismo imperial… Pidió ser seguido… Pidió no hacer preguntas… Pidió ser acompañado… No quiso dar explicaciones, pero de alguna forma las dejó entrever… era descendiente de australianos verdaderos… usaba ropa casual… era sobrio… Había un avión esperando… la distancia entre Melbourne y Uluru, el lugar de destino, es de dos mil cuatrocientos kilómetros… no había caminos… en el medio no había nada… nada de nada… nadie iba allí, así es que no había de qué preocuparse… no había aeropuerto, y el lugar para aterrizar era la nada misma, una pista relativamente corta, mucho polvo, se aterrizaba a ojo y se despegaba de igual forma… todo lo que sucedió en el medio, es mejor conservarlo en el mayor de los silencios… no pedían pasaporte… no había nadie que controlara nada… en Uluru está la montaña sagrada, que ahora ocupa el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, pero que por entonces era territorio nativo… impenetrable… mala palabra para los ingleses… La montaña sagrada es un lugar más que extraño… en aquellos años lo era más… La montaña sagrada tiene unos trescientos cuarenta y ocho metros de alto, pero tiene ochocientos sesenta y tres metros sobre el nivel del mar… queda en el medio del continente australiano, y podría decirse que está en un lugar raro, en el centro magnético de Australia… tiene nueve kilómetros de contorno… y curiosamente, tiene dos kilómetros y medio hacia abajo, como si se tratase de una raíz… los nativos anangu son seres humanos, eso se puede asegurar, contrariamente a lo que dicen los británicos… ellos se dicen anangu, pero también se dicen pitjantjara… dicho de otra forma, la cultura es pitjantjara, la tribu es anangu… al caer el Sol, la montaña que se encuentra en el medio de la nada, se vuelve roja… bajo la lluvia, la montaña se vuelve gris plateado y se le notan franjas negras… nadie explica los cambios, no es prudente preguntar nada… Estar ahí es una bendición… Estar ahí es una señal… Mejor aún, estar ahí es un mensaje… Bendición, señal, mensaje… todo junto… La montaña se puede recorrer por sus lados, pero no se puede escalar… no se puede pisar… Los nativos dicen que la montaña llegó con ellos… ¿cuándo?, nadie lo sabe… al menos nadie lo recuerda, todos saben que fue hace mucho tiempo… trayendo a los ancestros de los ancestros… Aguarde un momento, dice… En los alrededores no hay nadie… El aire comienza a hervir… no todo el aire, sino algo así como un túnel… Se sostiene, no decae… puede verse con precisión… Puede asomarse, dice… evite entrar con todo el cuerpo… si lo hace, desaparecerá, asevera… deje al menos, un brazo afuera… una mano, siquiera… de lo contrario, no podrá regresar… Meter la cabeza en el aire que hierve es una evidencia de que el tiempo jamás transcurre… hacerlo significa que todo lo que sucede en este lado de la dimensión, es ilusorio… las circunstancias están diseñadas para cada destino… cada uno entiende lo que quiere… a ese lugar no va nadie, mucho menos si se trata de alguien “no elegido” … Se ve la eternidad… en toda su dimensión… pero allí sólo rige el alma… el cuerpo se siente desintegrarse… se siente inexistente, existe lo que queda por fuera, pero lo que está dentro deja instantáneamente de existir… Se ven almas de camino a la Tierra… siendo portadas mediante haces de luz… están como adormecidas… están en un sueño… sueñan que están descendiendo hacia un planeta que les ha sido concedido por alguien… alguien que entiende… alguien que está envuelto en sabiduría… el alguien es parte de esa misma luz… la luz es continua pero se extiende hasta que se pierde en el túnel… las almas necesitan establecerse para vivir, para luego morir y regresar… el sueño es largo, profundo, extenso, intenso… se los ve despertar, se los ve amanecer… eran almas que fueron preparadas para un espacio peculiar, algo así como un útero cósmico… algo que los contiene hasta el momento del alumbramiento… hay algo más que no se puede definir, no se puede explicar… son guiados por alguien… hay un sentimiento generalizado de que es bueno estar allí… ese sentimiento se puede sentir en el alma, en el espíritu, y hasta en la misma consciencia… algo se revuelve pero al mismo tiempo, está en calma… lo que sucede tiene que suceder… alguien está escribiendo, está escribiendo destinos… alguien está colgando destinos de un árbol, el árbol de la vida de ellos… parte del cuerpo ha quedado del otro lado… dentro del túnel hay una quietud singular… no hay cuerpo, se pueden ver las almas… son como filamentos… también hay esferas… son existencias que residen en la impermanencia… también hay música, se oye, pero no hay intérpretes, solo suena y es necesario dejarse llevar por ella… es una música cósmica, por lo tanto, sinfónica… La experiencia dura lo suficiente… no se puede esquivar lo que se ha visto… no se puede disimular lo que se ha sentido… han mostrado el comienzo… el momento previo al inicio… el instante justo antes del descenso… El túnel se desvanece y el aire vuelve a ser aire… Me indicaron que lo trajera, dice… eso hice… usted ya entendió todo… No hay nada que preguntar… El vuelo de regreso parece ser más corto que lo que había sido el de ida… Los ancestros asesinados, regresarán, asegura… no hace falta decir nada… La muerte proporciona una visión en trescientos sesenta grados… se puede ver todo… se puede ver a todos… depende de la voluntad… esa visión se pierde con el nacimiento, y se recupera en el más allá… Nadie lo recuerda, pero así es… Los portales existen, a pesar de la negación de las ciencias como negocio… La persona que fue, ahora es otra persona… ha recibido el mensaje… el otro, estuvo allí… pudo verlo… pudo estrecharle la mano… pudo darle un abrazo… no se trató de un fantasma… no se trató de un espejismo… no se trató de una ilusión… no hubo necesidad de magos ni de magia… el hecho existió en sí mismo… los astros se alinearon en un cosmos diferente al conocido… la convergencia tuvo lugar en el momento justo, en el instante preciso… nunca antes, nunca después… No hubo testigos, pero sí los hubo… el piloto sí lo fue… el copiloto, sí lo fue… quienes despacharon el avión, también… quienes intervinieron en el aeropuerto de origen, también… los que prestaron atención, no se vieron sorprendidos… el hecho fue natural, existió… A muchos los acosarán las dudas de siempre… No faltará quien lo niegue a rajatabla… Habrá quien no quiera oír la historia… Habrá quien no quiera leer la historia… Habrá quien no quiera saber de ella… No obstante… Quien se asomó, recibió el mensaje… El que nació, murió… o lo hará… El que renació, se encontró a sí mismo… y si no lo hizo, habrá desperdiciado su momento… MENSAJERO, la búsqueda del otro © [10] By Víctor Norberto Cerasale Morteo®

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