miércoles, 19 de marzo de 2025

La comedia de la carne

https://www.labellavarsovia.com/la-comedia-de-la-carne/ 1. Y de pronto la poesía es el lenguaje natural. Nuestra manera de estar en el mundo se acota a la estructura imaginaria del verso. La comedia de la carne surge así, casi en tromba: después de años de goteo, apenas unos meses de escritura fluida. Pienso que la poesía debiera ser el género que se escribe sin querer. 2. Las poetas y los poetas son las personas menos supersticiosas del lenguaje. Se han acostumbrado a calcular cuánto de impreciso hay en las palabras: afinidades y metonimias, contradicciones y connotaciones. Esa precisión en la ambigüedad es muy poco científica, pero compite con cualquier imprecisa disciplina humanística. Quizá por eso es terapéutica: es la palabra que nos libera de la propia creencia en las palabras. 3. Estos poemas comenzaron a escribirse como acompañamiento de una experiencia, una bien compleja y entretenida: el amor. El viejo amor, el nuevo amor, desde diferentes perspectivas. Se escribieron como una conversación en la que se mezclan varios sujetos. Donde incluso las cosas (una casa, una biblioteca, una mesa de cocina) son sujetos. Esto lo vuelve a uno loco y dependiente del otro. También podría decir que son poemas sobre la proyección en el Gran Otro que es la pareja: son poemas que tienden a la exclusividad monógama. La astrología lo explica mejor que yo: hay tres casas sobre las que nos proyectamos en los demás. La casa 4, que es la familia; la casa 7, que es la pareja (o, como dicen idiotamente algunos astrólogos: la socia, el socio); y la casa 11, los amigos. Dos de estas relaciones se basan en la similitud, detestada o querida: familia y amigos. Y solo una de ellas entiende la relación como diferencia radical: la casa 7. Este libro reposa sobre la casa 7, la casa del deseo de ser en otro. 4. ¿Es o no es poesía autobiográfica? En el fondo, la poesía nunca es autobiográfica, aunque parta de experiencias que sí lo sean, pues siempre se mide por un resultado maravillosamente impersonal. La poesía no es una carta de amor a tu novio o novia. Es una carta que se recibe, quién sabe de qué época, lugar o remitente, cuando la necesita. De ser autobiográfica, la poesía sería la autobiografía de la especie. 5. Vivo epifánicamente. Siempre me parece que por fin entiendo la verdad de las cosas. En una conversación o en un gesto vivo y no fotogénico. Digo: «ahí está, por fin comprendo, puedo morir feliz». Luego releo lo que he escrito desde los dieciocho y pienso que mis revelaciones llevan años plagiándose a sí mismas. ¿Son estas cualidades de que uno cree que tiene simples lecturas entusiastas de Proust? 6. Así se han escrito estos poemas: como verdades momentáneas, como una erótica de la verdad.

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